Bakugou se encontraba releyendo una vez más el documento que Hatsume les había entregado hacía ya casi una semana. No recordaba cuantas veces lo había leído, prácticamente se lo sabía de memoria pero leerlo lo tranquilizaba, o quizás era simplemente que le mantenía la mente ocupada.
Dejó el escrito sobre la mesa y abrió la mochila por cuarta vez aquella noche, comprobando de nuevo que contenía todo lo necesario. Su traje de héroe reposaba al fondo, lo acarició distraídamente sin prestarle realmente atención, su mente se encontraba muy lejos de allí, repasando los detalles de la misión que llevarían a cabo en apenas una hora. Estaba nervioso, apenas podía creer que hubiera llegado por fin el día en que irían a salvar a Deku.
Durante casi una semana Uraraka, Todoroki, Hatsume y él habían estado discutiendo los detalles de su propia operación de rescate. Si todo salía como habían planeado, utilizarían la incursión de los héroes profesionales como distracción para recuperar a Deku. El sigilo era una parte fundamental de su plan.
Observó una última vez más el interior de su mochila, aunque en realidad ya no quedaba nada por comprobar, y finalmente la cerró con decisión, colgándosela al hombro. Había llegado el momento de dirigirse al primer destino de aquella noche, el dormitorio de Uraraka, donde se reunirían todos para partir. La hora de su encuentro había llegado y Bakugou se sintió aliviado de poder ponerse por fin en marcha, no soportaba estar en su habitación ni un segundo más. El solo pensar en que esa noche irían a salvar a Deku lo ponía ansioso, si todo salía bien al acabar la noche lo tendría a su lado de nuevo. No deseaba nada más que eso pero había tantas cosas que podían salir mal… No podía evitar sentirse nervioso.
Bakugou abandonó su habitación, cerrando la puerta tras de sí, y echó a andar por los pasillos del dormitorio que se encontraban desiertos a aquellas horas de la noche, la oscuridad apenas le dejaba ver que tenía delante pero no quiso encender la luz por miedo a que lo descubrieran. A pesar de eso no tuvo problemas para llegar al dormitorio de la chica, tras casi tres años viviendo en el interior de aquellas paredes conocía el dormitorio como la palma de su mano.
Su destino se encontraba a escasos pasos de él pero un movimiento repentino llamó su atención, obligándolo a detenerse con los sentidos alerta. Dos sombras se abalanzaron sobre él, dos sombras con sus ceños fruncidos y los brazos cruzados. Kirishima y Kaminari lo estaban esperando.
- Me parece que ahora si que tienes algo que contarnos - Dijo Kirishima.
Oh no. Bakugou tragó saliva con dificultad, lo habían atrapado, no había nada que pudiera decir para encubrir la situación. Al fin y al cabo, ¿Qué excusa podría dar para estar andando de noche por los pasillos del dormitorio, claramente preparado para salir al exterior? Kirishima lo observaba con atención, su espalda se encontraba apoyada en la pared y tenía los brazos cruzados sobre su pecho. A su lado Kaminari lo observaba también con cierto reproche.
- No puedo creer que pensarás irte sin nosotros - Le recriminó Kaminari.
- No sé de qué estás hablando - Mintió Bakugou a la desesperada.
- No intentes hacerte el tonto - Replicó Kaminari - Lo sabemos todo.
- ¿Todo? - Preguntó Bakugou incrédulo - ¿Qué todo?
No era posible. Podía entender que lo sospecharan, no era demasiado complicado imaginar lo que pasaba, pero saberlo… ¿Todo? ¿Cómo era eso posible? ¿Y cómo habían averiguado que esta noche él iría a la habitación de Uraraka? La confusión que sentía debió ser obvia porque en ese momento Kirishima se acercó a él y le entregó una hoja de papel.
- Encontramos esto - Dijo Kirishima - Y se lo enseñamos a Uraraka. Sabíamos que no podría seguir ocultando todo esto después de enseñarle pruebas.
- La obligamos a hablar - Dijo Kaminari, claramente orgulloso.
Bakugou observó incrédulo la hoja de papel entre sus manos, se trataba de una de las hojas del documento de Hatsume, el mismo documento que había estado leyendo hacía escasos minutos. A sus espaldas la puerta de la habitación de Uraraka se abrió levemente y por ella se asomó su propietaria, quien le dirigió una mirada suplicante y un gesto de disculpa.
- No me lo puedo creer… - Suspiró Bakugou exasperado.
- Eso deberíamos decirlo nosotros - Replicó Kirishima con calma, pero en cada una de sus palabras se palpaba la decepción - Pensaba que confiabas en nosotros.
- Esto no se trata de confianza - Contestó Bakugou desviando la mirada algo incómodo.
- Lo sé - Contestó Kirishima - No creas que no conozco las consecuencias de venir aquí esta noche.
Bakugou lo miró enfurecido, esta era una discusión que no había querido tener. La había evitado a toda costa porque sabía que no podría ganar. Pero a pesar de ello tenía que intentarlo. Los profesores habían sido claros, cualquier alumno que intentase alguna clase de rescate por su cuenta se enfrentaría a la expulsión. No le importaba si lo expulsaban, estaba preparado para ello. Tampoco le importaba mucho si Uraraka y Todoroki se veían envueltos, ellos habían tomado su decisión por el bien de Deku.
Pero Kirishima y Kaminari eran totalmente diferentes, por que sabía que en el fondo ellos querían ir a salvar a Izuku por él, para apoyarlo, y no permitiría que arriesgaran sus sueños de aquella manera. Mucho menos por su bien, cuando toda aquella situación era culpa suya al haber permitido que se llevaran a Deku aquel día. Aquellos dos eran sus mejores amigos, le importaban demasiado como para arruinar sus futuros como héroes.
- ¿Si conocéis los riesgos entonces qué mierdas estáis haciendo aquí? - Exclamó Bakugou frustrado - Esto no es un juego, volved a vuestras malditas habitaciones ahora que aún estáis a tiempo.
- No te equivoques Bakugou - Intervino Kirishima - Si estamos aquí es precisamente porque sabemos que no es un juego. Sabemos exactamente qué nos estamos jugando y por quién. Tienes razón, esto no es un juego, no creo que nadie aquí piense que lo sea.
- Exacto, estamos aquí para salvar a Midoriya - Lo apoyó Kaminari - Y también estamos aquí por ti, para apoyarte.
- ¿Qué clase de amigos seríamos si no fuéramos contigo? - Dijo Kirishima.
“Unos amigos con un futuro por delante”, pensó Bakugou pero las palabras que salieron por su boca fueron distintas.
- Yo no os he pedido que vengáis. No quiero que lo hagáis.
- Pues nosotros sí que queremos ir - Replicó Kirishima.
- Se supone que es una operación de sigilo, cuantos menos seamos mejor y ya somos muchos.
Bakugou sentía como sus argumentos iban perdiendo fuerza.
- También se supone que es una peligrosa incursión en plena base de operaciones de la liga de villanos - Replicó Kirishima, Kaminari a su lado asintió dándole la razón - Necesitas todas las manos disponibles.
- No pienses que nos vamos a quedar atrás.
Bakugou miró con reproche a Uraraka, quien se escondió un poco más tras la puerta dejando apenas visibles su pelo y manos.
- No le eches la culpa a ella - Dijo Kirishima - Ya sabíamos que estabais tramando algo antes de hablar con ella. Uraraka simplemente confirmó nuestras sospechas.
- ¿De verdad pensabas que no nos daríamos cuenta? Se supone que somos amigos, nosotros queremos salvar a Midoriya tanto como vosotros - Dijo Kaminari dolido.
Les miró fijamente a los ojos, ambos mostraban una firme determinación y Bakugou supo en ese momento que no sería capaz de detenerlos aunque quisiera.
- Es inútil no los vas a convencer.
La repentina voz de Todoroki a sus espaldas sorprendió a Bakugou, que se volvió justo a tiempo para ver al dueño de la voz surgir de entre las sombras, apenas iluminado por la luz que escapaba de la habitación de Uraraka por su puerta abierta. A su lado Hatsume sonreía con indiferencia a la situación ante ella.
- Claramente han tomado una decisión - Añadió Todoroki - No te queda más opción que aceptarla.
Bakugou suspiró pesadamente, lo sabía. Sabía desde el principio que si llegaban a discutir no sería capaz de convencerlos. Por eso los había evitado a toda costa, debió suponer que no serviría para nada.
- Haced lo que queráis pero ni se os ocurra estorbar u os echaré a patadas - Respondió finalmente.
- ¡No lo haremos! - Respondió Kaminari sonriendo ampliamente.
Kirishima y Kaminari intercambiaron una mirada llena de decisión, no había dudas ni arrepentimiento en sus rostros y secretamente Bakugou se alegró de que estuvieran allí, aunque no pensaba admitirlo. Tal vez, después de todo debió de haber confiado en ellos desde el principio. Aunque por supuesto eso no significaba que no cumpliría su promesa, si estorbaban no dudaría ni un segundo en echarlos del plan, los enviaría a volar mediante una explosión. Entraron en la habitación de Uraraka, todo el equipo de rescate estaba reunido al fin, tanto los antiguos y los nuevos integrantes.
- Supongo que hay que añadir dos nuevas incorporaciones a nuestro plan original - Dijo Uraraka guiñándoles un ojo a Kirishima y Kaminari.
- Aun así no variaremos la estructura original de este - Dijo Hatsume - Por suerte tengo un par extra de aparatos.
Mientras Hatsume y Uraraka ponían al corriente del plan a los recién llegados, Bakugou pensaba en este por su cuenta. Parecía sencillo a simple vista, ellos tres… bueno, ahora cinco, se infiltrarían en la base de operaciones enemigas en total sigilo, esta se encontraba en uno de los muelles del puerto de la ciudad. Si todo salía como estaba planeado, se esconderían hasta que llegaran los héroes y entonces rescatarían a Deku utilizando la confusión.
Hatsume los ayudaría desde su dormitorio monitorizando en todo momento sus movimientos y los de sus enemigos mediante sus inventos y los mantendría informados gracias a unos auriculares con micrófono incorporado que ella misma había inventado y les había proporcionado.
- Ya están todos los preparativos realizados - Anunció Todoroki de repente sacando a Bakugou de sus pensamientos.
Bakugou intercambió una mirada y un asentimiento casi imperceptible con Todoroki. La quietud del ambiente, repentinamente tenso, fue rota por el sonido de seis personas al ponerse en marcha. Había llegado el momento.
- Vamos - Dijo Bakugou volviéndose sin mirar atrás.
A pesar de no volverse supo que todos le seguían, una sonrisa feroz se extendió por su rostro ante lo que les esperaba aquella noche. “Ya voy, Deku”, pensó con determinación mientras se adentraba una vez más en la oscuridad de los pasillos.