Tan pronto como atravesaron las puertas del hospital, Bakugou notó ese olor tan característico en el aire que lo hacía pensar en desinfección y gasas. Ante ellos se extendía una extensa sala cuyas blancas paredes contrastaban con la quietud de la estancia. La única persona que se encontraba allí, rompiendo la soledad, se encontraba tras un mostrador con un cartel encima que rezaba "información".
Se dirigieron apresuradamente hacia allí, atravesando la tranquila estancia, y preguntaron por Midoriya Izuku. La recepcionista, una mujer de mediana edad con gafas, les miró atentamente, examinando con ojo crítico los trajes de héroe que aún vestían el resto de sus compañeros.
- Las habitaciones son pequeñas no podéis entrar todos. Ruego que no molestéis al resto de pacientes - Les dijo secamente.
- Por supuesto, no molestaremos a ningún paciente y nos iremos tan pronto como comprobemos que nuestro amigo se encuentra bien - Respondió Iida de forma muy formal.
Al parecer la respuesta de Iida convenció a la recepcionista quien suavizó su mirada.
- Habitación 608.
- Muchas gracias - Iida hizo una reverencia antes de marcharse.
Antes de que la señora cambiara de opinión, abandonaron apresuradamente la recepción y se dirigieron hacia la habitación de Izuku. Un cartel junto a los ascensores indicaba que la habitación 608 se encontraba en la sexta planta pero resultaba completamente imposible que todos subieran en ascensor así que decidieron subir por las escaleras.
Mientras subían planta tras planta, se atravesaron en su camino varios pasillos coronados por diferentes carteles. Urgencias, UCI, cardiología, otorrinolaringología, endocrinología, nefrología... Eran algunas de las especialidades que aseguraban contener aquellos corredores y de los cuales Bakugou solo conocía un puñado. Algunos de ellos se encontraban en tanta calma como la tranquila recepción mientras que en otros se podía observar como numerosos profesionales en sus blancos uniformes los atravesaban apresurados.
Al llegar al sexto piso siguieron las indicaciones de los carteles que habían repartidos por la planta hasta llegar a la habitación 608, allí encontraron a Aizawa-sensei apoyado en la puerta.
- Profesor, ¿Cómo está Deku? - Preguntó Uraraka con preocupación.
- Sabía que vendríais todos a verle así que os estaba esperando. Venid conmigo.
Aizawa los llevó hasta una habitación a pocos metros de la habitación de Izuku, el letrero indicaba que se trataba de una sala de espera pero en ese momento se encontraba vacía.
- Bien, aquí no molestaremos, Midoriya está bien - Dijo Aizawa - Al parecer el golpe en la cabeza fue el responsable de que perdiera el conocimiento pero el doctor que lo ha examinado afirma que despertará en unas pocas horas. De momento está aún inconsciente, así que dejarle reposar.
- ¿Podemos entrar a verlo? - Preguntó Uraraka.
- Podéis, pero que sea en grupos de menos de 5 personas. El resto esperad aquí de mientras, no debemos bloquear el pasillo de las habitaciones.
Todos asintieron y fueron pasando en grupos pequeños para ver a Midoriya. Bakugou estaba deseando entrar pero esperó pacientemente hasta que todos sus compañeros hubieron entrado y solo entonces se dirigió hacia la habitación de Izuku. Prefería estar a solas con él, incluso sabiendo que estaría durmiendo.
Cuando por fin atravesó la puerta a nombre de Deku lo recibió una pequeña habitación individual de paredes blancas, una suave brisa entraba por la ventana abierta y movía ligeramente las cortinas. Sobre la cama, junto a la ventana, se encontraba Deku, durmiendo plácidamente. Su expresión reflejaba calma y portaba unas vendas alrededor de la cabeza.
Había una silla junto a la cama así que Bakugou se acercó y se sentó en ella. Por unos instantes se limitó a observar al pecoso dormir mientras sentía como por fin desaparecía la angustia que lo había acompañado desde que lo vio hundirse en el lago.
- ¿Vas a quedarte hasta que despierte?
La voz de All Might lo sacó de entre sus pensamientos y Bakugou se giró sorprendido, su profesor acababa de entrar en la pequeña habitación. Katsuki asintió levemente volviendo su vista una vez más hacia Izuku. A sus espaldas, escuchó como su profesor se acercaba y este posó una mano sobre su hombro.
- Muchas gracias por salvar al joven Midoriya, es una vergüenza que yo no me diera cuenta. Me deje llevar por el entrenamiento, lo siento.
- No te disculpes - Replicó molesto - Hiciste bien, si hubieran sido villanos reales no se hubieran contenido.
No le gustaba que All Might, a quien tanto admiraba, se estuviera disculpando.
- Además... - Añadió Bakugou tras una breve pausa - Te veías realmente aterrador.
- En realidad estaba usando como un 20% de mi poder - Sonrió su profesor.
Muy a su pesar Bakugou dejó escapar una sonrisa, aunque le molestaba la diferencia tan grande de poder realmente admiraba a All Might.
- Aún así algún día te superare - Anunció Bakugou.
- No me cabe duda - All Might sonreía de una forma que Katsuki no supo descifrar - Pero deberías ir con cuidado, puede que alguien te supere a ti si andas distraído.
- Eso no pasará.
- No deberías subestimar al joven Midoriya.
- No lo hago, es solo una promesa conmigo mismo - Dijo con determinación.
Si quería proteger a Deku debía ser el más fuerte, más fuerte que Izuku, más que el propio All Might y desde luego mucho más de lo que lo era él mismo en ese momento.
- Últimamente he visto que tú y el joven Midoriya habéis peleado bastante.
Bakugou no dijo nada, simplemente observó el pacífico rostro de Izuku mientras dormía tranquilamente. Era consciente de que últimamente su relación no había sido la mejor y también sabía que él era el responsable.
- No te preocupes joven Bakugou, estoy seguro de que acabaréis solucionando vuestras diferencias. Se nota que él te importa mucho.
Una vez más Bakugou guardó silencio, no sabía qué responder, se sentía perdido.
- Cuando te sientas perdido simplemente recuerda que es aquello más importante para tí. A veces, nos ciegan cosas banales a las que damos más importancia de la que realmente merecen.
Bakugou miró sorprendido a su profesor, casi parecía haberle leído la mente.
- A menudo lo verdaderamente importante se encuentra justo a nuestro lado pero no nos damos cuenta.
- ¿Lo verdaderamente importante?
- Creo que sabes perfectamente a qué me refiero. No tomes la decisión equivocada, joven Bakugou, acabarías lamentándolo - Dijo misteriosamente - Sin embargo, yo diría que ya te encuentras sobre la pista correcta.
- ...
- He de volver a la academia, te encargo al joven Midoriya.
All Might apretó levemente su hombro a modo de despedida y abandonó la pequeña habitación, dejando a Bakugou perdido en sus pensamientos. Una vez su profesor hubo abandonado la habitación Bakugou cogió la mano de Izuku entre las suyas. Sentía un ligero hormigueo en el hombro donde su profesor había colocado su mano y aquello le reconfortaba de alguna forma.
La mano de Deku se sentía cálida. Bakugou sonrió con amargura al darse cuenta de que esa misma mañana no se habría atrevido siquiera a tocarla, apenas había sido capaz de saludarlo. Pero ahora la apretó con delicadeza, buscando en sus manos algo de consuelo, repasando en suaves caricias las cicatrices que la adornaban. Se sentía inquieto, necesitaba que Deku despertase. Sabía que estaría bien, los doctores lo habían dicho, pero aún así sentía la enorme necesidad de verlo despertar. Sabía que hasta que no lo viese con los ojos abiertos no se quedaría tranquilo.
Suspiró intentando calmar su ansiedad, algo en él se sentía diferente. No, no sólo en él, todo parecía haber cambiado. Ya no sentía vergüenza al estar junto a Deku y se dio cuenta de que había estado comportándose como un idiota.
Miró sus manos entrelazadas y apretó con fuerza la mano de Izuku. En ese momento, más que no atreverse a coger su mano, más bien no se atrevía a soltarla. No podía evitar temer que si soltaba su mano, Deku se desvanecería de su vista, hundiéndose en el agua. Con solo recordarlo se estremeció, en ese momento había sentido verdadero miedo. Miedo a perder a Deku, a que no volviese a abrir sus ojos, a no volver a ver esa sonrisa resplandeciente que ponía su estómago del revés. Las palabras de All Might resonaban aún con fuerza en su mente.
"Lo verdaderamente importante"
Esa misma mañana no habría podido dar respuesta a esas palabras pero ahora sí que podía. Era inútil negarlo, lo sabía desde hacía mucho tiempo en realidad, aunque no quisiera admitirlo. Ahora se daba cuenta de que el miedo a aceptar sus sentimientos palidecía en comparación al miedo a no poder expresarlos. En aquel momento, mientras observaba impotente como All Might se llevaba a Deku al hospital, al ver como lo alejaban de su lado, inconsciente y con un golpe en la cabeza que no sabía que tan dañino era, sin saber si volvería a verlo abrir sus ojos. En ese preciso instante sintió algo más que miedo en su interior, sintió remordimiento.
No había podido evitar preguntarse si volvería a tener la oportunidad de ver a Deku despierto de nuevo, de ver su sonrisa y sus cálida mirada. Y se arrepintió. Se arrepintió de haber sido un completo idiota con él y de no haber querido aceptar lo que sentía, por que tal vez ya no habría oportunidad para hacerlo y aquello lo aterró más que nada.
Había llegado el momento de tomar una decisión. Y si a un lado se encontraba la sonrisa pecosa y resplandeciente de Deku y en el otro lado su cuerpo inerte, hundiéndose lentamente en aquellas aguas silenciosas... Entonces...
Si aquellas eran sus opciones, Bakugou tenía muy claro cuál debía elegir.