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Alétheia por ardnas

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Notas del capitulo:

Nombre: samadhy78 · Fecha: 05/03/20 00:01 · Capítulo: En el expreso de Hogwarts

Gracias por mi aparición, me siento extraña al leer un personaje con mi nick.

Me estoy haciendo bolas con tantos personajes de la nueva generación, pero haré lo necesario para ir reconociendo a los nuevos personajes.

De nada, estoy ansiosa porque veas todo lo que planeo para esta temporada.

Y con respecto a los personajes... te deseo mucha suerte, pues la vas a necesitar, todavía tengo muchos para presentarte.

— ¿Slytherin? Bueno, no voy a decir que no lo esperaba —Delphini asintió ante las palabras de Teddy.

El Lupin fue llamado para una misión apenas un par de horas después de que sus hermanos tomaran el expreso de Hogwarts, sus sentidos mejorados gracias a su licantropía lo convertían en el mejor auror de rastreo que tenía el ministerio, le tomó a su equipo tres días localizar a unos contrabandistas y la misión fue todo un éxito, con excepción de que Eileen había sido herida.

Teddy había pasado el resto de la semana cuidando a su amiga en San Mungo, siendo Eileen quien era, lo insultó de 10 maneras diferentes en las primeras cuatro horas y no dejo de decirle que se marchara, pero Teddy pudo ver la sonrisa que intentó esconder cada vez que él se negó.

Luego de llevarla a su casa sana y salva (ignorando sus protestas acerca de que podía cuidar de sí misma), regresó a Grimmauld Place inmediatamente, donde Delphini le informó sobre la selección de Evan.

— ¿Cómo lo tomó el resto? —Preguntó mientras agregaba azúcar a su té.

—Bastante bien en realidad. La mayoría estaba algo sorprendida al principio, pero lo superaron rápidamente, con excepción del tío Ron, ya sabes lo intolerante que es con los Slytherin.

Teddy resopló, ella no necesitaba señalarlo.

—Ha crecido mucho con los años, pero nunca madurará cuando se trata de Slytherin.

George Weasley entró a la habitación y se sentó junto a sus hijos, la casa se sentía más vacía que nunca con Evan en Hogwarts, ciertamente Teddy y Delphini ya no estaban asistiendo, pero ambos tenían sus propios trabajos y no pasaban mucho tiempo en Grimmauld Place.

— ¿Cuál es su problema con la casa Slytherin?

George frunció el ceño—. No estoy seguro, de niños fuimos criados con ese concepto de que los Slytherin eran malvados, una secuela de la primera guerra contra Voldemort, pero cuando luchamos nuestra propia guerra la mayoría de nosotros vimos más allá de esos prejuicios, desconozco porque él se quedó estancado en esa creencia.

Obviamente George no preguntaría, pues aunque su relación había mejorado con el pasar de los años (más que nada para que las cosas no se volvieran incomodas en las reuniones familiares), las cosas nunca volverían a ser como antes, la tensión entre ambos siempre estaría ahí a causa de su historia con Harry (aunque ambos habían llegado a una especie de acuerdo no dicho sobre que eso no debería afectar al resto de su familia).

— ¿Y esa carta?

Teddy preguntó por el sobre en las manos de George.

—Oh, es de Harry. Me estaba recordando que el siguiente fin de semana iremos con Delphi a Gringotts para una prueba de sangre.

El Lupin vio a su hermana estremecerse en su asiento mientras se aferraba a su taza de té, por el contrario, su padrino (ya casi nunca agregaba el “rojo”) parecía de lo más tranquilo y despreocupado, lo cual era normal para él.

— ¿Por qué Delphi necesita una prueba de sangre?

—Queremos saber sobre la familia biológica de Delphini, si hay alguna clase de patrimonio que ella pueda reclamar.

Teddy alzó una de sus azules cejas—. Pensé que cuando la sacaron de aquel lugar habían dicho que era nacida de muggles.

—Eso fue lo que se asumió por cómo fue tratada, pero incluso si sus padres no tuvieran magia ella aun podría tener otro ancestro mágico, al fin y al cabo, los nacidos de muggles genuinos son muy raros.

Hace un par de años Hermione investigó el origen de la magia en los nacidos muggles y descubrió que la mayoría tenia ancestros mágicos a través de squibbs, los pocos nacidos de muggles sin una sola gota de sangre mágica, tenían familias que vivieron cerca de comunidades de magos durante generaciones y en algún punto (según la hipótesis de Hermione), acumularon suficiente magia para formar un núcleo mágico que funcionara plenamente.

Naturalmente su magia era más débil ya que en vez de venir en su ADN fue de cierta manera forzada a entrar, pero los casos que Hermione había encontrado eran tan pocos que en realidad no quería darlo por sentado.

—Tiene sentido para mí, por el cabello rubio yo diría que podrías estar relacionada con los Malfoy ¿tú que crees, Delphi?

Su hermana no le respondió, simplemente siguió bebiendo su té en silencio.

¿Qué le ocurría a Delphini?

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

Harry Weasley suspiró cuando sus alumnos comenzaron a marcharse, adoraba la enseñanza, pero tener tantas clases continuas a lo largo del día le causaba cierta fatiga, por fortuna no era nada que un baño largo y relajante no pudiera arreglar.

—Profesor Weasley, ¿tiene un minuto?

—Claro, señor Chang—el alumno de cuarto año lo miró ceñudo y Harry rodó los ojos—. Está bien, Curtis.

El castaño le sonrió con adoración, como lo hacía cada vez que lo veía. Harry sabía que su alumno tenía un flechazo por él, como el que muchas de sus compañeras tuvieron por Lockhart en su segundo año, aunque más ligero y sin escribir su nombre dentro de corazones (o eso esperaba), lo cual hacia que Curtis tomara cada una de sus palabras como si fuera la ley.

— ¿Necesitas algo?

—Solo quería agradecerle otra vez por ayudarnos a Angelica y a mí.

Harry le revolvió el cabello—. Descuida, no es problema.

—En verdad muchas gracias, mi mamá se volvería loca si supiera que todavía salgo con ella.

Harry no dejó que Curtis viera la mueca en su rostro, le molestaba mucho el comportamiento de Cho.

Luego de que Curtis naciera Cho se curó milagrosamente de su depresión, la gente pensó que le había faltado un propósito y que con un hijo al que cuidar ella por fin tendría uno, los hijos eran una buena razón para vivir.

Sin embargo, a pesar de que Cho fuera una buena madre, estaba cometiendo un gran error al comparar a Curtis con Cedric Diggory, Harry fue testigo (al igual que todo Hogwarts) del aullador que ella le envió por no quedar en Hufflepuff y sabia como ella lo presionaba para que mejorara en las materias favoritas de su fallecido novio, así como para que entrara al equipo de quidditch.

Pero Curtis estaba muy contento en Slytherin, las materias de Encantamientos, DCAO y Transfiguración no le gustaban y por sobre todas las cosas: odiaba el quidditch, el chico no se subiría a una escoba ni aunque eso le salvara la vida.

Luego estaba el asunto de su novia, Curtis había sido cautivado por Angelica Nott, pero Cho insistía en que su hijo saliera con una Ravenclaw, ella obviamente quería recrear su historia de amor fallida con Cedric y no estaba dispuesta a aceptar un no por respuesta.

Cho le prohibió a Curtis salir con Angelica, pero en Hogwarts ella no podía hacer nada para evitar que se vieran… y si durante las vacaciones “los hijos de Harry” invitaban a Curtis a su casa cuando su sobrina estaba “casualmente” de visita, bueno, la Chang no tenía por qué saberlo.

—Bueno, ¿no tienes otras clases a las que asistir?

Curt parpadeó—. Tengo pociones, casi lo olvido.

—Pues más vale que no llegues tarde.

El castaño tomó sus cosas y salió del aula, Harry escuchó un retardado grito de: “Adiós profesor Weasley”

—Tal vez le diga que puede llamarme tío Harry, eso le encantará.

Harry se rio al imaginar el escenario.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

—Te está siguiendo de nuevo —Sirius le susurró a Andrei antes de dirigirse a su sala común.

Andrei sonrió por las palabras de su amigo y miró disimuladamente detrás de él para buscar a su acosador personal, lo encontró semi escondido detrás de un pilar, su cabello color caoba le cubría el lado derecho del rostro, pero el lado que alcanzaba a ver parecía ruborizado, como siempre que el chico lo estaba viendo.

Luke Marshall era un chico de su casa al que aparentemente le gustaba, por lo cual solía seguirlo cada vez que tenía la oportunidad, a la mayoría de las personas eso les habría molestado (como a su padrino), pero Andrei lo encontraba muy adorable y divertido, e incluso un poco halagador.

—“¿Todavía se puede considerar acoso cuando te gusta que te sigan y de manera disimulada lo alientas?”

Andrei fingió agarrar mal su mochila y provocar que sus libros se cayeran, se agachó para juntarlos y tal como esperaba Luke se había acercado para ayudarlo, el menor todavía se escondía detrás de su cabello ondulado, pero como Andrei le gustaba, haría cualquier cosa para agradarle.

—Gracias Luke, eres un ángel —Andrei le apartó el cabello de la cara para colocarlo detrás de su oreja y poder observar mejor el sonrojo que tanto le gustaba.

Y tal como lo esperaba, el otro Gryffindor se sonrojó fuertemente, como cada vez que Andrei le daba un cumplido.

—“Parece que cada día está más cómodo a mi alrededor” —pensó con satisfacción—. “Pero la espera me está matando, quiero pedirle una cita sin que se desmaye de la impresión”

Luke se despidió y corrió a la sala común, claramente abrumado por su contacto con Andrei.

El Zabini bufó frustrado—. “A este paso se lo presentaré a mis padres cuando hayamos terminado Hogwarts”. —Mientras el mismo se dirigía a su sala común, un pensamiento asaltó su mente haciéndolo sonreír.

—“Apuesto a que cuando lo haga, papá Theo lo adorará”

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

—… y él se molestó conmigo ¿puedes creerlo?

Rose rodó los ojos mientras el rubio a su lado seguía despotricando en voz alta, Gael Finch-Fletchley no era capaz de callarse cuando tenía algo en mente, lo cual solía ocurrir a menudo, 15 minutos era la mayor cantidad de tiempo que había pasado sin dar un discurso y eso era cuando estaba comiendo.

—Claro que puedo, eran sus túnicas nuevas —el chico al otro lado de Rose respondió.

— ¡Pero me disculpé!

El trio continuó con su camino, sin darse cuenta de que eran observados.

Solamente había pasado una semana desde que inició Hogwarts y Neville ya se sentía abrumado de todos los dejavús que había tenido, no entendía como, pero desde que conoció a esos tres, memorias de sus años escolares se la pasan danzando por su mente.

Cuando Rose Weasley se adelantó para ser seleccionada, Neville creyó haber visto a Hermione de 12 años con el cabello teñido de rojo, días más tarde pudo ver a su amiga sentada en primera fila mientras intentaba contestar todas sus preguntas, y la primera tarea que recibió de ella era el doble de lo que había pedido en una letra minúscula.

Cuando Scott Krum fue seleccionado en el gran comedor hubo una gran cantidad de murmullos, algo bastante lógico considerando que es hijo del famoso jugador de quidditch Víctor Krum, por lo cual Neville no lo pensó demasiado, pero después vio al chico lucir incomodo ante la fama de su familia y presenció una racha tan justiciera en el que no pudo evitar recordar a Harry.

Por otro lado, Gael pasó completamente desapercibido para él los primeros días… hasta que lo vio junto a Rose y Scott, siendo ruidoso, amigable, fanático del quidditch y de voraz apetito, además de un gran amor por su familia y la lealtad que rápidamente desarrolló por sus dos nuevos amigos… solo le faltaban las pecas y el cabello pelirrojo.

Ver a esos tres en Hogwarts era como tener a Ron, Harry y Hermione de vuelta en la escuela, ya estaba esperando la mañana de Halloween para que Rose intentara enseñarle a Gael como pronunciar correctamente el encantamiento de levitación.

Y él no era el único que veía las semejanzas, sabía que la directora McGonagall también tenía un ojo puesto en ese trio. Ambos le rogaban al cielo que no fueran tan problemáticos como sus antiguos compañeros de casa.

— ¡¿Qué estas tratando de decir?!

Si rogaba un poco más, con suerte se cumpliría.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

—Señorita Longbottom.

Flora tragó saliva ante el tono de su maestra, sabía que estaba a punto de ser regañada, pero no es como si lo hubiera hecho a propósito.

—Le sugiero que a partir de ahora lea por adelantado acerca de mi materia, no quiero que esto se convierta en algo recurrente.

Ella no sabe que la ofendió más: el comentario de su maestra o la risa de Lyssander, pero de todas formas golpeó a su amigo con el brazo, pues en su contra si podía tomar represalias.

—Veremos quién te ayuda con tus pociones ahora.

Flora se alarmó un poco, pero estaba decidida a ser firme, odiaba que las personas se burlaran de ella, sin importar el motivo.

Ella se parecía mucho a su padre, había heredado su conocido pulgar verde, su capacidad empática y su encanto angelical (o eso decía su madre), cada vez que alguien resaltaba esas características no podía evitar estar orgullosa, aunque también había heredado cosas con las cuales no estaba del todo contenta.

Como la torpeza, Flora no podía caminar por una superficie plana sin tropezarse con sus propios pies, lo cual la exasperaba, por otro lado, muchos en Hogwarts conocían a su padre de sus días como alumno y todos esperaban que fuera como él, si, derritió un caldero en su primera clase de pociones ¡Pero eso no significaba que ocurriría siempre! ¡Su profesora no tenía ningún derecho a señalarla por algo que a cualquier primer año le podía pasar!

Flora abandonó rápidamente el aula de pociones y corrió muy enfadada hasta encantamientos, una réplica exacta de su amigo ya la estaba esperando, solo que este llevaba una corbata verde.

— ¿Qué hizo el idiota de mi hermano ahora?

— ¿Cómo sabes que Lyssander me hizo algo?

—Él es único que te hace llorar.

La rubia se tocó la cara sorprendida, no se dio cuenta de que estaba llorando.

—De verdad, por la forma que ustedes pelean un día van a terminar casados.

— ¡No voy a casarme con él!

—Créeme, lo harás.

Lorcan estaba seguro de ello, su madre ya le había dicho que tuvo una visión acerca de Flora y Lyssander casándose, se lo diría a Flora para probar su punto, pero la sangre vidente de los Lovegood era uno de sus secretos mejor guardados y aunque ella fuera su mejor amiga no estaba dispuesto a contárselo.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

Stephany se rio otra vez.

Ese era el quinto chico que tropezaba por mirar embobado a su primo… en las últimas 2 horas.

Louis sentía conflicto con respecto a su aura veela, a veces le encantaba que lo miraran y se paseaba por el castillo para ser halagado, en otras ocasiones la odiaba y solo quería desaparecer, porque Louis sabía que era guapo, pero también sabía que quería a alguien que viera más allá de eso, lo cual era bastante difícil cuando tu belleza deja lelo a cualquiera.

A Stephany le parecía divertido y muy útil, la gente no podía evitar hacer lo que Louis pedía, aunque la efectividad dependía de la otra persona, con los familiares no existía el magnetismo sexual que exudaban los veelas, en cambio veían a una criatura angelical que debía ser protegida y mimada, personas con las que no se compartían relaciones sanguíneas (cercanas) si eran afectadas, pero en mayor o menor medida según la orientación sexual del veela.

Un veela no puede afectar a otro, y con otras personas con sangre de criatura el aura veela no funciona igual o en absoluto, como aprendieron cuando Teddy no tuvo ningún problema en vigilarlo y hacer que cumpliera con su castigo (tal vez no debió hacerle caso a James y Fred) a pesar de todos los pucheros que el rubio hizo.

Las personas profundamente enamoradas sentirían el efecto de su aura veela, pero sería muy fácil para ellos resistirse, como todos los adultos de su familia (que nunca habían caído en sus manipulaciones) o James cuando se enamoró de Teddy (que dejó de echarse la culpa por las travesuras que Louis hacia) y Dominique cuando empezó a salir con Eddie (que dejó de darle coartadas para mamá y papá).

— ¿Te divierte mi desgracia?

Stephany se volvió a reír, hoy era uno de esos días en los que Louis odiaba su aura veela.

—Solo un poco —no tenía ningún sentido negarlo.

Louis resopló y siguió leyendo su libro.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

—Eres terco ¿sabías? 

—Mira quien lo dice.

Andrew soltó una carcajada antes de volver a besar a su novio.

Le había tomado años conquistar a Charlie Weasley pero por fin lo había conseguido, le costó mucho trabajo, no solo porque Charlie estaba empeñado en ser el soltero eterno, sino también por todos los amantes que había tenido.

Durante todos esos años, Andrew tuvo que apretar los dientes cada vez que el pelirrojo llevaba a alguien a la Madriguera, hombre o mujer el corazón del oji marrón se estrujaba cuando veía a Charlie con alguien más, en esos momentos Molly solía prepararle sus golosinas favoritas y dejarlo llorar en su hombro cuando nadie los veía, el resto de los Weasley le ofrecían consuelo a sus muy únicas maneras.

No le mintió a Charlie cuando dijo que amaba a su familia, eso solo le dio un pretexto creíble para quedarse, pero terminó amándolos aún más luego de que Charlie terminara con él y en algún punto llegó a pensar que incluso si no lograba conquistar a Charlie, él ya tenía a su familia pelirroja y no necesitaría nada más.

Por fortuna para él, su domador de dragones cedió.

—Pudiste encontrar a alguien mejor que yo en todo este tiempo.

— ¿Aún no lo has entendido, Charlie? —Andrew siguió hablando entre besos—. Para mí no hay nadie mejor que tú.

El pelirrojo disimuló su sonrojo lo mejor que pudo, estaba seguro de que nunca podría entender como Andrew lo soportó durante tanto tiempo, siempre que Charlie terminaba una relación sus ex no querían saber nada de él, y eso no le molestaba, la soltería le resultaba muy cómoda, pero con Andrew las cosas eran diferentes.

Para empezar él no se marchó cuando terminaron, insistió en quedarse alegando que amaba a su familia, sinceramente Charlie no le creyó en absoluto, pero como acababa de romper con el decidió dejarlo pasar por el momento, con el tiempo se iría.

En teoría ambos se fueron, pero de regreso al trabajo. Lo malo de involucrarte con un compañero de trabajo es que las cosas se vuelven incomodas cuando terminas con esa persona, pero Andrew no lo hizo incómodo para Charlie así que recuperó la relación amistosa que tenía con él antes de que se involucraran románticamente.

Los primeros años Charlie estuvo bien, le fascinaba que su rutina se hubiera restaurado de una manera tan sencilla, Andrew había hecho las cosas tan agradables para él que no se dio cuenta de lo que el castaño estaba haciendo: asegurarse un lugar en su vida al ser una presencia constante y amigable.

Andrew pasó de ser un compañero de trabajo a una pareja temporal y de eso a su mejor amigo, Charlie le contaba cada cosa que le pasaba por la cabeza, sus sueños, sus miedos, lo que desayunó en la mañana, anécdotas de su infancia, sus cosas favoritas, sus dilemas morales… estúpidamente le dio a Andrew todo el material para que pudiera conquistarlo.

Cuando volvió a poner atención, ya era completamente dependiente de Andrew, entró en pánico al darse cuenta de que no podía concebir su vida sin la presencia del otro, así que hizo todo lo posible para cambiar eso, lo cual era un tanto difícil considerando que su amigo (porque se negaba a verlo de otra manera) insistía en estar a su alrededor.

Entonces decidió jugar sucio, conseguiría amantes cada vez que se le presentara la oportunidad y se pasearía con ellos frente a Andrew, tal y como esperaba eso creó una brecha entre ellos, pero su presencia en la Madriguera todavía lo inquietaba, así que comenzó a llevarlos ahí también.

Y cada vez fingiría que no escuchó a Andrew llorar durante la noche.

Andrew no le diría nada, estaba demasiado acostumbrado a aparentar tranquilidad por cualquier cosa que hiciera, pero su familia no tenía tales reparos, su madre le gritaba constantemente por herir los sentimientos de Andrew, su padre solo miraría con desaprobación a sus citas, sus hermanos soltarían comentarios al aire en su presencia, diciendo lo malo que era con su amigo.

Un día finalmente explotó y le reclamó a Andrew por inmiscuirse en su vida de esa manera, por perseguirlo como un acosador y usar lo que él le había confiado para tratar de que aceptara un amor que no quería.

Andrew solo lo miró inexpresivo cuando respondió—. Nunca me dijiste que me detuviera ¿Cómo podía saber que te molestaban mis atenciones cuando de buena gana las aceptaste todas?

El resto de su visita a la Madriguera Andrew actuó con naturalidad, acostumbrado a no dejar ver cuánto le afectaba el desprecio de Charlie, pero el pelirrojo estaba en medio de una crisis emocional, pues tal y como Andrew había dicho, él no se quejó por ninguna de las cosas que Andrew hizo por él, lo único que molestaba al Weasley era saber que lo estaba haciendo para enamorarlo sin remedio… y que había funcionado.

Pero Charlie no abandonó la negación durante varios meses, se alejó tanto como pudo de Andrew intentando escapar de sus sentimientos, solo para terminar extrañándolo más y más cada minuto que estaba sin él.

Charlie en realidad no cree que merezca el amor de Andrew después de lastimarlo tanto, pero si él no quería irse, Charlie no haría nada para alejarlo.

Ya no más.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

—“Está con ellos otra vez”

Vanessa Wolfe observó a su mejor amiga charlar animadamente con Scorpius Malfoy y Evan Weasley, desde que esos dos llegaron a Hogwarts Samadhy no pasaba un solo minuto sin ellos (con excepción de las clases, ya que eran de años diferentes), la interacción entre los tres era tan sencilla que no sorprendía a nadie.

Si era sincera consigo misma se sentía un poco desplazada, llevaba más tiempo de conocer a Samadhy que ellos y no le parecía justo que acapararan a su amiga.

—Hey Vane, ¿nuestro lectura sigue en pie para mañana?

Vanessa parpadeó sorprendida, no esperaba que Samadhy realmente quisiera continuar con su tradición de leer juntas en el Lago Negro al final de cada semana, asumió que se pasearía por Hogwarts con Evan y Scorpius otra vez.

Samadhy tomó los libros que Vanessa estaba usando para su tarea y la arrastró de la mano hasta los dormitorios femeninos.

—Que tenga nuevos amigos no significa que me olvidaré de ti.

Vanessa sonrió, se estaba preocupando por nada.


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