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I N C O R R E C T O por Ckonny Nickole

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CAPITULO 10.

Cuando Naruto volvió a su despacho a la mañana siguiente, con aquella sonrisa luminosa que lo caracterizaba cuando era joven, esperó que Shikamaru estuviera allí como siempre, dispuesto a ayudarlo con lo que sea que tuviese en su cabeza, no obstante, fue otra persona quien lo recibió, cuya sonrisa tímida y cuerpo menudo le hizo dar un paso hacia atrás en sorpresa, al tiempo que su rostro abandonaba su expresión de júbilo.  

—Naruto-kun —Lo nombró ella, con sus ojos perlas contentos de verlo haciendo que su estómago se retorciera  inexplicablemente.

— ¿Hinata? — Cuestionó sintiendo que había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había visto a su esposa. Su sola presencia fue como una bofetada en la cara e intentó ocultar su malestar con una sonrisa — ¿Qué estás haciendo aquí?

—Te traje tu cambio de ropa y almuerzo —Respondió ella sonriente indicándole el lugar en donde había dejado todo lo mencionado en la oficina— Me sorprendió no verte aquí cuando llegué, pero como Shikamaru tampoco parecía estar cerca supuse que debían estar ocupados, ¿Todo está bien en el trabajo?

— ¿Eh? ¡Sí! ¡Claro que sí ‘ttebayo! —Afirmó rascando su nuca repentinamente nervioso.

Hinata bajó la mirada — ¿Vas a cenar hoy en casa?

La pregunta dicho con ese tono esperanzado provocó que su corazón se contrajera haciéndole apretar los puños con fuerza sin saber cómo responder a una pregunta tan inocente como aquella.

—Escuché que Sasuke-kun sigue en el hospital… —Mencionó entonces Hinata, con esa dulzura en su voz digna de ella. La piel de Naruto se erizó irremediablemente al escuchar el nombre de su amante venir de los labios de su esposa— Boruto no para de hablar de lo mucho que quiere volver a entrenar con él, así que estaba pensando que podrías invitarlo a cenar cuando le dieran el alta.

La simple mención de una situación como esa le hizo abrir los ojos mucho más de lo normal  mientras sentía su frente llenarse de sudor frío. Admiró a su esposa y abrió la boca para decir algo pero de inmediato la volvió a cerrar arrepintiéndose por alguna razón.

—Lo haré ‘ttebayo —Mintió sintiéndose despreciable por la naturalidad con la que lo hizo, pero Hinata no se percató de su sentir y simplemente entornó los ojos contenta.

—Me alegro. Entonces, ¿Qué quieres de cenar?  

Se revolvió el cabello aparentando cansancio mientras intentaba pensar en la forma de escapar de dicha situación. Suspiró antes de posar ambas manos sobre los hombros de Hinata.

—Hinata, lo siento. No podré hoy, tengo demasiado trabajo acumulado desde lo que sucedió con Momoshiki.  

Su esposa asintió no muy feliz pero de todas formas no se permitió así misma mostrar decepción — Esta bien, Naruto-kun. Esfuérzate.  

—Si… —Respondió en automático con toda la intensión de dejarla marchar, pero el remordimiento de pronto pareció volverse insoportable por lo que se apresuró a agregar algo más con el propósito de alivianar la tristeza de esos ojos inocentes— Pero podría ir a darme una vuelta por un rato más tarde ¿Te parece?

La sonrisa que le dedicó Hinata, llena de alegría le hizo fruncir el ceño como si de pronto comenzara a sentirse enfermo, por suerte su esposa no fue consciente de ello y simplemente se marchó prometiéndole de todas formas hacerle una buena comida. Apenas su esposa desapareció de su campo visual se permitió jalar su propio cabello hasta provocarse dolor, como si buscara de esta forma minimizar la culpa que parecía invadirlo fuertemente.

Sabía que volver con Sasuke  sería difícil, pero nunca fue plenamente consciente de ello hasta que estuvo frente a Hinata. No imaginó que la solo presencia de su esposa sería capaz de hacerle dudar de su determinación, aunque sea solo por unos instantes.

“Es parte de la naturaleza humana ser estúpida, Naruto. Pero sobretodo, egoísta”

—Kurama… —Reprendió al zorro queriendo excusarse sin éxito.

Se revolvió el cabello antes de golpearse con sus propias manos en sus mejillas lo suficientemente fuerte como para que sus palmas quedaran marcadas de un rojo brillante.

—Sírveme de consejero, ¿Si? —Pidió a lo que Kurama simplemente gruñó.

Era en momentos así en los que se daba cuenta de lo mucho que amaba al Uchiha. De haber sido otra persona, se habría rendido sin dudas hacia la culpa y abandonado su determinación para continuar su monótona vida junto a Hinata ante la presión que significaba el tener una aventura a sus espaldas.

Lamentablemente, sus sentimientos siempre habían sido más fuertes que su razonamiento por lo que en esos momentos la balanza estaba a favor de Sasuke, porque era un estúpido enamorado.

Pero, a pesar de lo mucho que amaba a Sasuke, no podía evitar pensar en que seguía viviendo en una mentira, justo como le había dicho a Shikamaru. Fingiendo ser el esposo de alguien que no amaba y ahora sumándole el hecho de que se revolcaba con otra persona a espaldas de todos, en completo silencio como si su amor fuera un crimen que le avergonzara.

Él no quería seguir viviendo en mentiras. Había tenido suficiente de ellas y ahora quería simplemente continuar con su vida libre de estas, con la persona que realmente amaba.

¿Estaba pidiendo demasiado?

.

.

.

Aquel día, su cuerpo había querido decirle que lo dejara pasar. Por algún motivo se sentía increíblemente exhausto imposibilitándole despertar. Abría los ojos de vez en cuando y luego volvía a rendirse al sueño que se empecinaba en desconectarlo de la realidad. Ni siquiera había logrado despedirse de Naruto cuando este intentó despertarlo horas atrás.

Su cuerpo se sentía pesado y su cabeza abrumada en pensamientos sin formas ni significados. Todo era blanco como las paredes de su habitación, pero lejos de hacerle sentir reconfortado más cansado parecía volverlo conforme pasaban las horas.

Estaba dormido, pero no descansaba. Su mente seguía afrontado una realidad que su cuerpo no parecía querer conocer, como si quisiera protegerlo del exterior desesperadamente.

—Sasuke-kun.

La voz de su esposa llegó a sus agudos oídos despiertos, sin embargo, él no se movió. Un movimiento en su hombro le siguió y él seguía negándose a darle una respuesta.

Sakura debía perdonarlo, pero no tenía intenciones de despertar para ella. No obstante, cambio de parecer cuando logró identificar una segunda voz, más suave, que con la preocupación le hacía sonar adorable. Su mente de pronto pareció recordar cómo eran los estímulos y cómo debía responder ante estos.

—Papá.

Con los párpados cansados, pese a la cantidad de tiempo que los mantuvo cerrados, se volteó en la cama respondiendo ante el llamado de su hija antes de abrir los ojos con lentitud para ver a Sarada inclinada a su lado con una preocupación grabada en su angelical rostro.

— ¡Estás bien! —Exclamó ella a lo que Sasuke solo pudo asentir en silencio recomponiéndose poco a poco.

Sintiéndose repentinamente torpe se sentó en la cama agudizando sus sentidos, arrepintiéndose de ello al instante.

—Sasuke-kun. Oh, gracias al cielo —Dijo Sakura acercándose para abrazarlo con su cuerpo temblando— Pensé que las pastillas habían producido algún efecto agresivo en ti, no sabes cuánto me preocupé cuando Hana me informó que no te habías levantado en todo el día. Tienes una enorme cantidad de chakra, no descartaba la posibilidad de que te hubiese dado un shock al recuperarlo por completo.

Sasuke se perdió en la explicación de su esposa que se aferraba a él como si su vida dependiera de ello. Sarada parecía igual de conmocionada que ella solo que la menor parecía afrontar mucho mejor la situación. Repasó con la mirada el cabello rosa de su esposa. Su cercanía nunca antes le había resultado tan incómoda como en ese momento.

Quiso apartarla en un intento de alivianar el malestar que comenzaba a formarse en su estómago por tener a su “familia” allí con él, como si estas estuvieran usando la preocupación como excusa para arrinconarlo y hacerle confesar lo que estaba escondiendo de ellas.

Podía lidiar con Sakura, pero no con Sarada. Su hija era completamente inocente de su estupidez y no merecía sufrir por culpa de sus malas decisiones. Él ya la había dañado lo suficiente con su ausencia.

Se mantuvo quieto, con una expresión seria en su rostro que hizo a Sakura deshacer su agarre para mirarle con preocupación.

— ¿Estás bien? Sabes que no debes hacerte el fuerte delante de mí.

Sasuke negó con la cabeza, aguantándose las ganas de decir algo como “¿Y qué harás con esa información?”. Sakura creyó que con ese gesto le estaba diciendo que no se sentía mal por lo que esta se llevó ambas manos a la cadera inspeccionándolo antes de soltar un suspiro derrotada.

— ¿Síntomas? —Insistió Sakura.

—Solo estaba cansado —Se limitó a responder Sasuke.  

Sarada parecía estar absteniéndose de decir algo pues simplemente se mantuvo a su lado en la cama en completo silencio.

—Eso es extraño —Mencionó Haruno sin quitar esa expresión preocupada que a Sasuke le provocaba una punzada en el pecho— Déjame revisarte.

Sasuke asintió dejando que Sakura pusiera la mano sobre su frente mientras el chakra turquesa hacia acto de aparición.

—Me preocupé cuando leí tu mensaje —Dijo entonces Sarada incapaz de seguir manteniéndose al margen— Dejé tu halcón en casa porque quería darte una respuesta por mi cuenta, pero el horario de visitas había pasado por lo que no pude hacerlo.

Su preciosa hija. Sasuke pensó que esa expresión de arrepentimiento no coincidía con ella por alguna razón, quizás por el hecho de que se parecía tanto a él.

—Me extrañó que Sakura no viniera a las revisiones, así que creí que algo pudo haberte ocurrido —Dijo Sasuke, en un intento absurdo de consolar a la menor.  

Sakura pareció perder el control de su chakra al escucharlo, lo cual no pasó desapercibido por él en el momento que sintió el ardor de un pequeño corte que aparecía en su frente— Lo siento —Se disculpó de inmediato su esposa repentinamente tensa— Le pedí a Hana que te informara que había decidido tener un descanso ¿No te lo dijo? 

Sasuke entrecerró los ojos sintiendo su paranoia latir ante la extraña reacción de Sakura— Si, lo hizo.

—Que bien —Comentó Sakura dejando lo que hacía queriendo ocultar sus emociones con una sonrisa— Es increíble, de verdad estas recuperado. Al parecer tu cuerpo se sintió sobrepasado con la cantidad de chakra que entró de pronto en tus conexiones nerviosas, lo que explica el hecho de que te sintieras tan cansado, ¡Pero ya estas recuperado! —Se alegró la chica pero Sasuke reconoció cierto temblor en sus palabras delatando su nerviosismo.

— ¿Enserio? Eso es increíble —Afirmó su hija contenta.

Él siguió sumergiéndose en su silencio haciendo que las otras dos personas en la habitación pronto lo siguieran cayendo irremediablemente en la incomodidad.

Sakura fue consciente de que era el centro de atención de esos ojos negros profundos que tantas emociones le despertaban, pasando de la completa adoración a un indescriptible terror, por lo que intentó remediar la situación.

— ¿Cariño? —Cuestionó— ¿Qué pasa?

Sasuke tragó duro ante ese mote cariñoso dicho con ese tono cuidadoso de Sakura. Estaba seguro de que todo su lenguaje corporal parecía querer exigir una respuesta, pero Sakura se empecinaba en fingir demencia ante su petición y le privada de cualquier detalle que él desconociera haciéndole sentir terriblemente inquieto.

La tensión en su esposa pareció crecer de repente y él no pudo entender la razón hasta que sintió algo frio resbalando por su frente. Todo el segundo que se demoró en llevar su mano derecha hacia aquello que se detenía en su nariz, le pareció que Sakura aguantaba la respiración. Cuando vio sus dedos manchados ligeramente con la sangre que había brotado de la herida en su frente Sakura soltó una exclamación ahogada ante ese desliz.

En ese momento Sasuke fue consciente de que estaba bien en sospechar de su esposa y no pudo evitar exteriorizarlo con una expresión fría al igual que sus ojos.

—Déjame sanarte —Se atrevió a decir ella, en un intento de aparentar inocencia. En un intento de que Sasuke no descubriera que tanto como él sospechaba de ella, Sakura lo hacía de Sasuke y que la verdadera razón por la que había decidido marcharse ese día, fue para meditar las palabras de Naruto que no dejaban de atormentarla.

—Un ninja médico de tu categoría podría perder su prestigio por un desliz como este —Comentó Sasuke, como si le estuviera hablando a alguien desconocido para él.

Sarada se escandalizó de inmediato — ¡Fue un accidente! —Excusó a su madre sin entender por qué de pronto las cosas se volvían tan tensas— Mamá nunca sería capaz de herirte a propósito.

Sasuke se pensó esas palabras, tomando completamente esa posibilidad que planteaba su hija. ¿Quién le aseguraba que Sakura no fuera capaz de herirlo así como él fue capaz de hacerlo en varias ocasiones en el pasado? Eran adultos, habían cambiado y tenían una mejor relación, pero estaba seguro que había heridas del pasado que nunca podrían sanarse por mucho que Sakura se esforzara en intentarlo.

La puerta de la habitación abriéndose abruptamente los sacó a todos de la burbuja en la que se habían metido sin querer haciendo que sus miradas fueran a dar hacia Naruto que veía con sorpresa el panorama sintiendo que algo no andaba bien allí. Sin embargo, su atención como siempre recayó principalmente en Sasuke.

— ¿Por qué estas herido? —Cuestionó Naruto alarmado con la intensión de acercarse al Uchiha pero Sakura se le adelantó haciéndole fruncir ligeramente el ceño.

—Un descuido —Respondió a secas la ninja médico aprovechando que Sasuke parecía ligeramente aturdido ante la repentina aparición de Naruto para sanarlo.

Naruto escuchó a Sarada decirle algo pero su atención estaba completamente en Sasuke quien lo observaba como si quisiera expresarle que algo andaba mal. Odió tener que aguantarse las ganas de ir hacia él para abrazarlo en un intento de aliviar cualquier temor que este sintiera en lugar de dejar que Sakura se hiciera cargo del asunto manteniéndose a su lado.

Tensó la quijada unos segundos y luego sonrió, sintiendo que su amante lo necesitaba, el cual simplemente pestañeó confuso incapaz de dirigirle la palabra.

— ¡Séptimo! —Volvió a llamarle Sarada y él se volteó a ver a la chica quien le sonreía abiertamente dejando de lado los problemas de sus padres al verlo.

—Sarada-chan, ¿Viniste a ver a tu papá? —Preguntó Naruto queriendo iniciar conversación con ella en un intento de no sentirse como intruso, enviándole miradas rápidas al matrimonio.  

—Sí, una enfermera dijo que no se sentía bien así que…  

Naruto se perdió el resto de palabras ante la preocupación buscando con la mirada la de Sasuke quien ahora veía a Sakura con atención, huyéndole.

— ¿Qué ha pasado? —Demandó saber con un tono de autoridad poco usual en él.

Sasuke pareció escandalizarse un poco ante su exagerada reacción por lo que se apresuró a responder — Nada importante.

Naruto gruñó, incapaz de seguir manteniéndose al margen por lo que se acercó hacia la cama haciendo que Sakura dejara de curar la herida que ella misma había provocado en Sasuke para hacerle frente a Naruto. Algo que definitivamente llamó la atención del Uchiha.

—Asuntos médicos, Naruto —Fijó el limite Sakura con el ceño fruncido. Naruto solo le sostuvo la mirada consciente de lo tenso que parecía su amante con el simple hecho de tenerlos a ambos ahí.

— ¿Ya está bien? —Entonces decidió preguntar aparentando tranquilidad mientras buscaba algo en su bolsillo que extendió a Sasuke descuidadamente— Me dieron algo para ti.

Sasuke se limitó a alzar una ceja mientras veía como Naruto dejaba caer una bolsita decorada en su regazo.

—Es de Himawari —Aclaró Naruto— Las hizo ella. Boruto estuvo a punto de venir a dejarla él mismo. Esos dos realmente se preocupan por “tío Sasuke”.

Sasuke abrió la boca como si quisiera hacer muchas preguntas, pero ninguna salió de esta, incapaz de sobrellevar todas las emociones que parecían estar haciendo estragos en su cabeza.

A oídos de ambos llegó la risita de Sakura, que hizo que fuera el centro de atención. Naruto notó como su amiga parecía encontrar satisfactorio saber que había tenido contacto con su familia recientemente. 

—Me alegra que hayas ido a visitar a Hinata.  

Naruto sintió un pinchazo en su cuello producto de la molestia que crecía rápidamente en él — Sí, es mi esposa después de todo ¿No?  

Sakura le sonrió de esa manera astuta que había aprendido en algún momento. Sasuke por su parte, no se molestó por las palabras de Naruto, estaba demasiado absorto en analizar la situación que se presentaba delante de sus ojos. Aparentemente, Sakura no era la única que le estaba ocultando cosas y al parecer, tales cosas que desconocía estaban directamente relacionadas con Naruto.

—Me alegro —Respondió Haruno acercándose a Sarada para acariciarle el cabello haciendo que la menor se sobresaltara sin entender a qué venía esa muestra de cariño tan repentina.  

“Sakura-chan, estás jugando sucio” Pensó entendiendo completamente los motivos que parecían estar tras esa visita espontanea de la familia Uchiha.

—Y me alegro que estés aquí, de hecho. Estaba a punto de darle el alta a Sasuke-kun, se ha recuperado satisfactoriamente, por lo que puede regresar a casa con su familia.  

Entonces algo pareció golpearlos, a ambos.

Sasuke sintió que se ahogaba repentinamente y tosió intentando escapar de esa sensación asfixiante. Naruto alterado se apresuró a sobarle la espalda con una expresión igual de abrumada como si a ambos los estuviera golpeado la realidad de la misma manera.

Sasuke se reprendió por haber respondido al llamado de su hija. Si no lo hubiera, no habría sido consciente de que una vez que saliera del hospital tendría que volver a su “vida normal”. En su casa, con su familia o fuera de aldea…

Lejos de Naruto.

.

.

.

Cuando Sakura se marchó junto a una Sarada que no estaba segura de qué había pasado, Naruto salió de la habitación también, solo que minutos más tarde a lo que Sasuke no dudó en seguirlo hacia la azotea en donde habían estado la noche anterior.  

— ¿Qué fue todo eso? —Demandó saber Sasuke con su paranoia tocando fondo sin importarle que Naruto lo estuviera mirando con una expresión sombría.

El hokage lo estampó contra una de las paredes sin ninguna delicadeza haciendo que Sasuke se pusiera a la defensiva de inmediato  soltándole un golpe en el pecho para apartarlo — Eso es lo que yo debería preguntar —Replicó Naruto batallando contra las ganas de soltarle un golpe para nada suave a su amante.  

—Sakura actuaba extraña. Como si supiera…

— ¿Cómo si supiera qué? —Le cortó Naruto enfadado— ¿Cómo si supiera lo nuestro? ¡Ojalá lo supiera ‘ttebayo! —Gritó sin inmutarse ante la posibilidad de que alguien lo escuchara.  

Sasuke por otro lado no pensaba de esa manera y por ello le soltó una bofetada que le dio vuelta el rostro a Naruto — Has perdido la maldita cabeza.

Naruto sonrió sin saber qué era lo que más le provocaba dolor, si el golpe en su rostro o las palabras de Sasuke — ¿Te avergüenzas de mí?   

El Uchiha dio un paso hacia atrás intimidado por el aura oscura que parecía rodear a Naruto ante la imposibilidad de controlarse. Algo que sin duda era peligroso — Hey, Naruto. ¡Naruto Uzumaki, vuelve en ti! 

El mencionado lo sujetó de los hombros con tanta fuerza que le hizo jadear.

—Respóndeme.

—No —Respondió el Uchiha activando su sharingan al verse intimidado por el chakra de kyubi— No lo hago. Ahora vuelve a serenarte, Naruto.

Pero el hokage estaba lejos de ceder. Si no fuera por los agiles ojos de Sasuke no habría alcanzado a esquivar el puñetazo que iba directamente hacia su rostro.

— ¿Qué diablos quieres? —Preguntó entonces el Uchiha dispuesto a usar la fuerza bruta para defenderse.

—Quiero que me digas qué diablos quieres de mi —Respondió Naruto manteniendo su distancia con el rostro completamente tenso— Y de paso, ¡Quiero decirle a todos sobre lo nuestro!

Cuando Sasuke se descolocó ante su confesión Naruto logró acercarse de un movimiento rápido para botarlo al suelo posicionándose sobre él. Sasuke de inmediato luchó por soltarse y logró cambiar de posición quedando ahora él arriba soltándole un puñetazo a Naruto con fuerza.

—No puedes —Ordenó— ¡No puedes! ¿Me oíste? ¿Es qué eres imbécil? —Naruto que estaba batallando por defenderse de otro golpe que Sasuke tenía preparado se quedó quieto ante sus palabras haciendo que Sasuke de inmediato se detuviera preocupado.

— ¿Por qué no puedo decirles? —Preguntó entonces Naruto admirando como Sasuke se encogía sobre sí mismo ante su pregunta. Apretó los párpados con fuerza evitando las lágrimas que comenzaban a acumularse— No sabes lo difícil que fue ir a casa y fingir que todo está bien a Hinata… 

Sasuke sintió que su mano temblaba y pronto su cuerpo lo hizo también haciendo que comenzara a jadear sobrepasado por la situación. Naruto se incorporó en un rápido movimiento y en lugar de golpearlo como pensó Sasuke que haría lo estrechó entre sus brazos con fuerza en una especie de súplica que el Uchiha no supo cómo corresponder.

—Sasuke… —Lo llamó Naruto con ese tono de voz triste que al Uchiha le helaba la sangre— Por favor, dime… Dime qué diablos te impide ser feliz conmigo, sé que no lo haces por capricho, lo sé. Por favor, si tan solo me lo dijeras yo podría…

— ¿Entenderlo? —Cuestionó Sasuke finalizando la frase. Negó con la cabeza debatiéndose en si sería buena idea hacerle saber sus preocupaciones— No creo que puedas hacerlo. Ni siquiera pareces preocupado por lo que pueda llegar a suceder con todo esto, ¿Cómo crees que reaccionará la gente cuando se entere de que le eres infiel a tu esposa conmigo? ¿Qué pasará con tu sueño de ser hokage? No, no puedo.  

—Sasuke —Volvió a llamarlo Naruto queriendo consolarlo, agradeciendo que el Uchiha no se cerrara como siempre lo hacía y apretó con fuerza sus propios labios meditando lo que el otro decía.  

—No quiero que tu sueño muera, Naruto.  

El hokage sintió que no podía seguir reprimiendo sus lágrimas pero prefirió ahogarse en ellas consciente de que no era el único que sufría — ¿Cómo podría llamar sueño a algo que te hace infeliz? —Cuestionó Naruto exigiendo a Sasuke que lo mirara, tomándole de ambas mejillas para hacerlo, notando como esos ojos que tanto le gustaban brillaban por las lágrimas retenidas.    

—Por favor, Naruto —Rogó Sasuke, algo totalmente inusual en él que hizo que el corazón de su amante diera un vuelco— Preferiría terminar con esto y marcharme para nunca volver antes de que tiraras a la basura todo el esfuerzo que has hecho para conseguir tu sueño. No le digas a nadie de esto, por favor.  

—Mierda, Sasuke —Se quejó Naruto sobrepasado ante esa petición, intentando encontrarle la solución al asunto sin éxito. Con un enojo que no dejaba de estar presente quitó las manos de las pálidas mejillas para llevarlas hacia el cuello de este queriendo apretarlo hasta que estuviera satisfecho por ponerlo en una situación como esa— Podría maldecirte e intentar odiarte por esto, pero sé que después vendría hacia ti de todas formas, buscándote. Si tan solo hubiésemos muerto en esa ocasión…  

Sasuke jadeó, más no se quejó del aire que comenzaba a faltarle producto del agarre que Naruto hacía en su cuello. Naruto observaba las expresiones del Uchiha atentamente, pensando estúpidamente en lo felices que podrían haber sido si solo los hubiesen dejado desangrarse en el Valle del Fin.

El cuerpo de Sasuke comenzó a agitarse como reacción a la falta de aire y aun así no lo soltó. Sasuke por su parte solo había llevado su mano hacia una de las muñecas de Naruto sin intentar apartarlo, solo quería mantenerse aferrado a él hasta su último aliento, permitiendo sin cuestionar el destino que Naruto parecía haber decidido para él.

Cuando su visión comenzó a fallar Naruto le soltó haciendo que su cuerpo intentara recuperar el aire desesperadamente en medio de un ruido ahogado, su mano fue por instinto a su propio pecho y sintió su cuerpo irse hacia adelante pero Naruto lo sostuvo impidiendo que cayera.

—No hay nada que yo no podría hacer por ti, Sasuke… —Declaró Naruto, con su rostro lleno de lágrimas mientras lo abrazaba con delicadeza empapando su hombro.

Sasuke que aún no lograba recomponerse le correspondió el abrazo logrando acariciarle la espalda para reconfortarlo. No estaba molesto con él, ellos que habían estado a punto de morir en manos del otro… era imposible odiarlo por intentarlo otra vez. No es como si Sasuke no hubiese intentado matarlo antes también.

—No haré nada que tú no quieras pero por favor… —Empezó a decir Naruto, besando las mejillas de Sasuke y su cuello enrojecido por el agarre que había ejercido en el— No vuelvas a decir que me dejarás. No vuelvas a irte de mi lado… Yo ya no puedo vivir más sin ti.   

—Naruto… —Logró decir Sasuke recibiendo el beso que el hokage dejó sobre sus labios, sabiendo que todas esas lagrimas que adoraban los ojos de su amante eran de arrepentimiento— No me iré si tú no me das razones para hacerlo.

Naruto pudo echarle en cara su chantaje y haberlo odiado por estar haciéndole sufrir, pero él bien sabía que entre los dos el que más sufría era Sasuke. Siempre era Sasuke.

El Sasuke que estaba dispuesto a todo para protegerlo, incluso morir por él.

—Lo resolveremos —Se atrevió a decir, intentando darse ánimos aunque Sasuke no pensara como él— Lo resolveremos —Repitió una y otra vez, pausadamente y con un ligero hilo de voz mientras se mantenía aferrado a la persona que amaba.  

Sasuke no digo nada más, como si quisiera decirle que no había forma de resolver algo como eso y a la vez, como no queriendo destruir la pequeña esperanza a la que se aferrando con desesperación, queriendo creer en ella también.

 

Notas finales:

Según los cálculos hechos por mí misma (?) quedan entre 6 o 7 capítulos, dependiendo de que tan largo me empiece a salir lo que falta jnkakjgsajg Así que eso, jnfsaj 


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