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I N C O R R E C T O por Ckonny Nickole

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CAPITULO 12

 

Hinata no era la clase de persona que analiza las situaciones profundamente, sino que era más del tipo que se dejaba llevar por sus emociones y por lo que creía que sería lo mejor para afrontar una situación determinada, es por ello que al principio no le dio mayor importancia a la inusual distancia que parecía tomar su esposo repentinamente con ella, pero había llegado a un punto en el que le resultaba imposible no preocuparse.

Pensó en el complejo trabajo de hokage mientras caminaba por los pasillos de la torre en dirección a la oficina de su esposo, sintiendo cierta culpa invadirle por los pensamientos egoístas que estaba comenzando a tener y que la habían impulsado a ir a darle una visita sorpresa a su marido para tener un momento a solas con este.

La voz animada de Naruto llegó a sus oídos cuando estuvo a punto de abrir la puerta haciendo que se detuviera manteniendo la mano sobre la perilla estática. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había escuchado a su esposo reír de esa manera, específicamente desde que se había casado con ella, por lo que no pudo evitar sentir cierta nostalgia.

— ¡Hey! ¡No! ¡No seas así! ¡Agh! … ¡Bueno si soy tan inútil como dices entonces debería renunciar ‘ttebayo!

Hinata pestañeó confundida por el tono de voz juguetón con el que su esposo le respondía a alguien desconocido para ella y sin más decidió abrir la puerta encontrando a Naruto en el suelo con un montón de papeles rodeándolo.

— ¿Eh? —Hinata admiró como la expresión entre molesta y divertida de su esposo pasaba a una de tensa sorpresa al verla, con los ojos bien abiertos como si hubiese visto un fantasma— ¿Hinata?

La mencionada estuvo a punto de inclinarse hacia él para ayudarlo a recoger el desorden pero la extraña sensación de algo atravesándole el cuerpo se lo impidió, quedándose helada por unos segundos hasta que notó la presencia de Sasuke sentado cómodamente en la silla del hokage con la mirada fija en ella. Su cuerpo se estremeció de pies a cabeza al hacer contacto visual con esos ojos negros y profundos que no le hacían sentir bienvenida.

— ¿Sucedió algo? —Preguntó Naruto sacándola de su ensimismo haciendo que volviera su atención a él.

—Esto… —Comenzó a decir repentinamente nerviosa— Te traje tu almuerzo, Naruto-kun.

— ¿Enserio? —No entendió por qué Naruto parecía tan sorprendido por eso pero estaba demasiado incomoda con la presencia imponente de Sasuke como para  hacer algún comentario al respecto.

Hinata asintió, mostrándole el bento que traía en su mano izquierda antes de mirar dubitativa el enorme escritorio del hokage desde donde Sasuke la seguía observando con atención sin siquiera disimularlo.

—Gracias, Hinata.

—Sí, bueno… —Se regañó a sí misma por tartamudear, se supone que ese mal hábito suyo había quedado en el pasado— Y también quería saber cómo te estaba yendo en el trabajo, Naruto-kun.  

No supo que fue, pero justo cuando terminó de decir aquello sintió una increíble necesidad de salir de allí que le resultó imposible explicar al tiempo que veía a su esposo sufrir de un escalofrío repentino que le hizo abrazarse a sí mismo.

Hinata era un ninja por lo que podía identificar perfectamente el peligro, pero no podía encontrar nada a su alrededor que pudiera significar una amenaza, por lo que la confusión fue más que evidente en su rostro. Cuando escuchó la silla moverse con brusquedad se volteó hacia la persona que se había mantenido al margen en todo momento.

— ¿Dónde vas? —Naruto inmediatamente se puso de pie al ver a Sasuke rodeando el escritorio en dirección hacia la puerta.

—Me voy —Respondió secamente el Uchiha sin voltear a mirarlo.

— ¡Hey! —Se quejó su esposo intentando detenerlo por alguna razón— No seas así…

—Tu esposa quiere hablar contigo a solas, Naruto —Hinata sintió su pulso acelerarse al ser mencionada por esa voz ronca y peligrosa.

Naruto frunció el entrecejo como si estuviera luchando por evitar que las palabras que quería decir salieran de su boca a como dé lugar — Teme.

Sasuke no respondió y simplemente caminó en silencio hacia la puerta. Era una distancia relativamente corta, pero Hinata sintió los pasos del Uchiha eternos. Lentos y pesados, el sonido de esos pasos parecían rebotar en su cabeza intimidándola y cuando este pasó detrás de ella sintió sus pulmones llenarse inexplicablemente haciéndole aguantar la respiración. No fue hasta que escuchó la puerta cerrarse bruscamente que se permitió respirar otra vez sintiéndose aturdida. 

—Sasuke-kun... —Mencionó Hinata viendo hacia la puerta por donde había marchado el Uchiha con una sensación extraña en su pecho— ¿Él está bien?

Su esposo suspiró, con los ojos fijos en la misma dirección, pero con una expresión complemente diferente a la suya— Supongo. Es solo un berrinche, ya se le pasará ‘ttebayo.

Hyuga observó al hokage cuando este le respondió notando como sus ojos azules dejaban ver cierto cariño y anhelo al hablar de Sasuke provocándole cierta incomodidad ¿Alguna vez Naruto la había mirado de esa manera? 

—No sé por qué pero… —Hinata se llevó un dedo a la altura de la boca recargándolo en su labio inferior indecisa en decir lo que tenía en la cabeza— Parecía molesto con mi presencia.

Al instante, se arrepintió de decir algo tan estúpido como eso, por lo que trató de dejarlo pasar riéndose— Bueno, supongo que son ideas mías —Entornó los ojos hacia su esposo en medio de su sonrisa esperando que este le respondiera de la misma manera, más eso no sucedió.

Naruto se había quedado tenso en su lugar, viéndola como si acabara de hacer una grave acusación provocando que su sonrisa desapareciera — ¿Naruto-kun?

Cuando lo llamó su esposo pareció reaccionar e inmediatamente negó con la cabeza — ¿Qué? ¿Enojado contigo? ¡Tonterías ‘ttebayo!

—Sí… —Musitó por lo bajo, más incómoda que antes.

Hinata, quien nunca cuestionaba las acciones de su esposo, de pronto tenía el presentimiento de que algo le estaba ocultando.

.

.

.

“Tienes que ir a casa, Naruto. No puedes seguir fingiendo que tu esposa es lo suficientemente ingenua como para tragarse siempre la excusa barata de tener mucho trabajo pendiente” Le había regañado Sasuke, con ese tono carente de tacto y la mirada fija en las luces que apartaban la oscuridad de Konoha.

Naruto, quien solo había atinado a hacer un mohín, apretó un poco más con sus brazos sobre la cadera de su amante mientras admiraba el reflejo que la ventana le devolvía, notando la incomodidad abrirse paso en el atractivo rostro de Sasuke que luchaba por parecer ajeno.

Esa misma noche volvió a su casa oliendo a sexo como si tentara a su suerte, pero Hinata pasó completamente de ese detalle recibiéndolo con una expresión amable. Boruto y Himawari tampoco notaron nada inusual en él, pese a que estaba seguro de que en sus ojos seguía la imagen de Sasuke desnudo y en una posición sugerente.

Su pequeña hija lo había recibido con los brazos abiertos contenta de verlo al mismo tiempo que Boruto comenzaba a quejarse por su impuntualidad, culpándolo del hambre que traía. Hinata rió, acostumbrada a escenas como esas, apresurándose a servir la comida que celosamente mantenía cubierta evitando que se enfriara.

Naruto se había encontrado a sí mismo admirando la manera en la que se desenvolvían esas tres personas que conformaban su “familia” haciéndole sentir incómodo por la naturalidad con la que parecían seguir las cosas.

Todo estaba exactamente igual a como lo había estado durante más de una década y él no podía evitar sentirse fuera de lugar, por ser el único que estaba actuando diferente. 

La comida preparada con el amor de su esposa de pronto no tenía un buen sabor y le era imposible pasar, pero de todas formas tuvo que seguir comiendo en medio de sonrisas fingidas mientras de su boca no dejaban de salir mentiras que excusaban su repentina y abrupta ausencia, con el miedo latente de que en cualquier momento la culpa lo terminara orillando a decir la verdad.

Y de nuevo se preguntaba ¿Era tan malo confesarlo todo? ¿Por qué su familia no lo presionaba un poco más? Sentía el olor de Sasuke impregnado en su piel pero nadie más parecía notarlo ¿O acaso la culpa le hacía imaginar que tenía el nombre de Sasuke grabado por todo su cuerpo? Era difícil de explicar.

Los días posteriores no fueron mejores que ese y Naruto había llegado a un punto en el que le resultaba imposible mantener una conversación con Hinata por lo que tendía a esconderse en su pequeño estudio bajo cualquier excusa que se le ocurriera en el momento. Naruto no era la clase de persona que mintiera y menos con un asunto tan delicado como el que traía entre manos, pero era consciente de que no podía decir nada a menos que Sasuke se lo permitiera.

Pero Sasuke parecía firme a su decisión por lo que Naruto comenzaba a perder las esperanzas a las que se había aferrado desde el comienzo. Naruto odiaba las mentiras, pero le había prometido a Sasuke vivir un mundo lleno de ellas.

Un mundo difícil pero no imposible.

Un mundo del que no quería ser parte.

Con cansancio se dejó caer sobre una banca frente a una máquina expendedora viéndola como si fuera el objeto más interesante de la tierra. Había decidido tomar el camino más largo hacia su casa buscando aliviar el malestar que parecía atacarlo cada vez que debía volver a ese lugar.

No había visto a Sasuke en todo el día por lo que su mente se había mantenido dando vueltas en círculos irremediablemente, intentando buscar una solución que diera fin a sus problemas sin éxito.

—Hey —Escuchó la voz de Boruto cerca de él por lo que rápidamente se volteó a verlo notando como este parecía haber estado allí en silencio por varios minutos.

— ¿Boruto? ¿Pasa algo?

Boruto miró el suelo con indecisión unos momentos — Eso quiero saber yo, ‘ttebasa.

Naruto permitió mostrar cierto temor por unos segundos ante el comportamiento inusual de su hijo— ¿A qué te refieres?

El menor se sobó la nuca mientras fruncía ligeramente el ceño viendo hacia otra dirección— Yo… he notado cierta incomodidad viniendo de ti. Como si no quisieras estar en casa, ‘ttebasa —Comenzó a decir Boruto, ajeno a la expresión contraída que ponía el mayor ante sus palabras.

— ¿Así que decidiste seguirme? —Anticipó Naruto admirando el sonrojo que se apoderaba del rostro de Boruto.

— ¡No iba a decir eso! Yo solo… —Comenzó a excusarse el menor pero se perdió en sus propias palabras por lo que sacudió la cabeza intentando aclarar su discurso— Estoy preocupado por ti.

Naruto pestañeó un par de veces intentando asimilar esa confesión repentina e inesperada que no vio venir — Vaya, eso es algo que no esperaba escuchar de ti ‘ttebayo —Comentó con un tono de diversión haciendo que su hijo se sintiera aún más avergonzado por lo que se apresuró a agregar— No es nada, Boruto. Son cosas de adultos.

—Hmp, los adultos y sus problemas —Se quejó Boruto sentándose a su lado manteniendo ambos brazos detrás de su cabeza— Por mucho que lo intente, no logro entenderte, papá.

— ¿Ah sí? Deberías considerar pedirle ayuda a  Shikadai, quizás él pueda ayudarte un poco.

—No eres tan gracioso como crees ‘tebasa —Boruto entrecerró los ojos viéndolo por sobre el hombro— Si ese es el caso, ¿El tío Shikamaru no puede resolver tus problemas?

Naruto rió sin poder evitarlo — No. Y estoy completamente seguro de que aunque pudiera preferiría no meter sus narices en ello. Es demasiado problemático para él.

Boruto se cruzó de brazos analizando sus palabras un momento— ¿Y Sasuke-san?

— ¿Sasuke? —Fue inevitable para Naruto ponerse nervioso ante la mención de su amante pero supo disimularlo para que no fuera tan evidente. Negó con la cabeza de inmediato— No. Él mucho menos puede ayudarme. Su especialidad no es precisamente solucionar problemas, sino que ocasionarlos ‘ttebayo. 

Ante la notoria confusión en el rostro de su hijo soltó un suspiro, reprendiéndose por estar diciendo cosas tan ambiguas.

—Pues yo creo que no hay nada que Sasuke-san no pueda resolver ‘ttebasa —Dijo Boruto con mucha convicción y Naruto pudo apreciar como los ojos del menor parecían iluminarse al hablar del Uchiha— Él es un genio nato, después de todo. Estoy seguro que si él fuera el hokage sabría atender a todos los problemas que se le presentaran sin terminar hecho polvo en medio de un montón de papeles ¡Él sería más genial, ‘ttebasa!

—Auch —Fingió estar herido Naruto llevándose una mano a su pecho, más su sonrisa divertida dejaba en claro que no lo estaba. 

Boruto solo murmuró un “No seas infantil” por lo bajo haciendo que su sonrisa se ensanchara con más diversión que antes, ¿Quién iba a decir que su propio hijo caería rendido a los encantos Uchiha? Era demasiado gracioso para él, aunque de igual forma predecible. Boruto solía preferir la clase de persona completamente diferente a él como una especie de rebelión hacia su padre.

—Para una persona que suele poner tanta atención a la  “genialidad”, vociferar tu adoración hacia un maestro te quita bastantes puntos ‘ttebayo.

El menor enrojeció hasta las orejas al darse cuenta de ese detalle por lo que se apresuró a defenderse— ¡Agh! ¿Qué? ¡No lo decía de esa manera ‘ttebasa!

— ¿Entonces cuál es la manera?

—Papá —Gruñó Boruto— Como ya dije, no eres tan gracioso como tú crees ‘ttebasa.

Naruto se encogió de hombros despreocupado— Ya. Sé que le admiras, incluso muchísimo más que a mí —Dijo el hokage acariciando el cabello del menor que fruncía el ceño como si estuviera siendo regañado.

— ¿No estas molesto?

— ¿Por qué debería? ¿Quién más que yo para reconocer a Sasuke como alguien digno de admirar? —Preguntó al aire viendo su propia imagen de niño en Boruto recordando lo mucho que solía entrenar para ser reconocido por el Uchiha—  Es mi rival y una persona muy importante para mí.

—Papá, suena raro si lo dices de esa manera —Le hizo notar Boruto con aparente incomodidad mientras se le pasaba por la cabeza todas las situaciones que había presentado de su padre junto a su maestro  demasiado cómodos con la cercanía del otro.  

Naruto se quedó mirando a Boruto con atención intentando leer su lenguaje corporal — ¿Qué es lo que piensas de Sasuke, Boruto? —Preguntó entonces.

— ¿Qué ya no lo he dejado claro? Agh, que molesto eres, papá —Desvió la mirada avergonzado Boruto— Lo admiro ‘ttebasa. Es mi modelo a seguir.

No dudó de la sinceridad del menor, ese brillo inusual en sus ojos le daban a entender más cosas de las que Boruto permitía exteriorizar con palabras. Sonrió, intentando encontrar el lado divertido a lo cruel que podía ser la vida a veces. Juntar a Sasuke con Boruto era una de esas cosas que podría catalogar como “cruel”. No por el hecho de que su hijo admirara a alguien que no fuera él, sino por la manera en la que el destino intentaba reunirlos a la fuerza, así sea usando a Boruto como intermediario.

Naruto estaba convencido de que su reconciliación era algo irremediable que tarde o temprano iba a suceder, probablemente en un escenario peor que el actual. Lo más seguro, es que si lo hubiesen seguido extendiendo, se habrían reconciliado en medio de un campo de batalla con uno de los dos muriéndose desangrado mientras el otro no deja de repetir lo mucho que lo ama. Si, era un escenario que combinaba con ellos.

— ¡Sasuke-san!

El grito eufórico de Boruto lo sacó de sus pensamientos para voltearse rápidamente en la misma dirección hacia la que el menor agitaba la mano saludando, encontrándose con su amante que le observaba con una expresión curiosa.

— ¡Sasuke! —Dijo también incapaz de ocultar su felicidad levantándose de inmediato para ir hacia él pero al ver que Sasuke retrocedió por inercia, intentando marcar distancia entre ambos, se detuvo abruptamente— ¿Qué…?

—Creí que estabas trabajando —Le interrumpió Sasuke oportunamente, sabiéndolo de antemano lo que el otro quería decir. Sus ojos oscuros se posaron en Boruto como queriendo recalcar su presencia para Naruto.

— ¡Sasuke-san! ¡Sasuke-san! —Boruto pasó de Naruto y se acercó al mayor emocionado— ¿Has venido a buscarme para entrenar?

El Uchiha ladeó una sonrisa— Algo así —Al ver la confusión en el rostro del menor le entregó un pergamino que traía oculto bajo su capa— Esto puede ser de ayuda para la regulación de tu chakra. Léelo.

— ¿Eh? —Boruto demoró un poco en tomar el pergamino— Pensé que mi control era bueno.

—Puede ser mejor.

—Ah, no seas así. Sarada es quien cumple esa función en el equipo ‘ttebasa.

—Deja las excusas y ponte a trabajar en ello.

—Sí, sí.

En su silencio, Naruto sintió que el dolor agudo en su pecho desaparecía para dar paso a una enorme preocupación. Sasuke era bueno reservando sus emociones, pero Naruto había aprendido a leer a través de esa mascara de frialdad reconociendo el temor en esos ojos negros, profundos y hermosos, que estaban fijos en un brillante Boruto.

El hokage suspiró, por quien sabe cuanta vez en el día, sintiendo el mismo pesar que a Sasuke parecía atormentarlo dejándole claro que la mentira que él mismo había tomado como opción le lastimaba casi tanto como al propio Naruto.

Naruto se aguantó las imperiosas ganas de ir hacia el Uchiha y estrecharlo entre sus brazos — ¿Vas de camino a casa?

Sasuke volteó a verlo, manteniendo la distancia entre ambos — No. Iba a ver cómo estaban llevando el asunto del pergamino.

—Aún no hay avances. Están tan estresados con eso que podrían echarte del laboratorio sin dudarlo ‘ttebayo.

—Ya veo.

— ¿Por qué no vienes a cenar con nosotros ‘ttebasa? 

Naruto sintió cada musculo de su cuerpo paralizarse ante aquella propuesta descabellada que soltaba su hijo. Sus ojos se habían abierto más de lo normal demostrando su sorpresa al igual que Sasuke quien parecía tan desconcertado como él.

—Boruto —Dijo Naruto después de que el estremecimiento en su cuerpo pasara— No puedes invitar tan a la ligera a alguien a casa ‘ttebayo. Tienes que preguntarle a…

— ¿Mamá? ¡Estoy seguro que ella no tendrá ningún problema! —Dijo Boruto convencido— Es más, ella misma había mencionado que quería invitar a Sasuke-san a cenar algún día, en agradecimiento por cuidar de mi… —Murmuró por lo bajo lo último.

Los ojos azules del hokage buscaron los de su amante quien no parecía para nada a gusto con la idea de compartir su espacio con Hinata.

—No es necesario —Se negó Sasuke ocultando su descontento.

—Pero… por favor, Sasuke-san —Insistió Boruto, viéndolo con sus ojos inocentes y llenos de ilusión haciendo que Sasuke sudara frio.

En el momento que Boruto se puso en marcha sin esperar respuesta de ninguno de los dos supo que habían perdido, sin embargo, ambos se quedaron viendo la espalda del menor por unos largos minutos antes de caminar en la misma dirección que este, completamente tensos.

Naruto se pasó una mano por la nuca intentando buscar las palabras adecuadas pero su cabeza estaba repentinamente llena de pensamientos que le ponían nervioso. Pensamientos que incluían a Sasuke y Hinata teniendo alguna tensa conversación como él lo había hecho con Sakura.

No, estaba seguro que algo así no sucedería… pero, ¿Y si ocurría? ¿Qué haría en tal situación?

Sasuke a su lado se mantenía en silencio y ajeno a él, preocupado de sus propios pensamientos que Naruto sabia eran igual de tormentosos que los suyos. Es que el Uchiha nunca había considerado a Hinata en el panorama. Para él, la heredera del clan Hyuga era una simple pieza sin relevancia en su vida, pero las cosas cambiaban cuando se consideraba a Hinata en el tablero de Naruto.

Cuando estuvo frente a la puerta de su casa, Naruto sintió la imperiosa necesidad de tomar a Sasuke y marcharse, pero antes de que pudiera hacer algún movimiento esta se había abierto dejando ver a la persona que tanto había estado evitando en el último tiempo.

La sonrisa amable de Hinata le hizo retroceder por inercia y no fue porque sintió la mano de Sasuke apoyarse en su espalda discretamente que se dio cuenta de ello.

—Gracias por venir, Sasuke-kun —Dijo entonces ella, como saludo.

Sasuke tardó unos segundos en responder, sin moverse de su lugar — Perdón las molestias.

—No hay problema. Es lo menos que puedo hacer en agradecimiento por entrenar a Boruto. Por favor pasen, la cena está lista.

Pero ninguno de los dos se movió, tan estáticos como si fueran parte de la decoración del jardín delantero. Hinata no esperó a que acataran su orden por lo que regresó a la cocina más pendiente de la comida que de ellos en sí.

—Sasuke —Lo llamó Naruto— No tienes que entrar si no quieres.

El Uchiha volteó a ver a su amante reconociendo la tensión que parecía rodearlo y negó— Boruto fue el que me invitó.

—Pero tú no aceptaste nada —Señaló Naruto— Podríamos inventar una excusa y…

— ¿Estas asustado? —Lo cortó entonces Sasuke, con ese tono de voz que Naruto reconoció enseguida haciendo que tuviera toda su atención.

El hokage frunció el entrecejo al verse retado— No. Si lo estuviera habría sido yo el primero en proponer mantener oculta nuestra relación.

Sasuke entrecerró los ojos entendiendo el mensaje entre líneas— Si estás pensando…

—No —Aclaró de inmediato, suavizando su expresión para no perturbar al otro— No voy a decir nada que tú no quieras ‘ttebayo.

—Bien entonces —Fue lo último que dijo el Uchiha antes de entrar a la casa buscando escapar de Naruto.

Naruto vio la espalda del Uchiha desaparecer en el pasillo que la puerta abierta de su residencia dejaba ver con pesar. Porque en el fondo él si estaba pensando en decírselo a Hinata.

Con dificultad entró, cerrando la puerta tras de sí y se dirigió al comedor en donde Sasuke ya estaba sentado mientras sus hijos no paraban de hablarle completamente maravillados con él. No le sorprendió que Boruto tomara el puesto al lado de Sasuke orillándolo a tomar el lugar junto a su esposa quien le esperaba con su sonrisa amable de siempre. Sintió una arcada en su garganta, pero nadie salvo Sasuke notó.

— ¿Cómo está Sakura-san? —Preguntó inocentemente Hinata.

Sasuke ni siquiera se inmutó por su pregunta— Bien, tiene el turno de noche hoy.

— ¿Es así? Entonces Sarada-chan debe haberse quedado sola —Se lamentó Hinata por no habérsele ocurrido invitarla también.

—Sarada iba a quedarse en casa de la hija de Chouji —Dijo Sasuke rápidamente como si no soportara los ojos preocupados de Hinata.

— ¿Chouchou? Ellas dos siempre andan juntas ‘ttebasa —Comentó Boruto sin poder evitar meterse en la conversación.

—Sarada-san nunca ha venido a casa y eso que es compañera de mi hermano —Agregó Himawari con una expresión pensativa— Deberías invitarla, hermano.

— ¿Eh? —Los colores en el rostro de Boruto subieron rápidamente.

— ¿Son compañeros o no?

— ¡Sí! Pero… invitarla… —Comenzó a decir el menor por lo bajo evitando ver a Sasuke— Eso sería algo…

Sasuke esperó intrigado que Boruto terminara la oración pero al parecer el chico no lo haría así que desvió su atención devuelta hacia Naruto, únicamente para ver como Hinata lo había tomado del brazo mientras le decía divertida algo por lo bajo al rubio relacionado a Boruto que no alcanzó a escuchar del todo. Su mirada debió ser lo suficientemente insistente como para que Naruto lo notara, por lo que este no tardó en devolvérsela apartando a Hinata suavemente de él.

El Uchiha sintió cierto malestar en su estómago al notar la manera considerada en la que Hinata actuaba con Naruto, recordándole a su propia esposa. Siempre servicial a él, tratándolo con amor y luciendo contenta por cualquier mínimo detalle que hiciera por ella.

La culpa que solía invadirlo en ocasiones volvió como un golpe en la cara que le hizo hacer una expresión de dolor que no pasó desapercibida para Naruto. Sasuke no soportó ver esos ojos preocupados sobre él y desvió su mirada hacia otro lugar ignorando la insistencia de esos ojos azules.

No estaba haciendo nada malo, ¿Por qué se sentía como si acabara de besar a Naruto en las propias narices de Hinata? Había algo en esa casa que le parecía sofocante, incluso más que en la suya propia que le hacía sentir angustiado. La comida preparada con el amor de Hinata hacia Naruto comenzaba a dejarle un mal sabor en la boca, pero él se negó a rechazar esa comida, como si temiera que el amor de la chica sobrepasara el suyo. Por un momento, creyó ver a lo lejos, justo detrás de Hinata parado en medio del comedor, una sombra observándolo, “¿Cómo te atreves a irrumpir en este hogar tan cálido?” creyó que decía en medio de su paranoia, juzgándolo por el atrevimiento de poner un pie en la casa de su amante, provocando que detuviera abruptamente el camino de los palillos hacia su boca, dejando olvidada la carne en ellos.

Naruto cayó en el mismo silencio de Sasuke, mordiendo con cuidado sus alimentos que no le sabían más que a polvo y a inseguridad. La mirada repentinamente fija de Sasuke en un punto atrás de él le hizo sudar frio e irremediablemente se volteó en esa dirección buscando aquello que el Uchiha observaba con tanta tensión, sin encontrar nada más que el mueble en el que reposaban fotografías enmarcadas de su familia.

Discretamente alzó un pie bajo la mesa y tocó con este uno de los de Sasuke quien no lo apartó como creyó que haría, comprobando que su amante no se sentía para nada bien a diferencia de lo que intentaba demostrar.

— ¡Hey, hey! ¡Sasuke-san puede hacer el kage bushin ‘ttebasa!

— ¿De verdad? —preguntó Himawari maravillada por los comentarios de Boruto hacia Sasuke. 

El séptimo hokage, de pronto se encontró a sí mismo concentrado en su hijo, escuchando la voz de Hinata llamarlo a lo lejos y la mirada de Sasuke recompuesto llamándolo también. No respondió a ninguno.

Su atención estaba completamente en su hijo quien no dejaba de soltar maravillas sobre un Sasuke que lucía cada segundo más incómodo; tan enfermo de la calidez de su hogar como él.

Una alocada idea cruzó por su cabeza cuando el pie de Sasuke se volvió a rozar con el suyo buscando su atención y no tardó en corresponder esa caricia que ambos parecían necesitar con ambos pies cubriendo los de su amante que pareció perder el aliento cuando Hinata le preguntó si quería más arroz.

Escuchó a Boruto exigir la atención de Sasuke, y este se la dio en un intento desesperado por no perder el control de sí mismo. Naruto volvió a perderse en la palpable admiración de su hijo hacia esa persona de la que estaba perdidamente enamorado.

De esa persona que solo quería esconderse de todos los que no fueran Naruto Uzumaki. 

“Hey, Boruto…” Pensó Naruto en un momento de debilidad mientras mordía la deliciosa carne que le era imposible degustar observando a su hijo sentado delante de él ajeno a sus pensamientos “¿Quieres saber algo? El sensei al que tu tanto admiras me suplicó que no le contara a nadie sobre nuestro amor, ¿Puedes creerlo? Sasuke no es tan buen sujeto como crees, Boruto. Aun así, incluso un bastardo como él es capaz de hacer una expresión tan vulnerable cuando se siente sobrepasado, que me resulta imposible no sucumbir y darle el gusto solo para no ver el dolor en sus ojos, aunque yo termine volviéndome loco por la culpa, ¿Puedes creer que esté así de enamorado de él?”

Su hijo inocente se volteó a verlo, como si acabara de escuchar todo lo que pasaba por su atormentada cabeza y le sonrió.

Su cuerpo entero se congeló y el vaso que Hinata acababa de llenar resbaló de su mano estrellándose contra el suelo en medio de un ruido desagradable que pareció demandar silencio.

Sasuke oportunamente se levantó y Naruto lo siguió por la casa rápidamente ante la confundida mirada de su familia que no se atrevió a cuestionar.

Apenas el Uchiha había localizado el baño entró dando un portazo que Naruto impidió abriendo el inodoro para vomitar todo lo que había ingerido su estómago, rechazando el amor de Hinata. 

Naruto se mantuvo quieto en su lugar observando la escena atentamente y permitiendo dejar la puerta a medio cerrar.

— ¿Puedes sentirlo? —Preguntó entonces Naruto, rompiendo el silencio que ambos parecían forzar entre sí. Caminó hacia él para acariciar su espalda antes de que este se reincorporara, dirigiéndose hacia el lavado y hurgando en sus cosas hasta pillar el dentífrico que buscaba— Sasuke, ¿Puedes sentirlo? —Volvió a preguntar.

—Está de regreso —Dijo entonces Sasuke, con los hombros tensos haciendo que Naruto se acercara para abrazarlo desde atrás— Es insoportable. Esta casa está llena de esa mierda.

— ¿De qué? —quiso saber Naruto.

—Del amor de Hinata.

Naruto sintió que algo le golpeaba en la cara por lo que contrajo su rostro en una expresión de dolor— ¿Es tan horrible?

—Lo suficiente como para hacer que imagine cosas —Respondió Sasuke volteando a una dirección opuesta a Naruto, en un punto vacío que a Naruto le erizó la piel.

—No, es solo culpa ‘ttebayo —Dijo Naruto, intentando mantener la calma, tratando de no caer en la misma paranoia de su amante— Mirame.

Sasuke acató la orden en fracción de segundos más no despegó la mirada de aquel punto en el que el Uchiha creía ver a alguien vigilándolo.

—Estas delirando, no hay nadie allí —Quiso hacerle entrar en razón Naruto al notar como el sharingan aparecía en los ojos de Sasuke que seguía perdido en sus pensamientos— Hey… —Lo tomó de la barbilla queriendo que lo viera de frente, notando como ese inmutable rostro parecía a punto de doblegarse ante él— Nadie nos ha descubierto.

—Nadie en este mundo —Corrigió Sasuke haciendo que Naruto abriera sus ojos de la impresión y por su cuenta buscara algo en ese punto que Sasuke mantenía vigilado entendiendo a lo que se refería.

—Neji… —Murmuró Naruto en voz baja, repentinamente inquieto por la simple idea de tener a esa persona en el mismo lugar que él, viéndolo con esa expresión de molestia que solía traer en el rostro al ver como jugaba con los sentimientos de su prima. Sacudió la cabeza disipando el miedo que comenzaba a crecer dentro de él y volvió a concentrarse en Sasuke— No hay tal cosa. Fue una mala idea dejar que Boruto se saliera con la suya, es mejor que vayamos a otro lugar.

Sasuke se pensó las palabras de Naruto unos momentos mientras intentaba serenar el malestar que esa casa le provocaba— Yo soy el que tengo que irme. Esta es tu casa —Le hizo ver admirando como Naruto fruncía el ceño desconforme.

—Quiero estar contigo —Replicó Naruto de inmediato.

—No puedes, sería demasiado sospechoso que te fueras ahora.

Naruto mordió sus labios aguantando el reclamo en su boca. Era imposible para él no sentir las palabras de Sasuke como un cuchillo afilado en su pecho, más prefirió no discutir. No era el mejor momento para algo así.

Suspiró en resignación y simplemente lo estrechó en sus brazos intentando apaciguar el malestar de ambos, protegiéndose de la realidad que los rodeaba con el amor que sentían por el otro. Sasuke no le rechazó, permitiendo el abrazo mientras Naruto recargaba la frente en su hombro.

—Debo irme —Dijo entonces Sasuke.

Naruto lo miró entonces, sin ganas de dejarlo ir — No me gusta cuando esas palabras vienen de ti ‘ttebayo.

—Usuratonkachi.

Pese a la tristeza en su pecho, Naruto sonrió, intentando que su determinación no flaqueara frente al Uchiha.

—Teme.

Sasuke sintió la presencia de esa sombra más fuerte que antes, pero ignoró su presencia queriendo creer que era su mente nuevamente jugando con su subconsciente. Se aferró a los brazos de Naruto sintiendo el aliento de este chocar suavemente en su rostro en anticipación. Sus fríos labios se abrieron para aceptar la calidez de la boca de Naruto, permitiendo esa muestra de cariño que parecía necesitar desesperadamente.

Su corazón latió apresurado recordándole que su razón de vivir era esa persona a la que se aferraban como si temieran que esta desapareciera.

Su otra mitad.

Aunque el mundo se estuviera cayendo a pedazos, Sasuke seguiría creyendo que lo tiene todo si está con Naruto.

Y Naruto creía fielmente, que mientras tuviera a Sasuke podría seguir respirando.

Aun si la vida que habían elegido terminara destruyéndolos, seguirían convencidos de ello.

Sasuke habló sin emitir sonido, modulando con confianza una palabra que hizo a Naruto estremecer y ensanchar su sonrisa para volver a besarlo ajeno a los que debían estar abajo esperando por ambos.

Ajeno a Boruto que había subido preocupado y que los observaba absorto disfrutar de su tormentoso amor.

 

 

 

Notas finales:

Hello ~ ♥ ¿Cómo están? Espero que estén super super bien, aquí les traigo este capitulo que espero que les haya gustado.


¡Nos acercamos al final poco a poco! Mientras les subo esto quiero informarles que ya tengo escritos los dos capitulos siguientes y por ende solo me falta escribir el 15 y 16 para dar por finalizada esta historia ¡Agradezco el inmenso apoyo que me han dado todo este tiempo!


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