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Historias perv-didas. por SigmaIII

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Notas del capitulo:

Hola, este es el penúltimo capítulo de "Escucho tu voz"

ACOTACIONES:

-Diálogos de Stanley. 

Escucho tu voz. 

 

Bill enseguida lo divisó, caminó hasta él y golpeó con ambas manos la mesa que el director ocupaba. Una vez captada su atención clamó: 

-¡Soy tu dios Luz Roja! ¡Yo reinó tu vida y tus sueños! ¡Tu voluntad es mía! ¡Eres de mi propiedad! ¡Me importa un comino lo que la lagartija diga! ¡Oh! ¡Hola Gladys!- En la mesa también se encontraban los suegros, esposa e hijos del director. Bill sabía quienes eran, los saludo animado y feliz de conocerlos en persona. El hombre de inmediato se puso de pie e inspiró profundo para tranquilizarse. Se encontraban en un restaurante. 

-Familia, les presento a Stanley es un paciente... 

-¡Bill! ¡Soy Bill! ¡Ahgg! ¡La serpiente tiene razón, no puedes reconocerme!-Gritó frustrado. 

-¿Tomaste la medicación?- Bill negó. -Tranquilo. Todo estará bien. ¡Acompáñame!-El director lo condujo a la salida. Su esposa se levantó exigiendo una explicación, pero con un gesto él le indico que aguardara. El gerente y un mesero se acercaron pero dudaron en actuar pues parecía tener todo bajo control. El director marcó al hospital desde un teléfono público- ¿Aceptarías un internamiento? Tal vez solo por hoy. 

-¿Este romance es unilateral? 

-Así es. Pero no es tu culpa. Estás enfermo. 

-Tienen razón. Tu escepticismo es anormal. Parecías tan perfecto…. Soy tan tonto. Es este tonto cuerpo, la forma en la que te percibe me tiene idiotizado. No pienso y hago tonterías ¡Destruí los planos! Lo hice pensando, en que aun si no salgo estaría contigo...

-¿Eh, bueno? ....si tengo un paciente que está teniendo un ataque, ¿Será posible una ambulancia? ¡Muchas gracias! -Les dio la dirección del restaurante y colgó- ¿Tu madre sabe que estás aquí? 

-Lo siento. 

-Siempre supe que pasaría, era cuestión de tiempo- Que lo atacara o le hiciera una escena algún paciente.  

Bill lo inspeccionó, entonces el director se apoyó en la pared. Comenzó a tener una sensación de despersonalización. Claro que ya sabía que sólo debía esperar a que se le pasará, pero igual era muy incómodo. 

-Tu espíritu abandona tu cuerpo para alejarse de mí. Tu existencia fue marcada por el rojo, por el incendio. Si eres tu- Posó la mano derecha sobre su hombro. Claro que, calmadamente y sin prisas el director rechazó el gesto. Si, esa maldita cortesía. 

-Eres tan perfecto- 

El director río. 

-Desearía que mi familia creyera eso.  

-¿Qué importa lo que pasó hace quinientos años?-

Mirando su rostro, con este maldito ambiente urbano y romántico, luces bajas por el ocaso; Bill se preguntó si realmente es el corazón de Stanley el que late con tanta fuerza.

¿Y qué si es así?, pero también quería averiguarlo. Marcharse de este cuerpo, comprobar si el mismo seguiría sintiendo está densa atracción; pero no lo hizo, por el momento quería compartir el mismo plano terrenal.

-Modoc- Recitó. Y entonces recordó, aquellos buenos tiempos, los previos a la decepción del portal. Cuando el shaman no sólo fue una herramienta, también fue un amigo, una alegría. Y ahora se volvían a encontrar. En otra forma, en otro tiempo. No podía seguir enojado con él. 

Entonces todo se pintó de rojo, seguido de color azul, rojo y azul. El momento perfecto para un beso. 

.

.

.

Bill despertó en la casa Pines. Un poco mareado.

-Siento como si me hubieran administrado diez miligramos de compuesto...

-¡Fue así! ¡Tuve que rescatarte!- Le reclamó Stanford, lo encontró justo cuando lo estaban subiendo a la ambulancia. Se identificó y pese al consejo de los presentes, consiguió llevarlo a casa. Tuvo que disculparse en su lugar, con mucha pena, con el director y su familia porque el diablo este les arruinó la cena familiar. Casi le pide de rodillas que no hable con Caryn, Ford no iba a dejar que su madre se enterara.

-Esa basura es buena, pero... mejor…- Se volvió a dormir. Luego se levantó en la tarde. 

…..

Estaba muy feliz, convencido de que él y Luz Roja se habían besado. 

-Sabes que lo que ocurre en tu mente no es real ¿Cierto? 

-¡Aaghh! ya suenas como esos aburridos terpeútas- Bill no iba a dejar que el idiota Stan arruinará su dicha- Fue muy real para mí. Además ¿Qué sabe un fantasma bobo como tu? El amor es para los vivos. 

-Deberías marcharte, antes de que se te olvide que no eres yo.

-Estás muy altanero Stanley. Tal vez debas recordar que puedo lastimar a tu familia de querer. 

-Y yo te recuerdo que tu tiempo de estancia en mi cuerpo se acabó. 

-¿Y qué? Deberías agradecerme, le di un mejor uso del que tu alguna vez le podrás dar-

___________

Era un demonio de los sueños, cuando el cuerpo dormía era para reponer energías, mientras, Bill salía a dar su vuelta por el mundo de las pesadillas. Pero esta vez se quedó, normalmente las cosas que soñaba el cerebro que ocupaba eran recordatorios, automatismos poco interesantes y sin utilidad, pero ahora mismo le gustaba lo que veía. 

Luz Roja, tan atractivo como siempre sentado en una banca. Se regocijo imaginando que el director lo visitaba, se sentó a su lado. La dicha provocó que su forma triangular irradiara luz. 

-Debo darte crédito- Le dijo al cerebro, luego se dirigió al director- Modoc- Pero el director no lo miró, ni siquiera cuando el demonio amarillo flotó y lo tomó del rostro para encontrarse cara a cara. Entonces llegó alguien más, Stanley, o más bien la percepción que tenía el cuerpo de sí mismo, como miraba en primera persona no tenía forma física pero era evidente. El director lo contempló y comenzaron a conversar. Bill se les plantó enfrente, no le gustaba ser ignorado.

Luego Stanley dijo.

-Este amor me será correspondido- 

Despertó. 

-¿Te crees más listo que yo?  ¡Masa infame de carne!- Fue directo a la cocina pero no pudo tomar ninguno de los cuchillos porque Stanley se lo impidió. Desde la conversación con los espíritus de la playa, ahora podía manipular objetos y se aseguro que todas las cosas en la casa pesaran más que las fuerzas de Bill. Cansado pero con rencor, el demonio entró al baño y se metió bajo la regadera, se empapó con agua fría. Fue su intento de castigar a Stan, a su cuerpo. Bill lo habitaba y tomó control de él, pero la mente también estaba allí.  

Luego se calmó, ciertamente el cerebro de Stanley no lo soñó así con el propósito de fastidiarlo. Sólo le recordaba la verdad. Los sentimientos dentro de él no le pertenecían y al abandonar se quedaría sin nada….

Stan entró. 

-¡Vas a enfermarme si sigues allí! 

-Stanley, si Luz Roja te corresponde, ¿Prometes cuidar de él? 

-Realmente estás desquiciado, ni siquiera lo conozco- Stan sabía quien era pero nada más. Exclamó con fastidio. Para convencerlo de salir contestó:

-Si algo tan descabellado ocurre, lo haré. 

-La serpiente tiene razón. Tu deuda ya fue saldada. Eres una buena persona, con pésima intuición y muy pero muy torpe, algo vago y poco confiable, pero buena- Tan empapado como estaba, las lágrimas no se notaron. Ya era hora de decidir.

 Continuará.....

Notas finales:

Hola, gracias por leer. El próximo capítulo es el último de esta historia. 


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