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Ojos que no ven por Alana005

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Si antes Bakugou estaba impaciente, ahora, con el documento que había redactado Hatsume entre sus manos, estaba simplemente ansioso. Sorprendentemente la información se encontraba muy bien organizada cosa que lo sorprendió. Viendo la habitación de la chica no esperaba un documento tan bien estructurado, de hecho esperaba justo lo contrario. Sin embargo, aquellos papeles contenían información impresionantemente detallada sobre el lugar en dónde estaba establecido la base de operaciones enemiga, la hora en que se produciría el ataque por parte de los héroes, información sobre los villanos y sus quirks, etc. A pesar de que lo extraña que fuese la chica y de su extraña fijación por enfurecerlo, Bakugou debía admitir que había hecho un gran trabajo.

Ahora que tenían aquella información en su poder, simplemente tenían que idear un plan propio para salvar a Deku, no había tiempo que perder, apenas tenían una semana antes de que los héroes realizaran su rescate, ese era el tiempo límite. Aunque la verdad es que era un verdadero quebradero de cabeza, él preferiría simplemente presentarse donde mantenían cautivo a Deku y patear a todo al que se le pusiera por delante. Pero no necesitaba que Todoroki lo advirtiera, que lo había hecho, para saber que aquello no era buena idea. Así que no le quedaba más remedio que aguantar una semana más.

Pero es que una semana, tan solo una semana más y volvería a ver a Deku después de tanto tiempo separados. Su estómago se revolvió ante el pensamiento y sintió unas ganas enormes de abandonar la clase a la que estaba atendiendo completamente desganado, llevarse a Todoroki y Uraraka, y no dejarlos levantarse hasta que no planearan el rescate de Deku hasta el último detalle. Pero no podía hacer eso, no solo por que tuvieran que mantener las apariencias delante de los profesores sino por que había alguien más muy atentos a todo lo que hacían.

Bakugou miró con disimulo a Kirishima y Kaminari, que tomaban apuntes de la clase, ajenos a su mirada. Sabía que aquellos dos no le quitaban el ojo de encima y claramente sospechaban de sus intenciones. Había estado a punto de confesarles sus planes cuando Kirishima lo había enfrentado el día anterior pero al final decidió callar. Su decisión era firme, no los involucraría en esto, no a ellos. No podía hacerles eso. Y si tenía que evitarlos el resto de la semana para conseguirlo, pues así sería. No le verían el pelo.

 

***

 

Kirishima había tomado una decisión, averiguar los planes de Bakugou y acabar formando parte de ellos. Y Kaminari como su amigo, como amigo de ambos de hecho, estaba más que dispuesto a ayudarlo a conseguirlo. El problema era el cómo hacerlo, pues Bakugou parecía estar determinado a no involucrarlos, hecho que si bien delante Kirishima había fingido que no lo molestaba en realidad si lo hacía, y bastante.

Lo cierto era que creía entender bastante bien las motivaciones de Bakugou. Al fin y al cabo, aunque había demostrado ser muy inteligente en algunas ocasiones, era un hecho que su amigo era de mente simple. Y por suerte o por desgracia llevaban mucho tiempo juntos por lo que a estas alturas Kaminari confiaba bastante en sus habilidades para leer a su explosivo amigo. Pero por muy nobles que pudieran parecer sus intenciones lo cierto era que los había dejado descaradamente al margen y una parte de él estaba resentida con Bakugou. Aunque en realidad no lo estaba tanto por él mismo sino por Kirishima, odiaba verlo tan triste.

Echó un vistazo rápido a su izquierda, hacia Kirishima, acababan de salir de clase y se dirigía juntos de vuelta al dormitorio. Kirishima caminaba con mirada pensativa pero Kaminari desvió sus ojos rápidamente, temeroso de que el contrario advirtiera que lo estaba mirando. Le había afectado mucho el rechazo de Bakugou y por primera vez en mucho tiempo, Kirishima, por lo general el más alegre y optimista de los tres, se había mostrado enfadado y triste. Kaminari amaba la personalidad alegre y amable de Kirishima y por eso odiaba verlo tan afectado, pero sobre todo odiaba lo que aquella tristeza significaba. Pues por desgracia no hacía más que confirmar una vez más lo que hacía tiempo que ya sospechaba. A Kirishima le gustaba Bakugou.

 

“Por lo que Kirishima jamás llegará a fijarse en mí”, pensó Kaminari ignorando el dolor que atravesaba su pecho. 

 

¿Pero cómo podría llegar él a compararse con Bakugou? Simplemente no podía, Bakugou era tan bueno en todo lo que hacía (menos en sus habilidades sociales claro) y él… pues era él, y ya está. Normal, simple, desde luego no era para nada especial.

Pero al menos quería ser de ayuda para Kirishima, por qué aunque este no llegara jamás a corresponder sus sentimientos eso no cambiaba lo que él mismo sentía. Quería ver feliz a Kirishima.

 

- Mira allí están, cuchicheando de nuevo - Susurró Kirishima, sacándolo de entre sus pensamientos - ¿Cómo piensas que podemos abordar a Bakugou?

- Pues la verdad es que no tengo ni idea - Contestó Kaminari forzando una suave sonrisa.

 

Kirishima tenía razón, frente a ellos, a unos pocos pasos de distancia, estaban Todoroki y Uraraka, quienes hablaban entre susurros. Claramente pensaban que nadie los estaba observando pero en realidad Kirishima y Kaminari no les quitaban la vista de encima, espiándolos desde una distancia segura. Por desgracia, aquello significaba que no estaban lo suficientemente cerca como para oírlos.

Uraraka sostenía entre sus manos un fajo de papeles y lo miraba emocionada, Kaminari se preguntó curioso que serían aquellos documentos. Estaba a punto de sugerirle a Kirishima que se acercaran un poco más para escuchar la conversación cuando Todoroki alzó la vista, mirando alrededor con cautela y los vio. Le susurró algo a Uraraka, que miró en su dirección brevemente, y ambos se marcharon rápidamente.

 

- Que cuidadoso - Murmuró amargamente Kirishima.

 

Parecía tan decepcionado, una vez más estaban como al principio, lejos de Bakugou y sus planes. Y aquello claramente desanimaba a Kirishima. Por un momento, mientras observaba la expresión decepcionada de Kirishima, Kaminari sintió lástima por él. Sabía que Bakugou y Midoriya estaban enamorados y aquello dejaba fuera a Kirishima. De cierta forma, ambos se encontraban en la misma situación, enamorados de alguien a quien no podían tener. Kirishima de Bakugou y él mismo del propio Kirishima. Por desgracia entendía el sentimiento a la perfección, era hermoso y doloroso al mismo tiempo.

El simple deseo de querer estar con una persona que no te ve con los mismos ojos que tú lo haces, saber que jamás lo hará y a pesar de ello ser incapaz de dejar de estar a su lado. Hacer lo que sea por ver sonreír a esa persona, y saber, aunque solo sea por un instante que eres el causante del gesto. Kaminari bajó la cabeza algo desanimado por sus deprimentes pensamientos y entonces la vio. Resaltaba, blanca sobre la alfombra verde, aquello era…

 

- ¡Kirishima! - Exclamó Kaminari - ¡¡Aquello es...!!

 

Señaló con urgencia el lugar donde Todoroki y Uraraka habían estado hacía escasos segundos. Allí, inocentemente olvidada sobre el suelo, había una hoja y sin duda aquel papel pertenecía a los que Uraraka había estado observando emocionada. Se acercaron apresurados y la recogieron con contenida emoción. “Plan de rescate de Midoriya” Rezaba la parte superior de la hoja. Se miraron emocionados, Kirishima sonreía ampliamente y Kaminari le devolvió la sonrisa, contento de resultar útil. La hoja contenía toda clase de información de una supuesta operación de rescate, incluyendo una fecha.

 

- ¡Bien hecho Kaminari! - Exclamó Kirishima revolviéndole los cabellos a Kaminari - Con esto Bakugou no podrá mentir por más tiempo. Podremos ir por fin junto a él.

- Sí - Contestó Kaminari ignorando el doloroso latido que aquella frase le había causado y sonriendo a pesar de ello.

 

Por fin Bakugou tendrá que aceptarlos en la operación de rescate. Kaminari sonrió, sus emociones eran un confuso revoltijo de alegría y tristeza. Pero debía concentrarse en lo verdaderamente importante, iban a salvar a Midoriya, a su amigo y compañero de curso. Por fin lo traerían de vuelta y podrían dejar de ver a Bakugou vagar por los pasillos de la escuela con la cabeza gacha y el ánimo por los suelos.

Y si para lograr eso tenía que reunir a Bakugou y Kirishima bajo el mismo plan así sería, el bienestar de Midoriya y Bakugou eran mucho más importantes que sus estúpidos problemas amorosos. Además, Kaminari sabía que jamás podría llegar a ser como Bakugou, por lo que no le quedaba más remedio que apoyar a Kirishima y ser al menos su amigo.

Quién sabe, quizás un día Kirishima acabara enamorándose de él. Aunque lo veía imposible. ¿Quién en su sano juicio se enamoraría de alguien tan simplón y normalucho como él?. Además, la perspectiva de estar al lado de una persona con la esperanza de que algún día lo quisiera era deprimente, simplemente inaceptable y aun así… No se creía capaz de alejarse de él.


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