Ahora que Ren había confirmado la existencia de un villano capaz de transmitir órdenes telepáticamente a los nomus parecía evidente que aquel era el método que estaba utilizando la liga de villanos. Sin embargo, de ser ese el caso había un gran problema por resolver.
- ¿Pero cómo vamos a encontrar a ese villano? - Preguntó Uraraka, adelantándose y exponiendo en voz alta lo que Bakugou se estaba preguntando.
Todos miraron a Ren esperando que él contestara la pregunta de Uraraka pero este se limitó a encogerse de hombros.
- No sé donde está, podría estar en cualquier lugar de este puerto - Dijo Ren - El rango de su quirk es bastante amplio, a menudo lo utiliza para coordinar a sus compañeros durante las operaciones.
Bakugou maldijo entre dientes, su propia decepción se reflejaba en el rostro de sus compañeros que guardaron un silencio inquieto, esperando a que alguien dijera algo, aportara alguna solución o expusiera algún hecho que hubieran pasado por alto. Pero nadie habló, al parecer nadie sabía cómo podían encontrar al villano.
¡Maldición! No servía de nada que hubieran descubierto el plan enemigo si no sabían donde estaba el sujeto con el quirk en cuestión. Bakugou miró hacia Deku esperando encontrar algo de apoyo en él y encontrando únicamente la misma expresión frustrada que suponía que estaba mostrando él mismo en su rostro.
Intentó pensar nuevamente en alguna solución a su dilema pero el mareo que lo había acompañado desde que despertó no le facilitaba la tarea, sentía su mente aletargada. Se subió la mano al entrecejo y apretó la zona con los dedos, esperando que el leve dolor despejara un poco su mente pero no seguía sin ocurrírsele nada, ¿Cómo podían encontrar a alguien en aquel puerto tan grande?
Alzó la vista con la esperanza de que sus amigos hubieran encontrado una solución. Pero para su sorpresa lo que encontró fueron caras raras, incómodas. Podrían haberse considerado graciosas en otra situación pero dada en la gravedad de la actual, con un ejército de nomus pisándoles los talones y múltiples batallas librándose a su alrededor, Bakugou los miró entre confuso e irritado.
- Esta loca… - Se limitó a contestar Kaminari a la silenciosa pregunta.
Acto seguido, se quitó el auricular que llevaba en su oído y buscó algo en el lateral del aparato.
- Según las notas de Hatsume debería estar por aquí - Dijo concentrado - ¡Ahh! Aquí está.
Apretó un diminuto botón que Bakugou no había notado que tenían los auriculares y entonces supo exactamente por qué sus amigos habían puesto esas caras de desagrado. De hecho, la misma expresión se dibujó en su rostro.
- BUAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Al parecer el botón activaba el altavoz del aparato y ahora la voz de Hatsume se escuchaba con claridad, con demasiada claridad.
- Cuidado… - Advirtió Ren, mirando con nerviosismo hacia la batalla entre All Might, Aizawa y Shigaraki no mucho más allá.
Pero estos estaban inmersos en su propia pelea y no dieron señales de haber escuchado la risa histérica de Hatsume. La chica reía fuertemente, soltando carcajada tras carcajada hasta que se atragantó con su propia saliva y aquello disminuyó la potencia de la risa, aunque no la detuvo.
- ¿Se puede saber que le ha dado a esta ahora? - Preguntó Bakugou confundido.
- ¡Muy buena pregunta! Ignoraré el tono despectivo de esta para responder amablemente - Contestó Hatsume dejando por fin de reír - ¡Aaayyyyy! Está claro que no podéis hacer nada sin mí.
- ¿A qué te refieres? - Preguntó Todoroki.
- Estáis olvidando algo fundamental - Señaló Hatsume con soberbia - Los quirks no vienen de la nada. Todos y cada uno de ellos tienen una explicación científica. Al utilizar su quirk para dar órdenes a los nomus ese hombre tiene que dejar algún rastro. No se puede comunicar de la nada.
- ¿Y? - Preguntó Kaminari sin entender nada.
- Pues que ahí es donde entro yo tonto - Dijo Hatsume emocionada - O mejor dicho ¡Mis bebés!
- ¿Puedes encontrar ese rastro? - Preguntó Uraraka emocionada.
- No es solo que pueda sino que ya lo he hecho - Dijo orgullosa - Mientras vosotros hablabais y perdíais el tiempo, mis bebés trabajaban a toda velocidad y no solo han encontrado el rastro de estas señales telepáticas sino que han identificado también el origen.
- ¿Entonces podemos encontrar al responsable? - Preguntó Kirishima.
- ¡Exacto! No sé qué haríais sin mí - Contestó Hatsume.
- Tienes razón, eres un genio - Dijo Kaminari riéndose.
- Si impedimos que siga usando su quirk los nomus dejaran de atacar al quedarse sin órdenes - Dijo Ren emocionado.
Bakugou cerró los ojos un segundo, molesto por los altos gritos que daba Hatsume. Aquellos gritos tan ruidosos le taladraban el cerebro y no hacían más que empeorar su dolor de cabeza.
- Entonces será mejor que vayamos a buscarlo cuanto antes - Sentenció Bakugou.
- Es verdad, según la información recogida por mis bebés, de momento los héroes están consiguiendo contener a los nomus en el puerto. Pero si sigue aumentando su número es cuestión de tiempo que consigan salir y atacar a civiles - Explicó Hatsume - Debemos darnos prisa. Vamos, os guiaré a donde está el villano.
- Antes de irnos debería curar vuestras heridas con mi quirk - Dijo Ren - No tenéis muy buen aspecto.
- No tenemos tiempo para eso - Replicó Todoroki - Cuanto más esperemos más nomus habrá, debemos irnos ahora.
- Shoto tiene razón - Dijo Uraraka - No te preocupes por nosotros, estaremos bien.
- ¿O es que hay alguien que esté demasiado para seguir? - Preguntó Todoroki.
- ¡Ni hablar! - Exclamó Kirishima.
- Yo creo que Bakugou… - Dijo Kaminari.
- ¡Cierra la boca! - Espetó Katsuki molesto - Estoy perfectamente.
- Pues entonces no hay nada que discutir, vamos - Dijo Todoroki.
Todos se dirigieron hacia donde indicaba Hatsume, dejando a sus espaldas la batalla entre All Might, Aizawa, los nomus y Shigaraki. La lucha seguía estando muy igualada pero si aparecían más nomus para ayudar a Shigaraki todo se complicaría. Debían apresurarse.
Se dio la vuelta, dispuesto a seguir el mismo camino que sus amigos, pero al parecer su cuerpo tenía otros planes, el mareo empeoró de repente haciéndole perder levemente el equilibrio. Nervioso, Bakugou se detuvo unos segundos, luchando por recuperar el equilibrio y el aliento mientras sentía sus oídos zumbar y su vista estrecharse. Por suerte, después de unos angustiosos segundos de lucha por no caer al suelo, el mareo cedió un poco. No del todo pero al menos lo suficiente como para dejarlo avanzar.
Respiró agitadamente, aun sintiéndose tembloroso y débil. Con cada respiración su pecho lanzaba protestas en forma de agudas cuchilladas de dolor que recorrían su reciente cicatriz pero Bakugou se forzó a respirar todo lo hondo que el dolor le permitía, logrando calmar un poco su malestar. Ren le había advertido que debía ver a un médico cuanto antes y a juzgar por la debilidad creciente que sentía, empezaba a creer que tenía razón.
Pero aún no podía permitirse ceder aún, tenía que aguantar un poco más. ¿Qué clase de héroe sería si se retiraba justo ahora? Tenían que detener a los nomus antes de que estos superaran en número a los héroes profesionales y los derrotaran. Aunque en realidad aquello era solo parte del porqué se resistía a marcharse y dejar todo en manos de sus amigos. No es que no confiara en la fuerza de sus compañeros, el mejor que nadie sabía que ellos podían hacer el trabajo perfectamente pero aun así no podía irse. Tenía otra razón para seguir, un motivo por el que estaba dispuesto a forzar su cuerpo hasta su límite.
Y es que la idea de alejarse en ese momento de Deku le parecía simplemente insoportable. No se alejaría de él ahora que por fin estaba de nuevo a su lado, el solo imaginar separarse de él lo llenaba de ansiedad. Así que seguiría adelante pese a las protestas de su cuerpo. Respiró hondo, ignorando los dolorosos latidos que atravesaban su pecho y se dispuso a seguir por fin a sus compañeros. Al haberse quedado atrás, creía que nadie se había dado cuenta de aquel breve instante de debilidad pero entonces vio que Deku no había seguido a los demás y lo miraba preocupado.
- Kacchan… - Dijo preocupado.
- No - Lo interrumpió Bakugou.
No quería que sus compañeros escucharan a Deku y se enteraran de que no estaba del todo bien. Seguro que insistían en dejarlo en un lugar seguro y por nada del mundo iba a quedarse atrás. Ya lo había decidido.
- Kacchan, estás muy pálido - Insistió Deku, esta vez en voz baja para alivio de Bakugou - Tal vez deberías volver…
- No me iré a ningún lado - Dijo Katsuki, y mirando a Deku directamente a los ojos añadió - No quiero separarme de ti.
El verde se encontró con el rojo y allí, en el profundo bosque de sus ojos Kacchan vio con claridad lo que pasaba por la mente de Deku. Preocupación por él, contrariedad por su negativa y finalmente aceptación, la cual vino acompañada por un tierno sonrojo en su rostro.
- Entiendo, yo tampoco quiero separarme de ti - Dijo Izuku en un susurro que era solo para él - Pero por favor, avísame si te encuentras peor. No te fuerces a seguir sin pensar en las consecuencias. No quiero que te pase nada.
La preocupación en sus ojos era tan genuina que el corazón de Bakugou se ablandó y cedió un poco.
- Vale - Accedió - Pero aún puedo seguir.
Izuku frunció el ceño pero antes de que pudiera replicar Katsuki lo calló con un beso. Fue un beso corto y rápido, definitivamente no era la clase de forma en que quería besarlo pero no era el momento de dejarse llevar por el deseo y perder la razón. Se separó apenas un centímetro de él y habló contra sus labios.
- Aún puedo seguir - Dijo Bakugou con una sonrisa traviesa.
- Kacchan… - Se quejó Izuku, su cara estaba completamente roja y sus ojos se dirigieron con nerviosismo hacia donde estaban sus amigos pero no se separó de él - Podrían habernos visto…
- Que miren - Dijo Bakugou despreocupadamente.
Después de haber estado tanto tiempo separados no podía importarle menos lo que pensaran los demás. De hecho, ya estaba utilizando todo el autocontrol del que disponía para no lanzarse sobre Izuku en ese mismo momento. Pero por desgracia había asuntos más importantes de los que ocuparse primero. Bakugou alzó la mano y con ternura colocó uno de aquellos rebeldes mechones verdes tras una de sus orejas en una suave caricia.
- ¿Confías en mí? - Preguntó Bakugou, serio de repente.
- Siempre - Respondió Izuku sin dudar ni un segundo, haciendo sonreír a Katsuki.
Muy a su pesar, Bakugou se separó de Izuku y se volvió hacia el frente. Respiró hondo y dio un par de pasos tentativos. El dolor en su pecho no había desaparecido pero no empeoraba tampoco así que echó a andar decidido.
- ¿No vienes? - Preguntó burlón y enseguida Deku avanzó y se colocó a su lado.
Izuku parecía listo para cogerlo si lo veía decaer y aunque no dijo nada, Bakugou agradeció el gesto. El dolor y el mareo que se negaban a desaparecer eran sin duda desalentadores pero saber que tenía a Deku a su lado, apoyándolo en silencio, lo reconfortaba. Había echado tanto de menos tenerlo cubriendo sus espaldas, era un gran alivio tenerlo de vuelta.