Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Palabras de papel por Annie_Powers

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este one-shot no es sobre ninguna pareja en concreto. Esto lo escribí la primera vez que empecé a hacer fics sobre Super Junior y, bueno, este one-shot era un especial de otro fic que tenía y que nunca verá la luz porque básicamente me muero de la vergüenza si lo hago xD

Algo o alguien ha caído encima de mí. Por si no fuese suficiente, encima me empiezan a zarandear como si fuese una maraca. Levanto la mano y de un rápido movimiento de brazo le pego un tortazo a la primera cosa que pillo, que casualmente es a alguien. El abofeteado se queja y se aleja rápidamente porque yo sigo moviendo mi temible mano por el aire.

–¡Pero qué bestia, joder!

Oh, parece que le he acertado a Heechul.

–Si no queréis correr la misma suerte que aquel idiota, será mejor que os vayáis de mi cama –amenazo aún debajo de las sábanas.

Segundos después noto que la presión sobre mí y sobre mi cama se va reduciendo. Menos mal, me han hecho caso a la primera. Me levanto de mala gana y veo que todos están en mi habitación. Se ve que mi cara no está muy bien porque ellos hacen como una especie de mueca desagradable.

–¿Qué? –pregunto de mala gana.

–¿Sabes qué día es hoy? –pregunta Siwon.

–¿El día en el que por fin os voy a asesinar?

–No boba, el día de la prueba –corrige Yeye.

–¿Qué prueba? –achino los ojos sin entender nada.

–¡Oh, Dios mío, no se acuerda! –se lamenta Donghae exageradamente.

–¿Acordarme de qué?

–¡¿Sabéis lo que significa eso?! –continúa el pez.

–¿El qué?

–No me creo que esto esté sucediendo… –susurra Hyukkie tapándose la boca.

–¿Crees que no le querrá? –le pregunta Sungmin a Shindong.

–Yo creo que no porque él será un capullo –contesta él–. Espera, ¿y si es quien ya sabes? –sus ojos se ven alarmados.

–¿Vosotros creéis que es él? –se une Leeteuk a las teorías.

–¿Él quién? –sigo sin entender nada.

–Si es él entonces es que al final es más tonta de lo que creía –dice Kyu como si nada.

–Eh… Sigo aquí, ¿sabes? –me indigno al ver que se ha referido a mí.

–¿Por qué no nos dices quién es de una vez? –pregunta Kangin.

–Si me dijeseis de qué demonios estáis hablando entonces os podría contestar.

–A lo mejor se está haciendo la tonta para no hablar –comenta Wookie.

–¿Tú crees? –duda el maknae.

La capacidad de cambiar de tema en un segundo de estos chicos es increíble. No entiendo nada de lo que dicen. ¿Pero de qué coño hablan?

–¡¿Quién es tu prometido?! –gritan casi todos a la vez.

Conque era eso lo que querían saber.

–Chicos, ya sabéis que no os lo pienso decir hasta que llegue la hora oportuna –me muestro rotunda en mi decisión.

–Bueno, pues como no te des prisa, no vas a tener vestido para la boda y no vamos a saber nunca quién demonios es –apremia Teukie.

–¿Vestido de la boda?

–¿No te acuerdas? –pregunta Sungmin–. Hoy tienes la prueba para probarte tu vestido para la boda.

Me quedo un segundo en silencio. ¿En serio es hoy?

–¡Mierda! –grito mientras me levanto corriendo de la cama–. ¡¿Y por qué coño no me habéis avisado antes?!

–¡Lo hemos intentado pero tú has seguido durmiendo! –grita Heechul–. ¡Y encima me has pegado! –grita de nuevo señalando su mejilla roja–. ¡¿Ahora cómo quieres que disimule esto?!

–¡Eso te lo mereces por pesado! –grito yo también mientras me voy cambiando de ropa delante de ellos. Me doy cuenta de que estoy a punto de cambiarme de bragas delante de ellos–. ¡Fuera de mi habitación!

–En realidad es la habitación de Sungmin, pero… –intenta corregir Kangin.

–¡¡¡Fuera he dicho!!!

Al momento los once chicos salen de la habitación y al fin puedo cambiarme de ropa interior cómodamente. Espero por su bien que, si ya han desayunado, al menos me hayan dejado algo para mí. Porque sino soy capaz de ir a la prueba sin desayunar nada porque me queda muy poco margen de tiempo. Termino de vestirme y bajo hacia la cocina, con la suerte de que me han dejado mi desayuno encima de la encimera. Me lo trago lo más deprisa que puedo, cojo las llaves del coche y de la casa y me largo hacia la furgoneta.

Cuando entro lanzo el bolso al asiento del copiloto, pongo bien el retrovisor y me pego un susto al ver que los chicos están justo detrás.

–¿A qué esperas, sunbae? Vas a llegar tarde –otra vez me asusto al ver que el ángel está sentado en el lado del copiloto.

–¿Pero qué hacéis vosotros aquí?

–¿Cómo que qué hacemos aquí? Pues está claro que acompañarte –contesta Wookie con toda la obviedad del mundo.

–Ah no, eso sí que no. No pienso dejar que me acompañéis hasta la prueba del vestido.

–¿Pero por qué? –pregunta Shindong–. Nosotros también queremos verlo.

–Pero da mala suerte.

–Eso es para el novio, no para los futuros damos de honor –contesta rápidamente Heenim.

–Espera, ¿acabas de decir “damos de honor”?

–Claro.

–Eso no existe –digo mirándole por el retrovisor.

–Claro que existe –responde él.

–Pues claro que no –insisto–. En mi vida he escuchado yo semejante tontería. Si un caso sería caballero de honor o algo similar, pero no eso.

–Bueno, pues yo la habré inventado. Kim Hee Chul, el inventor de la palabra damos de honor –y hace unos cuantos aplausos.

–No creo que tú la hayas inventado –interviene Donghae.

–Seguro que otro loco la habrá inventado antes –digo–. Pero bueno, ¡se acabó! ¡Largo de la furgoneta! ¡Que voy a llegar tarde!

–Ya te lo hemos dicho antes, no nos vamos a salir. O llegas puntual con nosotros o llegas tarde. ¿Qué prefieres? –amenaza la anchoa. ¿En serio me están chantajeando?

–Prefiero poder llegar a tiempo sin once pesados pegados a mí cual chicle en el zapato. ¡Fuera!

–O vas con nosotros o no vas –sentencia Kyu tajante.

Suspiro profundamente mientras aprieto con fuerza el volante. ¿Qué hago? ¿Les estrangulo? ¿Arranco el coche y a la más mínima les lanzo a la carretera? Entorno los ojos y enciendo el motor.

–Será mejor que os agarréis bien al asiento… –aviso.

Antes de que los chicos puedan reaccionar a tiempo, yo ya he salido a toda pastilla para no llegar tarde a la cita. Ellos se abrochan los cinturones como pueden, pero veo a veces por el retrovisor que tienen cara de pánico. Ahora os jodéis, por querer acompañarme.

Por poco nos para la policía pero no sé cómo, no lo ha hecho. Aún así, he llegado cinco minutos tarde a la hora acordada y cuando entro a la tienda, veo a la dependienta que está con el móvil en la mano y llamando. En ese momento suena mi móvil y le digo que estoy enfrente de ella.

–Oh, señorita Pérez, no me había dado cuenta de que estaba ya aquí –dice ella mientras cuelga.

–Siento haber llegado tan tarde, me han surgido unos inconvenientes a última hora –más bien, once inconvenientes.

–¿Aquellos caballeros vienen con usted? –señala disimuladamente.

¿Qué caballeros? Me giro y me encuentro a once chicos con mascarillas y gorras. Me sorprendo porque no me he enterado de cuándo se han camuflado así. Además, iba con tanta prisa que me había olvidado de ellos.

–Claro que sí, somos sus damos de honor –responde Heechul. Ahora mismo le quiero estrangular.

–¿Damos de honor? –la chica pone cara rara.

–Se creen que son los equivalentes a las damas de honor, pero no es así, solo me han seguido porque querían ver el vestido –intervengo antes de que alguno más abra su bocaza–. Además, ni siquiera les iba a dar ese papel, ya tengo yo a mis damas de honor asignadas.

–¿Qué? ¿No ibas a nombrarnos así? –el pez parece dolido.

–Claro que no –digo mostrando que es demasiado obvio–. Además, tendría que ser mi prometido quien decidiese cogeros como sus damos de honor.

–En realidad sería “groomsmen” en vez de damos de honor –corrige Leeteuk. Menudo sabihondo.

–Bueno, pues tendría que ser él quien os escogiera como groomsmen suyos.

–Me parece que tendremos que hablar con él a solas… –anuncia Kangin. No me gusta ese tono de voz que ha utilizado.

–No, no vais a hablar con él a solas porque no le vais a conocer hasta el día de la boda, ¿está claro? Y ahora, iros de aquí, por favor, no molestéis más a la señorita –señalo la puerta.

–No, si a mí no me molestan –contesta sonriendo, parece que se lo está pasando bien con nuestras peleas–. Pero solo quiero una condición, si se quedan, deben quitarse esas máscaras y las gorras. Ante todo prevalece el buen parecer.

Todos se miran entre sí y yo ya estoy cantando victoria porque no quieren jaleos cuando caminan por la ciudad y por eso prefieren ponerse mascarilla y gorra, así que seguramente renunciarán a quedarse por no quitarse su camuflaje. Me cruzo de brazos y les miro desafiante con una sonrisa de triunfo asomándose levemente.

–Muy bien –habla el líder–. Nos quedamos –sentencia mientras se quita la mascarilla y la gorra seguido de los demás.

Entonces la sonrisa se me borra al momento. Mierda. No tenía pensado que se quedaran. Entonces escucho un grito ahogado por parte de la chica de mi lado. Los chicos y yo movemos la cabeza para verla.

–¿Sois Super Junior? ¡No os había reconocido! –parece que se va a descontrolar, pero al final se logra controlar y mantener la compostura delante de ellos–. Mi hijo es un gran fan vuestro y me ha transmitido un poco de ese sentimiento. Perdonad por el atrevimiento, pero, ¿nos podríamos tomar una foto juntos?

Los chicos aceptan y al final soy yo quien les hace la foto. Y así de regalo, los chicos plasman sus firmas en un papel para ella. La chica parece tan contenta. Más bien, está muy contenta, está que casi le da algo. Acomoda a los chicos en la sala de espera mientas que ella y yo nos vamos al probador.

–¿Cómo creéis que será él?

–No lo sé, pero solo espero que nos escoja. Sería muy irrespetuoso que no lo hiciera.

–Claro, como somos familia directa de ella…

–Pues claro que sí. ¿Quién la ha cuidado durante todo este tiempo?

–Tú no. ¿No te acuerdas de Seúl?

–¿De verdad vas a sacar otra vez aquel pequeño percance? ¿Me vas a estar recordando que la perdimos por la ciudad al principio siempre o qué?

–Tú y yo sabemos que no tuvo nada de pequeño.

–Ya discutiremos de eso más tarde, lo que tenemos que hacer ahora es averiguar quién es su prometido y obligarle a que nos elija como “groomsmen”.

–Vale, ¿y qué es lo que tienes planeado?

–Yo propongo que hurguemos entre sus cosas e intentemos averiguar su identidad y luego ya localizarle, secuestrarle y obligarle. Un plan maestro.

–Claro, sobre todo eso, Heechul.

–Chicos, ¿sabéis que os estoy escuchando desde aquí, no? La cortina no es de piedra o algo parecido como para no saber de lo que estáis hablando.

–¡Si es que a quién se le ocurre planear estas cosas…! –le recrimina Donghae–. ¡Teníamos que haber hablado más bajo…!

–No sé si es que eres tonto, te lo haces o te caíste de la cuna al nacer –comenta Hyukkie. Me lo imagino pegándose una palmada en la frente mientras niega con la cabeza–. Lo que teníamos que haber hecho era hablarlo en un lugar donde ella no estuviera ni nos escuchara.

–De cualquier forma no vais a saber quién es hasta el día de la boda –informo mientras sigo poniéndome el vestido.

–¿Y por qué tanto jaleo para que no sepamos su identidad? –pregunta Shindong.

–Pues para evitar lo que estáis haciendo ahora mismo, secuestrarle y obligarle a hacer cosas que quizás no quiere.

–¿Cómo no va a querer tenernos como acompañantes? –se escandaliza Heenim–. Pero si somos un amor todos juntitos.

–Y también por separado –añade Yeye.

–¿Habéis escuchado lo que acabáis de decir? Eso no os lo creéis ni vosotros. He dicho que no y punto. Bueno, yo ya estoy lista.

–¿Y a qué esperas para salir? –pregunta Wookie.

–Me niego a salir delante de vosotros.

–¿Acaso quieres que vayamos ahí dentro y te saquemos a la fuerza?

–Claro Kyuhyun, es exactamente lo que quiero –respondo sarcásticamente.

–Muy bien, Kangin, sácala de ahí.

–¿Por qué yo? Hazlo tú, que eres quien lo ha propuesto.

–¿Yo? Yo no tengo fuerza suficiente. Shindong, hazlo tú.

–No pienso entrar, entra tú.

–Como entre alguien juro que tendrá que hacerse una dentadura nueva.

–Como Eeteuk –empieza a reír Siwon.

–Ja, ja, ja, qué gracioso. Ahora por intentar serlo, la sacas tú –sentencia el líder.

–¿Yo? ¿Quieres que arruine la bonita cara que tengo?

–¿Y si vamos todos a la vez para que así tenga menos posibilidad de rebelarse? –propone Sungmin.

–Once contra uno no es justo… –comenta Yesung–. Hagámoslo.

–¡Ni se os ocurra entrar! –grito pegándome a la pared como si eso me fuese a ayudar de algo–. ¡Os advierto, pegaré patadas y todo lo necesario para que no entréis aquí!

–Pues entonces sal si no quieres que hagamos eso –prueba una vez más Sungmin.

–¡Nunca!

–¡Como entre ahí juro por Dios que te saco de ahí aunque sea subiéndote en mi hombro como a un saco de patatas! –amenaza Siwon.

–¡Está bien! ¡Voy a salir! ¡Pero taparos los ojos antes de nada!

–¡¿En serio?! –grita Heechul.

–¡Por supuesto!

Asomo la cabeza por la cortina y me cercioro de que todos tienen los ojos tapados. Les hago una peineta.

–¿Qué estoy haciendo ahora mismo?

–¿El imbécil? –prueba Kyuhyun.

Paso por alto lo que me acaba de decir y salgo con cuidado de no estropear el vestido. Me sitúo bien delante de ellos y espero unos segundos antes de decirles nada. La chica se ha ido para dejarnos más intimidad a todos.

–¿Acaso te has atascado con el vestido como para que tardes tanto en salir? –pregunta Kangin impaciente.

–Ya podéis abrirlos.

Al momento todos abren los ojos y se me quedan mirando. No dicen nada. No sé si es porque no les ha gustado, se han quedado sin palabras o qué.

–¿Y bien? –pregunto estando nerviosa.

–Estás horrible…

Mi autoestima se va por el desagüe.

–Mente bella… –termina de decir Heechul.

–¿De verdad…? –no me espero esas palabras.

–Pues claro que no, todas las novias se ven guapas sin excepción –le resta importancia.

–¿Le acabas de llamar fea? –salta Donghae con cara de sorpresa–. Es decir, ¿le has llamado fea camuflándolo en esa frase bonita?

–Este chico… –Heechul respira hondo–. ¡¿Cómo se te ocurre pensar que yo iba a decirle una cosa así a nuestra mánager?!

Hyung… Ella ya no es nuestra mánager… –le recuerda Sungmin.

–¡Bueno, pues a ella!

–¡No grites tanto! –le regaño.

–¿Le estás pidiendo que no grite mientras tú le chillas? –pregunta Ryeowook.

–Sí porque estoy intentando saber si me ha llamado fea de una manera bonita.

–¡Pues claro que no te he llamado fea! ¡¿Qué clase de persona crees que soy?! –se enfada Heenim.

–¡¿Y entonces por qué has dicho eso antes?! –le recrimina Siwon.

–¡Era solo una broma! –se defiende él–. ¡¿Uno ya no puede hacer una broma o qué?!

–¡Pero no con estas cosas tan importantes! –contesta Donghae–. ¡Podías haber hecho que ella se sintiese mal y cancelase la boda! –entonces piensa durante un momento–. ¿Vas a cancelarla?

–¡¿Cómo va a cancelarla por esa tontería?! –un poco más y Heechul le pega al chico.

–Haya paz chicos… Lo importante es que a mí me guste y me sienta a gusto con él. Vuestras opiniones tampoco es que me vayan a hacer cambiar de opinión.

Me giro y me veo en el espejo. Me encanta. No puedo describirlo. Tiene como un toque oriental pero sin perder el característico vestido europeo. Entra la chica y me coloca bien el velo para luego marcharse de nuevo. Estoy sin palabras y siento unas ganas muy tontas de llorar de alegría, felicidad, tristeza, de todo. Al final no lo consigo y unas lágrimas resbalan por mis mejillas.

–¿Por qué lloras? –pregunta rápidamente Kyuhyun.

–Ni siquiera yo lo sé…

–¿Es por algo que hemos dicho o hecho? –pregunta el líder.

–No, por supuesto que no –digo inmediatamente–. Es que siento como si esto no fuera real. Nunca pensé que llegaría a casarme.

–¿Es que no pensabas casarte? –pregunta Yeye.

–Tampoco es que lo necesitara. Pero ahora que me veo así me siento como… Si estuviera flotando, como un sueño.

–Es como si estuvieras entre nubes, ¿no? –dice Kangin.

–Exacto. ¿Es así como se debieron sentir todas las novias del mundo anteriores a mí…?

–Bueno, supongo que habrá excepciones –comenta Shindong.

Me quedo mirando más el vestido y en secreto observo a los chicos que se miran en el espejo. Parece mentira que haya podido conocerles, a ellos, a Super Junior. Más lágrimas salen. Me dicen que no llore más y me rodean todos para abrazarme.

–Bueno, vale, ya, que me estropeáis el vestido –digo recomponiéndome y limpiándome las lágrimas–. Por cierto, ¿dónde están Henry y Zhoumi?

–Oh, están grabando juntos un programa ahora mismo y por eso no han podido venir –explica Siwon.

–¿Dónde? ¿En China? –él asiente–. ¿Creéis que podrán venir a la boda?

–Pues claro que sí –contesta Shindong–. Ni que el programa durara dos semanas.

Nos quedamos en silencio otra vez. Yo observando el vestido y ellos con la mente en otra parte. La chica viene otra vez, me hace unos retoques en el vestido y me ayuda a quitármelo otra vez.

–¿Cómo puede una persona tardar tanto en quitarse un vestido de novia? –pregunta Ryeowook.

–Oye, que yo no me quejo cuando tardáis mil años en arreglaros.

–¿Que no? –dice incrédulo Heenim–. Pero si empiezas a gritar como una descosida.

–Tampoco grito tanto.

–Claro, lo que tú digas –comenta Kyu.

Sunbae, dinos quién es por favor –Sungmin empieza a hacer pucheros.

No me hacen efecto porque estoy mirando el mensaje que me acaban de enviar al móvil.

–No hace falta que hagas eso calabacita, no os lo pienso decir –contesto sin mirarle.

–¿Por qué? –hace otro puchero adorable.

–Pues porque pronto vais a saber quién es. Es más, está a punto de entrar por esa puerta.

Termino de decir esas palabras y la puerta se abre, apareciendo él. Todos se quedan sorprendidos al verle.

–¡Tú! –grita escandalosamente Heechul mientras se van todos a rodearle.

No puedo evitar reír. Pasando la treintena y aún siendo tan críos. Este momento que estoy viviendo se siente tal y como ha dicho Kangin, parece como si estuviera entre nubes. Entre nubes de frescura y felicidad.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).