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Ojos que no ven por Alana005

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Caminaban despacio, con pasos mudos y el aliento contenido. En la quietud de la noche cualquier sonido los sobresaltaba, cualquier sombra los asustaba. Los nervios a flor de piel delataban el miedo a ser descubiertos pero por suerte pudieron salir al exterior del dormitorio sin complicaciones.

Cuando la blanca luz de la luna los recibió Bakugou miró hacia atrás una última vez, hacia el edificio que dejaba a sus espaldas. Sabía que estaba dando un paso que no sería capaz de desandar, tal vez sería la última vez que atravesara las puertas de aquel dormitorio como alumno. Pensó que cuando llegara el momento sentiría pena o arrepentimiento pero estos sentimientos no llegaron, de hecho, incluso se sintió aliviado. Por fin podía ponerse en marcha, había odiado la espera con todo su ser y por fin había acabado, iría a salvar a Deku en ese instante, fueran cuales fueran las consecuencias.

Sintió una mano sobre el hombro y se giró despacio, era Kirishima. Su rostro, libre de sus habituales sonrisas y gestos amables, denotaba simple determinación. Bakugou miró a su alrededor y se dio cuenta de que todos lo observaban.

 

- Esta es vuestra última oportunidad de echaros atrás - Dijo Bakugou con seriedad - Tal vez nos expulsen a todos nosotros por salir esta noche. Además, los héroes profesionales están preparándose en este momento para atacar la base de los villanos. Probablemente no sea necesario que intervengamos, aun así, ¿Estáis dispuestos a arriesgar vuestro futuro como héroes por la posibilidad de salvar a Deku?

 

Hubo un breve silencio en el cual Bakugou sintió las intensas miradas que sus compañeros le dirigían. Finalmente fue Uraraka quien rompió el silencio.

 

- Tienes razón, probablemente llegaremos allí y los héroes habrán hecho todo el trabajo. De hecho, ojalá sea así. Ojalá rescaten a Deku-kun rápidamente y no tengamos que hacer nada para que vuelva con nosotros sano y salvo - Dijo la chica sonriendo levemente - Pero hay demasiadas cosas que pueden salir mal, demasiados “Y si” - La sonrisa desapareció de su rostro - ¿Y si no lo consiguen? ¿Y si los villanos los superan en número? ¿Y si lo hacen en habilidad? ¿Y si deben luchar contra Deku? ¿Y si los villanos predicen el ataque?... Pueden salir tantas cosas mal. Pero si vamos, tal vez consigamos aumentar las posibilidades de traer a Deku-kun sano y salvo. Y si conseguimos aumentarlas aunque solo sea un 1% entonces ya habrá valido la pena ir hasta allí. Porque Deku-kun es un amigo demasiado importante como para simplemente esperar y no hacer nada.

 

Todos observaron sorprendidos a Uraraka que se sonrojó levemente pero no apartó su mirada de Bakugou, claramente estaba decidida.

 

- Ochaco tiene razón - Intervino Todoroki situándose junto a la chica - Queremos rescatar a Midoriya. No necesitamos más razones para ir que esa.

- Shoto… - Susurró Uraraka sonrojándose aún más.

- ¡Es verdad! - Intervino Kaminari enérgicamente - Aunque después del impresionante discurso de Uraraka poco más queda por añadir.

 

Para ese momento la cara de Uraraka hervía escarlata en un intenso sonrojo.

 

- Además, sé de alguien que va a ir si o si - Dijo Kirishima echando una mirada a Bakugou - Y por nada del mundo dejaremos que vaya solo a un sitio tan peligroso.

- ¡Eso! - Corroboró Kaminari.

- ¿No es así Bakugou? - Preguntó Kirishima con un gesto amable.

- Por supuesto, me da igual si venís o no - Contestó Bakugou - Yo empecé esto en aquella playa. Y yo lo acabaré. No es algo que pueda dejar en manos de alguien más.

- Pues no hay nada más que hablar - Dijo Uraraka, por fin recuperando su color normal de piel.

- Además si acabamos todos expulsados podemos hacer nuestra propia agencia de héroes profesionales - Bromeó Kaminari alegremente.

- ¿Perdona? Y trabajar con este - Exclamó Bakugou mirando a Todoroki.

- Ni hablar - Replicó Shoto.

 

Kaminari y Uraraka estallaron en una carcajada, su risa era contagiosa y pronto se les unió Kirishima, incluso Bakugou se encontró sonriendo. Toda la tensión del momento había desaparecido. Y en ese momento, mientras todos reían, dejando escapar los nervios y la tensión, Bakugou no podría haber deseado estar con nadie más que ellos aquella noche. Incluso Todoroki, pensó a regañadientes. En el fondo se alegraba de no tener que ir solo.

Rápidamente llegaron a la verja que separaba la academia del exterior y gracias al poder de Uraraka no tuvieron demasiados problemas para saltar sobre ella y salir de los terrenos de la escuela. Una extraña sensación de irrealidad invadió a Bakugou mientras se dirigían a la parada de autobús que los llevaría hasta el puerto. Lo habían hecho, realmente estaban fuera de la escuela, apenas podía creerlo.

Una vez en el exterior, Bakugou sintió una rara mezcla entre emoción, nervios e impaciencia. Las emociones ardían en su interior, royendo su calma. Y al parecer no era el único con tales sentimientos pues el trayecto en autobús hasta el puerto donde la liga de villanos tenía su base de operaciones fue muy silencioso, ninguno de los cinco se sentía con ánimos de conversar. Habían pasado mucho tiempo planeando aquella noche y por fin había llegado. Eran conscientes de que aquella podía ser la única oportunidad que tuvieran de salvar a Izuku.

Cuando el autobús llegó a su destino y los cinco bajaron del vehículo, el tenue sonido de las olas y el aroma a sal les dieron la bienvenida. El puerto se encontraba justo delante de ellos, en absoluto silencio, un silencio que ante los ojos de cualquiera podría parecer pacífico pero para ellos era casi amenazador.

A pesar de ser una ciudad pequeña el puerto era enorme, catorce muelles se encontraban repartidos a lo largo de la costa, uno al lado del otro. Pero ellos, gracias a Hatsume, sabían perfectamente a donde se dirigían. Caminaron lentamente en dirección al muelle más alejado de todos, el número catorce, allí era donde se encontraba la base de operaciones de la liga de villanos, allí estaría Deku.

La oscuridad llenaba todo el ambiente, derramándose por cada una de sus esquinas y recovecos. Las escasas farolas repartidas por el puerto apenas conseguían iluminar su camino, prácticamente estaban a oscuras. Sin embargo, aquello les favorecía, por una vez las sombras eran sus aliadas y aprovechando la seguridad que les brindaban avanzaron rápidamente dejando atrás la iluminación de la ciudad. Caminaron casi a tientas dejando a atrás muelle tras muelle, en cada uno de ellos se erguían varios edificios de almacenamiento.

Bakugou avanzaba con precaución, escuchando cuidadosamente los ruidos de la noche, atento a cualquier sonido que pudiera significar problemas pero lo único que interrumpía la quietud de la noche era el suave murmullo de las olas del mar. Sin embargo, conforme se acercaban a su destino otros sonidos fueron creciendo, opacando los susurros del mar. Al principio se oían débilmente pero rápidamente fueron cobrando intensidad.

Gritos, golpes, voces, sonidos de lucha… Se miraron con nerviosismo sin entender qué estaba pasando ¿Qué estaba ocurriendo? ¿No se suponía que la operación de los héroes empezaría en una hora?

 

- Lanza las cosas esas - Susurró Bakugou mientras hacía una señal con la mano.

 

Uraraka lanzó al aire los pequeños dispositivos voladores que Hatsume les había dado, al parecer contaban con cámaras, radares y micrófonos. En la oscuridad de la noche resultaban casi invisibles por lo que podrían captar información sin problemas. Los cinco se pusieron sus auriculares y enseguida escucharon la voz de Hatsume.

 

- ¿Me oís? - Preguntó Hatsume - Pero qué tonterías estoy preguntando, claro que me oís, esto lo he hecho yo, es imposible que falle.

- Es humilde la chica, ¿ehh? - Dijo Kaminari sarcásticamente.

 

Uraraka soltó una risita pero Bakugou los mandó a callar, no era el momento para bromas, algo iba mal, tenía un mal presentimiento.

 

- Hatsume, ¿Qué es lo que ves? - Preguntó Todoroki que también se había puesto alerta.

- Esto es malo - Dijo Hatsume repentinamente seria - Delante de vosotros se encuentra un verdadero campo de batalla, la operación de los héroes debe haber empezado antes de lo previsto…

- ¿Cómo? - Preguntó Bakugou incrédulo.

 

A pesar de las protestas de sus compañeros Bakugou salió corriendo en dirección al muelle catorce, que se encontraba justo delante de ellos. No podía ser, después de tanta preparación no podía salir mal. Atravesó apuradamente los escasos metros que lo separaban de su destino y al llegar frenó bruscamente, escondiéndose tras un gran contenedor de almacenaje. No quedaba rastro de la quietud y oscuridad que reinaba en el puerto hasta hace unos instantes, el fuego se propagaba por todos lados y los gritos le taladraban los oídos. 

Bakugou maldijo entre dientes, a sus espaldas sus compañeros llegaron resoplando, claramente enfadados por la repentina carrera. Iba a defenderse de sus quejas pero algo llamó su atención, algo que le robo el poco color que tenía su pálido rostro. Aquello eran… ¿Nomus?

Desde su escondite podía ver perfectamente como por lo menos unos veinte nomus luchaban contra los héroes profesionales. Entre el revoltijo de héroes, villanos y nomus, Bakugou reconoció algunas caras familiares, Midnight, Gang Orca, Best Jeanist, etc… los héroes luchaban contra las cuerdas, los nomus los superaban en número.

 

- ¿Qué vamos a hacer? - Preguntó Uraraka preocupada.

 

Bakugou se quedó unos instantes pensativo. No sabían dónde estaba Deku exactamente por lo que no tenían un destino fijo. Además no parecía haber ningún lugar desde el que acercarse sigilosamente, todo enfrente suyo era un improvisado campo de batalla. No les quedaba más remedio que esperar desde su posición y observar la situación mientras recolectaban información con el aparato de Hatsume. Bakugou iba a contestar a Uraraka cuando un fuerte grito lo interrumpió.

 

- ¡JOVEN MIDORIYA DETENTE!

 

El grito de All Might distrajo completamente a Katsuki de sus cavilaciones, se giró rápidamente alcanzando a ver como su profesor se adentraba en uno de los edificios. Bakugou tardó menos de dos segundos en cambiar de opinión.

 

- Seguid con lo planeado sin mí - Dijo antes de echar a correr en dirección a ese edificio.

 

A sus espaldas escuchó los gritos de sus amigos que lo llamaban pero los ignoró. Ahora que sabía dónde estaba Deku no se sentía capaz de quedarse simplemente observando mientras este estaba a tan solo unos pasos suyos. Era consciente de que no estaba siguiendo el plan pero este había fracasado desde el momento en que llegaron tarde a la operación. Las quejas de Hatsume no se hicieron esperar, los gritos en sus oídos eran molestos así que se arrancó el auricular y lo lanzó lejos sin mirar atrás.

Y así, con Deku ocupando toda su mente, en un arrebato de locura Bakugou se adentró en el caos de fuego y lucha que tenía delante.


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