Jamás volveré a beber. Desperté con un dolor de cabeza de puta madre y un humor de perros, digno de la calidad terrible de noche que había tenido. Además, no había cumplido con todas las horas de sueño que aseguraban un YoonGi agradable, fue el ruido molesto de las teclas el que me había llevado a ese amanecer precoz.
- Yoseob, ¿qué haces?
- Leyendo tus e-mails.
- No lo hagas... y quítate mi bata ¿por qué la llevas? - Me miró con desagrado antes de regresar la vista a la pantalla.
- Ay lo lamento, pero un tipo se hizo pipí sobre la mía anoche. - Eso fue incómodo, puede quedársela, está bien para mi. - Ah, no puedo creer que ésta chica alemana quiera venir aquí sólo para verse contigo.
- No es una chica, ya deja de revisar mis cosas.
- ¿Ah no? Aquí dice "Trauriges Mädchen" Soy una chica triste. - Abrí los ojos frustrado, esa era una conversación que no había pedido.
- Ven acá, me mando una foto tarado. - Saqué una fotografía que guardaba en mi mesa de luz un tipo fornido posaba junto a una muchacha bastante bonita. Ambos arios de los pies a la cabeza.
- Este es Meike y esta su prima Jan, ¿contento?
Yoseob comenzó a burlarse.- No idiota, Jan es nombre de hombre y Meike es un nombre popular alemán de mujer, se pronuncia "Mika", es como Michelle.
Sabía que mi hermano se estaba carcajeando pero por mi cabeza sólo pasaba el mail de la noche anterior. La chica de la fotografía era un jodido sueño y yo la había llamado alemán enfermo.
- Espero que le hayas dicho que viniera. - Sólo con echarle una mirada a mi rostro tuvo la respuesta que buscaba. - ¿No lo hiciste?... ¡Creías que era un hombre! Voy a traer mi cámara de vídeo...
Salté de la cama en cuanto Yoseob desapareció en búsqueda de la Nikon y corrí a escribir una disculpa, ¿creí que eras un hombre estaría bien? Era bastante homofóbico, pero lo importante era arreglarlo lo antes posible.
"Correo bloqueado."
Mierda, mierda, mi cara era la definición de desconsuelo. Se me habían acabado las ideas. O bueno, la idea, había sido sólo una.
En ese momento, volvieron a entrar a mi cuarto y por suerte no era Yoseob y su cámara.
- ¿Por qué no bajas? Tu mamá hizo bibimbap y está exquisito... ¿oye, qué está mal? - No era raro que JiMin amaneciera ahí, el cuarto de invitados era prácticamente suyo a éstas alturas. No me molesté en voltear a verlo, mantuve el rostro escondido entre las manos y los codos apoyados en el escritorio.
- Me gusta mi amigo por correspondencia...de Mieke.- añadí al ver la confusión en su rostro, enderezando la postura para enfrentar la sentencia de mi amigo.
Pude verlo adoptar su forma más madura mientras tiraba la ropa sucia de la silla de ropa sucia y la acercaba a mi lado, cuando se sentó sus ojos parecían decir "te apoyo."
- ¿Sabes qué? Me lo esperaba, y me halaga que me hayas escogido para salir del closet. - Oh no, aquí vamos. Lo miré intentando decir ¿enserio?vamoschico pero él era inmune a ese tipo de señales. - Y no te preocupes por decirle a tus papás porque creo que... ellos ya lo saben.
- No idiota, Mieke es una chica. - Aquella revelación sólo le sacó una sonrisa mientras asentía.
- Tranquilo, lo entiendo, él es la chica y luego tú eres la chica... y después ambos son la chica.- Empezó a reír mientras me codeaba. - ¿Cierto? Muy excitante. - No contesté, quizá todavía podía recapacitar.- Muy bien, pero cada uno a lo suyo, no te voy a juzgar.
Me levanté de la silla para buscar nuevamente la fotografía y la puse en las manos de JiMin.- Éste es Mieke, Mika. - Señale a la chica sonriente en el papel a la espera de su respuesta. - ¿Mieke? ¿A ella le has estado escribiendo?
- Sí, al menos hasta anoche que acepté tu consejo y le dije que no me tocara los genitales.
- Dado lo que estamos viendo eso es lo opuesto a lo que quieres ¿no? .- Suspiré con resignación y me dejé caer a la cama. JiMin tomó asiento junto a mi. - Por favor, no es tan grave... Aunque sí es muy sexy.
- No se trata de eso, no me importa su físico... Mieke y yo teníamos una confianza increíble. Le dije cosas que ni a tí te digo. - Mala elección de palabras, parecía que Anabelle había volteado a verme.
- ¿Cómo cuales?
- Nada, es un decir.
- No te preocupes, ¿qué cosas?
- Nada, ese no es el punto.
- Pero me quieres más, ¿cierto?
-¿Quieres parar? La chica no es sólo lista, brillante y bellísima... ella quería venir hasta Seúl sólo para estar conmigo. - Lo vi analizar la conversación y al final sólo alzó los hombros. - Deberías hacer algo.
- ¿Qué puedo hacer? Bloqueó su e-mail, su número es privado. - Abandoné el reposo absoluto para incorporarme y acabar sentado. - Lo único que sé es que vive en Berlín.
- ... Entonces ve a Berlín. - No mentiría diciendo que no lo había considerado, mi situación económica me lo permitía dentro de todo. - No puedo ir así de fácil a Berlín, Park. Quedé de trabajar con mi papá todo el verano, dice que es bueno para entrar a medicina.
Bufó y colocó una de sus manos en mi rostro. El movimiento sonó como cachetada y dolió igual. - Ni siquiera quieres ser médico, YoonGi... dios mío amigo, EunHa tenía razón, eres tan predecible.
Palabras mágicas, quizá. La situación no borraba el hecho de que seguía despechado y JiMin acaba a de sugerir una de esas malas ideas que en una situación así parecen buenas ideas. Me tomé mi tiempo para hablar, pero las palabras surgieron con toda decisión.
- Iré a Alemania. - Pude ver cómo en segundos su expresión de reproche cambiaba a una sonrisa de complicidad.
- No, iremos a Alemania.