Capítulo 3:
Estoy muy triste coma para estar en el aula, mis amigos conversan pero la verdad no presto ni atención, solo sonrió y me limito a imitar las emociones de la mayoría del grupo, no me encuentro bien, después de ver a Seto con aquella chica del otro salón, las náuseas volvieron y no solo eso, fui corriendo al baño más cercano y vomite, como no tenía nada de alimento en el estómago, más fue bilis que nada. Es asqueroso lo sé pero esta situación lo es más.
Lanzo mi tercer suspiro de la mañana, y creo que no lo supe disimular por que Yugi fue el primer preocupado en preguntarme que me pasaba
- Joey no se te ve bien, ¿cómo te sientes hoy? - Sus ojos enormes preocupados viéndome me intimidaban, no es broma, cualquier persona cae bajo esa mirada
- Estoy bien Yugi, no te preocupes solo es nauseas, no desayune muy bien y creo que esta afectándome
- Haberlo dicho antes, si lo que necesitas es comida, aquí esta Tristán para ayudarte – Tristán tan prudente como siempre me arrastra fuera del aula para ir al bar, en el camino veo a seto regresando al aula , no note en que momento salió la verdad, solo me lanzo una mirada fría y continuo su camino... no, las náuseas llegan de nuevo, me suelto del agarre de Tristán y corro hacia el baño, llego con el tiempo justo porque apenas pise el baño comencé a vomitar,
- Bro, te encuentras bien, quieres que vaya por ayuda- ... si supieras que en este momento no puedo ni hablar
Al salir del baño me topo de lleno con Duke Deblin, supongo que esa es la ayuda que fue a pedir Tristán, por que el señorito es demasiado asquiento como para ayudar a su amigo que estuvo abrazando el inodoro como 15 minutos
- Tristán me dijo... – ya me lo imaginaba solo niego con la cabeza, dándole a entender que no quiero hablar del tema.
Me acerco al lavabo, me lavo el rostro y me enjuago la boca, me siento enfermo, muy enfermo, Duke solo se limita a estar en silencio apoyado en la pared del baño, suspiro siendo esta la cuarta vez en el día en que lo hago, camino hasta la salida y el mareo aumenta haciendo que me tambalee y caiga al suelo... lo último que recuerdo son esos profundos ojos verdes, mirándome con infinita preocupación.
...
Me duele todo el cuerpo, pero más que nada la cabeza, abro los ojos y me doy cuenta de que estoy en la enfermería, es verdad me desmaye en el baño, nunca más te atrevas a ir al colegio sin desayunar Joey, nunca más... o es este el efecto de estar enfermo de amor, pues que jodida es esta enfermedad, espero encontrar la cura pronto o mi vida se va a ir en vómitos.
- Veo que te despertaste ya Joey
- ... Duke, me duele la cabeza no recuerdo nada, como llegue aquí
- Fácil, y te traje, no eres tan pesado como pensé - si estuviera en mi cien por ciento, te borro esa estúpida sonrisa burlona del rostro, pero no tengo animo ni para pelear con Duke, me siento fatal quiero dormir
- Tienes permiso del maestro si lo que quieres es ir a dormir en tu casa Joey
- Quisiera pero es mala idea llegar a mi casa a esta hora, probablemente mi padre este ahí
De todos mis amigos Deblin es el único que sabe sobre la mala situación que hay mi casa, y no es que no confié en los otros, de echo es una horrible coincidencia que Duke lo sepa, me ayudo en una ocasión que hui de casa cuando mi padre llego ebrio, por casualidad termine todo mojado por la lluvia al frente de su salón de juegos, él estaba se salida, me sentí tan débil e indefenso, que me rompí en ese instante y toda mi fachada que había creado quedo al descubierto, el me protegió esa noche y nos volvimos un poco más cercanos
- Si quieres puedes ir a mi departamento, te dejo mis llaves - lo pensé por un minuto pero no, niego con la cabeza – entonces si gustas te llevo
- Tranquilo, soy Joey Wheller, ya vez y como me repongo después de un rato- le sonrió, pero él me sigue viendo serio
- Es por eso mismo, porque eres Joey Wheller y sé que puedes romperte en cualquier momento que quiero que descanses , esto de estar débil y vomitando no es normal, no voy a aceptar un no por respuesta, vas a venir conmigo y te vas a dejar ver por un doctor y punto
Por un momento sonó como una orden del mismísimo Seto Kaiba, mejor sacudo la cabeza y alejo esos pensamientos, está decidido no me va a dejar ir con tanta facilidad así que mejor le hago caso, y si necesitaba ese descanso.
...
Me gusta el departamento de Duke, es blanco con muebles negros, tiene un gran ventana por donde se ve la cuidad, su cama es muy suave, es fácil quedarse dormido aquí, así que ni bien me acuesto siento mis ojos pesados, tiempo después llego el doctor, me reviso y dejo una receta médica, además de que me saco sangre para hacer análisis, Duke me dijo que posiblemente tenga anemia. Repito, última vez que no desayunas Joey, por favor.
Duermo el resto de la tarde que se supone que debería estar en el colegio, me despierto a las 5 aproximadamente y camino a la cocina, me siento como en casa la verdad, Duke esta es su Tablet tomando café, también es un genio, dueño de una empresa, pero es más relajado.
- Que tal dormiste
- Pues no me quejo, me siento como nuevo – me brinda una sonrisa – pero como todo lo bueno se va, me tengo que ir
- Si ya te sientes mejor, anda, solo ve con cuidado ¿sí?
- Te lo prometo
Me despido y me dirijo hacia mi casa, por suerte mi padre aun no llega, tengo tiempo antes de ir donde Kaiba, solemos reunirnos en diversos sitios, pero esta vez me cito a su mansión, tengo la entrada libre por la parte de atrás, me da mucha vergüenza que los empleados de la mansión sepan a lo que voy, porque vamos no son tontos, un tipo extraño que entra por la puerta trasera a través de la cocina no va para nada bueno.
Roland, la mano derecha de Seto me lleva a la habitación principal, una habitación amplia, se siente vacía la mayor parte del tiempo, es fría y ,me da escalofríos, solo me siento en la cama, nervioso como siempre, lo escucho entrar, solo me mira y se sienta a mi lado, algo se siente extraño... tengo un mal presentimiento.
- Fui yo quien te cito, pero la verdad no me encuentro con ánimos de estar contigo hoy, lo lamento por hacerte venir – es la primera vez que se disculpa, me mira a los ojos, sus ojos fríos, no cambia la expresión en su rostro,- Roland te llevara a casa
Que fue lo que cambio entre la mañana y la tarde, siento mi cuerpo pesado y de nuevo esas ganas de vomitar, solo me limito a levantarme y salir de la habitación, Roland me guía hasta la salida y me subo al auto, tengo ganas de llorar, sé que solo era un encuentro de tantos, pero me sentí rechazado, me sentí muy mal, demasiado mal
Al llegar a mi casa solo me limito a llorar encerrado en mi cuarto, vuelven los pensamientos autodestructivos y mi yo pesimista de esta mañana, no puedo más, no puedo más de esto, después de tanto llorar me quedo dormido.