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Ojos que no ven por Alana005

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El caos crecía sin control a su alrededor, tiñendo el muelle con sangre, gritos y llamas pero Kirishima apenas era consciente de ello. Toda su atención se centraba en una cosa:el edificio por el que se había adentrado Bakugou. Estaban cansados, la batalla anterior no había sido sencilla y no habían tenido tiempo para recuperarse, respiraciones erráticas acompañaban sus pasos y hacían arder sus pulmones pero no era el momento de descansar, el almacén que se alzaba justo ante ellos. Había llegado el momento de abandonar aquel puerto sediento de sangre y sumergirse en la nueva batalla que los esperaba en el interior del almacén.

Estaban a tan solo un paso de alcanzar su puerta cuando de pronto el suelo tembló y se agrietó. Y por un momento, a medida que el suelo cedía bajo sus pies, reinó el caos. Tanto amigos como enemigos se vieron afectados por el terremoto que se había desencadenado de repente y había abierto el suelo bajo sus pies, obligándolos a luchar por mantener el equilibrio. Confuso y vulnerable, mientras intentaba con todas sus fuerzas mantenerse en pie, Kirishima se las ingenió para darse la vuelta y contemplar el campo de batalla que por un segundo pensó que conseguirían dejar a sus espaldas. Lo que vio le heló la sangre.

 

- ¡Cuidado chicos! - Gritó Kirishima sin poder apartar la vista del causante del temblor que los había alcanzado.

 

Un nuevo nomu los atacaba, sus manos contra el suelo provocaban grandes ondas que despedazaban el suelo y les robaban el equilibrio. Aquel nuevo enemigo se abalanzó contra ellos, de sus brazos nacieron inmensas guadañas que reflejaban con peligroso brillo el fuego que los rodeaba por todas partes.

 

- ¡Apartaos! - Gritó Kirishima.

 

A su alrededor sus amigos se fueron incorporando uno a uno, con dificultad por el temblor que aún azotaba la tierra, todos, excepto Denki. Kirishima se volvió confuso hacia él, sin entender porque permanecía en el suelo, y entonces se dio cuenta. Sintió una oleada de miedo recorrerle al ver la causa, uno de los pies de Kaminari había quedado enterrado bajo una gran piedra.

 

- ¡Denki! - Gritó Kirishima.

 

Por desgracia, el nomu también se había dado cuenta y atacó. De su espalda nacieron un par de alas que batió con fuerza, acercándose con peligrosa rapidez. Por unos instantes todo pareció moverse a cámara lenta. En esos segundos Kirishima vio con dolorosa claridad la mirada angustiada en los ojos de Denki, sus inútiles esfuerzos por apartar la roca y ponerse en pie, el avance demasiado rápido del nomu y el suyo propio, demasiado lento.

Kirishima corrió con todas sus fuerzas, en aquella carrera contra el nomu por llegar hasta Kaminari. El suelo destrozado dificultaba su avance y por uno angustioso momento Kirishima pensó que no lograría llegar a tiempo, sin embargo, consiguió llegar escasos segundos antes que el nomu. Rompió la roca que aprisionaba a su amigo con su quirk pero hasta ahí llegó su suerte, el nomu los alcanzó. Mientras empujaba a Kaminari para apartarlo del peligro su espalda ardió en agudo dolor, Kirishima gritó al sentir las cuchillas desgarrarle la piel y el músculo, antes de que Todoroki pudiera detener los movimientos de la bestia atrapándola en un bloque de hielo.

 

- ¡¡Kirishima!!

 

Kirishima alzó la vista con dificultad hacia la voz aterrada que lo llamaba y vio el pálido rostro de Kaminari agacharse junto a él.

 

- Lo siento, es culpa mía - Sollozó Denki con lágrimas en los ojos - Si no me hubiese dejado atrapar.

- Eh - Susurró Kirishima alargando su mano y posandola sobre la mejilla de Kaminari en una suave caricia - Estoy bien, ha sido solo un rasguño.

 

Ignoró el agudo dolor que le atravesaba la espalda y se incorporó. Cayó sangre cuando lo hizo, precipitándose contra el suelo con sangrienta ferocidad pero la ignoró también. Aquello era un campo de batalla, no podía permitirse el lujo de quedarse en el suelo solo por sangrar un poco, no si quería salir con vida de allí. No quiso preguntar por la gravedad de la herida, no era importante en aquel momento. No cuando solo tenía una opción, seguir adelante.

 

- ¡Chicos! - Gritó Uraraka claramente nerviosa.

 

Ambos se giraron al escuchar el grito de su amiga y en seguida vieron que era lo que la preocupaba. Al parecer este nomu no solo era capaz de usar su poder en el suelo. El hielo a su alrededor se había ido fracturando mientras hablaban, resquebrajándose por las ondas que producía el ser atrapado en su interior para acabar rompiéndose en un estallido final que lanzó afilados fragmentos de hielo en todas direcciones.

 

- ¡Cuidado! - Gritó Kirishima pero era demasiado tarde.

 

Los fragmentos de hielo se abalanzaron sobre ellos como afiladas cuchillas, cortando todo a su paso. Todoroki consiguió alzar un muro de hielo pero no lo hizo a tiempo del todo. Se refugiaron tras el improvisado escudo pero para cuando el nomu estuvo libre de su breve prisión, el hielo esparcido por el suelo estaba teñido de rojo.

 

- ¿Estáis todos bien? - Preguntó Kirishima con voz entrecortada por el dolor.

 

Un profundo corte le atravesaba el brazo izquierdo, intentó contener la hemorragia con su mano pero la sangre fluía entre sus dedos, demasiado líquida para ser contenida. A su alrededor sus amigos asintieron con dificultad, un breve vistazo fue suficiente para ver que no estaban en mucho mejor estado que él. Por suerte ninguna herida era mortal pero muchas de ellas eran dolorosamente profundas.

 

- Mierda - Maldijo Todoroki mientras se limpiaba el rastro de sangre que un fragmento de hielo había dejado sobre su mejilla - Mi hielo no nos va a ayudar esta vez.

- ¿Estáis bien? - Preguntó Hatsume preocupada.

 

Por primera vez no había rastro de burla en la voz que escuchaban desde sus auriculares pero Kirishima no supo decir si aquello era bueno o malo. Lo que sí sabía era que estaban en problemas. Lo veía en la respiración entrecortada de sus amigos, en la sangre que manaba de sus múltiples heridas, en el miedo de sus ojos… Pero sobre todo lo veía en la mirada demente y la sonrisa desquiciada del nomu.



***



Tenía que hacer algo. La lucha que estaba librando no parecía llevarle a ningún lado. Esquivar, ser esquivado, golpear, ser golpeado… Lo que empezó como una batalla ahora parecía más un baile entre dos personas que se conocían demasiado bien como para ganar ventaja. La chica rubia que le había llamado la atención a Bakugou no apartaba la vista de ellos dos. Aquella sonrisa egocéntrica, aquella seguridad, esos ojos febriles de locura… Bakugou la observó con detenimiento, ganándose un golpe en el brazo debido a la momentánea distracción.

 

- Mierda - Masculló entre dientes mientras esquivaba el siguiente golpe.

 

Centró su atención en Deku, que se preparaba para atacar nuevamente, pero su mente se encontraba muy lejos de allí. Una idea empezaba a formarse en su mente, más corazonada que idea, luchando por coger forma entre el ruido y la batalla. 

 

¿Qué hacía aquella chica allí? No había nadie que no luchara en aquel almacén, excepto ella.

 

Esquivó una patada de Deku.

 

Su intuición le estaba gritando. Y los gritos empezaban a coger forma.

 

“Entonces, ¿El joven Midoriya está siendo controlado por alguna clase de quirk?”

 

Lanzó una explosión pero fue fácilmente neutralizada por Deku. Su mente demasiado perdida entre los recuerdos como para atinar el golpe.

 

“Así es, se trata de un quirk de control mental y pertenece a una chica llamada Chloe Ravendolh”

 

La chica sonreía con malicia sin apartar su mirada de Deku. Las piezas encajaban demasiado bien, las ideas tomaban forma y propósito en su mente, como engranajes que por fin encontraban su lugar, encajando por fin y girando a toda velocidad. Solo estaba seguro de una cosa. Valía la pena intentarlo. 

De repente, Bakugou lanzó una gran explosión contra el suelo que los sumergió en oscuridad. El pesado humo se extendió como la pólvora, tragándoselos a los tres. Y Bakugou no dudó en aprovechar el refugio que este le ofrecía para lanzarse hacía la chica con decisión. Aquella chica era enemiga, no había duda de que estaba del lado de Shigaraki. Si su intuición fallaba y no era la dueña del quirk que controlaba a Deku al menos eliminaría a un enemigo potencial. No tenía nada que perder.

 

***

 

El nomu atacó de nuevo en su dirección, el destello demente en sus ojos vacíos no auguraba nada bueno pero por desgracia no les quedaba otra opción más que luchar. Kirishima se incorporó con dificultad y sus compañeros hicieron lo mismo a su alrededor. Alzó los puños, aguantando el dolor de sus heridas y se dispuso a atacar. Sin embargo, por suerte o por desgracia nunca llegó a hacerlo. Justo antes de que el nomu alado los alcanzara unas vendas se enrollaron a su alrededor, robando sus alas y provocando que el nomu cayera de los cielos.

 

- Aizawa-sensei - Susurró Uraraka aterrada.

 

Ante ellos se encontraba su profesor. Kirishima no sabía si sentirse aliviado por su llegada u horrorizado. Habían sido descubiertos. Dada la situación era consciente de que solo era cuestión de tiempo que esto sucediera pero justo los había tenido que descubrir Aizawa. Kirishima no podía creer su mala suerte.

 

- ¿Se puede saber que estáis haciendo aquí? - Preguntó Aizawa furioso - No, mejor no os molestéis en contestar. Sé perfectamente por qué habéis venido.

 

Ninguno se atrevió a contestar. Su profesor irradiaba ira. De pie, en medio de aquel atroz campo de batalla, con el nomu caído a sus pies, su profesor parecía más temible que cualquiera de los adversarios que habían enfrentado aquella noche.

 

- Creí haber sido claro cuando os advertí lo que pasaría si alguien se atrevía a actuar por su cuenta.

 

El nomu intentó levantarse pero Aizawa estiró de las vendas y estas se apretaron alrededor de su presa haciéndola caer de nuevo.

 

- No quiero saber cómo diablos habéis descubierto este lugar - Prosiguió su profesor amenazadoramente - Lo único que quiero es que cojáis a Bakugou, que no me cabe duda de que también está por aquí, y os larguéis. ¡Ahora mismo!

 

Aquel último grito fue suficiente para ponerles los pelos de punta. Kirishima siguió la mirada de su profesor y observó al nomu frente a ellos, que trataba de romper las vendas que lo amarraban. ¿Cómo podían simplemente marcharse después de haber llegado tan lejos?

 

- ¿He sido lo suficientemente claro? - Preguntó Aizawa.

- Sí… - Respondió Kaminari, su mirada estaba fija en el suelo, incapaz de hacer frente a su profesor.

 

Aizawa abrió su boca para contestar pero justo en ese momento un fuerte sonido les reveló que el nomu había roto las vendas. Este los atacó de golpe, obligando a Aizawa a tragarse lo que sea que iba a decir y a centrarse en su enemigo.

 

- Vamos, ¡Rápido! - Dijo entonces Todoroki, corriendo de repente hacía el almacén.

 

Y Kirishima no dudo ni un segundo en seguirlo. Habían sido descubiertos, el mal ya estaba hecho. Por lo que no tenían motivos para echarse atrás ahora. Si iban a ser castigados, al menos llegarían hasta el final.


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