Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Historias perv-didas. por SigmaIII

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, continua la historia "Escucho tu voz" 

ACOTACIONES:

-Diálogos de Ford y Bill- 

-Los de Stanley en cursiva porque es un fantasma- 

Escucho tu voz. 

 

Hospital Greystone, Ancora, New Jersey. 

En una pequeña sala, llena de mesitas y sillas.

 

-¡Pero miren quien está aquí! ¡Seis dedos! ¡¿Y traes compañía?! ¡No lo puedo creer!- Ford sintió un estremecimiento terrible porque Stanley, no, Bill miraba a su espalda y Ford se dio cuenta de que a quien miraba era a Stan, Bill también podía verlo. Entonces todo era cierto, este demonio robó el cuerpo de su hermano.  -¡Sigues igual de patético que ese día!- A Stan. 

 

El tono de voz proclamaba tal gusto por sí mismo, Ford sabía que este sujeto no se parecía en nada a Stanley. Aunque el aspecto fuera el propio y de su hermano. Con sólo escucharlo hablar podía darse cuenta de que era un impostor. ¿Por qué se dio cuenta tan tarde? Los años habían pasado. El sujeto llevaba el cabello largo y desarreglado, tenía ojeras en los ojos y vestía un uniforme gris. Además de su mirada penetrante e incómoda, de allí en fuera no se veía particularmente desequilibrado. 

 

-¿Y mamá guapa?- Siguió.- ¿Por qué no vino ella?- 

 

Stanford sintió asco, pensar en su pobre madre, abnegada había venido a visitarlo durante años. La frustración fue inmensa. Visitaba a un demonio y no a su hijo. 

 

Ford aun llevaba el equipo paranormal que inventó, lo retocó para que fuera menos llamativo. Solo las gafas y un audífono mediante el cual pudo escuchar como Stanley insultaba a Bill. El tiempo lo había hecho olvidar el miedo que le inspiraba. 

 

En respuesta el sujeto soltó carcajadas. Cualquier otro testigo había comprendido que se trataba de un loco. Pero en aquella conversación, para Ford tenía sentido.  

 

-Sólo vine por una cosa. Quiero que le devuelvas el cuerpo a mi hermano.- Bill abrió los ojos sorprendido, de que Stanford supiera al respecto. Sabía que a Stanley nadie podía verlo ni escucharlo, pero que el cerebrito se las ingeniara para descubrirlo tampoco era imposible. 

 

-Así que la diversión terminó. Creí que pasarías la eternidad siendo ignorado- Contestó a Stan. Luego sonrió y se dirigió a Stanford -Bien, puedo hacerlo sólo porque somos amigos. ¿Seguro eso quieres Media Luna? -Preguntó de nuevo a Stan. 

 

-¿Media Luna? 

 

-Stanley.- Aclaró de nuevo Bill.  -¿Tu cuerpo? ¿Por el odio de tu hermano? -Insistió- No me parece muy conveniente, pero ¿Quién soy yo para juzgar? 

 

-¿Qué quieres decir? 

 

-Por que si hacemos cuentas, ¿Cuánto tiempo he cargado el resentimiento de Ford en tu lugar?

 

-¿Qué resentimiento? ¿De qué rayos hablas? 

 

-¡De arruinar tu reputación claro! Supongo que detestas que tus mentores y gente importante a la que quieres impresionar se enteré de que tu gemelo loco está encerrado en el manicomio. 

 

-Eso no es cierto.- Bill sonrió. 

 

-Deja de mentirte. 

 

-¡Yo sería incapaz de odiar a Stan!

 

-¿Estás seguro? -

 

Estiró la mano y le tocó la frente como si le acomoda el flequillo, por supuesto los camilleros y enfermeros se acercaron rápidamente. Sabían que este diablo era peligroso pero Bill no le hizo daño. Regresó a su lugar. 

 

Stan miró preocupado a Stanford quien se dobló en su lugar, se puso de pie súbitamente con aspecto sombrío y salió de la sala. 

 

-¡Necesito estar solo! - 

 

Se apartó y caminó por el pasillo hasta alejarse cuando pudo. Podía sentir el odio desgarrarle el estómago. 

 

-Traer este sentimiento, fue una gran idea. Pero claro que se me ocurrió, soy brillante.- Se jactó Bill. 

 

Stanley permaneció allí. Preguntándose qué le había hecho a Ford. 

 

-¿Mi cuerpo, por el odio de Ford?- Preguntó sin comprender. -¿Ese fue el trato del que hablaste aquella vez?

 

-Bingo. 

 

-¡Mi hermano sería incapaz….

 

-Shhhhhh, esa solo fue una probadita-Respondió muy conforme- De la punta del iceberg-

 

.

.

.

-¿Estas bien?- 

 

-Me siento mejor- Pero el resentimiento seguía clavado en el pecho. 

 

Tras comprar una bebida de la máquina expendedora y caminar sin rumbo, Ford trataba de tranquilizarse. Ahora se encontraban en uno de los tantos pasillos. Poco transitado por pacientes y personal del lugar. Tomó varios sorbos de la bebida como si con el líquido quisiera extinguir el dolor. 

 

-¿Ford?

 

-No se como lo hizo-Contestó preocupado- Pero, vi una visión en la que peleabamos, en la que yo te daba la espalda.- Ford se tapó el rostro acongojado.- Yo sería incapaz pero este sentimiento…- Se agarró el pecho, era tan real, casi sentía que se ahogaba de pena y dolor. 

 

Hubo un silencio. 

 

-Ford, no quiero que me odies. Hasta hoy solo estabas molesto conmigo por los inconvenientes que le he creado a nuestra familia, pero en el fondo sabías que no era mi culpa, era una enfermedad….

 

-¡Pero no es así! ¡No hay ningún precio que valga cuando se trata de tu vida! Aun si yo llegara a enfadarme tanto contigo como para odiarte, ¡Nunca dejarás de ser mi hermano!-

 

Stanley sentía mucha pena, Bill no le dijo más. Si tan sólo supiera que tuvo que hacer para ganarse el odio de Ford. Tal vez podrían solucionarlo.  Pero esto también era parte del castigo, atormentarlo con la incertidumbre. Nada tenía sentido. ¿Así de desesperado se encontraba su otro yo? ¿Cómo para hacer tratos con el diablo? Se odio por ser tan imprudente. 

 

Alguien se les acercó. Bill, contento se apoyó contra la pared, con brazos cruzados para darles un mensaje.  

 

-Lo he estado pensando. Sin duda estos años han sido los mejores- Inspiró muy conforme.- Una fiesta que no termina, pero mejor lo dejo hasta aquí. Antes de que pierda el encanto.- 

 

Ni Stan ni Ford podían dar crédito, los atormentó con estos espantosos sentimientos y preguntas ¿Para tan fácil cambiar de opinión?- A cambio me ayudaran con algo-

 

¿¡Ayudarlo!? ¿Tras todo el dolor que le ha causado a la familia? ¿A Stanley? 

 

-¿Qué...qué clase de ayuda?- Aún con el rencor atravesado en el pecho, Ford pudo manejarse como para sopesar seguir negociando con él.  

 

-Nada difícil- Bill caminó y señaló el final del pasillo, allí, en el muro se encontraba colgado un retrato del director. -Lo quiero a él-

 

 

 Continuará....

Notas finales:

Gracias por leer. Saludos. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).