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I N C O R R E C T O por Ckonny Nickole

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CAPITULO 5.

—Hinata me dijo que pasaste la noche en casa.

Naruto escuchó la voz de Shikamaru más lejana de lo que realmente estaba. La cabeza que mantenía recargada sobre la mesa parecía darle vueltas sintiendo sus ojos arder en cada pestañeo.

Shikamaru suspiró al no obtener respuesta — Eso solo puede significar que por fin han aclarado las cosas entre ustedes dos.

—Shikamaru, ya —Lo cortó antes de que este dijese más de lo que estaba dispuesto a escuchar en ese momento— No sigas. Lo que menos quiero en estos momentos es un regaño ‘ttebayo. Fui bueno, dormí en mi casa y volví temprano al trabajo, eso es todo lo que debería importarte.

“Sin embargo, no estás trabajando…” Pensó Shikamaru notando la pila de hojas intactas alrededor de todo el escritorio del hokage. Volvió a suspirar contagiándose de la tristeza palpable en el ambiente y solo se dedicó a observar a su amigo hundirse en su autocompasión.

Para Naruto no había sido fácil llegar a su casa y ser recibido por Hinata quien inmediatamente se preocupó por el hematoma que debió haberle quedado en el rostro producto de alguno de los golpes que no alcanzó a esquivar.

Él no merecía la preocupación de su esposa. Incapaz de dar respuesta a alguna de las tantas preguntas que la mujer le hacía la abrazó sintiendo la imperiosa necesidad de ser consolado. Cuando los brazos de Hinata le correspondieron, apretándolo con su característica calidez volvió a llorar en silencio.

Allí, sintiéndose miserable mientras era consolado por unos brazos que no merecía. Por unos brazos que no eran los de la persona a la que realmente quería. No podía hacer más que llorar hasta recuperar un poco de su autocontrol y alejarse en medio de excusas hacia su oficina para encerrarse en sí mismo, torturándose.

Las grandes ojeras bajo sus ojos revelaban el poco descanso que había tenido y sus ojos inyectados en sangre daban respuesta al porqué.  No podía quitarse de la cabeza la imagen de Sasuke delante de él y todo lo que había sucedido entre ellos la noche anterior.

Apretó los parpados. De solo pensar en ello sentía sus ojos aguarse.

—Entonces, ¿Qué fue? —Se atrevió a preguntar Shikamaru, sintiendo pena por Naruto al verlo en ese estado haciendo que fuera hacia él y le palmeara el hombro buscando de alguna forma consolarlo.

Naruto tragó saliva intentando deshacer el nudo en su garganta que no le dejaba hablar con claridad — Una estupidez. Una completa estupidez.

Shikamaru se abstuvo de preguntar por más detalles, permaneciendo paciente mientras esperaba que su amigo, quien seguía ocultando su rostro, continuara por iniciativa propia.

—Una jodida estupidez — Repitió Naruto sintiendo que su tristeza pasaba a ser indignación— Ambos nos malinterpretamos. Él creyó que le había terminado mientras yo estaba seguro de que había sido al revés… si tan solo me hubiese detenido en ese momento a preguntarle sus razones quizás aún — Naruto mordió sus labios con impotencia mientras las lágrimas volvían a caer por sus mejillas — A-aún seguiríamos locamente enamorados como en aquel entonces. ¡Podría demostrarle lo mucho que lo amo sin necesidad de sentirme un maldito!

Shikamaru había previsto que Naruto se molestara, que le gritara como si de él hubiese sido la culpa, pero nunca que el otro desquitara su enojo golpeando el escritorio hasta romperlo de un solo golpe.

—Estoy casado — Dijo Naruto viendo con el ceño fruncido a su consejo. Shikamaru se estremeció al reconocer el tinte rojo en los ojos del hokage— ¡Estoy casado y tengo hijos con una persona a la que no amo! ¿Sabes lo mierda que es eso?

Los ojos de Shikamaru se abrieron de la impresión, pues, a pesar de que siempre lo había dado por hecho nunca había imaginado que Naruto lo expresara abiertamente delante de otra persona.

—Tú, ¿No la amas? —Cuestionó Shikamaru en automático, como queriendo darle la oportunidad a Naruto para que se arrepintiera. Pero estaba seguro de que ese no sería el caso.

Naruto negó con la cabeza mientras se limpiaba las lágrimas con la manga de su chaqueta naranja.

—La quiero —Respondió el rubio—Tanto como te quiero a ti, a Sakura-chan o a Kakashi-sensei ‘ttebayo. Quizás un poco más, pero, ese amor no es nada comparado al que siento por Sasuke. Nada podría compararse al amor que siento por él, ¡desperdicié años de mi vida obsesionándome con él, debería estar más que claro cuán grande es mi amor por ese bastardo!

—Y aun así te casaste — Le sacó en cara Shikamaru haciendo que Naruto sonriera. Una sonrisa lejos de ser de felicidad.

—Me casé porque soy un estúpido —Reconoció Naruto— Pensé que si uno de los dos podía amar al otro, entonces sería suficiente, pero me equivoqué. Por más que me obligara a intentarlo, o que me mintiera a mí mismo, nunca pude llegar a amar a Hinata tanto como ella lo hace.

— ¿Y qué vas a hacer ahora?

La pregunta de Shikamaru pareció agregarle más peso a sus hombros por lo que solo pudo recargarse en su silla admirando el desastre delante de él meditando su respuesta.

—Seguir con mi mentira.

Esa respuesta no fue la que Nara esperó y lo dejó en evidencia cuando se interpuso delante del hokage para agarrarlo por el cuello de su ropa sin importarle la mirada violenta que Naruto le dedicó.

—No puedes estar hablando enserio.

—Pues no tengo otra opción —Dijo Naruto dolido— Él probablemente me odia. Demonios, es por esto que debí haberme quedado callado… Debí haberte hecho caso y solo actuar como si nada hubiese pasado. De esa manera seria mucho más fácil.

— ¿Más fácil qué? ¿Mentirle a tu familia? Nunca pensé que llegaría el día en que conociera este lado egoísta tuyo.

— ¿Y qué quieres que haga? — Exigió Naruto apretando la mano de Shikamaru para que lo soltara— Yo… no sé qué hacer ‘ttebayo… no lo sé…

Shikamaru desvió la mirada antes de que siquiera pudiera sentir pena por su amigo y simplemente se volvió hacia la puerta del despacho dándole la espalda.

—Este es tu problema, Naruto. Tú querías respuestas y ahora que las tienes, hazte responsable de ellas. De verdad, en este momento eres solo la sombra del Naruto que solía conocer.

Las palabras de su amigo dolieron, más de lo que Shikamaru había querido que lo hicieran pero no pudo evitarlo.

Naruto sintió que la culpa lo sobrepasaba mientras no podía dejar de pensar en Sasuke. Sonrió tristemente al darse cuenta que en un momento así, donde debería estar preocupado por lo que sucedería con su familia, seguía pensando en Sasuke.

Sasuke se veía hermoso con sus mejillas sonrojadas al igual que su nariz, sus labios fruncidos y sus ojos entrecerrados por el llanto.

Se abrazó así mismo desesperadamente — Ah… dame un respiro.

.

.

.

Nunca había sido bueno siguiendo órdenes por lo que no creyó que debía hacer una excepción. 

El viento en su rostro se sentía tan bien. En ese momento pensó, ¿Cómo sería volverse polvo y dejar que el viento lo arrastre por el aire con esa facilidad que parecía tener para llevar las cosas? ¿Cómo sería simplemente dejarse llevar libremente sin temor? Sasuke ansió el día en que encontrara la respuesta.

Observó nuevamente los tres troncos delante de él con nostalgia, impresionado de que aquel campo de entrenamiento siguiera igual que la primera vez que había estado allí.

Él, Naruto, Sakura y Kakashi. Había sido una prueba difícil, sin dudas.

Aquellos habían sido buenos tiempos. Cuando su alma perturbada solo le permitía aceptar la venganza como único objetivo en su vida.

Ah, su venganza. Había sido buena en su momento, tenía que admitirlo. Había matado a su hermano como siempre quiso y lo había disfrutado, sí. Que Obito luego le contara la otra parte de la historia había sido un plot twist indeseado.

A pesar de todo, ese dolor con el que cargaba sobre sus hombros y que jamás lo abandonaría no dolía. Itachi lo había querido de esa manera después de todo.

Nada podía doler tanto como sus sentimientos por Naruto. Siempre presente como un cuchillo afilado clavándose en su pecho y dificultándole el aliento.

Era tan gracioso que la sola existencia de Naruto le hiciera sufrir hasta querer alejarse y a la vez, sentir que su propia vida no tenía sentido si no estaba a su lado.

—Vaya, veo que estamos nostálgicos.

Sasuke no necesitó verlo para saber de quién era la voz de la persona detrás de él.

—Ya no soy un crio al que puedes sermonear, Kakashi —Dijo Sasuke apoyando aún más su espalda en el tronco del árbol que le hacía sombra. Kakashi que estaba de pie apoyado en el mismo cambió la página de su libro favorito.

—Lástima, para mí sigues siendo un crio. Todos ustedes en realidad. Así que déjame hacerte sentir aún más nostálgico. — El mayor se aclaró la garganta— Sasuke, no me gusta repetirlo, pero te lo diré una vez más, olvídate de la venganza.

El Uchiha sonrió levemente al reconocer ese discurso — La venganza no es divertida sin un buen propósito —Negó de inmediato— ¿Y bien? ¿Sakura te ha enviado?

—No precisamente, pero estoy seguro de que ya debe haber conseguido un buen anbu para rastrearte. No estaba muy feliz con el hecho de que te fugaras del hospital — Recordó Kakashi la expresión nada agradable en Sakura cuando fue a visitar a su ex alumno hace unos momentos.

Sasuke no respondió dando por hecho que Sakura estaría molesta con él por no obedecerla. Ni siquiera se había tomado sus pastillas ese día, lo cual quería creer que era lo que lo tenían medio atontado y no la situación con Naruto la noche anterior.

—Naruto tampoco está de buen humor hoy — Soltó entonces Kakashi a propósito dejando de leer su libro para ver la expresión que ponía Sasuke ante la mención de Naruto — Me preguntó por qué.

—Quién sabe —Se excusó Sasuke incómodo, odiando el hecho de no poder usar su rinnegan para transportarse a otro lugar.

—Si, quien sabe —Repitió Kakashi cerrando su libro— El amor te vuelve complicado a veces.

— ¿Amor? —Cuestionó Sasuke con un deje de burla en su voz.

—Un ninja debe ver a través de la decepción, Sasuke.

Sasuke suspiró cansado y su única mano fue hacia sus ojos que aun dolían. Odiaba que Kakashi pudiera ver a través de él con tanta facilidad.

—No hay tal cosa.

—Claro, como digas —Kakashi no se atrevió a indagar más allá, consciente de lo complicada que era la cabeza de Sasuke y más si Naruto estaba implicado— Son buenos engañándose a sí mismos después de todo, llevan años haciéndolo. Pero déjame decirte una cosa, tarde o temprano todo esto explotará y se volverá realmente un problema.

—No creo que pueda ser peor —Confesó Sasuke perdiéndose en las palabras de Kakashi— Ambos nos malinterpretamos y por eso terminamos de esta manera.

—Un amigo es quien está en las buenas —Recitó Kakashi mientras se iba alejando del Uchiha— Un buen amigo es aquel que está en las buenas y en las malas. Un mejor amigo estará a tu lado, incluso después de la muerte… —El mayor se detuvo un momento para agregar— ¿Y Naruto? —Preguntó al aire— Imagina lo que Naruto sería capaz de hacer por ti considerando que “amigos” no es una palabra adecuada para ustedes dos.

Lastimosamente para Sasuke, Kakashi había desaparecido antes de que pudiera contradecir sus palabras, por lo que tuvo que limitarse a morderse sus labios.

“Somos amigos” ¿No era eso acaso lo que él había deseado al menos ser?

Después de saber las razones de su ruptura, dudaba que siquiera existiera esa posibilidad entre él y Naruto.

Su supuesta amistad había sido forzada de una manera bastante disfuncional en el pasado, en donde ambos habían estado tratando de aliviar la tensión que escondían bajo la excusa de ser reconocido por el otro, lo que terminó con un par de brazos destruidos. No funcionaban como amigos.

Ni como amantes… Pensar que fueron lo suficientemente idiotas como para dar por hecho una idea errónea y simplemente resignarse a seguir con sus vidas lejos del otro.

 Entonces, ¿Qué era Naruto para él?

Sentía que le iba a explotar la cabeza.

.

.

.

Naruto no se movió de su despacho ese día, dedicándose a firmar tantos papeles como fuera posible intentando mantener su cabeza ocupada desesperadamente. Shikamaru no había vuelto a aparecer durante el día seguramente aun molesto con él.

“¿Y qué vas a hacer ahora?”

Agh, la imagen de su padre colgada en la pared parecía juzgarlo también. Estaba seguro que su padre, tan inteligente como el prodigio que fue, sabría qué hacer en su lugar, incluso ero-sennin. Después de todo,Naruto nunca había sido la herramienta másaguda de la caja.

El mundo estaba pidiendo demasiado de él.

Se acercó a la ventana observando la aldea ya envuelta en el manto oscuro de la noche, por un segundo se le cruzó por la cabeza que todas esas luces brillantes provenientes de los hogares de sus aldeanos se reían de él.

Seguramente, en esos momentos habían personas cenando con sus seres queridos o simplemente compartiendo el relato de lo que hicieron durante el día bajo una atmosfera de cariño mutuo que te hace sentir rehabilitado. Sentía tanta envidia por ellos.

“No quiero comer ramen otra vez, Naruto”  La voz de Sasuke en su cabeza le hizo sonreír tristemente mientras mantenía sus ojos fijos en aquel edificio a lo lejos que fue su hogar por tantos años, recordando el poco tiempo que el Uchiha se quedó junto a él allí después de haber sido absuelto de los cargos en su contra.

El tiempo de ellos había sido breve, lo suficiente como para que cualquier persona incluso se cuestionara si realmente sucedió, pero Naruto recordaba cada detalle vivido con Sasuke como si solo hubiesen pasado unas horas.

Como le habían prohibido a Sasuke reintegrarse como ninja activo, este solía esperarlo en casa siempre con un reclamo diferente. Nunca experimentó con él un “Bienvenido Naruto, ¿Cómo te fue hoy?”, y no lo necesitaba tampoco, Naruto se sentía inmensamente feliz viéndolo con el ceño ligeramente fruncido mientras le expresaba su malestar hacia algún detalle mínimo sin importancia. Naruto solía acallarlo entonces a besos para luego disculparse tiernamente por ser un despistado con lo que fuera que a Sasuke le molestara. Sasuke solía desviar la mirada, tratando de que no se notara su vergüenza para finalmente ordenarle que fuera a bañarse mientras él preparaba la mesa.

Sin poder evitarlo, una risa tonta se le escapó al recordar como solía arrastrarlo a la ducha junto a él. Pero su dicha no duró demasiado.

Ellos ya no eran esos adolescentes locamente enamorados después de todo.

La persona que lo recibía en casa era otra. Hinata si era alguien que le preguntaba por su día con una sonrisa agradable en su rostro mientras le pedía amablemente que se sentara a la mesa a comer dispuesta a escuchar lo que sea que tuviera que decir.  Esa amabilidad en la mujer que haría que cualquier esposo presumiera a veces le enfermaba sin ningún motivo y maliciosamente le hacía desear iniciar una pelea sin sentido para simplemente ver lo que podría suceder.

Pero Hinata no era Sasuke y hacer tal cosa no sería lo mismo.

Se dejó caer en su silla, exhausto y cansado, debatiéndose la posibilidad de ir al hospital unos momentos solamente para comprobar como estaba Sasuke antes de volver a casa descartándola de inmediato.

Seguramente Sasuke no lo quería allí y sinceramente él mismo no creía ser capaz de controlarse una vez que pisara ese lugar.

Él amaba a Sasuke después de todo. Siempre había amado a Sasuke y a nadie más, era imposible que de la noche a la mañana, incluso después de años y de haberse enterado de la razón idiota que los separó a ambos, dejara de sentir cosas por él. Naruto sabía que estaba perdido, pero simplemente no sabía cómo sobrellevar la situación.

¿Seguir con Hinata era tan malo como decía Shikamaru? O acaso, ¿Desear estar con Sasuke era peor?

Naruto nunca había creído en un Dios pero en esos momentos deseó que si realmente existía uno allá arriba juzgándolo le diera una señal que lo ayudara a tomar una decisión.

Su suplica fue escuchada.

La puerta de su despacho se abrió bruscamente haciéndolo respingar por la sorpresa viendo como si fuera un especie ángel de la muerte a Sakura acercándose hacia él sin inmutarse por el escritorio aun destrozado interponiéndose entre ambos.

—Sakura-chan —Dijo con sorpresa Naruto sintiendo que su pulso se aceleraba al ver la expresión molesta de su amiga.

Sakura que traía el ceño fruncido y los puños fuertemente apretados deshizo su expresión molesta reemplazándola por una de preocupación al borde de las lágrimas que a Naruto le hizo jadear sintiendo que su piel se erizaba en anticipación. 

—Naruto… —Lo llamó ella en un tono lastimero haciendo que el mencionado se pusiera de pie de inmediato. Sakura odiaba estar allí, viéndose miserable delante de Naruto pero sabía que era el único que podía ayudarlo, por desgracia— No sé… yo… no sé dónde está.

Naruto abrió los ojos aún más por sorpresa y tomó a la chica por los hombros alterado — ¿Dónde está Sasuke? —Preguntó intuyendo lo que ella quería decirle.

Sakura gimoteó por lo bajo — No pude encontrarlo, Naruto. Desapareció durante la mañana y no ha vuelto al hospital — Respondió angustiada sintiendo que algo había pasado con su esposo— ¿Porqué, Naruto? —Preguntó ella viendo a Naruto a los ojos con un resentimiento hacia su amigo que intentaba ocultar sin éxito— ¿Por qué él nunca me dice nada? ¿Por qué siempre prefiere el silencio antes de hablar conmigo?

—No es así, Sakura-chan —Quiso consolarla Naruto sintiendo su estómago removerse incómodo— No es así, tú sabes cómo es él ‘ttebayo.

“Mentiroso…” Pensó inmediatamente Sakura, sin creer en las palabras de Naruto en lo más mínimo. Se supone que estaba casada con Sasuke, entonces ¿Por qué sentía las cosas igual que antes? Aun después de años, ella seguía estando atrás, lejos de ellos como figuras inalcanzables en un mundo al que no pertenecía. Dolía, dolía tener que pedirle ayuda a otra persona para encontrar a aquel con el que debería tener un lazo lo suficientemente íntimo como para entenderse mutuamente.

Dolía darse cuenta que a pesar de todo y de los años, Naruto era la única persona que podía ayudarla cuando se trataba de Sasuke.

— Naruto… por favor —Pidió entonces Sakura haciendo que el hokage la soltara para retroceder un paso lejos de ella, asustado. La imagen miserable de Sakura le pareció algo encantador en ese momento por alguna extraña razón— Por favor… tráelo de vuelta. Por favor, trae a Sasuke-kun.

Pudo haber sido el deja vu que le provocó la situación o quizás el hecho de que de pronto sentía que la luz de su despacho era incluso más brillante que antes, pero esa petición provocó que algo dentro de él despertara con una intensidad similar a cuando estaba dentro del campo de batalla.

Y de pronto todo se volvió tan claro como la primera vez que hizo una promesa.

—Pase lo que pase — Mencionó tomando su capa de hokage sobre la silla para ponérsela dándole la espalda a Sakura. Si hubiese estado frente a la chica esta se habría descolocado al notar el brillo apasionado en sus ojos y su sonrisa llena de una inusual satisfacción — Yo lo traeré de vuelta, no importa si pierdo mi vida…

Ah, ¿Por qué era tan lento a veces? Se regañó así mismo mientras volteaba a ver a su amiga sonriéndole ampliamente en un intento cínico de darle tranquilidad.

Sakura le sonrió de vuelta confiando en sus palabras y Naruto no sintió pena por ella. Tendría que disculparse más tarde por lo que iba a hacer a partir de ese momento.

—Traeré a Sasuke de vuelta conmigo. Porque este es mi camino ninja ‘ttebayo —Prometió, no solo a Sakura, sino que a él mismo permitiéndose ser cruel por primera vez en su vida. 

Había tomado una decisión.

Y le recordaría a todos porqué era el ninja número uno en sorprender a la gente.

 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer y darse el tiempo de comentar o dejar estrellita!

(? ?_?)?
 Me hace muy feliz *sobs* ¡Nos vemos la próxima semana! 

 


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