Cuentas pendientes.
Los chicos salieron a dar una vuelta fuera de la casa para no escuchar a sus tíos pelear. Los ancianos se encontraban en la tienda, gritándose sus verdades. Muy incómodo.
Soos entró y los miró fascinado, unos instantes antes de intervenir.
-¡Vamos, vamos! No hay necesidad de pelear.
- ¡Soos, por favor no te metas! Esto es entre mi torpe hermano y yo.
-Como diga señor Pines.- Pero en vez de retirarse, el regordete le tiró un puñetazo a Stan tumbandolo.
-¿Pero qué?- Stanford lo miró impactado, nunca creyó que el inofensivo empleado de Stanley se volvería en su contra.
-Cuánto tiempo autor. Por fin nos encontramos cara a cara- La voz cambió a la par que el cuerpo, Ford lo reconoció aun antes de que revelará su verdadera forma, pero ya era tarde.
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Unas voces a la lejanía lo trajeron a la realidad.
-¡Pero mira lo que hiciste!
-¡Cállate ya! Los traje, es lo que importa.
-Aún debemos deshacernos de los niños.
-¡Ah! ¡Ese será el verdadero placer! Pero hay que resolver un asunto a la vez. ¿Ya despertaste autor?
-Dos..cientos diez…
-Cambiaformas para ti.
-Shifty- Molesto- ¿Qué es esto?- Stanford se dio cuenta de que estaba amarrado. Muñecas y tobillos. La cuerda de las manos sujeta a un gancho que pendía del techo de modo que colgaba y sus pies no tocaban el suelo. Se encontraban en una gran cámara de lo que alguna vez fue el refugio subterráneo.
A espaldas del Cambiaformas había alguien más, Stanford agudizó la vista y pareció contrariado, no lo reconoció.
-¡Sherlock Holmes!- Stanford brincó en su lugar, Stanley estaba a su lado, sujetado de la misma manera y su grito le destrozó el tímpano. Acababa de despertarse.
-El mismo- La figura de cera salió de entre las sombras y dio una bocanada a su pipa. Pateó una caja de madera que llegó a pies del hombre.
-¡Estás vivo! ¿Pero cómo? ¡¡Oh no!! -Stan se agitó frustrado, sabiendo que al frente tenía una figura de cera viviente y no estaba haciendo dinero con ella.
-Siempre lo estuve Stan, pero eso ya lo sabías.- Sherlock se acercó y subió a la caja, como si subiera a un escalón para estar a la altura de su interlocutor- O al menos lo sospechaste alguna vez.- Y con la mano libre le apretó una mejilla y la tiró. -Es blanda, tu piel y tejidos. Como la cera junto a las llamas.- Con la yema del dedo acarició suavemente su labio inferior, la sensación sobresaltó a Stan, por serle terriblemente familiar... Una sensación del pasado, se recordó así mismo años antes, cuando despertaba en medio de la noche, tras oír ruidos, tras sentir que lo tocaban o que alguien más estaba allí en la oscuridad del dormitorio. Y todas esas veces en las que ignoró lo que ocurría, porque, si no hacía caso era porque no estaba pasando. Aun así, aquellos fenómenos continuaron y eran más frecuentes cuando hacía frío y un día simplemente se detuvieron.
Holmes pareció tener los mismos recuerdos. Le confirmó a Stan que aquello era él.
-El invierno, era el mejor momento para tenerte. Para que no me derritiera con tu calor-
Le tomó el rostro con ambas manos y lo besó. Un beso de lengua. Stan aunque quiso no se lo pudo sacar de encima y pudo sentir y saborear la lengua del ornamento, seca rígida, literalmente como se siente morder una vela.
Cambiaformas se dio la vuelta, le provocó asco mirar al detective besar al anciano.
-¡¡¡MMNNNNN!!!-Stan se debatió aterrado en su lugar.
Sherlock se separó justo a tiempo, antes de que Stanley le mordiera la lengua.
-¡OH JOJO! Tranquilo Stan, ya tendremos tiempo para ponernos rudos.- Bajo de la caja y con el pie la empujó una vez más. Esta vez para dejarla bajo los pies de Stanley quien seguía escupiendo y quejándose del asco.-Espera, tengo algo para ti- Rebuscó algo bajo la capa y regresó con paso decidido.
-¡Oye qué es eso? ¡Espera! ¿Qué vas a….? ¡AHHHH! ¡ESTÁ FRÍO!- Le estrelló un filete congelado en el ojo morado.
-Ahora no te muevas, ninguno de los dos, tenemos asuntos que atender-
La figura de cera tomó un sable que reposaba clavado en el suelo. Cambiaformas lanzó un rugido a la cara de Ford y dio media vuelta. Se marcharon. Cuando sus pasos se dejaron de oír, los gemelos supieron que estaban lejos. La luz del refugio era baja pero suficiente para ver a su alrededor. Sólo había tierra y una que otra cosa rota.
-Yo…
-No quiero saber.
-¡No iba a contarte!-
Permanecieron en silencio, un silencio incómodo.
-¡Sabía que las figuras estaban malditas! ¡Pero no creí que cobrarían vida! Pensé que sólo traerían plagas y sequías al pueblo o algo así.- Stanford inspiró profundo.
-Debemos salir de aquí. Me preocupan los niños.-
Dicho esto Stan se agitó en un intento por deshacer la atadura pero no lo consiguió. Dejó de luchar cuando se cansó. Mientras Ford meditaba las opciones.
-¡Soos, cuando me libre de esta!- Clamó Stan.
-No fue Soos, fue el Cambiaformas, se hizo pasar por él para acercarse y engañarnos.
-¿Y qué se trae ese Cambiaformas contra ti?
-Lo ignoro. -Sin creerle, tras unos segundos Ford siguió- Tal vez me odia porque lo mantuve en cautiverio durante años.-
Stan dio una bocanada de aire y suspiró.
-¿Por qué tuviste que escoger este pueblo? ¿Por qué no Miami Ford?-
Continuará....