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To the beautiful you por OldBear

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Capítulo 8

 

Sirius Black se habría esperado que Severus le lanzara miles de maldiciones, él mismo tenía ganas de vez en cuando de maldecir al hombre a decir verdad, y más porque nunca  se tragó por completo el que Snape era completamente bueno, realmente tenía ganas de atacarle con unos buenos hechizos. Así  que cuando divisó al hombre que venía directo hacia él por el jardín de los Weasly, gritándole improperios, se alistó instantáneamente con su varita. Se llegó a sentir ansioso inclusive, a la expectativa de por fin poder atacar al bastardo grasiento, pero  lo que jamás se esperó fue que el Slytherin lo hiriera con sus propios puños, cuando claramente habría podido usar su magia. Y era por eso que ahora Sirius tenía una nariz sangrante, y Severus el puño hinchado.

 

Lo habría matado, por Merlin que Black tenía todas las intenciones de tomar su varita y matar a Snape, y nadie podría culparlo de hacerlo después de que el otro le había golpeado frente a testigos, pero no le dio tiempo a hacer nada ante la premisa de lo que “el maldito Snape” le había gritado:

 

— ¡Se supone que protegerías a Harry!

 

¿Harry? ¿Qué había sucedido con Harry? No estaba reaccionando bien. El dolor en su nariz era insoportable. Solo llegaba a entender que Remus estaba a su lado intentando ver la herida y le apuntaba con su varita, pero no sabía que hechizo recitaba, o por lo menos no le entendía. Toda la atención de Sirius estaba puesta en Snape, quien tenía enfrente a Ron y a la señora Weasly que lo acusaban. Snape solo lo señalaba y repetía una y otra vez que era un perro sarnoso que debió proteger a Harry. Y eso lo estaba enloqueciendo.

 

 

— ¡! Silencio!! —había gritado Hermione obteniendo la atención de todos, era claro que la chica había usado un hechizo amplificador

 

— ¿Cómo es posible que te hagas llamar el padrino de Harry si no lo proteges? — exclamó Snape inmediatamente, aprovechando que todos le escucharían.

 

— ¿Qué pasa con Harry?

 

—No te hagas Black— Snape parecía querer matarlo a maldiciones, se notaba la furia brotando en sus ojos— es imposible que no lo sepas cuando andas pregonando lo que cuidas a Potter en cada maldita reunión.

 

Sirius se estaba más que alterando, no iba a permitir que nadie, y menos el “grasiento de Snape” le juzgara su condición de padrino de Harry. Si bien habían sucedido muchas cosas que evitaron que fuera la familia que Harry necesitaba en muchos momentos de su juventud, estaba intentado remediarlo.

 

Había intentado recuperar todo el tiempo perdido con su ahijado, y entendía que lo estaba haciendo genial. Incluso, lo único que evitaba que no viviera con Harry, fue el mismo muchacho, por qué antes de que iniciara la relación con Cedric, Sirius le había propuesto irse a vivir con él y Remus, pero el menor había dicho que no, y era entendible que quisiera su espacio.

 

— ¿Cómo es posible que tú y el maldito tejón dejaron que Harry hiciera…?

 

—Espera un momento Snivellus— ¿Cedric? No entendía por qué el slytherin mencionaba a Cedric en eso. El tejón, a juzgar por Sirius, era un buen muchacho. Era bien parecido para estar a la altura de su ahijado, tenía éxito en su trabajo y era encantador. Si bien Remus siempre le decía que le parecía algo desapegado de Harry, Sirius siempre le restaba importancia. El mismo Harry le decía que su novio estaba ascendiendo en su empleo y eso le cargaba de trabajo, era algo comprensible— No me digas que todo esto se trata de que estas celoso de Harry y su novio.

 

La sonrisa que se instauró en la cara de Sirius no flaqueó ni cuando Snape se tensó, sino más bien que aumentó. Quizás sí que había dado justo en el clavo. Siempre supo que Snape era una mala persona, y lo estaba comprobando ahora. El ex mortifago parecía dolido porque Harry, a quien Severus siempre demostraba que odiaba, estaba siendo feliz.

 

— ¿Qué mierda estas diciendo, Black? —en parte el otro tenía razón, estaba muy celoso de que Cedric estuviese con Harry, y se sintió mínimamente vulnerable cuando se lo encaró delante de tantas personas, pero eso no era lo importante en aquel momento: Snape solo quería respuestas— Tu y Diggory son unas escorias que aun lucran con Harry, si está enfermo, ¿Por qué lo obligan a esconderse?

 

El silencio que se escuchó fue solo roto por una incrédula Hermione, que dio un paso adelante y soltó un pequeño “¿Qué...?”

 

Eso le recordó a Severus que no solo Cedric y el pulgoso de Sirius tenían la culpa, si Harry tenía amigos tan “fieles”, ¿Cómo le habían permitido llegar a esas circunstancias?

 

—Y ustedes— dijo señalando a Ron y Hermione, instintivamente Molly se puso frente a Hermione, quizás tenía miedo de que hiriera a la chica embarazada tal como lo hizo con Sirius, pero a Severus no podía importarle menos lo que creyera ella— son sus amigos. ¿Cómo dejan que Harry use un hechizo para esconderse? —Siseó—Él no debe ocultarse, él debe tratarse.

 

El silencio que reinó fue tan profundo, que a Severus llegó la idea de que quizás,  en verdad nadie sabía nada.

 

— ¿A qué te refieres Snivellus?

 

Severus ignoró el apelativo en función de guardar la compostura y centrarse en el tema principal. En ese momento Molly decidió que iría a ver a los niños cuando Hermione declaró que el hechizo que había colocado le avisaba que se estaban despertando. Si esto era tan serio, los niños no debían bajar.

 

—Harry está enfermo y ustedes dejan que se oculte tras un hechizo, ¿para qué? ¿Evitarles la vergüenza publica? ¿Acaso lo consideran un monstruo como el resto del maldito mundo mágico lo hizo una vez?

 

A Sirius le seguía doliendo la nariz y no le dejaba concentrarse bien, pero sabía que no era el único que no estaba entendiendo del todo lo que decía Snape.

 

— ¿Cómo que Harry está enfermo? ¿Qué le hiciste Severus?

 

Remus se adelantó antes de que Sirius siguiera despotricando.

 

— ¿Puedes enseñarnos a que te refieres? — preguntó con suavidad en la voz. Tampoco él entendía a qué se refería Severus, y suponía que era más fácil ver directamente lo que el pocionista les intentaba decirles.

 

Severus meditó por un momento, quizás era la mejor opción, pero no le agradaba para nada. Ellos querían una prueba de lo que él estaba diciendo, era obvio, pero no podía dejar que vieran sus recuerdos. No solamente eran demasiado personales para él, sino que también sentía que estaba vulnerando la privacidad de Potter. Harry había tenido la confianza de abrirle las puertas de su departamento en mitad de la noche, de sentarse junto a él aun estando precariamente vestido, de compartir un momento que por lo menos, el mismo Severus consideraba especial. No podía simplemente abrir sus recuerdos para que todos ellos lo vieran, simplemente no podía.

 

Pero era necesario.

 

—Solo a Granger— dijo al fin. Creía que la chica era la más sensata de todo el grupo. Quizás habría podido confiar en Lupin, si bien era más contemporáneo, el problema es que tenía al molesto Black. Dudaba que Black no quisiera saber de qué trataba el recuerdo, y en algún momento estaba seguro que Remus cedería y le dejaría ver al otro. Pero Granger no, sabía que ella no caería ante Sirius, y podía controlar a Ron fácilmente. — Solo ella lo verá, ustedes sabrán si confiar o no en ella a partir de eso entonces.

 

Por supuesto que Black se quejó, era obvio que no entendía por qué él no podía ver algo concerniente a Harry. En cuanto a Remus y Hermione, parecieron captar que se trataba de algo bastante privado, y Ron, aunque también quería saber que estaba pasando con su amigo, no estaba seguro de querer ver ningún recuerdo que viniera de Snape.

 

Hermione  condujo a Severus hasta la cocina, había un hechizo que Severus conocía bastante bien para reflejar los recuerdos sin la ayuda de un pensadero, no se vería tan nítido como un recuerdo, y la procesión era más bien como una sucesión de fotografías sin movimientos donde solo vería en primera persona, directamente desde los ojos de Severus, pero sería más que suficiente. Colocó un rápido hechizo de privacidad para evitar la intromisión de Black, y apuntando hacia su cabeza, lanzó el hechizo del recuerdo.

 

La primera imagen que apareció fue la de Harry abriendo la puerta, Granger no dijo nada respecto a la hora en la que Severus estaba en la puerta del otro, o que su amigo había abierto en ropa interior, y Severus lo agradeció internamente. Luego la chica vio varias veces a Harry tomando de su vaso, luego lo vio dormido y entonces, vio cuando Severus despertó y Harry estaba sin el hechizo. De pronto la imagen de Harry sin camisa se mostró y Hermione emitió un sollozo cuando la imagen se congeló para que ella pudiera verla bien. Cuando las imágenes fueron pasando, Severus casi se arrepiente de haberle pedido eso a la chica por una gran razón: ella estaba embarazada y parecía que le estaba afectando bastante.

 

—Me detendré— dijo cuando la vio cubrirse la boca ahogando un grito por la sucesión final de fotos de Harry sacando a Snape del departamento.

 

Hermione asintió cuando una lágrima empezaba a descender por su mejilla. ¿Qué le estaba pasando a su amigo? No era solo lo físico, la reacción que había tenido al final denotaba que estaba emocionalmente afectado por que lo descubrieran, ¿de qué se trataba todo eso?

 

Le tomó un momento recomponerse, no era tiempo para sus descontroladas hormonas, debía ayudar a Harry y necesitaba tener entereza para explicarle a los demás lo que estaba sucediendo. Aunque ni ella misma sabía que estaba sucediendo.

 

— ¿Sabes por qué esta así? — le preguntó a Severus limpiándose la lagrima que no logró retener.

 

El otro negó apretando los labios, se sentía expuesto frente a la muchacha frente a él, era obvio que ella estaba atando cabos en su mente.

 

—Simplemente me enfureció que escondiera detrás de un hechizo su deterioro, no me pregunté qué era lo que le estaba deteriorando. Pensé que ustedes me lo dirían.

 

—No sabía que tenía esas marcas— ella gesticuló con las manos señalando su cuerpo— pero su delgadez— su voz por poco se quiebra, tuvo que respirar para serenarse— Parece… anoréxico. Es imposible que no nos diéramos cuenta.

 

—Es muy listo— Severus se levantó, se estaba sintiendo encerrado e incapaz— su hechizo, ahora que lo pienso, era demasiado bueno. No nos quería hacer creer que estaba del todo bien. Siempre se veía cansado, lo suficiente para preocuparse ligeramente, pero no desconfiábamos.

 

Hermione asintió, aunque entendía lo que Severus le estaba explicando, en su mente buscaba los detalles que debió haber notado en su  amigo. Tuvo que dejar de hacer eso cuando sintió la patada de su bebé recordándole que el estrés le hacía daño a él también.

 

—Tenemos que decirle a los demás, e ir a hablar con Harry. Debemos saber que sucede. Aunque por la forma en que reaccionó cuando lo viste, supongo que no nos querrá recibir.

 

Severus asintió, se daba cuenta de que no solo Hermione se daría cuenta de lo que estaba pasando, si seguía, todos se darían cuenta que tenía ciertos sentimientos hacia Potter, pero no le importaba. Estaba más que preocupado por el Gryffindor, y nada le disuadiría para alejarse en ese momento; ni siquiera exponerse frente a los otros, ni un perro sarnoso que quería matarlo esperándolo en la sala.

 


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