Casa de la Familia Potter:
James mantenía una ardua charla con el ministro Kingsley, entonces surgió un tema de poco agrado para el señor Potter, pero pudo disimular bien el disgusto. El ministro le mencionaba, como quien no quiere la cosa que por fin la familia Potter estaba sucumbiendo ante la inentendible rivalidad con la Familia Malfoy que desde hace varias generaciones habían mantenido. Al final ya ninguna de las dos familias recordaba el porqué.
— ¡En qué te basas para insinuar eso! —exclamó sin perturbación, era bien sabido que Kingsley aun siendo el ministro era gran amigo de James.
— Disculpa James, no quise ofenderte —agregó el otro— es solo que en el ministerio he escuchado varios rumores de que... James, me extraña que aún no los hayas oído.
— ¡No! —negó mirando desafiante al ministro— así que explícame, para comprender.
— Pues, no sé cómo, ni quién comenzó, pero corrió el rumor de que tu hijo Harry mantiene una relación con el más joven de los Malfoy —James bufó, parecía una desfachatez, bien Harry siempre le sorprendía haciendo de todo, menos lo que él esperaba, pero eso —mantener una relación con el chico Malfoy— era un tanto poco creíble.
Muchas veces había sido llamado por el director Dumbledore para informarle de las continuas peleas que su hijo tenía con el niño rubio y ahora de buenas a primeras le decían que esos chicos mantenían una relación. De algún modo le parecía una broma de mal gusto.
— Oh, discúlpame James —fue lo único que el ministro se limitó a decir— en serio no pensé en lo que decía.
— No te preocupes, tú no tienes culpa — justificó el moreno— pero la gente tendría que tener más cuidado al hablar de esos temas, así como así — Kingsley asintió sin decir más, pronto se despidieron y este se retiró rumbo a su casa.
James buscó a Lily con la intensión de aclarar sus dudas; sabía que Harry siempre acudía a su madre cuando se traía algo entre manos, si tenía que ocultarle algo, Lily siempre sabía los secretos de su hijo. Grande fue su sorpresa cuando su esposa también se mostró sorprendido por el comentario del ministro, tanto así que en ese mismo momento decidió enviarle una carta a su hijo para aclarar la situación.
— De ser cierto... ¿Qué harás? — preguntó la mujer un poco preocupada por la reacción que podría tener su esposo.
— ¿Qué puedo hacer? —se encogió de hombros— Harry siempre hace lo que se le da la gana y siempre me contradice, en esta ocasión no será distinto.
Con una enorme sonrisa Lily continuó escribiendo la carta para su hijo.
En el Edificio principal de la compañía Malfoy:
— Lucius —dijo firmemente el hombre— Astoria me escribió esta mañana, tu hijo y ese chico Potter hicieron una escena frente a todos y... Me dices que el acuerdo sigue en pie.
— Tranquilízate Greengrass —el patriarca de los Malfoy usó el tono de voz más calmado que pudo— seguramente es un mal entendido — atinó a decir— hablaré con Draco y aclararemos esto.
Lucius llevó una mano al hombro de su socio, el cual después de mostrarse molesto, aligeró sus gestos.
— No te preocupes —insistió el rubio— Draco y Astoria se casarán como lo habíamos convenido desde que eran unos niños.
— Esta bien Malfoy —asintió— estaré en espera de noticias.
Sin decir más el señor Greengrass se retiró del lugar. Lucius se dejó caer en su silla y respiró profundo. Esperaba que eso que acababa de oír solo fuera un mal entendido, conocía a Draco y a veces su hijo era bastante caprichoso y temía que se hubiera metido con Potter solo por salvarse de el dichoso compromiso con Astoria.
— Bien —se dijo a sí mismo— si es que Draco está con ese niño— cerró los puños— tendré que hacer algo al respecto, no puedo permitir que Draco abuse de otra persona de esa manera, aun cuando se trate de un Potter.
Pocos días después de que le escribiera pidiéndole una explicación, recibió la respuesta de su amado hijo, esta respuesta era afirmativa, lo cual le estresó de sobre manera, pero un Malfoy y debía controlarse.
Fue a casa de los Potter para informarse mejor del asunto, pues por un momento sospechó que tal vez su hijo le estaba mintiendo, y es que cuando le propuso llevar al chico Potter a la mansión, Draco se había negado alegando que "su novio" estaba enfermo y no podía asistir ese fin de semana, ni el siguiente y que pronto sería los EXTASIS, así que sería más difícil pues debían estudiar.
Se sorprendió al ver que James Potter aceptaba la relación sin problema, sin importar que sus familias habían sido enemigas por tantas generaciones, y sólo por que cuando un antepasado Potter, había ido a pedir la mano de una antepasada Malfoy, esta se le había negado. Eso parecía absurdo, pero si, de esa manera comenzó una enemistad que se había heredado por generaciones y ahora alcanzaba a sus hijos. Sin embargo, James actuaba de una manera bastante madura para la sorpresa de todos los que lo habían conocido en la escuela.
Se convenció un poco, tal vez Draco era sincero, y no estaba actuando como un niño pequeño, tal vez si mantenía una relación seria con el chico Potter, pero... no estaba convencido del todo, tenía que estar muy seguro. Además, estaba la otra parte; si su hijo realmente quería al Potter, tendría que anular su compromiso con Astoria y no sabía como hacerlo, no sin tener que afectar sus contratos que mantenía con Greengrass, pues mucha parte de que fuera su mayor socio recaía en que se esperaba que sus hijos un día se casaran y terminaran heredando lo que sus padres habían construido durante todos esos años.
— Bien... —suspiró— solo quedaba esperar.