Tras una larga semana ingresado en el hospital, por fin le dieron el alta a Bakugou. Su despedida no causó un gran revuelo, al igual que durante su ingreso, Bakugou se marchó en silencio. Dejó que Kirishima, quien había venido a buscarlo, llevara su escasas pertenencias y se marcharon juntos, sin mirar atrás.
Hacía apenas unas semanas aquel edificio no le decía nada, no era más que un hospital cualquiera para él. Pero ahora, el edificio que dejaba a sus espaldas desenterraban recuerdos contradictorios en Bakugou, recuerdos que prefería no enfrentar por el momento. Al fin y al cabo, aquel era el hospital donde había aceptado por primera vez sus sentimientos por Deku pero también era el lugar al cual había llegado gravemente herido tras su enfrentamiento contra el mismo.
Los recuerdos que debían ser dulces se habían vuelto amargos, teñidos por la tristeza, las dudas y el miedo sentidos durante su corto pero eterno ingreso hospitalario. El solo recordar a Deku lo llenaba de melancolía.
Caminaron juntos por las calles desiertas mientras Kirishima le informaba de las novedades que se había perdido durante su ingreso.
- Realmente no se sabe mucho acerca de lo que sucedió. Los profesores no han querido dar detalles acerca de lo sucedido.
- Es comprensible que no lo hicieran - Contestó Bakugou desganado - Imagina el revuelo que causaría si se supiera que un alumno de la U.A. se ha vuelto en contra de la escuela.
- Me cuesta creer que Midoriya nos haya traicionado - Comentó Kirishima, mirando preocupado la expresión triste en el rostro de su amigo. Últimamente ponía esa expresión a menudo.
- Qué lo creas o no, no cambia la realidad - Susurró Bakugou tristemente - Yo tampoco creo que nos haya traicionado pero es un hecho que estaba allí. Yo lo vi.
Sabía que pronto empezarían a circular rumores sobre la traición de Deku, si no los había ya. Pero Bakugou mejor que nadie sabía que eran falsos ¿Cómo podían ser reales cuando en aquel instante, en que lo arrastraron dentro de aquel maldito portal de oscuridad, había visto en sus ojos un miedo tan real como el dolor que ahora punzaba su propio pecho?
Se guardó sus pensamientos para sí y siguió caminando hacía el dormitorio, consciente de que Kirishima lo escudriñaba con la mirada. Durante las visitas que Kirishima y Kaminari le habían hecho en el hospital, les había explicado lo sucedido aquel día. Les había hablado de como aparecieron los villanos y de como solo algunos héroes consiguieron llegar antes de que se alzase la barrera entre otras cosas. Pero a pesar de que les había explicado todo, hubo un dato que se guardó, ni durante aquella semana ni ahora, fue capaz de confesarles que había sido el propio Deku quien lo había herido hasta el punto de necesitar ingresar una semana en el hospital. Decirlo en voz alta lo haría demasiado real, más dolorosamente real de lo que ya era. Prefería que pensasen que lo había herido un villano cualquiera antes que soportar las miradas de lástima y las vacías palabras de consuelo que recibiría sí lo confesara.
- No creo que nadie de nuestra clase sepa con certeza lo que ocurrió allí - Continuó Kirishima.
- Tal vez es mejor así.
No se sentía con fuerzas ni ánimos para lidiar con las preguntas que sabía que vendrían, si sus compañeros de clase no sabían nada, esas preguntas serían más fáciles de esquivar. Se encontraban cada vez más cerca del dormitorio.
- Lo único que se saben es que estuviste allí - Añadió Kirishima - Era demasiado difícil de ocultar, ya que acabaste ingresado. Los profesores no tuvieron más remedio que admitirlo.
A medida que conversaban por fin llegaron al dormitorio escolar. Bakugou tenía la sensación de que hacía muchísimo que no entraba en él. Últimamente el tiempo parecía transcurrir más lento, bueno, no últimamente, exactamente desde que Deku fue secuestrado.
- Pero entonces, no entiendo cómo es que nadie sabe nada - Se extrañó de pronto Bakugou - Si la clase sabe que yo estuve allí entonces deberían saber que Todoroki lo estuvo también, era mi compañero en el torneo.
Kirishima se acomodó incómodo la mochila a sus espaldas antes de contestar.
- Lo sé.
Bakugou alzó la ceja esperando a que añadiera algo más, pero Kirishima apresuró su paso hasta llegar a la puerta del dormitorio.
- Él no ha dicho nada sobre el tema - Dijo Kirishima antes de abrir la puerta y entrar.
Bakugou se apresuró en seguirlo pero al entrar en el interior del edificio se encontró con una escena que no esperaba. Todos sus compañeros de clase se hallaban allí, esperándolo. Kirishima se había escabullido entre ellos, apenas llegaba a ver su cabellera pelirroja tras el mar de cabezas de sus compañeros.
- ¿Bakugou cómo te encuentras? - Preguntó Kaminari con preocupación.
El chico lo había visitado con frecuencia durante su estancia en el hospital así que este era consciente de que Bakugou no estaba pasando por un buen momento. Sin embargo, su mirada llena de lástima llenó de molestia a Bakugou.
- Estoy perfectamente - Respondió con fastidio contenido.
- Nos alegramos de que vuelvas a estar entre nosotros sano y salvo - Dijo Iida.
- Bakugou-chan, los profesores no nos han querido decir mucho pero hay un rumor… - Preguntó Tsuyu repentinamente.
De repente todos interrumpieron sus conversaciones y se hizo el silencio, sabía perfectamente que era lo que quería preguntarle la chica. Buscó con la mirada a Todoroki, este le devolvió el gesto antes de apartar la mirada arrepentido. Así que era verdad que no había dicho nada después de todo. Ahora entendía porqué todos y cada uno de sus compañeros lo habían ido a recibir, no lo buscaban a él, querían saber la verdad de lo que ocurrió aquel día.
- Los rumores dicen que Midoriya-chan estaba del lado los villanos - Prosiguió la chica.
Un silencio sepulcral invadió el comedor, la tensión se palpaba en el aire. Bakugou sentía los ojos de todos sus compañeros clavados en él. Tragó con dificultad el nudo en su garganta, no se sentía preparado para confirmar aquel rumor. Hablar de ello en voz alta era doloroso pero al parecer no le quedaba más remedio.
- Es cierto - Contestó finalmente - Deku estaba allí.
El silencio se rompió nada más pronunciar aquellas palabras, las preguntas de sus compañeros lo asaltaron por todos lados agobiándolo.
- Ya es suficiente - Replicó Bakugou enfadado - Si teneis alguna duda preguntarle al bastardo mitad-mitad, él también estaba allí.
Todos los ojos se volvieron hacía Todoroki y Bakugou aprovechó para escabullirse rápidamente de allí. Al salir del edificio respiró hondo, aliviado. Por fin había silencio, observó el cielo mientras echaba a andar. El día era gris, las nubes ocultaban los rayos del sol y otorgaban al ambiente un aspecto apagado, por un momento sintió como si aquel cielo, triste y melancólico, fuera el reflejo de lo que sentía en su corazón.
Caminó sin destino alguno, completamente perdido en sus recuerdos, dejando por fin que fluyeran con libertad, sin intentar detenerlos, ahogándose en ellos. Aunque la verdad era que desde que despertó en el hospital, y aunque había tratado de evitarlo a toda costa, no había podido dejar de rememorar los sucesos que habían pasado. Pero sobre todo no podía dejar de darle vueltas a un hecho en concreto.
Tenía que dejar de pensar en ello, se había rendido, había decidido confiar la búsqueda de Deku a All Might y el resto de héroes, la decisión ya había sido tomada y no tenía sentido seguir dudando. Pero...
No podía evitar sentir que la decisión había sido tomada por él y tampoco podía evitar dar vueltas una y otra vez a lo que había pasado aquel día. Repasando sus errores, martirizándose por ellos, buscando que era lo que podría haber hecho en ese entonces para evitar aquel desenlace.
¡Se suponía que le había pasado el peso de la responsabilidad a su profesor! ¡Se suponía que debía sentirse mejor! Pero entonces, ¿Por qué se sentía así? La misma pregunta acababa siempre en su mente, una y otra vez.
- ¿He tomado la decisión correcta? - Susurró Bakugou para sí mismo.
Pero la respuesta se le escapaba, su corazón se encontraba dividido entre el deseo de escapar de aquella horrible situación y la necesidad de salvarlo, de volver a tenerlo entre sus brazos, de ver su cálida sonrisa, de perderse en aquellos preciosos ojos esmeralda, de escuchar aquel mote estúpido por el que lo llamaba y que en fondo tanto le gustaba por que solo él lo llamaba así…
Sus manos empezaron a temblar, cuando lo recordaba se volvía insoportable la idea de dejar el destino de Deku en manos de otro. ¿Pero qué podía hacer? Ni siquiera era capaz de levantar un dedo en contra del pecoso. Apretó con fuerza sus puños para detener el temblor. ¿Qué haría si se volvían a encontrar? ¿Podría enfrentarse a él? Algo dentro de él le decía que no sería capaz...