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Historias perv-didas. por SigmaIII

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Notas del capitulo:

La inspiración para este Fic fueron los atrapasueños. Por fin después de mucho tiempo al fin logré terminarlo.

 

–¿Y qué te parece esta forma? ¿Ahora me temes? –La voz del ser también era horripilante.  

Stan dormido frunció el ceño, era un monstruo, pero en realidad no sentía miedo. 

–¿Qué boca usas para besar? 

–¿Pero qué..? ¡Ninguna tonto!

–¿Cómo nos besaremos? 

–Nunca vamos a besarnos. ¿Por qué habríamos de besarnos? ¿De dónde sacaste esa absurda idea? 

–¿De dónde? Tenemos sexo todas las noches. 

–¡No, no tenemos sexo! Estás muy, muy confundido. Número uno eres un humano tonto. Tonto, torpe, las palabras no alcanzan ¿Por qué te ríes? –Stan se soltó a reír, sencillamente Bill es gracioso, o al menos a él le parece –¡Tonto cállate! ¡Escucha! No tienes sexo conmigo,  ¡Tienes sexo con una espantosa copia que te imaginas de mí! Yo nunca, ni en mi peor momento…

–¿Copia?–La copia se manifestó allí con ellos, no era idéntico a Bill, pero al mismo tiempo si lo era, al menos desde la percepción de Stan. En realidad era el concepto, la idea y recuerdo de Bill que el subconsciente de Stanley rememoraba. Al demonio le pareció una simple flama resplandeciente; una figura tonta, pero al mismo tiempo y sin querer aceptarlo halagadora –Debe ser, con razón es tan cariñoso–

 

La figura le dio la mano a Stanley sin dudar. Y Stanley, su subconsciente, correspondió el gesto acariciándola con cariño. 

  

Bill los miró con asco. La idea de que esa cosa, esa parte de la mente del humano sintiera amor…¡aghh! odiaba la palabra y ¿Por él? ¡VÓMITO!  ¡Qué absurdo! Sintió tanto enfado. Quiso ignorarlos, pero no pudo.  

–¡Esa tontería no funciona conmigo! –

Cuando el subconsciente dejó de prestarle atención y dirigió todas sus intenciones a la resplandeciente flama Bill le gritó. 

–¡Para! –

Celoso, cedió y se acurrucaron. 

Antes del despertar Bill se marchaba, al menos tenía el consuelo de saber que al abrir los ojos Stan se olvidaría de todo lo que sucedía. Ya sufría suficiente vergüenza por culpa de su subconsciente, lo que menos necesitaba era que el Stan consciente también lo supiera. 

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Sin una invocación o un trato, su acceso a la dimensión se limitaba. Pasarían años para que Bill regresara. Y en ese tiempo. El yo consciente de Stan, con acciones reflejaba el sentir de su yo subconsciente. 

Una mañana se hizo con un enorme atrapasueños. Así sin más, en cuanto lo vio supo que lo necesitaba, aunque tenía años que no tenía una pesadilla. Lo colgó frente a la ventana con más luz. Y con sólo verlo bastaba para sentir paz. 

El atrapasueños permaneció allí durante años. Fue el incidente con la mujer araña lo que orilló a Stan a retirarlo. Ella llevaba un par como aretes aquella vez. 

No importa, en sus memorias sigue allí, a veces es una sombra negra rodeada por la luz resplandeciente del atardecer, y otras una figura suave y delicada mecida por la brisa. 

–¿Y esa cosa?- El instrumento enseguida atrajó la atención de Bill. 

–No sé. Creo que lo puse allí porque quiero atraparte. 

–¿Atraparme? 

–Atraparte, retenerte aquí conmigo- Le tomó la mano con naturalidad, la llevó hasta su propia mejilla- Me asusta que no vuelvas. Me gustaría que te quedarás. 

–¿En serio crees que me quedaría aquí? En este espantoso cerebro. 

–Bueno, soy optimista, aquí todo es posible ¿No?

–Hay límites. 

–¿Límites? ¡Ja! ¿Desde cuándo te preocupan los límites? - Bill no respondió, tenía razón. Odiaba los límites, hasta los propios. Rompía su propia regla de no volver y siempre regresaba. 

Stan entendía, Bill era un espíritu libre. 

–Entonces abrázame, con eso me conformaré. 

–Eres tan tonto. Cursi- Lo hizo, lo abrazó. Le reconoció que siempre lo reconocía y tras tanto tiempo aun no lo olvidará. Era mucho mérito para una mente humana. –Ni siquiera vas a recordarme. Cuando despiertes te olvidarás de mí. 

–No me olvidaré. Nunca. Lo prometo–

 

Y fue así. Aún con el paso de los años…Aún siendo enemigos. Y cruzado el demonio  la grieta interdimensional. El amor que sentía el Stan subconsciente por Bill rozaba la superficie de la mente. Por ello el hombre mostró todo ese tiempo mucha resistencia a combatirlo. No fue sino hasta que estuvieron frente a frente,  que el yo consciente de Stanley le dio un puñetazo directo al ojo desintegrando su forma. 

Y cuando Bill se recuperó, cuando su ser disperso volvió a conformarse, el que lo ansiaba estaba allí, él Stanley de los sueños. Bill tardó en reaccionar, estaba muy frágil y apenas podía mantenerse. Pero no estaba resentido con él, sabía que su Stanley no podía hacer nada contra el Stan consciente. 

–Intenté detenerlo cuanto pude- 

“Lo sé” 

Ni siquiera podía hablar, estaba lastimado y agotado. Pero fue entendido. Stan lo sostuvo en brazos y lo besó.

–Vas a recuperarte. Puedes hacer lo que quieras aquí, no hay límites físicos que te frenen, úsame como quieras– 

Le haría caso, y tan cansado como estaba decidió dar una larga siesta, confiando en que mientras se recuperaba sería cuidado por él. 

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FIN

Notas finales:


Muchas gracias por leer hasta el final.

Saludos.


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