‘Hay momentos de la vida que estrechan a las personas de tal manera que sus lazos se vuelven casi irrompibles. Cuando los sentimientos cruzan la línea de la amistad y se convierte en algo más que eso, el dolor de quien se ama puede doler a niveles de locura.
Sin amor, todo sería más fácil. La mente sería más objetiva, los sentimientos no estarían al mando de cada acción. Ya sabe lo que debe hacer para intentar retroceder en estos sentimientos.
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Paso nueve: Está prohibido ser cariñoso’
No sabía cómo había llegado tan rápido a la cueva, pero estaba allí, manchado de sangre, corriendo como un loco de aquí para allá, mientras Alfred ayudaba detrás de él en lo que fuera necesario. La presión lo estaba superando (Por primera vez en su vida), nunca sintió tanto miedo de perder a alguien como en ese momento mientras intentaba salvar la vida de Clark.
Estuvo un buen rato intentando sacar la bala, evitando que se desangrara por dentro y a su vez, procurando que la regeneración de Superman no cerrara la herida. Fue una de las luchas más incansables y que lo había puesto al borde de los nervios (Claro que Alfred no hizo ningún comentario) que había vivido nunca. Por todos estos motivos sabía que tenía que alejarse de él.
Amor ¡Ja! Y había aceptado que tenían una ‘relación’ o algo así. Eso solo haría que no se centrara en lo que hacía, además, no estaba bien que el trabajo importante se entremezclara con cosas como estas. Solo tenía puntos negativos a su favor.
Sin embargo, verlo allí descansando, su respiración pausada, su cara de tranquilidad, verlo tan débil cuando se supone que era el hombre más fuerte del mundo… Solo le daba un sentimiento de querer protegerlo. Clark parecía tan frágil allí, que sentarse a su lado y acariciar su mejilla en un gesto desesperadamente cariñoso le pareció una buena idea. Hasta su pelo era suave, si es que ese era un adjetivo pertinente. Su piel no la sentía con la rudeza que debería, se le antojaba tocar más y más, quería saber cómo era en cada parte de su ser.
Inclinarse y besar su mejilla de forma tierna, no era algo que estuviera en su mente o en la de ningún otro mortal, pero en ese momento no había lugar para pensar en que esas acciones no encajaban con él. Apretar su mano tranquilamente, como intentando darle algo de fuerza, tampoco fue una acción medida, tan solo salió, natural, tan poco meditada que daba miedo.
—Te quiero, Clark —No era bueno con las palabras, pero por alguna razón sentía que debía decirlo. Su corazón latiendo a mil por hora se lo pedía a gritos. Tenía que amar a Clark, no podía simplemente negarse y ya está. Sentía que no podría soportarlo.
El amor, ese sentimiento que no tiene explicación, que no se sabe cuando inició o cuándo terminó. Anti-Love hace lo posible porque esto no se salga de las manos, pero, desafortunadamente, no podemos mandar en los corazones.