Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I N C O R R E C T O por Ckonny Nickole

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

CAPITULO 13.

— ¿Estuviste en casa de Naruto? 

Sasuke ante aquella pregunta miró por sobre el hombro a Sakura quien acababa de entrar al comedor de la casa que aún se mantenía oscuro por las cortinas que seguían bloqueando la luz del sol que acababa de asomarse — Lo hice. 

— ¿Y luego? —Preguntó Haruno, sin moverse de la posición que había adoptado, con la mitad de su cuerpo apoyado en la pared del pasillo que separaba la estancia de las habitaciones.

— ¿Hay algún problema? —Cortó el interrogatorio Sasuke olvidándose del café humeante delante de él.

Sakura comenzó a caminar hacia su dirección, con esa mirada extraña fija en sus ojos que no parecían pronosticar nada bueno, pero ella se mantuvo impasible mientras tomaba lugar a su lado en la mesa del comedor.

—Hinata llamó para saber cómo estabas —Dijo Sakura recargando el mentón sobre una de sus manos.

Sasuke notó la inspección que su esposa hacia sobre él, pero no comentó nada al respecto. El hecho de que la esposa de su amante se diera la molestia de mostrar preocupación hacia él, quien se marchó sin ninguna muestra de agradecimiento hacia su cortesía, lo desencajó un poco. 

—No escuché que el teléfono sonara —Comentó Sasuke analizando a Haruno detalladamente ahora que la tenía más cerca. El pijama desarreglado y el rostro descansado de su esposa le daban indicios de que esta no había pasado la noche en vela como creía que había estado haciendo en el hospital.

Vio como Sakura estiraba la mano para coger la taza de café olvidada para darle un sorbo, con sus ojos verdes fijos en él. 

Ahora que lo pensaba, no había escuchado a su esposa llegar en la mañana, ni tampoco había sentido su chakra cuando volvió a altas horas de la noche después de haber escapado de la casa de Naruto y dado un par de vueltas por la aldea buscando distraer su mente.

—Es porque no llamó esta mañana —Respondió su esposa sin dejar de beber ese líquido amargo que ella por lo general solía endulzar hasta decir basta— Lo hizo ayer, alrededor de las diez y media de la noche.  

Sasuke sintió su pulso acelerarse un poco e inmediatamente captó el detalle que le dio la explicación que estaba buscando en ese momento— No te correspondía el turno de noche.

Notó como Sakura tensaba los dedos sobre el café que seguía bebiendo como si fuera propio — No. Me quedé aquí.

—Ocultando tu chakra —Agregó Sasuke sin disimular la molestia en su voz.

—Lo hice porque quería sorprenderte —Se defendió sin dudar la chica dejando la taza sobre la mesa— Quería tener un momento a solas contigo, Sasuke-kun.   

Había algo en el rostro de Sakura que le impedía creer en las palabras de su esposa, por muy sinceras que estas sonaran. Sabía que era demasiado pronto para hacer una acusación, pero estaba seguro de que esa mujer, quien había sido su compañera de equipo y con quien había logrado forzar un lazo, lo estaba poniendo a prueba y lejos de sentirse arrinconado como solía sentirse delante de ella cuando Sakura aparentaba saber más de lo que debería lo tomó como un reto el cual no iba a perder.

Tenía que admitir que Sakura lo había hecho bien en esa ocasión. Hacer a un lado a Sarada y fingir ausencia para ver si su esposo aprovecharía la oportunidad de estar solo para comprobar las sospechas que traía sobre él, había sido una buena estrategia, salvo por un pequeño detalle que Sakura pareció no contemplar. Sasuke no permitiría jamás que su amante pusiera un pie en esa casa.

Naruto era el único suficientemente estúpido como permitir cruelmente que su amante compartiera el mismo espacio que su pareja legal.

El mismo lugar en donde debía fingir que amaba a otra persona. 

Internamente, Sasuke agradeció la preocupación de la inocente mujer de Naruto al facilitarle una cuartada de la cual aferrarse de ser necesario sin terminar diciendo nada arriesgado.

Él había cenado en casa de Naruto y su familia, pero no se quedó allí y prefirió volver a su hogar. Lo que haya provocado su demora al volver eran detalles que a Sakura no le interesaban, pues Naruto no estuvo con él en esos momentos.

Sakura nunca podría arrinconarlo. Nunca permitiría que lo hiciera, sin importar las pruebas que tuviera, él se encargaría de refutar cada una de ellas, consciente de la gran ventaja que tenía sobre Sakura al ser el punto débil de esta.

—Cariño —Lo llamó Sakura reconociendo la mirada carente de emociones que su esposo le dedicaba en ese momento trayéndola de vuelta al pasado cuando solo eran unos niños y Sasuke la consideraba una molestia en su vida — ¿Pasó algo en casa de Naruto? 

Sasuke estuvo a punto torcer una sonrisa ante las agallas que de pronto mostraba su esposa. Bien dicen por ahí que la inseguridad saca lo peor en las personas cuando no saben cómo manejarlo— Nada de tu incumbencia.

—Entonces ¿Por qué Hinata llamó preguntando por ti? —Alzó un poco la voz Sakura ante su respuesta seca.  

Sasuke la admiró unos momentos como si no la reconociera— Solo cené en ese lugar y luego regresé, ¿Qué más quieres saber? 

Sasuke pudo apreciar el tinte rojo en las pupilas verdes antes de que ella se levantara y golpeara con la fuerza suficiente la mesa delante de ellos quebrándola al instante al no ser capaz de seguir manteniendo la calma. Instintivamente Sasuke se puso de pie, pero no tomó ninguna distancia entre ambos, manteniendo su expresión de circunstancia en el rostro.

—¡QUIERO SABER QUÉ DIABLOS ESTAS ESCONDIENDO!  

Vio los brazos de ella acercandose para empujarlo hacia la pared más cercana, más no se defendió y permitió que lo hiciera soportando la mirada agresiva de su esposa.

—Suéltame —Ordenó Sasuke.  

Los brazos de Sakura temblaron, pero no se apartaron de esos hombros— Dímelo… —Pidió ella— ¿Por qué hemos vuelto a ser lo que éramos antes? ¡¿Por qué sigo siendo la que solo tiene que conformarse con ver sus espaldas?!  No sé qué diablos Naruto y tú estén escondiendo, pero creo tener el derecho de saberlo ¿Por qué nunca me cuentas nada, Sasuke-kun?

Sasuke admiró las lágrimas caer por las tiernas mejillas de su esposa haciendo que su determinación flaqueara un poco, pero no lo suficiente como para darle el gusto de verse sobrepasado. Sin embargo, el sabor amargo estaba allí al igual que la culpa que nunca lo abandonaba y que rodeaba cada rincón de esa casa conviviendo junto al amor de Sakura.

Entornó los ojos, permitiendo ver un poco de arrepentimiento como si fuera alguna especie de consuelo para esa persona a la que quería. Podría no amarla, pero quería a Sakura y en sus planes egoístas no contemplaba la posibilidad de hacerla sufrir como parecía siempre terminar haciéndolo.

Entonces Sasuke se preguntó, si realmente estaba contemplando a sus propios seres queridos en el panorama que él mismo había provocado. 

No quería que Sakura sufriera y mucho menos Sarada, pero la única forma que tenía para evitarlo era aferrarse a esa mentira que era dolorosa para todos. 

Sakura no lo entendería, aunque se lo dijese de frente, “¿Qué quieres que te cuente? ¿Qué me acuesto con Naruto justo como lo estas imaginando? No Sakura. La balanza no se inclina a nuestro favor, es por eso no debes saberlo”

Él era solo una sombra en ese enorme mundo, insignificante y sin valor más que para unas cuantas personas, pero su familia y la de Naruto, incluyendo a este último, no eran como él. Ellos eran personas preciadas por muchos más y no quería que terminaran perdiéndolo todo por su culpa.

¿Qué era su propia felicidad en comparación a la que ellos habían formado?

Sasuke estiró su mano viendo como Sakura cerraba los ojos asustada únicamente para luego volver abrirlos con sorpresa cuando se vio envuelta en un abrazo que no se esperaba.

—Sasuke-kun…

¿Estaba tan mal seguir el camino que había elegido intentando no lastimar a nadie? 

¿Por intentar mantener el mundo maravilloso que sus seres queridos habían formado lejos de él?

Sasuke sabía que Sakura lo amaba, pero ella había aprendido a sobrevivir durante años sin él.

Y por mucho que le doliera reconocerlo, lo mismo iba para Naruto.

Naruto le amaba, lo suficiente como para volverse un completo desastre por él, pero también había encontrado la felicidad, aunque fuera pasajera, lejos de él.

Si él moría el día de mañana, el mundo no se detendría porque la cantidad de gente que lloraría su muerte no sería considerable.

Pero si Naruto moría… Hinata, Boruto, Sarada, Himawari o Sakura… era diferente.

¿Realmente era despreciable por no querer poner en peligro la felicidad de los demás?

Itachi se había sacrificado por esa aldea y nadie nunca lo reconoció por ello.

Él se sentía de la misma manera…

—Lo siento, Sakura —Dijo en voz baja, únicamente para que ella lo escuchara provocando que su esposa se aferrara a él con desesperación. 

… Pero la verdad, es que ya no sabía qué diablos hacer. 

.

.

.

“Te quiero”

Naruto no podía evitar el temblor que recorría su cuerpo cada vez que recordaba las palabras que había modulado Sasuke la noche anterior, antes de marcharse dejándolo solo con su familia quien no hizo mayores comentarios sobre lo sucedido, al menos Hinata y Himawari no lo habían hecho. Boruto por su lado se había encerrado en su habitación antes de que siquiera pudiera desearle buenas noches, pero no le dio mayor importancia, acostumbrado al carácter del menor.

Él mismo aprovechó para encerrarse en su oficina al notar que todos parecían repentinamente inmersos en su propio mundo evitándose unos a otros como si estuvieran culpándose mutuamente por arruinar la velada. 

—Te ves demacrado —Comentó Kakashi entrando por la ventana del despacho como acostumbraba.

Naruto cabeceó en respuesta, más dormido que despierto mientras se limpiaba la saliva que comenzaba a acumulársele en su boca ligeramente abierta.

—¿Insomnio?

—No sé si llamarlo de esa manera ‘ttebayo —Confesó el Séptimo Hokage viendo el informe sobre la mesa al cual llevaba un buen rato intentando leer sin éxito.  

Su cabeza estaba demasiado ocupada recordándole la horrible persona que era por haberse besado con Sasuke a escondidas en su propia casa mientras su familia estaba abajo esperándolos con una cena preparada especialmente para ambos.

—Creo saber el término que buscas, ¿Qué tal “relación extramarital”?

—Kakashi-sensei… —Se quejó Naruto de inmediato, frunciendo el ceño ante la burla— Suena peor cuando otra persona lo dice ‘ttebayo. 

El mayor lo observó una fracción de segundos antes de volver a su lectura — ¿Entonces? ¿Algo pasó? Tu modo zombie en el trabajo perjudica a más gente de la que crees ¿Olvidas que también soy el hokage? No quiero aguantar quejas que no son precisamente dirigidas a mí.  

—¿Alguien se ha quejado?

—Más de lo que crees —Confirmó Kakashi— Aunque han aumentado desde que Sasuke volvió a la aldea, ya sabes, hasta entonces tu sentido de la responsabilidad había estado bastante agudo.  

—No es que esté dejando de lado el trabajo, es solo que se me está haciendo demasiado difícil seguir el ritmo.

—¿Qué es lo difícil? ¿Mantener tus relaciones estables?

—Kakashi-sensei —Volvió a quejarse Naruto creyendo que su sensei estaba tentando pasar el límite entre ambos— ¿Por qué parece que sabe más de lo que debería?

Kakashi se encogió de hombros — Quien sabe.

—Si, quien sabe —Bufó Naruto dejando el maldito papel de lado al no ser capaz de concentrarse y suspiró— Ayer Sasuke fue a cenar a mi casa… —Mordió sus labios inquieto— Con mi familia.

—Vaya —Exclamó Kakashi impresionado— Eso sí que no me lo esperaba. Por algo dicen que el amor te vuelve atrevido. Mira que poner a tu esposa y a tu amante en el mismo lugar, no era algo de lo que te creía capaz.  

—No fue mi idea —Se defendió Naruto cruzándose de brazos molesto— Fue Boruto el que insistió ‘ttebayo.  

—¿Y ustedes simplemente aceptaron? —Cuestionó Kakashi haciendo enrojecer a Naruto avergonzado— ¿Fue muy terrible?

Naruto asintió repetidas veces en afirmación— Demasiado. Para él y para mí.  

—Bueno, supongo que es el precio que deben pagar por intentar mantener su relación en secreto.   

Al ver la tristeza abriéndose paso en el rostro de su exestudiante dejó el libro de lado, cerrándolo para guardarlo.

—No es como si quisiera tal cosa…

Kakashi entrecerró sus ojos consciente del dolor que parecía atravesar a Naruto en ese momento. Se arrepintió por haberlo molestado, pero no emitió ninguna disculpa y solo se mantuvo en silencio escuchando a Naruto.

—Si fuera por mí, yo ya le habría hecho saber a todos de mis sentimientos. Pero Sasuke… —Naruto fue incapaz de decir algo más y simplemente se mantuvo con la cabeza agachada aguantando el malestar en su pecho.  

—No tiene la misma opinión al respecto —Completó Hatake. Al ver como Naruto apretaba los puños supo que había dado en el clavo.  

—Él dice que nadie debe saberlo, que las cosas son mejores así. Pero yo no puedo ver qué tiene de bueno vivir en una mentira —Recordó la angustia de Sasuke reflejada en su rostro haciendo que se pasara una mano por todo el cabello frustrado— Sobre todo si esta mentira nos lastima tanto. Debió haberlo visto, Kakashi-sensei. Él estaba convencido de que un fantasma nos estaba maldiciendo en mi casa ‘ttebayo.    

Hatake alzó una ceja— Suena como si la culpa los estuviera haciendo perder la cabeza. 

—Exacto —Estuvo de acuerdo Naruto— ¿Sabe lo difícil que fue conciliar el sueño después de eso? Desperté en más de una ocasión sudando frio, creyendo que Neji estaba ahí, asechándome en la oscuridad, esperando el momento adecuado para vengarse de mi traición a Hinata.  

—Definitivamente están perdiendo la cabeza. Solo que no sabría decir cuál de los dos está peor con todo esto.  

—Me gustaría saberlo también —Se sinceró Naruto. Sus ojos azules fijos en la madera del escritorio intentando mantener a raya sus emociones delante del mayor.  

Era imposible ocultarlo y estaba seguro de que Kakashi para ese entonces ya debía haberse dado cuenta del enorme estrés que traía consigo. Sasuke podría ser bueno ocultando sus emociones a los demás, pero él no, y es por eso que empezaba a dudar seriamente de su propia capacidad para poder seguir con esa mentira absurda que los perseguía.

—Yo… —Dijo entonces Naruto más para sí que para el hombre parado delante de él— Le dije a Sakura-chan una vez que odiaba a las personas que se mentían a sí mismas —Rió por lo bajo, sin quitar la tristeza de sus ojos que perdían su brillo característico— Y pensar que terminaría convirtiéndome en una de ellas ‘ttebayo. 

—La vida es injusta a veces —Comentó Kakashi, respondiendo en automático solo para que Naruto supiera que estaba allí dispuesto a escucharlo, pero el rubio dejó caer la cabeza sobre el escritorio agotado por sus palabras.  

—Con algunos más que otros ‘ttebayo —Se lamentó Naruto visualizando a su amante en su mente queriendo darse ánimos en lugar de hundirse en su autocompasión.

—Entonces, ¿Vas a darte por vencido? —Preguntó Kakashi intentando desesperadamente tocar aquella parte del antiguo Naruto que siempre respondía con determinación ante cualquier reto que se le presentara. Lamentablemente, la mirada que le dedicó Naruto no fue la que esperaba ver.  

—Por supuesto que no —Respondió de todas formas el hokage evitando la mirada de Kakashi segundos después— Pero, no haré nada sin el permiso de Sasuke ‘ttebayo.   

—¿Y si Sasuke nunca te da su consentimiento?

Naruto frunció el ceño cayendo en un mutismo inusual en él al no saber cómo responder a esa pregunta que tantas veces él mismo se había hecho. No tenía una respuesta y dudaba tener alguna pronto. 

Quiso replicar a la mirada de reproche que le dedica su antiguo maestro, alegando que encontraría la solución y todo se resolvería tarde o temprano, pero la determinación de la que siempre había estado orgulloso había disminuido lo suficiente como para llegar a convertirse en una persona insegura de sí misma.

Él había prometido en medio de lágrimas a Sasuke que encontraría la manera de hacer que las cosas funcionaran… ¿Cuánto había pasado desde entonces? ¿Habría siquiera alguna solución?

El mundo otra vez parecía estar exigiéndole demasiado.

Kakashi no tardó en darse cuenta de que la salud mental de Naruto no estaba en las mejores condiciones por lo que prefirió dejar la conversación hasta ahí y no insistir más de lo que había hecho, aunque eso significara tener que aceptar que Naruto estaba dejándose hundir al anteponer los deseos de Sasuke por sobre los suyos sin importarle la enorme carga emocional que eso conllevaba para ambos. 

Entrecerró los ojos dando un último vistazo a su exdiscípulo agotado por culpa de su propia miseria sobre la mesa del escritorio antes de salir de la oficina con un sabor amargo en la boca.

A pesar de todo, tenía que reconocer lo mucho que Naruto debía amar al Uchiha como para permitir que este pisoteara sus principios y le hiciera cargar con más de lo que podía sobre sus hombros.

Naruto había dicho hace años que él se encargaría de llevar todo el odio del mundo en sus hombros. Kakashi nunca había dudado de la veracidad de esas palabras hasta ese momento.

—Tío Kakashi…

Detuvo la mano que había llevado a su bolsillo buscando su libro al reconocer la voz de Boruto al cual le sorprendió ver en el edificio del hokage junto a Sarada.

—¿Boruto? ¿Vienes a ver a Naruto? —Preguntó inocentemente dando un paso hacia los menores en actitud alegre, pero se detuvo en seco cuando notó como Boruto parecía cortársele el aliento al escuchar el nombre de su padre.

Inmediatamente fue consciente de cierta tensión que rodeaba a ambos provocando que frunciera el entrecejo anticipando la situación que vendría a continuación.

Como Boruto se había quedado paralizado en su lugar, incapaz de dar un paso más hacia la oficina del Séptimo Hokage, Sarada se hizo hacia adelante viendo con una falsa seriedad a Kakashi quien podía reconocer el temor tras esa mascara de frialdad que intentaba aparentar- ¿Podemos hablar con usted, Sexto? Por favor…

Un largo suspiro se escapó de sus labios sabiendo que probablemente no iba a poder retomar su lectura durante el resto del día.

.

.

.

Recargó pesadamente la espalda en la pared detrás suyo. Sus ojos negros fríos estaban fijos en la figura del hombre mayor que había detenido su camino.

En algún otro momento u ocasión, habría pasado de él y continuado su trayecto hacia el despacho de Naruto, pero ese hombre no era alguien común y bajo esa mirada impasible de Kakashi había algo persistente escondiéndose, haciéndole entender que su antiguo maestro sabia cosas. Cosas que probablemente no podría ignorar.

Sasuke frunció las cejas ante el mutismo de Kakashi, quien seguía mirándolo como si no encontrara las palabras adecuadas para decirle— ¿Qué es lo que quieres, Kakashi?

—¿Algo no va bien, Sasuke? ¿Porqué estas tan ansioso por ir hacia Naruto? —Preguntó Hatake en respuesta señalándole la urgencia con la que lo había sorprendido yendo al despacho del Séptimo Hokage.  

—Tonterías —Refutó Sasuke— Es otra persona la que parece estar ansiosa en este momento. No soy yo al que deberían preguntar si todo está bien. 

—Que amable, me conmueve que te preocupes por mí, Sasuke.

—Al grano —Exigió el Uchiha con frialdad sintiendo la urgencia de conocer los secretos que el otro parecía esconder.

Kakashi le imitó y se recargó en la pared contraria, viéndolo de frente mientras elegía con cuidado sus palabras— Solo me preocupo por nuestro Hokage.

Sasuke chasqueó la lengua, entendiendo el mensaje entre líneas — No necesitas preocuparte por él, eso es algo de lo que yo voy a ocuparme. 

—¿Y cómo lo harás? —Cuestionó el mayor— ¿Cubriendo el remordimiento de ambos con tu amor egoísta?  

—Cállate.

Kakashi sonrió bajo su máscara — ¿Toqué un punto sensible, Sasuke?

El Uchiha se llevó una mano a la frente — No soy egoísta.

—Naruto odia a las personas que se mienten así mismas, Sasuke —Le recordó Hatake notando el tinte rojo apoderándose de los ojos de Sasuke ante sus palabras.   

—Todo lo que he hecho es para protegerlo —Dijo Sasuke más para sí mismo que para kakashi, buscando creer en sus propias palabras para no doblegarse ante la situación.

El Sexto Hokage rió levemente — Tú lo lastimas tanto como lo amas, Sasuke.

Sasuke sintió que la fuerza en sus piernas desaparecía y sus ojos se abrieron incrédulos. Tuvo que afirmar su peso en la pared aún más que antes temiendo caer a medida que intentaba recuperar el aire que sus pulmones rechazaron.

—Mi más bueno y mi más cruel —Escuchó decir a Kakashi y cuando alzó la mirada para enfrentarlo se encontró a sí mismo perdido en la imagen que le devolvían los ojos de este, odiando lo indefenso que parecía delante del hombre a quien admiró alguna vez— Naruto nunca habría podido sacar adelante esta fachada a la que le has orillado mantener con sus seres queridos de no ser por el amor que siente hacia ti. Estoy seguro de que lo sabes, ¿verdad? Tener una aventura no entra en los principios de Naruto, pero su lealtad hacia ti es mayor a cualquier otro y te aprovechas de ello para seguir con tus caprichos sin medir el daño que provocas a tu alrededor.  

Sasuke apretó los dientes y jadeó al no lograr estabilizar su respiración.

—Tu siempre has sido así, Sasuke —Lo acusó Kakashi antes de que este pudiera siquiera responderle— Antepones tus propios deseos sobre los demás e ignoras las consecuencias que trae a su paso. Siempre has llevado las cosas de esa manera. Naruto nunca haría nada sin tu consentimiento por miedo a perderte otra vez y tú eres tan cruel que sacas provecho de ese miedo para continuar con el camino egoísta que elegiste por cuenta propia solo por que crees que es lo más adecuado.   

—Te equivocas… —Logró decir Sasuke, en medio de los jadeos que comenzaban a aumentar al igual que el malestar en su pecho que parecía agravarse con cada palabra que escuchaba de Kakashi— Él… él es quien no mide las consecuencias, ¡Perdemos más de lo que ganamos al revelar esta relación!  

—Entonces, ¿Por qué siguen juntos? —Cuestionó Kakashi bruscamente.  

Sasuke no pudo más y cayó de rodillas al suelo con su mano derecha presionando su pecho mientras no podía dejar de jadear.

—Es porque eres un egoísta —Insistió Kakashi viendo la mueca de dolor en Sasuke sin remordimiento— Ambos lo son, uno más que otro. Si estar juntos trae tantos problemas como dices, ¿Por qué decidieron seguir con esto a pesar de ello? ¿O acaso eres tú quien lo considera un problema? Escúchame bien, Sasuke —Ordenó el mayor agachándose para ponerse a la altura del Uchiha poco importándole lo peligroso que se escuchaban los jadeos de este— Naruto está dispuesto a todo por ti, aun si eso significa renunciar a todo lo que tiene, ¿Y tú? ¿De verdad lo amas? Si lo amaras pensarías más en su felicidad, en la de los dos, y no en lo que solamente tú consideras correcto.    

—Lo hago… —Insistió Sasuke en un hilo de voz.

—Sinceramente, ¿Crees que Naruto es feliz teniendo que mentirle a su familia para estar contigo? Mejor aún, ¿Tú eres feliz haciéndolo? Ustedes van a terminar destruyendo todo a su paso. Empezando por tu hija… —Sasuke alzó la mirada ante lo último con un claro pánico apoderándose de su rostro rápidamente— Pensar que Sarada y Boruto estarían tan desesperados por intentar comprender la relación prohibida de sus padres.

Sasuke tuvo que llevarse una mano a la boca evitando la arcada que pasó por su garganta— Boruto nos vió… —Murmuró entendiendo lo que el otro quería decirle.

La imagen de su hija viéndolo con desprecio le provocó una nueva arcada a la vez que el aire dejaba de entrar a su cuerpo imaginando la expresión que pudo haber puesto Boruto cuando los descubrió, probablemente una entre el asco y la decepción.

Dejó que su cuerpo expulsara lo que desesperadamente intentaba sacar, como si el vomito fuera la culpa que ya no podía seguir reteniendo. Su brazo tembló incapaz de mantener su peso y sus pulmones dolían al no obtener el aire que necesitaba. Sintió la mano de Kakashi en su espalda, pero no pudo responder a su llamado como hubiese querido.

Él había intentado que ellos no se enterarán, ¿De qué había servido su esfuerzo entonces?

Kakashi admiró a Sasuke en ese estado de debilidad que solo Naruto podía provocar sin saber qué hacer. Quiso detenerse y ayudarlo, pero él ya no era un niño y tenía que hacerle entender la gravedad del asunto en el que se habían metido antes de que terminaran cometiendo una estupidez.

—Tenerlo todo o no tener nada ¿Qué elijes ahora que sabes que es cuestión de tiempo para que el amor que tanto has intentado ocultar se revele a todo el mundo? —Preguntó Kakashi poniéndose de pie— Naruto te ama y nunca te haría daño. Perderte fue una tortura para él y yo sé que tú lo sientes de la misma manera.   

Sasuke apretó los párpados tratando de sobrellevar la hiperventilación que estaba sufriendo, pero las palabras de Kakashi no ayudaban. Era demasiado, incluso para él.

Todas las sombras parecían estar allí viéndolo miserable, completamente alterado por la realidad que no podía evitar.

—Me pregunto si Naruto es consciente… —Comentó entonces Kakashi decidiendo guardar la distancia y marcharse— Que si hubieses sabido que bastaría con recibir un mínimo daño del enemigo para que volviera a ti, tú mismo te habrías provocado esas heridas.

No supo si sus sentidos comenzaban a fallar, pero esas palabras fueron lo único que pudo oír claramente antes de que todo a su alrededor comenzara a girar y es por ello por lo que no se percató del momento en que Kakashi había desaparecido.

Se hizo hacia atrás y sacó un kunai que alzó en el aire una fracción de segundos antes de presionar el filo contra una de sus piernas provocándole un dolor lo suficientemente agudo para distraer a su cuerpo para poder así recuperar el aliento de una vez.

Observó el líquido rojo en su mano derecha e inmediatamente visualizó la expresión que pondría Naruto al ver su herida mientras las palabras de Kakashi seguían dando vueltas en su cabeza.

Efectivamente, si hubiese sabido que bastaría con solo un daño en su cuerpo para hacer que Naruto volviera a su lado, él se habría encargado de llenar toda su piel con las peores heridas que podría imaginar…

Aunque no había herida tan profunda como la que él parecía estar provocando en Naruto. 

Su cuerpo tembló por la perdida de sangre, pero él no se movió ni buscó la forma de parar el sangrado sabiendo que no sería suficiente para matarlo.

Entrecerró los ojos dolido. Él solo había querido proteger a Naruto, y en su lugar había terminado haciendo todo lo contrario tanto a él como a las personas que quería.

Las sombras a su alrededor parecían volverse más densas, casi humanas, juzgándolo.

Juzgando su existencia que solo servía para hacer sufrir a los demás.

Una pregunta cruzó por su mente atormentada ¿Mientras más tiempo seguía al lado de Naruto, más sufrimiento le producía?

Su pierna derecha se estiró por cuenta propia como reacción al dolor, sintiéndose fría.

“¿Y tú? ¿De verdad lo amas?”

Lo amaba.

Nadie podría nunca saber cuánto lo amaba.

.

.

.

Esa tarde no había visto a Sasuke, lo cual parecía haberse vuelto una costumbre que a Naruto comenzaba a preocupar. Había intentado buscarlo, pero ni siquiera pudo alcanzar, aunque sea, una pizca del chakra de su amante, lo cual le ponía terriblemente ansioso. La idea de que este se hubiese marchado otra vez al no ser capaz de sobrellevar la culpa latía potencialmente en su cabeza.

La imagen de un Sasuke Uchiha completamente vulnerable ante su propia miseria le golpeaba el pecho con fuerza sintiéndose impotente por ser incapaz de darle la tranquilidad que este necesitaba.

Al parecer, por mucho que lo amara, su amor era insuficiente. Se mordió los labios por quien sabe cuanta vez en el día hasta hacerlos sangrar por la insistencia y las vendas en su mano derecha parecían repentinamente más apretadas que antes.

Naruto sabía que había llegado a un punto en el que todo se volvía insoportable, pero no podía escapar simplemente de ello por muy presente que estuviera la solución delante de él. Sasuke no permitía esa solución después de todo y Naruto no pudo evitar maldecirlo por eso. Al Uchiha no le bastaba con obligarlo a llevar una vida que no quería, sino que también ahora comenzaba a privarlo de su presencia.

Aunque fuera momentáneo, Naruto deseaba desesperadamente aferrarse al amor de Sasuke dejándose consolar por este para calmar su consciencia.

Si iba a vivir de esa manera, necesitaba que Sasuke lo ayudara a mantener su determinación y evitar que terminara hundido ante su autocompasión…

Evitar terminar en la miseria emocional que él había permitido.

—¿No deberías haber ido a casa hace horas?

Naruto sonrió irremediablemente a la voz de la persona que tanto había esperado ver.

A la persona que era capaz de hacerlo sentir tan lleno y tan vacío al mismo tiempo.

Se aferró a la cintura de Sasuke cuando este se paró a su lado y recargó la cabeza en su estomago sin pararse de su asiento — ¿Dónde has estado? 

La pregunta se deslizó por su boca con más dificultad de la que parecía y al notar que que el cuerpo del otro se tensaba alzó la mirada para estudiarlo, notando algo en esos ojos hermosos que le erizó la piel haciendo que su corazón diera un vuelco en anticipación.

—Naruto —Lo llamó entonces Sasuke, tomándolo de los hombros para apartarlo de sí, pero Naruto se resistió y mantuvo sus brazos acorralando su cintura negándose a dejarlo ir— Suéltame.  

—No —Se negó de inmediato el Hokage alzándose para hacerle frente, sin soltar su agarre— Lo que tengas en tu cabeza, guárdatelo. No quiero escucharlo ‘ttebayo. 

—Naruto…  

El mencionado buscó besarlo para acallarlo, pero Sasuke volteó su rostro con una expresión adolorida que hizo a Naruto comprobar sus sospechas— ¿Qué hice mal? —Preguntó entonces Naruto sintiendo que sus ojos se aguaban provocando que Sasuke soltara un suspiro cansado— Puedo arreglarlo, yo solo… 

Sasuke ladeó una sonrisa que a Naruto le supo a tranquilidad mal fingida — ¿Cómo es que sabes lo que quiero decir?

—Hay algo… —Mencionó Naruto sintiendo que una de sus lágrimas se escapaba y resbalaba por su mejilla hasta caer en la mano que alzaba para tocar el rostro de Sasuke— Que siempre me hace saberlo… Simplemente, mi cabeza parece entender mejor la tuya que la mía propia ‘ttebayo.   

El Uchiha dejó que Naruto le acariciara el rostro unos segundos antes de apartarlo y ejerciendo fuerza bruta lo apartó de sí— Nosotros no podemos estar juntos, Naruto.

Naruto entrecerró los ojos al escuchar aquello, pues tenia la esperanza de que estuviera equivocado y escucharlo de los propios labios de Sasuke había dolido mucho más. Lloró, incapaz de mantenerse estable ante él de lo cansado que se encontraba.

—Te amo —Respondió el hokage— ¡Te amo! —le gritó en un intento desesperado de que Sasuke se alterara al tocar el temor de este por ser descubierto pero el Uchiha se quedó ahí estático— No puedes dejarme… Yo, no puedo vivir sin ti. Ya te lo había dicho ‘ttebayo. No soy nadie sin ti, Sasuke.

—Lo eres —Aseguró el Uchiha— Eres todo lo que siempre has querido ser, Naruto.

Las palabras de Sasuke fueron como un golpe en la cara. En su estupor, observó una de las lágrimas del Uchiha recorrer esa hermosa piel blanca que a él le volvía loco, sintiéndola como si fuera la suya propia que quemaba contra su piel.

—¿Qué estás diciendo? —Preguntó Naruto acercándosele de nuevo para tomarlo de los hombros obligándolo a mirarlo.

—Hiciste una vida sin mí, eras feliz incluso cuando yo no estaba. Puedes continuar, aun si yo no estoy en tu vida.  

—Bastardo… —Lloró el hokage abrazándolo con fuerza— Mi vida no es nada si tú no estás aquí ¡Si tú no estas conmigo, entonces no quiero esta vida ‘ttebayo!

Sasuke se rompió ante ese abrazo y luchó por no corresponderlo. Sus lágrimas caían mientras él estúpidamente intentaba mantener el control de la situación.

Kakashi había dicho que era un egoísta. Que siempre hacia lo que él creía que era mejor.  

Le tomaría la palabra y haría lo que creía ser lo correcto antes de que fuera demasiado tarde.

Naruto es el sol de Konoha. Si él tenía que privarse de la luz y conformarse con observar desde las sombras, lo aceptaría con tal de no eclipsar el brillante amor de su vida.

¿Podrían al menos permitirle tomar, aunque sea unas migajas de ese calor?

—Lo siento, Naruto.

El mencionado apretó los dientes y furiosamente lo besó, recorriendo la cavidad ajena mientras lo arrinconaba contra la pared más cercana. Sasuke lejos de separarlo lo aceptó contra sí. 

El sabor salado de las lágrimas de ambos mezclándose con sus demás fluidos le hicieron contraer el rostro en una mueca adolorida que Sasuke no pudo soportar ver.

—¿Por qué? Dijiste que no te irías si yo no te daba razones…

—Las tengo —Aseguró Sasuke— Y todas ellas se reducen a que soy el que siempre te lastima. Desde el día en que nos conocimos, no he hecho más que lastimarte…

—¡No me importa! —Lo interrumpió Naruto— ¡No me importa si me lastimas, nunca me ha importado! ¡Estuve a punto de morir por ti en mas de una ocasión! ¡Estoy viviendo por ti! ¡¿ES QUE NO ENTIENDES QUE ESTOY LO SUFICIENTEMENTE ENAMORADO DE TI COMO PARA DEJAR QUE ME PISOTEEN CON TAL DE ESTAR CONTIGO?! ¡¿PORQUÉ MI AMOR ES TAN INSUFICIENTE PARA TI?!  

Sasuke luchó con el nudo en su garganta para responder — La única persona que es insuficiente, soy yo —Respondió. Guió su mano con cuidado hacia el rostro de Naruto limpiando su mejilla derecha al no soportar ver esas lagrimas adornando su brillante rostro— Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, Naruto. 

—Sasuke… —Murmuró Naruto sorprendido por esa confesión. Su pulso se aceleró de inmediato sintiendo el terror apoderarse de su cuerpo— Sasuke, no…  

—Te quiero, Naruto.

El rubio apretó sus labios silenciando el llanto que le provocaron esas simples palabras sintiendo que había mucho más tras estas.

—Sasuke, por favor…

—Te quiero —Repitió el Uchiha— Pero si tienes que renunciar a todo para estar conmigo, prefiero que me hagas a un lado. Tú ya fuiste odiado una vez… no quiero que nadie vuelva a maldecirte por mi culpa.

—¿Cómo podría ser odiado por tu culpa? —Preguntó Naruto sonriéndole tristemente.

—Las personas pueden ser muy crueles cuando les das la posibilidad. Si pudieron odiar a un pobre niño que puso a disposición su vida sin elección para salvar a un montón de gente sellando un demonio en su interior, ¿Porqué no odiar a la misma persona por amar a alguien que no es con quien se casó?  

Naruto sintió que esas palabras pesaban sobre sus hombros, recordándole la terrible infancia que había tenido. Recordando como toda esa gente que antes lo maldecía entre dientes ahora le admiraban. Pero no era suficiente para renunciar a Sasuke y aceptar el destino que este había decidido.

Sasuke le dio la espalda y Naruto notó el temblor en su cuerpo que le provocaba aquella despedida, pero simplemente se le quedó viendo como lo había hecho en el bosque cuando este decidió volver a marcharse…

El día en que ellos se habían traicionado.

“¿Vas a darte por vencido?” Sonrió sin poder evitarlo, recordando con gracia como su maestro había sido capaz de dudar de él.

La respuesta era simple…

—Aunque te vayas…—Dijo Naruto limpiándose las lágrimas con la manga de su chaqueta admirando a la persona que más amaba en el mundo sucumbir ante el temor de las consecuencias— Aunque dejes de existir… Yo iré tras de ti.

Él jamás se daría por vencido.

Naruto ya había tomado una decisión y no estaba dispuesto a dejarlo a ir. Lo sentía por Sasuke, pero en el momento en que decidió traerlo de vuelta a su vida se prometió a sí mismo que haría lo necesario para mantenerlo a su lado.

Cueste lo que cueste.

Sasuke se volteó a verlo para comprobar la veracidad de esas palabras notando esa vieja determinación adornando los ojos de Naruto haciendo que el nudo en su garganta creciera al darse cuenta de que su amante se había cansado de ser complaciente con él.

—Para mí esto no es un rompimiento, ni una despedida ‘ttebayo —Aseguró Naruto sin titubear haciendo que Sasuke abriera los ojos en sorpresa— Esta es solo otra estúpida discusión más de las nuestras. Así que ni se te ocurra a irte, porque si lo haces, soy capaz de hacerle saber a cada persona en esta aldea de mis sentimientos por ti.  

Sasuke sintió su cuerpo temblar ante esa mirada intensa que tan conocida era para él. Esa mirada que le había traído de regreso y lo había salvado de la oscuridad en el pasado.

Kakashi se lo había advertido a pesar de que él mismo lo sabía. Naruto estaba dispuesto a todo por él y Sasuke no dudaba que el rubio cumpliera su palabra tirando por la borda todos sus esfuerzos por protegerlo.

Apretó su puño con fuerza intentando no verse más afectado de lo que ya estaba, pero era demasiado tarde. Naruto ya había visto a través de él.

—Tú eres lo único que necesito y no te voy a dejar ir, Sasuke.

Naruto se había acercado al Uchiha, lo suficiente como para unir sus labios con este y darle un beso que solo duró un par de segundos antes de que su amante lo apartara con brusquedad intentando protegerse a sí mismo. 

En el fondo estaba aterrado, pero al ver a Sasuke debatirse sus propias intensiones, supo que ya no debía estarlo.

Supo que él también podía jugar el mismo juego del Uchiha e incluso salir victorioso.

—Eres un imbécil, Naruto.

El séptimo Hokage sonrió sin poder evitarlo como si quisiera darle la razón al Uchiha.

Si, era un imbécil. Un imbécil que había permitido que ambos se traicionaran en el pasado.

Pero Naruto juraba con su vida que no volvería a permitir que la razón de su vida volviese a irse otra vez. 

Él no cometería el mismo error dos veces, nunca más.

Notas finales:

HELLO~ Actualizo corriendo el riesgo de atrasarme, ya que, aun no termino el capitulo 15 jajajaja solo tengo el 14 listo esperando por ser publicado, pero bueno, ya vamos hacia el final!


¡Muchisimas gracias por apoyar esta historia! ¡Nos vemos pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).