Uraraka observó contrariada como Bakugou la dejaba nuevamente atrás. Definitivamente su carácter hacía honor a su explosivo quirk, no tenía nada de paciencia.
- ¡Bakugou-kun! ¡He dicho que me esperes! - Gritó indignada.
Se disponía a seguirlo pero Todoroki la detuvo.
- ¿Qué ha pasado ahí fuera? - Le preguntó - La mirada de Bakugou ha cambiado, ya no hay duda en sus ojos.
- No mucho realmente, simplemente tuvimos una pequeña charla respecto a Deku.
- ¿Estás segura de esto? - Preguntó Todoroki mirándola intensamente.
Uraraka observó unos instantes a Todoroki sin acabar de entender a qué se refería pero la inexpresión del rostro del chico no le dio pista alguna. Sus ojos heterocromaticos la miraban intensamente esperando una respuesta.
- Claro, alguien debía darle una bofetada de realidad al idiota de Bakugou-kun - Contestó finalmente, guardándose el hecho de que la bofetada había sido de algo más que de realidad.
- No me refiero a eso, en eso te doy la razón por completo - Dijo Todoroki.
Ahora si que no entendía de lo que hablaba, Uraraka lo miró esperando que añadiera algo más. Todoroki dudó antes de contestar.
- Me refiero a que era tu oportunidad - Dijo finalmente con tono suave.
Uraraka abrió sus ojos con sorpresa, aquello había sido inesperado. ¿Se refería a…? Tenía que ser pero… ¿Tan evidente era? Todoroki se había dado cuenta de sus sentimientos por Deku-kun. Sintió que sus mejillas enrojecían, avergonzada al verse expuesta, pero entonces el significado de aquella última frase que dijo Todoroki se hizo presente y con él vino una punzada de dolor. Al fin y al cabo la respuesta a esa inesperada pregunta era obvia, era dolorosamente obvia.
- Te equivocas, no existe tal oportunidad y nunca ha existido. Hay que ser ciego para no darse cuenta de que esos dos están hechos el uno para el otro. Solo hay que ver la forma en la que se miran - Replicó Uraraka con una sonrisa que no pudo evitar que se viera triste - Yo solo deseo que Deku-kun sea feliz, nada más que eso, incluso si no es a mi lado.
Todoroki la miró fijamente y eso la puso algo nerviosa, tal vez había sido demasiado sincera con él pero realmente se sentía así. Sabía que no tenía oportunidad alguna con Deku-kun, lo sabía y sufría por ello. Una parte de ella quería alejarse de él, olvidarlo y pasar página pero valoraba demasiado su amistad como para hacer eso. Así que simplemente tendría que tragarse sus sentimientos hasta que desaparecieran, tarde o temprano tenían que hacerlo.
Amistad y amor, tan estrechamente enlazados que constaba distinguir donde acababa uno y empezaba el otro, sentimientos prohibidos que quería que desaparecieran pero al mismo tiempo atesoraba. Pero era precisamente por ese revoltijo tan confuso de emociones que quería salvar a Deku-kun sin importar el precio a pagar. Por que a pesar de que sabía que al final del camino no obtendría su amor, aun así, Deku-kun era una persona muy importante para ella. De repente Uraraka sintió la mano de Todoroki posarse sobre su cabeza, sorprendiéndola nuevamente aquella tarde.
- Lo estás haciendo bien, eres muy valiente - Dijo Todoroki acariciando sus cabellos con suavidad.
Aquel gesto, tan cálido como inesperado hizo que sus ojos se empañasen. Realmente ese día estaba lleno de sorpresas pero no se permitiría llorar. Había tomado una decisión y estaba dispuesta a llevarla a cabo, no era el momento de llorar. Sin embargo, se dejó acariciar por aquella mano cálida que jamás pensó que intentaría consolarla.
Todoroki la sorprendió nuevamente y la abrazó, envolviéndola protectoramente entre sus brazos y ella se dejó hacer. Cuando ese abrazo acabara volvería a ser la chica alegre de siempre. Volvería a sonreír llena de energía y a estar llena de determinación nuevamente, pero en ese momento, aunque solo fuera por unos segundos se permitió unos instantes de debilidad. Por que a pesar de todo, dolía. No cambiaba su determinación, pero dolía.
Una solitaria lágrima recorrió su mejilla con lentitud pese a sus esfuerzos por detenerla. Ya que había caído, Uraraka deseó al menos que se llevara consigo esos sentimientos que sabía que jamás serían correspondidos, esos sentimientos que creía tener enterrados pero que al parecer aún la atormentaban.
No pensó que esa conversación con Bakugou pudiera traer todo tan a flor de piel pero lo hizo, sin embargo, en el cálido abrazo de Todoroki encontró algo de consuelo. Aquel peso en su pecho se aligeró y sintió como su tristeza disminuía. Se apartó del chico y limpió disimuladamente el rastro delator de aquella única lágrima que no había podido contener.
- Gracias - Susurró Uraraka algo avergonzada.
- Me pareció que lo necesitabas - Dijo simplemente.
Y sin añadir nada más, Todoroki echó a andar.
- ¿Vamos?
- ¿A dónde? - Preguntó Uraraka siguiéndolo.
- Con Bakugou, estáis planeando algo, ¿No es así? - Contestó astutamente Todoroki - Me apunto.
- ¿Vas a venir? - Preguntó sorprendida Uraraka - Probablemente nos saltemos varias normas de la academia...
- Lo supuse.
- ¿No vas a intentar detenernos?
- Midoriya es una persona a la que debo mucho. Hace tiempo me salvó, ha llegado el momento de devolverle el favor - Contestó con decisión - Pero incluso si no fuera así también iría.
- ¿Por qué?
- Porque yo también estuve allí el día del torneo y tampoco pude hacer nada.
Los ojos de Todoroki brillaban con determinación mientras decía esas palabras y Uraraka sintió como su corazón empezaba a latir rápidamente, un sentimiento cálido se esparció por su pecho.
- Entonces será mejor que nos apresuremos - Dijo Uraraka, de repente se sentía mucho mejor.
Por el camino Uraraka aprovechó para contarle rápidamente a Todoroki lo que planeaban hacer. Todo dependía de la participación de Yaoyorozu, pero por desgracia, al llegar a la habitación de la chica ambos comprendieron que no resultaría sencillo. Bakugou y Yaoyorozu se miraban amenazadoramente, ambos parecían a punto de echarse a gritar.
- ¿Por qué no? ¿Es que acaso tú no quieres salvarlo?
- Una cosa no tiene que ver con la otra, agradecería que no sacarás tus propias conclusiones Bakugou-san - Replicó Yaoyorozu claramente enfadada.
- ¿Entonces?
- ¿Qué sucede Bakugou-kun? - Interrumpió Uraraka.
- No lo sé, pregúntaselo a Yaoyorozu, al parecer ella no quiere salvar a Deku - Dijo Bakugou con fría y calmada ira en cada una de sus palabras.
- Uraraka-san, por favor, ayúdame a hacerle ver a Bakugou-san que esto es muy mala idea.
- Yo… Esto… - Uraraka balbuceó nerviosamente.
- ¿Vosotros estáis con él? - Preguntó Yaoyorozu incrédula - ¿No os dais cuenta de lo peligroso que es?
- Lo sabemos perfectamente pero…
- Da igual lo peligroso que sea, aun así tenemos que salvarlo - Interrumpió Bakugou - No solo porque es Deku sino también porque arriesgar tu vida por los demás es el trabajo de un héroe.
- Pero nosotros aún no somos héroes, no nos corresponde involucrarnos en el camino de los profesionales - Insistió Yaoyorozu - Solo los entorpeceríamos.
- ¿Cómo puedes estar tan segura? - Preguntó Bakugou.
- ¿Acaso insinúas que eres mejor que los héroes profesionales? - Preguntó Yaoyorozu alzando una ceja - Te recuerdo que ellos llevan mucho más tiempo utilizando sus quirks que todos nosotros y cuentan con muchísima experiencia en el mundo real.
- Y yo te recuerdo que estamos en último curso, en apenas unos meses nosotros seremos los profesionales y ya no podremos escondernos tras de nadie.
- Por favor Yaoyorozu-san, seguro que hay algo que podamos hacer - Insistió Uraraka - Si no lo intentamos no lo sabremos.
Uraraka miró hacia Yaoyorozu con ojos tristes y suplicantes pero la chica no se dejó convencer por ellos.
- Ya una vez nos vimos en una situación parecida y elegimos la opción equivocada, no os dejaré tomarla esta vez.
- No puedes elegir por nosotros - Replicó Bakugou.
- Tienes toda la razón Yaoyorozu - Interrumpió Todoroki, quien hasta el momento había permanecido en silencio.
- ¿Todoroki? - Preguntó Uraraka sin poder creer lo que escuchaba.
- Es demasiado peligroso actuar imprudentemente, ya no solo por el castigo que nos impondría la academia sino también por nosotros mismos, podríamos salir heridos o algo peor - Dijo Todoroki - Yo hablaré con ellos, déjamelo a mí, los convenceré.
- Me alegro de que hayas entrado en razón Todoroki-san - Contestó Yaoyorozu claramente aliviada.
- Vamos Uraraka, Bakugou - Dijo Todoroki mientras se alejaba.
- No voy a permitir que esto acabe así - Replicó Bakugou encarando a Yaoyorozu, a pesar de que su expresión se mantenía calmada, un aura de ira lo rodeaba dándole un aspecto aterrador.
- He dicho que nos vamos Bakugou - Dijo Todoroki seriamente, mientras agarraba a Bakugou por el brazo y lo obligaba a alejarse.
- Pero… - Susurró Uraraka.
- Tú también - Dijo Todoroki con un tono que no admitía réplicas.
Uraraka los siguió algo reticente pero sin atreverse a replicar nada. Cuando estuvieron fuera del alcance de Yaoyorozu, Bakugou se soltó de un manotazo y encaró a Todoroki.
- ¿¡Qué mierdas crees que estás haciendo!? ¿Para qué has venido? ¡Esto no es asunto tuyo así que lárgate!
- He decidido ayudaros a rescatar a Midoriya.
- ¿Y esto se supone que es ayudar?
- ¿No tienes ojos en la cara o es que eres tan tonto como pareces?
- ¿Cómo? - Gritó Bakugou furioso.
- Si hubiéramos seguido insistiendo Yaoyorozu nos hubiera acabado delatando a los profesores.
- ¡Ella nunca haría eso! - La defendió Uraraka.
- ¿Estás segura? - Preguntó Todoroki escépticamente.
- Yo… - Dudó Uraraka.
- Es cierto que en circunstancias normales Yaoyorozu jamás nos traicionaría pero estas no son circunstancias normales - Argumentó Todoroki - No me cabe duda de que nos delataría a los profesores si creyera que lo hace por nuestro bien.
- ¡Mierda! - Gritó Bakugou enfadado - ¿Y entonces qué sugieres que hagamos? Ella es la única que puede hacer los micrófonos para espiar en la sala de profesores.
- Tendremos que encontrar otra forma.
Uraraka reflexionó unos segundos, otra manera… Tal vez, sí que había otra forma de conseguir esos micrófonos.
- Chicos… - Intentó interrumpir Uraraka.
- ¿Cómo cuál, ehh? - Le preguntó Bakugou a Todoroki.
- Chicos…
- No veo que tú tengas ninguna idea tampoco - Replicó Todoroki también enfadado.
- Tenía una y tú te la cargaste. No debiste intervenir.
- Chicos… - Trató sin éxito una vez más.
- Te la cargaste tú solo, tal vez si hubieras abordado la situación con un poco más de tacto las cosas hubieran ido de otra forma.
- ¿¡Estás insinuando que es culpa mía!?
- No lo estoy insinuando, lo estoy diciendo.
- ¡¡Chicos!! ¡Dejad de discutir y escuchadme! - Gritó Uraraka consiguiendo por fin que los dos chicos dejaran de pelear y la miraran sorprendidos - Creo que tengo una idea.