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Tero Davinder por Avela

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Notas del capitulo:

Hola! 

Publicaré dos capítulos al hilo para que tome rumbo la historia.

Espero les guste :3 

 

 

-----*-----

 

Me esperaba algo así. Que cuando volviéramos a estar sentados se comportara igual que antes. Sin saludar, sin hablar, sin querer trabajar. Mas que molestarme ya me daba igual. Porque me había dado cuenta de que podía hablar y pensar normal así que, si le gustaba estar así todo el tiempo, sería su decisión.

 Oye. Tenemos que discutir algo. - Quedo dándome la espalda con la mejilla contra su cuaderno abierto. Mientras dibujaba garabatos con una mano.

Voy a quitarte el gorro de nuevo sino me pescas. - Acerque mi cabeza a su oreja para hablarle bien fuerte. Se levanto enseguida apretándose las orejas y abriendo la boca. Le había dolido.

¿Que?

La profe de tecnología quiere que presentemos la tele el próximo martes. ¿Qué hacemos? - Miro un poco hacia la ventana viendo hacia el casino y el gimnasio.

Podemos hacer la tele en mi casa. Tengo hartos materiales.

¿En tu casa? - Volvió a acostarse dándome la espalda y continúo garabateando. - En tu casa, ¿así no más? No hay cuando, como llego, donde es/

Bajo el lápiz y rompió un pedazo de hoja. Me la dejo en el banco y volvió a recostarse y a dibujar. El papel tenía escrita una dirección y un numero de teléfono. Suponía ambos de su casa.

Así no más entonces. - Tome la hoja y la doble para guardarla en mi billetera. - Hay que juntarnos antes para ver cartulina, plumones esas co/

En mi casa hay materiales.

Materiales.... ¿Cartón? Vamos a hacer una tele.

Si. - Levante las manos frustrado. Me tenía harto con su actitud, sobre todo porque por un momento cuando trabajamos no parecía tan antipático como siempre. Me sobé la frente tratando de calmarme cuando vi a Javiera voltearse a verme. Paciencia. Me dijo. Paciencia. Le dije, asintiendo. Al menos ahora no estaría peleando con que no quisiera hacer nada. Dado que era en su casa dependía de mi ir y que trabajáramos. Y yo no iba a fallar.

Estaba acostumbrado a manejarme solo por las calles de mi ciudad, pero en la ciudad de mi colegio nunca. No tenía idea si quiera de donde se tomaba la micro para llegar a su casa. Luego de unas conversaciones entre su mama y la mía me dio unas instrucciones para que pudiera llegar. Pero yo embolado, me creía un aventurero.

Miraba para todos lados mientras iba en la micro buscando los indicios que me habían escrito como indicaciones. Cuando vi el cartel de cierto almacén me pare rápido y baje de la micro. Me sentí muy perdido e intimidado. Había hartos tipos en las calles y me miraban. Me puse a caminar a donde creía que era sin parar. Por las apariencias, para que pensaran que sabía a donde iba. Por algunos minutos de total pánico me perdí. Hasta que caminando entre pasajes vi a Tero en un balcón forcejeando con una cabeza gigante. Era una cabeza gigante. No sé cómo más describirlo. Parecía un hombre con bigote. Y el resto de su cuerpo era una túnica simplemente, hecha de tela y luego sus manos grandes y del mismo material que la cabeza. Lo corrió hasta que estuvo al borde y luego se sintió que corrió para bajar las escaleras hasta salir al patio. Al segundo salió una mujer al balcón. Madre mía, muy bonita y con dreadlocks.

¡¿Listo?!

Si.

Cuidado. - La mujer empujo de a poco el resto del mono y en nada cayó como un saco hacia el patio.

Cui! /- Me frene. Casi grito cuidado como la mujer, pero para mi sorpresa Tero lo atajo de lo mas bien. Ambos parecían que tenían práctica. - ¿Qué haces? -  Se veía relajado y al segundo de escuchar mi voz corrió la cara y se puso la capucha. Usaba el mismo polerón negro del colegio. Pero por lo que había visto tenía el pelo limpio. Era un auténtico milagro. Todo era raro. Verlo en su hábitat era raro. El bien maleducado como siempre arremango la túnica del mono y lo tomo de la cabeza y de las manos entrando a la casa, sin siquiera mirarme.

¿¿¿Esta entero el sr. Papa???

Entero. - Respondió a la mujer que venía bajando la escala. Entre a su casa sin esperar a que me invitara. Parecía que al entrar ya esperaba que yo lo siguiera.

Oooooh. Él es tu compañero. - Sonrió hacia mí y bajo trotando el resto de la escala. Era una mujer muy bonita. Creí de inmediato que era su hermana o polola de algún posible hermano mayor. - Hola como estas. Soy la mama de Tero. Dime Karla no más, sin "tía" ni "señora" por favor. - Dijo arrugando la cara bien animada. Quede petrificado. Era bonita, tenía dredlocks y tenía piercing en la nariz y en las orejas. No calzaba con la idea de madre que tenía. Era muy joven, además, para serlo. - ¿Te gusta? - Me mostro el mono. - Lo hacemos en el taller de arriba. Eso si cuando crecen tanto no se pueden bajar por la escala. - Apunto la escala de su casa, era muy estrecha. La cabeza del mono era más grande.

S-sí, aah ¿qué es? - Quede medio mudo y eso me hizo sentir estúpido.

Son títeres. Tenemos un taller de títeres arriba. Ahí van a trabajar ahora o ¿no, Tero? - Asintió mirando al piso. - Suban no más chiquillos. Les llevo juguito o algo.

Yo llevo. - Tero dejo la cabeza y las manos juntas bajo la caja de la escala. Lo acompañe por inercia, no quería quedarme con su mama ahí solo. Me iba a poner muy nervioso. Estaba muy buena. Cuando estuvimos solos en la cocina lo vi moverse y hacer un jugo en polvo. Todo me pareció irreal. Cuando veía a Tero me imaginaba que sus padres eran serios, su casa igual. Pero al parecer su mama era muy lana y su casa también. Había cuadros por todos lados. Los muebles no eran convencionales. Todo estaba medio desordenado y manchado con pintura. Era una casa muy estrecha a pesar de tener dos pisos. Me fascino todo lo que vi. Incluso el jarrón en el que hacia el jugo. Me vi en un silencio en donde solo sonaba el tintinear de la cuchara contra el vidrio y me partí de la risa. Lo que más gracia me daba era que ni me veía.

Oyeee...tu mamá...

Cállate.

Me reí mucho después de eso. Cuando llegamos al taller era justo como lo imaginaba. Un taller de títeres. Había cabezas como la del mono con bigote, pero no tan grandes, otras a medio hacer. Había una caja cuadrada al medio del mesón que había en la pieza.

No mentiste cuando dijiste que tenías materiales.

No. - Dijo mientras dejaba el jarrón con dos vasos en un estante. Se sirvió el suyo y comenzó a tomar mientras miraba la caja. - Estaba pensando en hacerle hoyos a los lados y pasar unos palos. Movió las manos como para que me lo imaginara.

¿Para qué?

Para que al girarlas cambiaran las imágenes.

¿Tendrá imágenes??

¿No es una tele? - Nos quedamos mirando y sí, yo tenía razón tenía un ojo claro. No me lo creía, yo juraba que solo había visto mal.

Loco. Te ves igual a un perro que veía todos días cuando iba al jardín cuando chico. - Miro hacia al piso de inmediato y se bajó más la capucha mientras me daba la espalda. - No no, no lo decía en mala. Se ve la raja. Déjame ver. - Me fui acercando hasta bajarle la capucha, pero apenas lo hice me llego el resto del jugo de su vaso a la cara. Quede medio aturdido secándome los ojos. Estaba a punto de darme mucha rabia, a pesar de estar en casa ajena y con mama bonita.

Me pone extremadamente mal que me anden mirando los ojos.

¿Tanto pa tirarme jugo en la cara?

Tanto.

Dejo el vaso ya vacío en el mesón junto al otro. Y luego de volver a ponerse la capucha me pidió perdón.

Si quieres te explico.

¿Qué cosa?

Lo que la gente siempre pregunta al verme. - Levanto los hombros mientras tomaba la caja y le empezaba a hacer los hoyos con un cortapluma que saco del bolsillo. Estaba usada, parecía acostumbrado. "Ok, entonces haremos lo de los hoyos al parecer" Enarque la boca en vista de su nula preocupación por mi opinión.

Se llama heterocromía. Veo bien por los dos. Y uno es mucho más claro que el otro.

Mm.…No me vuelvas a tirar jugo a la cara. Sino vamos a tener problemas. - A pesar de que al escucharlo me vinieron más dudas preferí cortar el asunto al toque. No me pareció nada de bien, pero al contrario de lo que espere se le escapo una carcajada. - ¿Que?

Suenas como gánster

¿Sueno como gánster ah? Tu actúas más que mal. Bien como el… - Iba a decir algo hiriente, pero me frene. Trate de callarme la boca, pero debía cerrar la idea. - Te das pura importancia con tus cagas de ojos, solo quería verte.

Me molesta. - Lo dijo sin parar de hacer los hoyos.

Ya. - Alce los brazos y me fui a servir jugo para que se me pasara la rabia. Apenas lo termine me agache a su lado. - ¿En qué te ayudo?

Notas finales:

* Los títeres grandes, son de carnaval, pero también confeccionan títeres pequeños.

 

 

Muchas gracias por leer ;)

 

Cuidense!


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