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"De cangrejo, a mi doncella" por darkness la reyna siniestra

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Notas del capitulo:

Quiero agradecer a todas esas personas bellas que leen este despliegue de mi locura, como saben hoy es miercoles así que aquí está el cap 3, que lo disfruten :)

- 🌸 -


Habían pasado un par de horas desde que Death cambió de sexo, Athena los mandó a descansar a todos sin excepción y no les quedó de otra más que obedecerla. Ahora los gallardos y apuestos guardianes de las casas zodiacales estaban reunidos en el templo de Aries, expresando sus opiniones sobre lo que hasta hace poco hubo acontecido.


—No creí que el poder de Athena llegara a tanto —decía el latino del grupo aún impresionado.


—Ni yo —le respondió Shura con un amago de sonrisa, a él le parecía gracioso—, ojalá y el cambio no sea sólo físico al menos a mí me gustaría que también la psique de Deathmask sea la de una mujer de verdad.


Muchos rieron por el comentario de la cabra, aunque se mostraban de acuerdo con su pensamiento.


—¿¡Estás loco!? —Afrodita le debatió un poco molesto— ¡Han convertido a nuestro amigo en una chica, Shura!


—¡Y qué chica! —Milo se relamió los labios antes de sonreír con galantería.


—Parece que se te olvida que esa chica puede usar tu cara como parte de una nueva tanda de máscaras en las paredes de su templo. ¿No, Milo? —Camus le dijo con indiferencia, haciendo reír de nueva cuenta al resto.


—A ustedes les parece divertido porque no son sus niñeros… —bufó sin mirar a nadie.


Aioria seguía molesto por tener que cuidar del cangrejo y se había mantenido al margen tanto como pudo, sentado en el marco de una de las ventanas de la sala mayor de Aries. Pero sencillamente no pudo durar más tiempo sin quejarse, ganándose así las miradas ajenas.


—Bueno, mi estimado don gato —se le acercó Kanon, Leo frunció el ceño con el nuevo mote—, si tú no quieres tener a esa hermosura en tus garras te diré que para mí no sería ninguna molestia reemplazarte —sonrió cruzándose de brazos con altivez—. Hasta Saguita estaría encantado de alojar a Death en Géminis. ¿No es así, hermano?


Saga sonrió levemente antes de acercarse a su gemelo y al peli-castaño claro.


—Detesto admitirlo pero Kanon tiene razón, si a ti y a Aioros les molesta pasar tiempo con la nueva muñeca, podemos hablar con Athena para que se quede con nosotros.


Los demás dorados hablaban y reían por el rumbo que estaba tomado la conversación de esos tres.


—A mí no me molesta cuidar de Death, Saga. Pero agradezco tu amabilidad.


Aioros se había unido a la discusión, en verdad él no tenía mayor problema con asegurarse de que Cáncer estuviera bien, además en parte era su culpa por acusarlo con la diosa aunque no podía dejar a las amazonas a merced de su acoso y todo el embrollo llevó a la transformación inesperada del italiano.


—Para qué están los amigos —Saga se alzó de hombros—, aunque es una lástima no poder compartir templo con ella.


—Es un “él” Saga… —se quejó Dita de nuevo con tono harto, los brazos cruzados y el entrecejo fruncido.


—Oigan, ¿creen qué ya haya despertado? —Mu deseaba saber.


—Athena dijo que si no lo hacía esta noche, lo haría mañana porque el cambio fue hecho por una descarga de energía muy potente que su nuevo cuerpo no pudo tolerar —respondió el arquero.


—Además el patriarca dijo que si algo pasaba, nos lo haría saber —aportó el sueco suspirando.


—¿A qué hora dijo eso Dita?


—Me lo dijo a mí Mu, subí hace poco para saber como seguía Death pero eso fue la única respuesta que me dieron —se alzó de hombros.


—Ya veo —el carnero le dijo con calma a Piscis para luego dirigirse al arquero a quien miró con una sonrisa cómplice—, pero Aioros tú si fuiste rápido. Mira que agarrarlo para que no cayera de lleno al suelo… Buenos reflejos.


El griego se sonrojó casi al instante.


—B-bueno —rió nerviosamente—, no iba a dejar que se lastimara. ¿Verdad? No sería de un caballero dejar caer a una dama.


—¡Aioros! —el sueco lo escuchó, en verdad que el pobre pez ya se estaba frustrando. Parecía que a los demás les gustaba la idea de que Death fuera ahora una “muñequita de porcelana”


—Calma, Dita —trataba de tranquilizarlo el francés—. Todos sabemos que se trata de Death, pero no podemos hacer nada ante lo que Athena le hizo más que esperar a que el efecto de ese poder se acabe.


—Es que… hablan de él como si nunca hubiese sido un hombre, Camus —dijo afligido, y el susodicho iba a decir algo más cuando Milo lo interrumpió.


—Dita, si te hace sentir mejor… Como hombre Death también estaba bien bueno —le guiñó el ojo al mayor.


—¡Milo! —reprendió Camus llevándose una mano al rostro molesto e indignado— No puede ser… No le prestes atención Afrodita, sólo se paciente —suspiró calmándose un poco—. Además no has perdido a tu amigo, él sólo se ve diferente pero te apuesto lo que sea que en esencia sigue siendo el mismo, y te va a necesitar más de lo que crees ahora.


Dita suspiró también sintiendo que el peli-turquesa tenía razón.


—Gracias Camus, es verdad lo que dices, y como su amigo estaré ahí para él todo lo que dure su castigo —le sonrió agradecido.


—Así se habla compañero.


—Ustedes en verdad que se dejan guiar por lo banal de este retorcido mundo —habló Shaka llegando a la sala con sus ojos cerrados, los otros lo miraron con incredulidad y cierta indiferencia—. No me vean así, sus parloteos se escuchan hasta el cuarto templo, qué quieren que haga…


—No te hagas, Shaka —le increpó Dohko llegando a su lado para rodearle los hombros—, tú presenciaste en lo que el más desalmado de la orden se ha convertido. ¿Acaso no eres tú el que dice que las flores florecen y no sé qué más? Pues bien, imagina que Death ha florecido ahora. ¿No te gustaría oler esa florecilla, acariciar sus pétalos? No lo niegues no eres muy diferente a nosotros amigo.


—M-maestro, ¿no me diga qué usted...? —el hindú estaba sorprendido de saber que hasta Dohko se hallaba interesado en la desafortunada jaiba.


—Shaka, hasta tú con los ojos cerrados podrías saberlo bien —el chino le sonrió para luego palmearle la espalda y alejarse dejándolo con una gran interrogante.


Los demás reían al ver el sonrojo del siempre sereno Shaka de Virgo, y es que aunque él no lo expusiera frente a todos, realmente Deathmask como mujer le pareció bastante interesante.


—En verdad que ustedes sacan lo peor de uno —negó con el entrecejo fruncido—. ¿No les da vergüenza? —les cuestionó con indignación y sus mejillas más rojas aún.


—Relajate amigo —se le acercó Mu—, si te calmas te prometo que tendrás tu oportunidad para estar cerca de Deathmask —le sonrió de una manera que nunca le había visto.


—¡Mu…! —sorprendido trataba de decir hasta que Saga se interpuso.


—Claro que la tendrá pero después de mí —dijo el gemelo con superioridad.


—A no hermano, consiguete la tuya —llegó Kanon empujándolo y sonriendo con maldad.


—Ni siquiera Death querría salir con alguno de ustedes, par de locos —habló Shura también metiéndose al asunto—. Como uno de sus mejores amigos, tengo más ventaja que ustedes para estar con él —cruzó sus brazos con autosuficiencia.


—¿¡Qué has dicho!? —vociferaron los gemelos al unísono totalmente indignados.


—¡Lo que tenía que decirse, y se dijo!


Y así comenzó una acalorada discusión donde todos sentían el derecho de estar con la ahora canceriana, mas Dita por su lado peleaba por defender la masculinidad de su amigo pero a los demás les importaba un carajo aquello. Y muchos ya hacían planes siniestros para lograr acercarse más de lo debido al pobre crustáceo que en medio de su inconsciencia, ignoraba lo que le esperaba con sus hambrientos compañeros de armas.


- 🌸 -


En la cámara del patriarca Shion veía llegar a su diosa con un rostro apesadumbrado y actitud meditabunda, la espina de la curiosidad le picó al saber que la muchacha venía de ver a Cáncer.


—¿Aún no despierta, Athena? —preguntó Shion al ver salir a la nombrada detrás de la cortina.


La muchacha no se lo diría pero ya estaba comenzando a preocuparse de que Death no despertara de su letargo, Athena pensaba que se le fue un poco la mano con el nivel de poder empleado.


—N-no… No, todavía no despierta pero no creo que le falte mucho para hacerlo, debemos ser pacientes Shion. ¿Los demás están en sus templos?


El lemuriano veía él nerviosismo de la diosa pero prefirió no incordiarla, no vaya a ser que por hacerla enojar o ponerla nerviosa (más de lo que estaba) lo convirtiera a él también en una mujer.


—Sí, mi señora ellos están en sus templos, Afrodita vino hace una hora para preguntar por su compañero pero le dije que cuando hubiesen novedades él y los demás serían notificados.


—Ya veo… Pobre Afrodita, parece que es el único que en verdad se preocupa por Deathmask, espero que no me odie por hacerle esto a su compañero —suspiró meditando en que tal vez su medida no fue la correcta.


Quizás tuvo que haber escuchado a Aioros e idear algunas tareas para que el cangrejo no se aburriera y tuviera algo que hacer en su tiempo libre en lugar de molestar a las amazonas. Pero pudo más el sentirse aludida cuando el italiano señaló la posición en que muchos dioses la pusieron en los sangrientos enfrentamientos. Quizás fue extremista y casi personal —léase que era personal—, pero si ayudaba a que Death pensara diferente, puede que su ocurrencia sirviera para bien.


 


—Dudo mucho que el caballero de Piscis sea capaz de odiarla mi señora, a pesar de todo él puede comprender que usted lo hizo con una buena intención —la alentó el antiguo caballero de Aries, logrando con esto que la chica sonriera.


—Supongo que estás en lo cierto —suspiró.


—No se preocupe, mandaré a pedirle un té para que esté más tranquila —se puso en marcha a solicitar lo dicho a una joven que yacía cerca de ellos.


Y mientras la deidad y el patriarca conversaban, en los aposentos de la peli-morada comenzaba a haber indicios de movimiento. La joven que se encontraba reposando en las suaves sábanas se movía lentamente, y sus párpados pesados se abrían de a poco dejando entre ver unos bellos ojos de metálico colo azul, parpadeó un par de veces hasta que las orbes adormiladas se acostumbraron a la tenue luz, logrando abrir los ojos de par en par divisando con extrañeza su alrededor.


—¿Dó-dónde diablos estoy? —se preguntó mentalmente extrañado de no reconocer esa habitación, no era la suya eso era obvio.


Se dispuso a sentarse sobre la cama, mirando sus piernas por debajo de la sábana color sangre. Llevó una de las manos hasta su rostro para despabilarse, sintiéndola diferente, más pequeña quizás. La alejó para verla notando que en efecto era mucho más pequeña delicada y femenina, de uñas largas y bien cuidadas.


Sus ojos se desorbitaron por completo al ver ahora sus dos palmas, echó el cuerpo hacia adelante agachando la cabeza, y fue ahí donde los largos mechones de caballo azul cayeron por sus hombros. Las manos temblorosas fueron inseguras hasta los azulinos hilos y al levantar los antebrazos, estos chocaron levemente con sus redondos y esponjosos senos.


El miedo llenó su menudo cuerpo por completo y como si quemara se arrancó la tela de seda de sobre sus extremidades, acto seguido se levantó de prisa de la cama y fue en dirección a un espejo de cuerpo entero que adornaba una esquina de la habitación. Ahí su reflejo no le mentía, miraba su anatomía con las pupilas titilantes, las largas y gruesas piernas, los brazos delicados pero fuertes, su cara afilada y su cabellera larga. Tenía el cuerpo de una joven amazona.


—No… —susurró con la mirada perdida dejando caer sus brazos a ambos lados de su cuerpo como vil muñeca de trapo— E-entonces, ¿no fue un maldito sueño…? En verdad Athena me convirtió en esto…


Un largo silencio se instaló en el espacio, sólo interrumpido por el latido de su corazón a punto de explotar, antes de dejar salir toda su rabia en un grito que se escuchó hasta el comienzo del Santuario.


—Aquí está su té, mi señora —Shion le ofreció la delicada taza de porcelana a la deidad.


Athena la tomó con una leve sonrisa sintiéndose un poco más relajada, aspiró el perfumado aroma de la humeante bebida y se dispuso a beber.


—¡¡¡AAAAAATHEEEEEENAAAAAA!!!


La nombrada escupió en la cara de Shion el líquido que hubo ingerido antes de poder tragarlo, presa de la sorpresa y el terror que ahora se reflejaba en sus ojos agrandados de par en par. Ahora de nada valía el esfuerzo porque la iracunda voz femenina que gritaba su nombre, la volvió a poner con los pelos de punta. Tragó grueso, lo mejor era que fuera a esconderse, Death estaba furiosa y... despierta.


 

Notas finales:

De nuevo, gracias a los que leen, cualquier cosilla que deseen decirme sea mala o buena, sientanse en la completa confianza de hacerlo. Un saludo y nos leemos por acá hasta el próximo miercoles. Sigan bell@s ;)


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