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Alétheia por ardnas

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Astoria hizo una mueca ante el desagradable sabor en su boca, se enjuagó con agua antes de dirigirse al comedor, por suerte aún no había desayunado.

Después de 16 semanas se suponía que las náuseas ya deberían haberse ido, pero seguía despertándose con la inminente necesidad de vomitar, lo cual sería difícil de ocultar si no fuera porque ir al baño en cuanto se despertaba era un hábito de toda la vida.

No estaba lista para que Draco supiera de su embarazo.

Las mujeres en su familia solían tener un solo hijo debido a lo complicados que eran los embarazos para ellas, el cuerpo de la propia Astoria siempre había sido algo frágil, así que tener a Scorpius fue una lucha, no solo con su cuerpo, sino también con su esposo.

Daphne (la muy traidora) le había contado a Draco sobre la maldición que había en su familia (que Astoria muy convenientemente olvidó mencionar), lo cual hizo que Draco fuera reacio a tener un hijo, pero Astoria sabía que sus probabilidades de llegar a la vejez eran nulas, ella necesitaba asegurarse de que cuando muriera el rubio no se quedara solo.

Lo admitía, hacer que el pequeño Sirius le prometiera que cuidaría a Draco fue un acto desesperado pero ese día había estado muy emocional, los enamoramientos infantiles eran muy comunes y se desvanecían con el tiempo, ella era plenamente consciente de ello, aun así pudo confirmarlo de primera mano cuando Sirius poco a poco dejó de hablar acerca de cuanto quería a su tío Draco y como se casaría con el cuándo creciera, el pelirrojo incluso tenia novia.

Así que cuando superó su arrebato emocional decidió que la mejor compañía que pudo dejarle a Draco era un hijo, el rubio dijo que no hacía falta, que no tenía ningún problema con que su apellido maldito (aún no había querido decirle a que se refería con eso) terminara con él, pero Astoria fue firme en su decisión

La mayoría de las mujeres (y algunos magos fértiles o que habían tomado la poción requerida) afirmaban que el embarazo era una etapa maravillosa y las personas a su alrededor solían decir que el embarazo les sentaba bien, incluso en el mundo muggle pueden reconocer a una mujer en cinta porque el embarazo “las hace lucir resplandecientes”.

Pero Astoria nunca había estado tan enferma como cuando se embarazó, luego del quinto mes fue incapaz de abandonar su cama debido a lo débil que estaba, no podía retener ningún alimento sin el uso de pociones, estaba más pálida que nunca, incluso su cabello comenzó a caerse.

Ella sabía que Draco estaría muy molesto cuando se enterara, pero ella no podía ni quería renunciar a este bebé, así que lo mantendría en secreto tanto como pudiera, y algún día lo tendría en sus brazos.

Pasará lo que pasara.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

—Esto es estúpido.

— ¿Entonces porque viniste?

—Vine para evitar que metieras a Sophia en problemas.

—Es más probable que tú la metas en problemas a que yo lo haga, eres una gryffindor después de todo, la sutileza no está dentro de tus virtudes.

— ¡Cierra la boca imbécil!

—Elizabeth, si no bajas la voz, entonces si nos meteremos en problemas y será tu culpa.

La Thomas paró de protestar ante la reprimenda de su amiga.

—Encontremos ese libro y larguémonos antes de que nos descubran.

Lawrence sabía que adentrarse en la sección prohibida a la mitad de la noche era estúpido, algo que probablemente haría un gryffindor, no un slytherin, pero simplemente no podía quedarse sin respuestas.

Aunque fuera en contra de sus creencias slytherin, estaba dispuesto a correr cualquier riesgo con tal de obtener la información que necesitaba, si por evitar los riesgos nunca llegaba a obtenerla, ese trago amargo que era la duda siempre lo perseguiría.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

—Deja de reírte —murmuró irritado el menor.

Eddy lo intentó, de verdad que lo hizo, pero volvió a estallar en carcajadas al ver la molestia en la cara de su amigo, además de la ridícula tarjeta rosa pastel en sus manos.

Zephyr fulminó el objeto en sus manos como si fuera el único e indiscutible causante del hambre en el mundo, pero era solo un cuadrado de papel color rosa con tres inocentes palabras:

“Te extraño mucho”

—No entiendo porque me sigue enviando estos mensajitos ¡No soy su maldito novio!

—Si ella tiene algo de razón, entonces solo es cuestión de tiempo.

— ¡¡Cierra la boca!!

Eddy volvió a reírse de su mejor amigo, le divertía mucho ver como perdía el norte ante cualquier cosa relacionada con Eileen Snape. Desde que la chica afirmó estar enamorada de Zephyr, el Slytherin había desarrollado una ira irracional hacia ella y sus muestras de afecto, desde las más dulces como la tarjeta que recibió hoy, hasta las más atrevidas cuando le robó un beso en medio de la sala común (la cual fue una escena muy divertida considerando que Zephyr mide 1.65 y ella casi 1.90).

—La verdad es que no entiendo porque no le das una oportunidad.

—Porque es muy fastidiosa y la detesto.

Eddy ni siquiera se molestó en preguntar porque Eileen le parecía fastidiosa: no quería escuchar otro discurso de 1 hora.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

— ¡Samadhy! ¡Samadhy!

Scorpius entró corriendo a la sala común, tropezando por accidente con Vanessa.

Samadhy se rió del rubio y la morena tirados en el suelo, la torpeza de Scorpius siempre causaba situaciones como esa, aunque normalmente tropezaba con Evan o consigo mismo, el Weasley llegó poco después y también se echó a reír por la falta de equilibrio en el rubio.

— ¡No vas a creer lo que Evan y yo encontramos en la biblioteca! —Exclamó el rubio después de que tanto el cómo Vanessa se levantaran.

—Tienes que ver esto —Evan pasó las páginas de un libro llamado: “Los sagrados extintos”.

Nada la preparó para ver una versión mayor de sí misma saludando alegremente desde una página, debajo de la imagen ponía: “Edythe Klausse-Casse, ultimo descendiente conocido de la familia Klausse-Casse, animaga felina múltiple”.

En todos sus años de vida, Samadhy nunca conoció a nadie que se pareciera a ella, la familia de su madre estaba llena de personas castañas con ojos marrones y la de su padre… bueno, que ella no tuviera ninguna característica de su familia provocó que él las abandonara.

— ¿Que-que es esto?

—Estábamos haciendo nuestra tarea de Historia de la Magia acerca de las familias sangre pura, cuando buscábamos el libro sobre “Los Sagrados Veintiocho”, encontramos este también, lo tomamos por curiosidad, pero cuando vimos esta imagen tuvimos que mostrártelo.

—Dámelo.

Familia Klausse-Casse

Los Klausse-Casse fueron una familia sangre pura originaria de Francia, que se trasladó a Inglaterra en el año de 1480, casi 3 después de que culminara la Edad Media. Sus miembros se caracterizaban físicamente por ser de cabello obscuro y por tener unos brillantes ojos violetas.

Mágicamente, se les conocía por su afinidad hacia la rama de la transfiguración y la metamorfosis, convertirse en animagos era sencillo para ellos, incluso parcialmente en otros seres vivos u objetos.

Había una imagen de un joven con cabello casi negro y ojos violetas, tenía una sonrisa presuntuosa mientras mostraba como su brazo se transformaba en la rama de un árbol.

“Archie Klausse-Casse, miembro de la familia Klausse-Casse capaz de transfigurar su cuerpo en materia orgánica”.

Había otra mujer, también muy parecida a ella, pero de una apariencia más madura, seguía apareciendo y desapareciendo de la imagen.

“Helen Klausse-Casse, miembro de la familia Klausse-Casse capaz de camuflarse con el ambiente”.

Había 2 paginas completas llenas de información sobre las habilidades de esa familia, todo el tiempo alabándolos por lo poderosos que eran, pero Samadhy no podía apartar la vista de sus cabelleras obscuras y los ojos violetas, ojos que solo había visto en su propio reflejo.

Más allá de las simples apariencias, Samadhy era plenamente consciente de que su madre era la única persona que le daba una sensación de hogar, incluso la familia con la que no se podía negar su parentesco miraba con ultraje su apariencia, así que el acogedor sentimiento de pertenencia hacia estas personas que nunca había conocido, pero que probablemente eran familia, la abrumó.

Y Samadhy no pudo evitarlo.

Ella lloró.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

— ¿Enserio estará bien?

—Sí, solo es un poco de fiebre, mañana estará mejor.

Andrei suspiró mientras la sanadora lo dejaba para atender a otros pacientes, observó a su mejor amigo, los mechones rojo sangre estaban desparramados en la almohada y las sábanas blancas, la tez casi bronceada brillaba por el sudor, sus ojos estaban cerrados y en su cara había una mueca de dolor, se removía por un sueño intranquilo.

En todo el tiempo que llevaba de conocerlo, Andrei nunca había visto a Sirius enfermo, siendo hijo de un mago fértil tanto el pelirrojo como sus hermanos eran inmunes a cualquier tipo de dolencia, algo que Andrei había envidiado con fervor durante años.

Acarició los mechones de su amigo, incluso jugó un poco con la pequeña trenza azul que el mismo Sirius había hecho, cuando el Weasley abrió los ojos.

Pero no eran el color azul obscuro al que Andrei estaba acostumbrado, el iris se había vuelto de un azul muy claro y estaban cristalinos, parecían dos espejos de hielo, Sirius soltó una risita dulce mientras miraba al Zabini con un aire soñador.

—Papá estará tan feliz.

Y Sirius cayó en la inconsciencia, dejando a un muy desconcertado Andrei detrás.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

Molly miró con amargura a la pareja que se besaba en un rincón, ella detestaba el romance casi tanto como detestaba a Eddy.

A diferencia de lo que toda la gente piensa, ella no odia a Eddy por difundir lo que ella le había contado, semanas antes del incidente Molly ya había desarrollado un gran resentimiento hacia el Jordan, pero ella necesitaba una razón para alejarse de el sin verse mezquina, así que le contó a Eddy sobre su “enamoramiento” sabiendo que no podría evitar contarlo, estaba decidida a no ser la mala del cuento, por qué habría de serlo cuando fue Eddy quien lo arruinó todo.

Pero no podía apartar al Jordan del todo, tenían amigos en común y para colmo era novio de su prima, así que su mejor manera de mantenerlo lejos era sostener ante todos que no podía volver a confiar en el por su “lengua floja”, lo cual nadie cuestionó pues sabían lo mucho que la Weasley apreciaba su privacidad.

Sus amigos no dejaban de intentar reconciliarlos, pero de ninguna manera ella pondría de su parte, no quería tener nada que ver con el Jordan.

Si tan solo Dominique no estuviera tan ciega cuando de su novio se trataba, el idiota no podía pasar un solo día sin meterle mano a alguna chica, ni siquiera se molestaba en ser discreto, a veces incluso lo hacía cuando Dominique lo estaba viendo ¡No tenía ningún respeto por su prima!

De alguna manera tenía que conseguir separarlos, Dom merecía mucho más.

— Alétheia — Alétheia — Alétheia —

Eddy arrastró a su novia a un rincón para que pudieran besarse.

Y si deliberadamente eligió el lugar donde Molly podría verlos mejor, bueno, ella no se daría cuenta, no es como que le importara si lo hiciera, hace mucho que dejó de importarle la opinión de Molly (para algo más que hacerla rabiar).

Hubo un tiempo en que la consideró una gran amiga, gracias a sus padres se conocían de toda la vida y Eddy había aprendido a verla como a una hermana (le molestaba que sus padres no quisieran tener más hijos, siempre quiso ser un hermano mayor), así que cuando ella buscó un tonto pretexto para alejarse de él obviamente le dolió mucho.

Eddy no era estúpido, sabía que Molly planeaba algo cuando le contó sobre su supuesto enamoramiento, ella había dejado muy claro en el pasado que nunca le contaría a él ningún secreto importante por miedo a que lo contara accidentalmente, Eddy lejos de ofenderse estuvo de acuerdo, pues sabia lo mucho que le costaba guardar secretos.

Si, sabía que todo era un plan de Molly, pero de todas formas se disculpó con ella porque si ese en realidad hubiera sido su secreto se habría sentido muy mal y habría lastimado a Molly, además de que no sabía porque la pelirroja estaba tan molesta con él, pero en ese momento pensó que sin importar lo que fuera podrían arreglarlo, con todos esos años de amistad sintió que al menos ella le daría una oportunidad.

Vaya ingenuidad la suya.

Su ex amiga no le daría pistas sobre lo que la molestaba (y el no preguntó pues sabía que no le diría nada), pero con la actitud de Molly fue capaz de juntar las piezas, y cuando supo la causa del problema decidió que la amistad con una persona así no es algo que quisiera recuperar.

Lo que Eddy había hecho mal (según la pelirroja) era enamorarse de Dominique y no de ella. Todo el maldito problema fue que Eddy le contara a Molly lo mucho que le gustaba Dominique y como planeaba pedirle que fuera su novia. Molly decidió que si Eddy no la quería como pareja ella no lo querría para nada, así que se armó un sutil teatro para que la culpa de que su amistad terminara recayera sobre él.

Y no contenta con eso, ella intentaba hacer que Dominique lo dejara. Él se preguntaba seriamente si su disgusto por el tipo de relación que tenía con Dom era en nombre de Dom, o era ella sintiéndose celosa de que otras mujeres también lo tuvieran cuando ella no podía.

Cualquiera que sea, Eddy no lo está permitiendo, el hará de todo para que Dominique lo ame tanto que nunca piense en irse.

Enojar a Molly en el camino solo lo hace divertido.


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