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Alma, corazón y vida. (Boku no Hero Academia, Kiribaku/bakushima) por Sioa Shun

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Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina. Jueves 9 de Abril del 2020

Alma, corazón y vida.

Capítulo 3:

Bye Sioa Shun Uchiha-San.

Luego del recorrido por la ciudad y obtener la copia de la llave ambos pelirrojos regresaron al departamento con el tiempo suficiente como para dejar que Kirishima pudiera bañarse y comer algo antes de irse y en eso estaban ambos, sentados en la barra desayunadora compartiendo una rápida pero nutritiva cena.

-Gracias por haber cocinado, Nerea, cocinas muy bien.- La halagó Red Riot con su boca llena de arroz carne y verduras.

-Intenta tragar antes de hablar Eijiro. -Bromeó ella sonriente. -Pero gracias. - Aceptó tomando un poco de jugo. -Fue divertido pasar el día con vos, me mostraste muchos lugares quería retribuirte un poco.

-No fue nada.- Le resto importancia él mientras seguía devorando su comida, aún hablando con la boca llena.

Divertida la latina decidió no protestar por sus modales, era algo que Katsuki ya le había advertido pero al verlo sonreír con sus mejillas levemente infladas no pudo evitar pensar que en realidad ese hombre se veía tan adorable como un niño pequeño, Katsuki no le había dicho eso pero apostaba su brazo derecho a que el rubio también lo pensaba. -Intenta no atragantarte, Eijiro.

-No te preocupes. - Contestó él bebiendo con calma mientras dejaba a un lado su bould ya vacío. -Estuvo en serio delicioso, cocinas tan bien como Bakugo. -Comentó alegremente. -Pero ya es hora de irme, volveré en la madrugada.

-Esta bien, Red Riot. -Comentó ella guiñandole un ojo al hablarle con su nombre de héroe con tono casi juguetón cosa que pareció confundir y avergonzar al hombre. -Solo ve con cuidado esta noche, estoy segura de que no tienes permiso de Katsuki para lastimarte. - Vio con divertimento que su interlocutor parecía apenarse aún más por sus palabras al mismo tiempo que soltaba una carcajada deslumbrante y levantándose lo acompañó hasta la puerta para despedirse con un beso en la mejilla. -Suerte.

-Gracias Nerea, pero no la necesito. -Contestó él con convicción y emoción. -No te preocupes, descansa. - Tras eso se alejó de la puerta y la mujer lo vio atenta subiendo al ascensor con su revelador traje de héroe y volvió a pedir por él en silencio, pidiendo también por el rubio que llevaba de turno desde las cuatro de la tarde.

Con calma volvió a entrar al departamento y miró los boul en la barra, resignada a qué tendría que lavarlos junto con lo que había usado para cocinar y odio en su fuero interno el hecho de que los japoneses cenarán tan temprano, para ella eso había Sido casi una merienda, estaba segura de que pasadas las diez de la noche su estómago volvería a pedirle comida a gritos.

Intentando distraerse lavo todo, secó, guardó, y luego se sentó en el sofá del living a contentar los mensajes de la poca gente que le importaba, su madre, su tío y sus pocos amigos más cercanos y volvió a odiar la diferencia de horario que le hacía tan difícil conversar con su gente.

Sabía que estaba tapando su nerviosismo con fingido mal humor, la realidad era que una vez sola su cabeza había decidido enfocarse en todo lo que podría salir mal en su entrevista de trabajo al día siguiente, si aquello salía horrible ¿Que iba a hacer? Había gastado muchísimo dinero en ese viaje, no había sido imprudente y no había renunciado a su trabajo solo había informado que tomaría unas breves vacaciones, podía volver a casa y seguir como siempre pero realmente no quería hacerlo.

Por lo poco que había visto Japón era hermoso y estaba ilusionada con el salto para su carrera que era pasar de trabajar en una agencia decente de buena reputación en Argentina a trabajar con la cuarta mejor agencia del mundo en Japón y si era un poco más honesta, dolorosamente honesta, no quería regresar para enfrentar a la prensa y las cosas que decían de ella.

No quería ni abrir un diario, no quería ni leer su nombre, nada quería saber de él, estaba herida aún pero su orgullo era demasiado como para permitirse seguir llorando como lo había hecho cuando se enteró de los amoríos, tampoco quería hacer una escena como la que había montado cuando sobrepasada por la ira había entrado en la agencia donde él se desempeñaba como héroe y delante de todo el mundo lo llamó con la voz en cuello, pateando con toda la fuerza de la que disponía su casillero causando las burlas y las risas de sus compañeros y para peor, todo quedó grabado por las cámaras de televisión, todo fue registrado para la posteridad.

Se arrepentía de haber armado tanto escándalo solo para arrojarle el anillo a la frente cuando él tuvo las pelotas de enfrentarla y luego salió de allí fingiendo tener la frente en alto mientras le gritaba a la reportera que se metiera el micrófono en el culo y la dejara pasar. Ni siquiera le importó manchar aún más su reputación de heroína.

¿Que le hace una raya más al tigre?Había pensado en ese momento, sabiendo que ella no era de las heroínas más queridas pese a su excelente trabajo, a la gente la asustaba su quirk, nunca iba a faltar quien opinara que la suya no era una individualidad apropiada para un héroe, cuánto mucho lo era para un psicótico, pues bien, después de ese show había tenido varios encontronazos con reporteros que exigían saber su parte de la historia y su manera de negarse a hablar con ellos había terminado varias veces en exabruptos de su temperamento, ella no era realmente agresiva pero la verdad sea dicha: esos buitres podrían desesperar a quien sea y estaban intentando sacar rédito de su miseria personal en un momento de inestabilidad emocional, que la disculparan si ella se cagó en todos sus muertos en vivo y directo.

Resoplando se recostó mejor en el sofá, el cuerpo aún le dolía bastante después de las revolcadas por el suelo que le había regalado Ground Zero con sus explosiones, aunque estaba feliz de entrenar con él después de tanto tiempo, estaba contenta de haber sido aceptada en la casa del rubio y más aún que Eijiro también estuviera de acuerdo con su presencia, el hombre era incluso más de lo que Katsuki le había comentado escuetamente en información codificada entre insultos y gruñidos poco amigables.

Después de haber pasado la tarde con Kirishima se le hacía obvio que para el pelirrojo Bakugo era especial, no estaba segura si era ese especial de "Es mi mejor amigo, lo amo" al estilo bromance o más un "Lo amo, pero es mi mejor amigo" al estilo soy un idiota y prefiero fingir amistad cuando me lo quiero comer. Negó con su cabeza, no podía creerlo ¡En serio Dios le da pan a los que no tienen dientes! esos dos podrían estar teniendo un romance de cuento de hadas y en cambio estaban ahí fingiendo que no había un elefante en la habitación cada vez que estaban juntos.

Estaba divagando bastante pero es que necesitaba mantener su cabeza ocupada para no preocuparse de más y estar sola y en silencio no estaba ayudando a sus ideas a calmarse. Resignada se levantó de su lugar para preparar mate y quizás aprovechar para ver algún vídeo en su celular porque sueño no tenía, no sabía si era el jetlag o se trataba solo de su propia ansiedad torturandola, pero el hecho era que no podría dormir aunque lo intentará.

Resignada regresó a su lugar en el sofá con el mate ya listo y se dispuso a ver algunos videos en su celular para simplemente dejar el tiempo pasar y engañar a su estómago para que no quisiera volver a cenar luego de haber comido ya con Red Riot, empujando todos los pensamientos que la angustiaban a lo profundo de su mente hasta que escuchó la puerta abriéndose y levantó la vista de su teléfono para ver entrar a los pocos minutos a un distraído rubio.

-Buenas noches. - Saludó ella con tono alegre, divertida ante la leve sorpresa que le había dado a su amigo.

-¿Qué haces levantada destripadora? - Preguntó el rubio mientras arqueaba una ceja. -Son las doce y media de la noche.

-¿En serio ya es tan tarde?- Consultó levantándose del sofá para llevar el equipo de mate a la cocina y tirar la yerba usada y ya fría. -No me di cuenta, además no tengo sueño aun, supongo que me esta pegando la diferencia de horario. - S e excusó encogiéndose de hombros. -¿Quieres cenar, Kat?

El rubio se aproximó en silencio y levantó la tapa de la olla que aún había sobre la hornalla de la cocina. -Puedo calentarme solo la comida, Ripper. - Contestó él mientras procedía a encender el fuego.

-Solo intento ser amable ¿sabes lo que eso significa? A-ma-ble, si quieres te lo deletreo.- Se mofó soltando después una carcajada ante el gruñido acompañado de un insulto bajo de parte del menor. -¿Qué tal el trabajo?

-Un poco menos aburrido como el infierno.- Comentó encogiéndose de hombros. -Una situación de rehenes en un mercado hizo que la noche no fuera tan mierda.

-Ya veo, seguro termino todo demasiado rápido para vos ¿no?- Se burló encogiéndose de hombros al ver que el rubio sonreía con suficiencia.

-Solo eran una bola de inutiles, no me tomó más de diez minutos. - Se jactó cruzándose de brazos que ya no cargaban las imponentes granadas de su traje de héroe aunque el resto del traje seguía en su lugar.

-Oh, cierto, disculpa, olvide que estaba hablando con el invencible Ground Zero. - Comentó entre risas vagas mientras se sentaba junto a la barra para ver al otro buscar un bould, un vaso y los palillos para disponerse a cenar. -Nosotros pasamos buena tarde con Eijiro, me mostró un poco la ciudad y ya tengo llave del departamento asique no tendrán que preocuparse por mi.

-¿Quién se preocupaba por ti, estúpida? - Comentó rodando sus ojos mientras se disponía a revolver un poco el revuelto de arroz con carne y verdura de la olla para que no fuera a quemarse mientras se calentaba y sacó de la alacena su picante para agregarle a esa comida que seguramente estaría insípida a su gusto.

Ella estaba por contestarle con un comentario mordaz cuando escuchó el ringtone de su teléfono y se giró a mirarlo, sacudiendose de nerviosismo al ver que el número era privado, pensando que se trataría de la agencia para informarle de algún posible cambio en el horario de su entrevista se apresuró a atender. -Buenas noches, habla Nerea .

-¡Mi amor! Finalmente me atiendes, por favor no me cortes, déjame hablar contigo.- La voz del otro lado de la línea entonando un acento porteño que conocía demasiado bien envió un escalofrío por su cuerpo mientras enmudecía por pocos segundos, luchando consigo misma para recuperar compostura, hacía tres meses que no escuchaba su voz.

-¿Qué quieres? - Contestó con un tono frío y hosco, haciendo una señal con su mano al hombre que se acomodaba frente a ella arqueando una ceja ya con su comida frente a él.

-No has contestado uno solo de mis mensajes ni has entendido mis llamadas, quiero hablar contigo, fuí a buscarte a la casa de tu vieja pero Muriel se negó a abrirme la puerta, tenemos que hablar Nerea ¿Cuanto más vas a evitarme? Te busqué en la agencia también pero me dijeron que te fuiste de vacaciones, aún podemos arreglar las cosas , sé que me equivoqué mi amor pero sos el amor de mi vida, podemos hablarlo, puedo cambiar. - El hombre seguía hablando y ella sentía su cuerpo temblar de ira mientras sus ojos se cristalizaban y luchó consigo misma para no derramar lágrimas mientras permanecía callada, escuchando excusas, excusas y más excusas. -Nerea, contestame, decime algo, hablo en serio, se que la cague pero no puedo vivir sin vos.

-¿Me estas jodiendo, Walter? - Escupió ella sus palabras mientras fruncía el ceño intentando controlar los temblores de su cuerpo mientras veía a su amigo mirarla ceñudo mientras comía sin acotar absolutamente nada. -Fui muy clara ese día, no quiero volver a saber de vos, se acabó, todo se acabó, no me interesa escuchar tus excusas dejá de molestar a mi madre que ella no tiene nada que ver con esto y déjame en paz, no vamos a volver, metete tu cariño el centro del orto como bien hiciste mientras te cojias medio pueblo, buscate a otra, anda a hacer vida de soltero ya que te gusta tanto y déjame vivir a mi en paz.

-Mi amor, por favor, no es tan así, sabes que los periodistas son unos buitres, exageraron mucho las cosas, quiero que arreglemos esto, por favor hablemos, podemos vernos en una confitería si quieres, tomamos un café y charlamos como adultos, íbamos a casarnos, no te quiero perder ¿Vas a tirar los últimos seis años de relación solo por un error? ¿Tan poco te importo? ¡No puedo dejar todo así!

Un par de lágrimas escaparon de sus ojos mientras apretaba sus labios con tanta fuerza que estós palidecieron e intentó respirar profundo para no revelarle a su interlocutor lo afectada que estaba por sus palabras. -No tenes cara…- Jadeó, odiandose por lo quebrada que había sonado su voz. -¡No tenes cara para decirme todo esto, Walter! ¡Yo no fui la que se cagó en vos! ¡Vos te cagaste en mi! ¿Te crees que me importa que llevaramos juntos seis o veinte años? ¿Qué me importa si me engañaste con una o con treinta? ¡Me engañaste y punto, hijo de puta! ¡Metete todas tus excusas una por una en el centro del tuje! - Explotó soltando un sollozo que intentó ahogar cubriendo su boca con una mano por unos pocos segundos. -¡No me busques, no me llames, no me nada! No voy a volver con vos y punto, a mi no me vas a bastardear, no soy tan pelotuda para perdonarte esto, hubieras pensado con la cabeza y no con la pija antes de cagarte en mi. ¡Es suficiente!

-¡Amor! ¡Escuchame! En serio perdón, sé que te lastime pero podemos arreglarlo, me voy a esforzar y… - Nerea seguía escuchándolo luchando consigo misma para no creerle, el hombre estaba llorando, hablaba atropelladamente mientras se disculpaba una y otra vez y ella se había quedado congelada en su lugar con su rostro lleno de lágrimas, con sus ojos fijos en la barra frente a ella y su vista nublada cuando un tirón en su mano la regresó a la realidad y alzó su mirada desconcertada al ver a Katsuki con su teléfono en la la mano llevándoselo a la oreja.

-¡Dejá de joder, maldito imbecil! Te dijo que te fueras al demonio y si no lo entendes te lo digo yo, no le rompas más las pelotas si no quieres morir, porque si sigues llamando yo voy a ser el que te mate, maldito extra con pija por cerebro. - Tras sus bruscos gritos y poco delicadas amenazas el rubio cortó la llamada y dejó el celular sobre la mesa mirando ceñudo a la mujer frente a él. -Dejá de llorar como una maldita magdalena, Ripper, tu cara da asco y no me dejas comer en paz.

Sorprendida parpadeó un par de veces y luego dejó salir una ahogada risa mientras frotaba su rostro con ambas manos para limpiarlo de lágrimas. -Lo siento. - Murmuró con la voz aun angustiosa pero que intentaba sonar divertida. -Un momento de debilidad, solo fue eso.

-Hump, pues no seas imbécil, la debilidad es para los idiotas, ahora déjame comer tranquilo.- Ladró sus palabras para continuar degustando su cena.

-Si, si, tenes razón. - Contestó soltando un suspiro y se levantó de su lugar antes de acercarse al rubio y apoyar una mano en su hombro, inclinándose a besar su mejilla. -Gracias, Katsuki.

-¡¿Qué rayos haces?! ¡¿Quieres morir?! ¡Me llenas de tus mocos!- Protestó él intentando empujarla pero la mujer se abrazó a su cuello importandole poco las amenazas de su amigo.

-Solo un minuto, Kat, por favor. - Murmuró ella hundiendo su rostro contra su cuello y el hombre suspiró resignado envolviendo su cadera con un brazo mientras desviaba la mirada molesto.

-Voy a matarlo.- Gruñó como quien no quiere la cosa, sin embargo su mano acarició la espalda de la mujer que se escondía contra él, pudiendo sentir las lágrimas que estaban mojando su traje de héroe y relajó su expresión un poco, tornandola simplemente seria. -No seas estúpida, sé que lo eres pero espero que no tanto como para volver con ese bastardo, no te merece.

Ella asintió mientras intentaba ahogar su llanto. -Lo sé, y no, no voy a volver con él. - Sentenció recuperando algo de dignidad para soltar poco a poco a su amigo y apartarse limpiando su rostro con frustración. -Dije que no iba a llorar más por él, por esto...Gracias por intervenir casi…

-Lo sé.- La interrumpió mirándola con molestia. -No podía dejar que fueras tan jodidamente retrasada.

Respirando profundo regresó al banco al otro lado de la barra y negó levemente con su cabeza. -Si reconoció tu voz, entonces dudo que vuelva a llamarme, generalmente no apoyo que seas un violento de mierda pero gracias esta vez. - Comentó más calmadamente y fijó su atención en la hora que marcaba su teléfono, pasaban ya de la una y cuarto de la mañana. -Mejor iré a intentar dormir ¿A qué hora patrullas mañana?

-De nuevo en la tarde. - Contestó con pasividad. -Ve a dormir de una vez, Ripper.

-¿Te quedarás a esperar a Eijiro? - Preguntó mientras se levantaba tirando sus cabellos hacia atrás.

-Por supuesto que no, que se joda el pelos de mierda, lavo esto y me voy a dormir. - Contestó soltando después un chasquido de su lengua. -Y déjame en paz con eso.

-Bien, como quieras. Descansa, Kat. - Comentó acercándose a dejar un beso en su mejilla para luego alejarse, molesta al escuchar mientras cruzaba el pasillo como su celular sonaba con el tono de mensajes que entraban uno tras otro, sabía que era Walter y no pensaba leerlos, ahora solo necesitaba dormir.

-.-.-.-.-.-

Llegó pasadas las cuatro y media de la mañana intentado hacer el menor ruido posible para luego dirigirse agotado a su cuarto, había sido una larga noche, apenas dos horas iniciado su turno había habido un atraco a un mercado con toma de rehenes, y nada más llegar se encontró con Bakugo entrando en el edificio por la puerta trasera, entendiendo inmediatamente que el rubio pretendía someter a los delincuentes tomandolos por sorpresa así que, ignorando el pedido de la policía de mantener prudencia él había irrupindo por la puerta frontal distrayendo a los asaltantes justo a tiempo para que Ground Zero aprovechará su despiste para reducir a los tres criminales mientras él guiaba a los civiles fuera del lugar.

Sonrió ante el recuerdo mientras terminaba de desvestirse, Bakugo se había visto tan masculino mientras dejaba inconsciente a uno de los mal vivientes y reducía al otro en el suelo con la fuerza de sus músculos. Suspiró, tenía que dejar de hacer eso, sabía que era estúpido de su parte seguir manteniendo ese hábito de quedarse obnubilado por la destreza de su amigo, y más aún recordarla cuando estaba solo, no solo admirandolo en el sentido más puro por sus capacidades como héroe, sino que le resultaba excitante ver al rubio en esas situaciones, jodidamente excitante.

Se reprochó nuevamente sus pensamientos mientras se metía en la cama agotado, luego de aquel encuentro su patrullaje se convirtió en un infierno cuando tuvo que perseguir por media ciudad a un villano buscado luego de sorprenderlo vendiendo drogas en un oscuro callejón, lo que desató una lucha en la que por fortuna ningún civil había salido herido pero habían causado bastante daño a la urbanización pública y como consecuencia de esa lucha tenía algunos rasguños por su cuerpo, nada de qué preocuparse.

Cerró sus ojos sabiendo que al día siguiente nuevamente debía trabajar en el turno nocturno y dejó que su cansancio lo guiará a la tierra de los sueños. Despertó por el murmullo de cosas en la cocina siendo movidas y no demoró mucho en llegara su nariz el agradable aroma de la comida de Bakugo, estirándose en la cama tomó su teléfono y comprobó la hora eran las nueve de la mañana, seguramente el rubio recién llegaba del gimnasio. Era lunes, y los lunes el rubio iba a entrenar cerca de las seis de la mañana y regresaba más o menos a ese horario para preparar el desayuno y para ambos.

No quería hacer esperar a Bakugo, sabía que cuando se quedaba durmiendo de más el rubio se ponía de bastante mal humor por tener que esperarlo para comer, por que no, el explosivo héroe no probaba bocado hasta que no se sentaban juntos a desayunar en esos pocos días en que sus horarios se lo permitían, habiendo llegado más de una vez a despertarlo a patadas por estar siendo un maldito vago, así que se levantó, se estiró y tomó una muda de ropa limpia, se cambió y se dirigió al baño, se acomodó frente al espejo para lavar sus dientes y afeitarse, gruñendo un tanto molesto al ver en la imagen que le devolvía su reflejo que nuevamente comenzaban a notarse sus raíces, tendría que teñirse el cabello de nuevo.

Una vez listo salió a la cocina, siendo recibido por el agradable aroma de un completo y nutritivo desayuno japonés. -Se ve delicioso. - Murmuró al fijar su vista en la barra donde descansaban dos cuencos de ahorros, dos cuencos con sopa miso, una bandeja con pescado y otra con omelette de huevo. -Buenos días, Bakugo. - Saludó alegremente acercándose escuchando de fondo el ruido de la televisión encendida en el salón con las noticias donde hablaban de la captura del villano que había atrapado él la noche anterior.

El rubio se giró a verlo mientras dejaba sobre la barra dos vasos y una caja de jugo de naranja. -¿Qué tienen de buenos? - Preguntó de mala gana el rubio, cosa que hizo reír al pelirrojo.

-¿Por qué tanto mal humor, Blasty? - Cuestionó arqueando una ceja mientras se sentaba en su lugar en la barra casi relamiendo sus labios expectante a la primera y más importante comida del día.

-No empieces pelos de mierda.- Se quejó el otro héroe sentándose en su lugar mientras tomaba unos palillos y señalaba de mala gana el televisor. -Parece que tu noche fue ocupada, desgraciado.

-Ah, eso, si bueno, fue algo difícil pero tampoco tanto.- Comentó rascando sus cabellos ahora lacios que caían por los costados de su rostro hasta sus hombros. -Creo que fue más impresionante tu actuación en el mercado anoche, creo que ni siquiera necesitabas mi ayuda con eso ¿Ya lo mencionaron?

-¡Por su puesto que no necesitaba tu ayuda, pelos de mierda!.- Contestó mientras se disponía a comer con calma. -Y si, ya pasaron esa noticia ¿A qué hora llegaste?

-Casi a las cinco. - Contestó encogiéndose de hombros mientras comía gustoso un poco de pescado. -¿Y Nerea? - Preguntó arqueando una ceja. -¿No deberíamos despertarla? - Inmediatamente se silenció, sintiendo que acababa de preguntar algo muy malo ante la vena que papito en la frente del rubio que detuvo a medio camino de su boca los palillos con arroz.

-¿Qué con la destripadora? - Ladró molesto. - ¿Te molesta desayunar solo conmigo, pelos de mierda?

-¡¿Qué?! No, no, claro que no, Blasty, solo que quizás deberíamos despertarla o algo, no es muy amable dejar que ella coma sola ¿Sabes? Está viviendo con nosotros, hay que intentar ser amables. - Intentó explicarle al rubio. -No es muy caballeroso ignorar a una dama. - Nuevamente quiso morder su lengua al ver que la ceja del rubio titilaba con molestia en su frente.

-¿Ah? ¿Acaso te gusta, pelos de mierda?- Acusó para luego llevarse el arroz a su boca.

-¡No! Bakugo no es eso.- Protestó él tirando levemente de sus cabellos mientras negaba con su cabeza. -Solo pensé que sería buena idea despertarla, nada más.- Se apresuró a agregar, sin estar muy seguro de dónde sacaba su amigo el disparate que acababa de decirle.

-Deja a la estúpida esa dormir.- Contestó mientras se encogía de hombros. -Al parecer la está afectando el cambio de horario, se levantará cuando quiera.- Alegó con poco interes mientras continuaba desayunado, le molestaba profundamente que Kirishima quisiera romper con su rutina, los desayunos de los lunes eran importantes para él, contaban cómo esos pocos momentos que no eran una mierda de su día a día, además de por sí solo le fastidiaba bastante que la personalidad insoportablemente amigable del pelirrojo estuviera haciendo que él y la latina se llevaran tan bien en tan poco tiempo.

-Ya veo, entiendo, aunque no debemos dejarla dormir demasiado hoy tiene su entrevista.- Comentó distraídamente para luego sonreír. -Por cierto Blasty…

-¿Qué quieres?- Preguntó interrumpiendo a mitad de la oración. -Tienes esa estúpida mirada de perro feliz que pones cuando vas a pedirme algo.

Riendo antes de hacer una mueca entre alegre y culpable, sabiendose atrapado, señaló con una mano sus cabellos. -¿Podrías? - Pidió encogiéndose apenas de hombros mientras lo miraba deliberadamente con ojos de cachorro. -De nuevo se notan mis raíces.

-Ah, bien ¿Tienes la jodida tintura? Porque no voy a salir corriendo a comprar tus porquerías. - Respondió con fingido fastidio, desde que descubrió que el cabello de su amigo no era natural en su segundo año de la UA, ocasionalmente él accedía a ayudarlo a mantener sus raíces y eso había pasado a formar parte de uno de sus tantos rituales, de esas cosas que pasaban solo entre ellos. Él no era del tipo de hacer esa clase de favores a la gente solo porque sí, pero con Kirishima era diferente, además sabía que él detestaba que la gente supiera que su cabello rojo no era precisamente natural, aun recordaba el escándalo que había hecho cuando entró a su habitación sin tocar y lo descubrió aplicandose el tinte frente al espejo, no le costó mucho entender que para Kirishima era vergonzoso y lo había hecho sentir vulnerable que él lo encontrará en semejante situación, por eso la primera vez que el otro hombre había solicitado su ayuda para teñirse eso había alimentado su orgullo y había movido un par de cosas a nivel emocional el saber que el otro lo quería lo suficiente como para dejarlo participar en aquella parte íntima de su personalidad.

-Si, si, aun me queda un pote.- Contestó con calma para despreocupar a su amigo. -¿Podrías hacerlo?

-Bien, como quieras.- Contestó encogiéndose de hombros frunciendo el ceño ver la pantalla del televisor.

-¿Bakugo? - Preguntó girando su cabeza para seguir la mirada asesina que le regalaba al aparato y se sorprendió al ver una foto de Bakugo con su traje de héroe junto a la mala edición de un corazón roto sobre él. -¿Esa es la sección de chimentos? ¿Qué haces ahí? ¿Otra vez le rompiste el corazón a una fan? - Consultó divertido mientras estiraba su mano para aumentar el volumen del televisor, sabía que Bakugo odiaba con toda su alma cuando él se convertía en chisme por alguna estupidez del momento, la última vez había sido hacía varios meses, cuando una fan se le había acercado en la calle para pedirle una cita y él la había rechazo, aquella había resultado ser una sabia decisión cuando la desquiciada había ido a la prensa con una inventada historia de abuso donde lo acusaba de haberla utilizado, haciendo un enorme escándalo con su nombre donde lo acusaba de ser un mujeriego empedernido.

"Noticia de ultimo momento, queridos televidentes, a todas aquellas mujeres que aún esperaban tener una oportunidad con nuestro querido Ground Zero tenemos que informarles que deben desistir, al parecer el héroe explosivo favorito de todos tiene pareja ¡Y vaya pareja!" Ambos hombres miraron boquiabiertos la pantalla, Bakugo soltando una maldición para quien fuera la estúpida que había inventado ser su novia y Kirishima soltó una carcajada por lo estúpidamente importante que hacían sonar un anuncio tan ridículo, riendo aún más al escuchar el teléfono de Bakugo sonando con insistencia, claramente recibiendo mensajes que los dos sabían que no podían ser de otra persona que no fuera Alien Queen. "Amigos nuestros, Ground Zero se encuentra metido en un escándalo amoroso de talla internacional" Continuó hablando con entusiasmo la reportera mientras para desconcierto de ambos, dos fotos aparecían junto a la de rubio, en una de ellas aparecía Nerea vistiendo su traje de heroína y en la otra se veía a un héroe que Kirishima no tenía idea de quién era, pero solo ver a la latina fue suficiente que hacerlo dudar de que aquello fuera solo un rumor estúpido. "Para aquellos que no sepan, estos son los héroes Argentinos Volcano y Corazón, quienes según nuestras fuentes mantuvieron una relación amorosa por seis años hasta que hace tres meses se desató la polémica cuando Volcano fue descubriendo infraganti engañando a su prometida, descubriendo también otras muchas infidelidades… se preguntarán ¿Qué tiene que ver nuestro Ground Zero con esto? En la tarde de ayer en Argentina, a altas horas de nuestra madrugada Volcano aceptó una entrevista en el popular programa latinoamericano "Tarde de charlas" y declaró con seguridad que aquellas infidelidades no eran otra cosa que una venganza ¡Si amigos, lo que escucharon! Al parecer nuestro querido Ground Zero aprovechó su viaje a Latinoamérica hace dos años para hacer más que trabajar y sostuvo un romance con la heroína local Corazón, siendo furtivos amantes pese al compromiso de ella y según afirma Volcano con total seguridad, ella ahora después de la ruptura de su compromiso, se encuentra aquí en una relación romántica con nuestro querido héroe ¡Es tan desgarrador y romántico que no podemos creerlo! ¡Uno de los solteros más codiciados del mercado está ahora en una relación con la que fuera su amante por dos años!"

-¡Es suficiente! ¡APAGÁ ESA MIERDA, KIRISHIMA, ANTES DE QUE LA HAGA EXPLOTAR! - Exclamó Bakugo casi haciendo explotar su teléfono que comenzó a sonar estridente con su tono de llamada, claramente la autora de ella no era otra que Mina.

Kirishima solo atinó a precionar el boton de off del control remoto mientras veía a su amigo apagar su celular con ira, dejándolo boca abajo en la barra mientras gruñía entre dientes claramente furioso, más furioso de lo que debería incluso. Eijiro conocía bien a su amigo desde hacía demasiado tiempo, esa no era la primera vez desde que comenzaron su carrera de héroes que los periodistas inventaban algún chisme sobre él y su vida amorosa, y por supuesto que a Bakugo aquello le molestaba pero esa era la primera vez que lo veía totalmente enardecido, sabía por las expresiones de su cara que el rubio estaba peleando consigo mismo para no hacer explotar medio departamento.

-Blasty… - Lo llamó cauteloso y cuando la mirada furibunda se clavó en la suya respiró profundo. -¿Es verdad…?- Se atrevió a preguntar, porque la única explicación que le encontraba a esa ira era que efectivamente todo lo dicho por la reportera fuera cierto y que el motivo de su enojo fuera la invasión a su privacidad.

La mano de Bakugo cruzo la poca distancia que los separaba y agarró con fuerza su cabeza, obligando a Red Riot a activar su individualidad a sabiendas de la explosión que estaba a punto de comerse pero aquello nunca pasó y la mano del rubio se retiró tan pronto como había llegado. -¿Blasty…? - Inquirió necesitando alguna clase de explicación para todo ese extraño comportamiento.

-No, no es verdad.- Aclaró el rubio cruzándose de brazos mientras intentaba respirar profundo y contar hasta veinte millones para tranquilizarse. -Escúchame bien, pelos de mierda, Nerea y yo somos amigos. - Gruñó las palabras como si le costara decirlas y miró los hermosos rubíes que el pelirrojo tenía por ojos. -No tenemos nada y nunca tuvimos nada…

-¿Entonces por qué estás tan molesto?- Preguntó curioso y vió aún más incómodo como el rubio se removía en su lugar como peleando consigo mismo antes de hablar.

-Repites una sola de mis palabras fuera de esta conversación, Kirishima y eres hombre muerto.- Le advirtió el héroe haciendo que el pelirrojo tragara con dificultad, porque esa no era una amenaza del todo vacía, sabía que Bakugo no iba a matarlo pero si se atrevía a divulgar algo de esa charla entonces le mostraría cosas peores que la muerte.

-Dime, sabes que soy una tumba, Bakugo. - Insistió mirándolo con curiosidad.

-Estoy molesto porque ese bastardo de la lava. - Kirishima supuso que hablaba del ex de la latina. -Hizo esto a propósito para lastimar a Nerea, anoche la llamó. - Comentó con el ceño profundamente fruncido. -Comenzó a fastidiarla aparentemente para que ella volviera con él, la hizo llorar y sabes que no tolero que hagan llorar a una mujer. - Gruñó con fastidio, más aún al notar la sonrisa brillante y embobada de su amigo, casi podía escuchar la voz de sus pensamientos gritar "¡Qué masculino, Bakugo!" -Me molesta aún más porque ella no es así, Ripper no… Ripper no es del tipo de mostrar sus sentimientos tan fácilmente, la vi…- Frunció más su rostro, como si le estuviera costando demasiado ser él mismo quien era honesto sobre sus propios sentimientos. -¡Joder Kirishima! ¡Me preocupó verla así! ¿Bien? ¡Solo yo puedo hacer que mis extras lloren como magdalenas, ningún otro bastardo tiene ese derecho! Le quité el teléfono para decirle al tipo que se dejara de joder o iba a matarlo y él decidió montar este circo apenas unas horas después, no dudo que él crea con el poco coeficiente intelectual que tiene que nosotros somos pareja pero tampoco dudó por un maldito segundo que corrió a la prensa con este chisme solo para hacer sentir mal a Ripper, para obligarla a hablar con él o solo para hacerla ver como la mala de la historia, no estoy seguro, lo único que es claro es que lo hizo para herirla y quiero despedazar a esa sabandija.

Kirishima lo escuchó pacientemente sin interrumpirlo, totalmente admirado al volver a confirmar que Bakugo podía perfectamente fingir ser un desalmado pero él no iba a permitir que dañaran a un amigo, era un hombre incondicional y entendió el motivo de su furia, estaban lastimado a una de esa pocas personas que estaban en su círculo cercano, podía poner la manos en el fuego sobre que el rubio reaccionaría de la misma forma si en lugar de tratarse de Nerea estuvieran hablando de Mina o de Denki o de Sero. -Entiendo, ahora que lo dices ese tipo se merece que le pateen el culo ¿Se puede ser tan poco hombre?

-Pues aparentemente se puede. - Gruñó molesto el rubio. -Ripper no puede enterarse de esto, al menos no hasta su entrevista, esto la afectaría a esa estupida.

El pelirrojo intentó disimular su sonrisa, era casi adorable que aun cuando Bakugo estaba intentado hacer algo bueno por uno de sus amigos, seguía insultandolos como si no valieran nada. -Si, bueno, tienes razón, creo que a cualquiera le afectaría que su ex saliera por los medios a acusarte de cosas así.- Comentó siendo interrumpido por el sonar de su teléfono y suspiró. -Hola mina…- Saludó teniendo que apartar el celular de su oreja segundos después por el griterío de la mujer que exigía saber porque nadie le había dicho sobre el noviazgo de uno de sus mejores amigos y había tenido que enterarse por televisión pero no llegó a contestarle cuando Bakugo le sacó el celular de la mano.

-No creas todo lo que ves en televisión, ojos de mapache. - Aseveró molesto. -¡Y deja de llamar al pelos de mierda cuando apague mi teléfono para que no fastidies!

-¡Booh! ¡Bakugo! ¡Solo quería saber si era verdad!- Se quejó la mujer del otro lado de la línea. -¿De nuevo era mentira? Creí que esta vez si habría algo de romance, no puedo creer que estoy rodeada de solterones aburridos.

-Tú también eres una solterona, ojos de mapache. - Aseveró y le cortó el teléfono antes de escuchar sus reclamos.

-Oye, bro, eso fue cruel, sabes que Mina quiere tener pareja. - Lo regañó con cansancio, sabiendo que de todos modos Bakugo se iba a pasar sus palabras por donde no le diera el sol.

-Ya no importa ¿Vas a querer que te tiña o vas a seguir quejándote de mi como la vieja bruja? - Preguntó arqueando una ceja antes de continuar con el desayuno que había quedado a medias.

-No deberías decirle asi a Mitsuki-san, por cierto deberías avisarle a tu madre que ese chisme es mentira antes de que escuche la noticia.- Comentó divertido al imaginar a la madre de Bakugo pateando la puerta del departamento en medio de gritos para exigirle explicaciones a su hijo.

-Luego le aviso a la bruja.- Le restó importancia encogiéndose de hombros para intentar terminar de comer en paz y agradeció que Kirishima entendió sus intenciones y se dedicó a comer con él para luego ofrecerse, como era su rutina, a lavar los platos. -Iré a buscar las cosas. - Comentó para luego ir al baño a buscar lo necesario para teñir el cabello a su amigo y se metió en su cuarto para esperarlo.

Kirishima no demoró mucho en aparecer en la habitación, vistiendo una vieja remera que estaba manchada de rojo por todos lados y se sentó en la silla de siempre tras haber dejado la puerta cerrada, dejando sobre el escritorio de Bakugo el agua oxigenada y el tubo de tinte, observó con calma como las manos del rubio desaparecían dentro de los guantes negros y como se movían con cuidado para mezclar ambos componentes para generar una pasta de color rojizo y sonrió.

El silencio reinaba en la habitación pero no era algo incómodo, los dos estaban bien con eso, ese era su ritual, cuando sintió las manos del explosivo hombre sobre su cabeza acariciando con cuidado sus cabellos para luego hacer la raya al medio suspiró suavemente cerrando sus ojos, nunca iba a dejar de asombrarle la suavidad con que el otro lo trataba cuando lo ayudaba con ese asunto, la delicadeza de sus manos para ir separando su cabello en partes para esparcir prolijamente la tintura, ere relajante, además le gustaba pensar que él era el único que conocía lo delicado que era el otro con su tacto, quería creer que era el único al que Katsuki trataba con tanta delicadeza.

Para Bakugo las cosas eran similares, adoraba teñir el cabello de Eijiro no solo porque sabía que el tema era un asunto delicado para él sino porque por al menos durante media hora podía acariciarlo de aquella manera suave con la excusa perfecta de estar cumpliendo solo un favor, podía sentir la suavidad de sus cabellos cuando estaban lacios y sin los doscientos kilos de gel que el hombre insistía en usar para su peinado, podía notar la forma en que Kirishima se relajaba bajo el tacto de sus dedos con la guardia totalmente baja, en alguna ocasión había llegado incluso a escuchar al otro soltar suspiros de gusto o alivio por la forma en que él masajeaba despacio el cuero cabelludo al terminar de colocar el producto para ayudar a esparcirlo bien. Si, amaba teñir su cabello.

Cuando terminó de colocar el producto como correspondía le puso la bolsa de baño en la cabeza e iba a dirigirse a su cama para tirarse a leer un libro cuando la voz del otro lo detuvo a mitad de camino.

-¡Ey, Blasty! ¿Jugamos?- Preguntó Kirishima parado a pocos pasos del televisor con un joystick en su mano.

-¿Por qué no? Hace rato que no barro el piso con tu cara en un videojuego. - Contestó sonriendo ladino acercándose para prender el televisor y disfrutar de un rato e distracción con su amigo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Nerea casi cayó de la cama al despertarse sobresaltada por un fuerte grito y tuvo que luchar con sus impulsos para no ir directamente al lugar de donde procedían los mismos cuando escuchó estruendosas carcajadas que la hicieron gruñir llevándose una mano a la cabeza. -¡Estos pelotudos! - Se quejó en su lengua materna cuando su cerebro logró procesar la información de que claramente no había ningún peligro inminente, solo eran sus compañeros de piso siendo unos jodidos escandalosos y resopló molesta al darse cuenta de que claramente iba a tener que aprender a lidiar por los días en que se quedara allí a despertarse casi a diario con esos dos peleando o jugando como críos.

Prestó un poco de atención a su entorno y escuchó los ruidos que ella adivinaba eran de un videojuego acompañado de la rasposa voz de Bakugo gritando improperios mientras la cantariana de Kirishima lo desafiaba. -Voy a matarlos, en serio…- Protestó mientras se levantaba y buscaba en el armario algo de ropa para ir a darse una ducha, dejando encendido su celular con música para ahogar el ruido de los otros dos y poder relajarse un poco. Hoy tenía su entrevista de trabajo asique decidida a causar una buena primera impresión puso bastante empeño en su aseo y para cuando terminó y se dirigió a su cuarto sonrió un poco más tranquila de ya no escuchar el escándalo de los otros dos hombres, pudiendo escuchar que la puerta de Bakugo se abría a unos metros de la suya y la voz de Kirishima anunciando que iba a ducharse mientras se burlaba del rubio por haber perdido la contienda en el videojuego.

Negó con su cabeza con una leve sonrisa, esos dos eran un caso perdido asique decidió enfocarse en memorizar los diálogos que ella imaginaba que sostendría con su entrevistador en la tarde mientras se vestía con un formal traje ejecutivo que constaba de una falda tuvo hasta sus rodillas en color gris, una camisa celeste con un ligero escote en V que apenas insinuaba un poco la naciente de su busto y un saco entallado a juego con la falda y para frente al espejo del armario enchufó el secador de cabello para pasar la siguiente hora secandolo y planchandolo para dejarlo perfecto, dedicando luego otra media hora a su maquillaje escuchando el lejano ruido de ollas en la cocina, suponiendo que Bakugo estaba encargándose de preparar el almuerzo para los tres.

Cuando estuvo conforme con su apariencia tomó un por de zapatos de tacón, una carpeta que había dejado la noche anterior sobre la mesa de luz, y un pequeño bolso donde llevaba sus efectos personales indispensables, salió de su cuarto y dejó los zapatos en la entrada para luego ir a la cocina en silencio sonriendo para si misma ante la escena que tenía frente a ella.

Bakugo tenía puesto un simple delantal negro de cocina, parado frente al horno donde había una olla hirviendo sobre la hornalla, a su lado estaba Kirishima vistiendo ropa casual mientras apoyaba su peso sobre un brazo sobre su hombro izquierdo, demasiado cerca uno del otro mientras el rubio estaba apenas girado en su dirección sosteniendo un diminuto cuenco en su mano derecha que apoyaba contra los labios de su amigo para que este pudiera darle una probada a la comida.

-¡Esta delicioso como siempre, Blasty! - Exclamó el pelirrojo sin apartarse de él en lo más mínimo aun apoyado sobre su hombro para luego relamer apenas sus labios para saborear un poco más la comida.

-Ahora que ya probaste, apártate de mí y ve a joder a otro lado pelos de mierda. - Contestó el rubio dejando el cuenco pequeño en la mesada pero sin apartar de ninguna forma al hombre que aún se colgaba de él mirando por sobre su hombro como mezclaba el contenido de la olla.

-No seas así, Blasty, déjame ver así puedo aprender a cocinar. - Exclamó con diversión.

-¡Si no has aprendido a cocinar hasta ahora nunca lo harás, tienes pelos por cerebro!- Exclamó Bakugo mientras tomaba un par de condimentos que tenía previamente preparados en la mesada para agregarlos a la comida. -Haz algo útil y fijate si el arroz ya está listo.

-¡Enseguida!- Fingiendo un saludo marcial que arrancó un gruñido fastidiado del rubio, Kirishima se apartó para ir al electrodoméstico que estaba al otro lado de la cocina, verificando que el programa ya había terminado y que de hecho el arroz estaba ya listo.

Nerea entonces reparó en la mirada del rubio que siguió los pasos de su compañero con una expresión apacible en el rostro para luego dejar escapar una suave sonrisa antes de regresar su atención a lo que hacía. -¡Esto ya está, Bakugo!

-¡Entonces pon la mesa, pelos de mierda!¡Y cuando digo la mesa, me refiero a que uses la puta mesa! - Ladró sus palabras mientras procedía a probar el curry. -¡Y tráeme los platos aquí, esto ya está listo!

La pelirroja casi dejó escapar una leve risa al ver la forma en que Kirishima se apresuraba a cumplir con las órdenes de su mejor amigo, aprovechando cada momento entre sus apresuradas acciones para lanzarle furtivas miradas, como si disfrutara más de lo que es correcto entre amigos la imagen del rubio concentrado en sus labores culinarias investido en el simple delantal sobre su ropa de civil.

La mujer casi sentía culpa de tener que interrumpir una escena tan agradablemente hogareña entre ellos que parecían concentrados sólo en la presencia a su lado y nuevamente suspiro ¿Ella imaginaba cosas o la tensión en el aire que rodeaba esos dos era tan obvia como creía? Las miraditas furtivas de esos dos le parecían tan divertidas como tiernas ¿Puede alguien ser tan ciego? -¡Buenos días!- Se decidió a anunciarse mientras entraba con andar tranquilo como si no se hubiera percatado de nada. -¡Mhmmmh! ¡Huele muy bien!- Dijo gustosa olisqueando el aire. -¿Qué es?

-¡Comida y punto!.- Contestó de mala forma el rubio. -¿Pensabas dormir hasta mañana, Ripper? - Consultó el rubio girando apenas su cabeza para mirarla de arriba abajo por un segundo, claramente la chica se había esmerado por su apariencia ese día.

-Lo hubiera hecho si no gritaras como energúmeno. - Contestó ella rodando los ojos y tras dejar la carpeta sobre la barra desayunadora se acercó a Kirishima con una sonrisa. -¿En qué te ayudo?

-Buenos días, Nerea, toma, lleva los vasos a la mesa por favor. - Pidió con una sonrisa amable mientras le entregaba los tres vasos que ella tomó gustosa. -Por cierto te ves muy bien.

-Gracias, Eijiro, solo espero dar una buena impresión.- Comentó ella mientras ayudaba al pelirrojo para dejar todo listo en la mesa.

-Te va a ir bien ¿Sabes cómo llegar a la agencia?- Preguntó con una sonrisa amable mientras dejaba los platos junto a Bakugo con el arroz ya servido para dejar que él agregara el curry.

-Si, me fije por internet que conecciones hacer en transporte público para llegar bien, estoy algo nerviosa. - Admitió sentándose a la mesa mientras veía a los otros dos hombres acercarse cargando con los platos del almuerzo y tomar cada uno sus acostumbrados lugares, Bakugo en la cabecera y Kirishima a su derecha. -Llevo un par de cartas de recomendación de héroes con los que he trabajado, asique espero que me sirvan de algo.

-Todo saldrá bien Nerea, no te preocupes.- La alentó Kirishima mientras agradecía distraídamente por la comida antes de comenzar el almuerzo. -Y lamento que te hayamos despertado de nuevo con gritos.

-No te preocupes, Eijiro, me estoy acostumbrando a que ustedes sean un par de ruidosos. - Bromeó divertida. -¿Qué fue esta vez? ¿Le hiciste otra broma a Kat?

-No, solo patee su trasero en los videojuegos. - Contestó burlista.

-¿De qué rayos hablas? ¡Solo ganaste porque eres un maldito tramposo, pelos de mierda!- Lo acusó Bakugo con furia contenida.

-Aceptalo, Blasty, soy mejor que tu para los videojuegos. - Empujó un poco los límites del rubio con su broma, totalmente divertido por la explosión amarga de su compañero, preparándose para recibir la explosión justo a tiempo, alzando su brazo endurecido para que el ataque del rubio cayera sobre él, era una explosión de baja potencia.

-¿Blasty? - Preguntó la mujer conteniendo las risas mirando con desconcierto al rubio antes de finalmente estallar en carcajadas.

-¡¿De qué mierda te ríes, destripadora de mierda?!

-Solo pienso que es muy tierno que dejes que Eijiro te deje un apodo tan tierno, deberías ser bueno y decirle algo más dulce que pelos de mierda ¿Qué tal "cariño"? Seguro que te mueres por decirle algo así.- Contestó en español ella volviendo a estallar en carcajadas al ver al hombre enrojecer hasta las orejas.

-¡Voy a matarte! - Exclamó a punto de dejar caer una explosión sobre ella, siendo retenido por Kirishima quien entre risas le pedía que se calmara, no tenía idea de que había dicho Nerea pero sabía que Katsuki realmente quería matarla por lo que fuera que hubiera pronunciado riendo también a carcajadas cuando logró que el rubio volviera a prestarle atención a su comida, devorandola como si fuera el curry el culpable de la afrenta personal.

Luego de terminado el almuerzo y la correspondiente limpieza, los tres habitantes de la casa se permitieron unos minutos de charla amena acompañada de un poco de té hasta que fue la hora en que la mujer tenía que despedirse.

-Déjame acompañarte hasta la estación, yo iré al gimnasio así que no me molesta desviarme un poco. - Comentó Kirishima con calma mientras llevaba las tazas de té al fregadero.

-¿Estás seguro, Eijiro? No me molesta ir sola, no quiero molestarte.

-No digas tonterías, Nerea, no me molesta, además es de caballero acompañar a una amiga. - Contestó él con una sonrisa. -Iré a buscar un par de cosas y salimos.- Afirmó sin darle tiempo a contestar para irse derecho a su cuarto.

La mujer rió bajito y se giró a ver al rubio que estaba sentado a unos metros de ella en otro sillón de la sala. -Que mala suerte tengo de finalmente encontrar un hombre decente y pasa y resulta tengo las manos atadas porque soy una buena amiga. - Bromeó riendo un poco al escuchar al otro gruñir. -En serio, Kat, él casi que es demasiado bueno para ti, mejor te apuras o te lo quitan.

-¿Vas a dejarme en paz o de verdad tendré que matarte? - Contestó él con una sonrisa torcida, escupiendo las palabras llenas de veneno que hicieron que ella alzara sus manos en gesto defensivo y derrotado.

-Solo digo, no tienes que ponerte así y en serio no te preocupes que no voy a ser yo quien te lo robe pero tienes que reconocer que Eijiro es buen partido y que deberías aprovechar que increíblemente él te soporta, esos es decir mucho.- Bromeó mientras se levantaba y tomaba su bolso y la carpeta con sus documentos.

-Metete en tus asuntos, Ripper. - Alegó mientras la veía alejarse por con dirección al pasillo.

-Si, si, como digas, me voy a la entrevista, deseame suerte. - Pidió con una sonrisa nerviosa.

-No la necesitas, solo haz que vean que puedes patearles el culo hasta matarlos y te contratarán.- Contestó él con mofa.

-Adiós, Katsuki. - Se despidió ella rodando los ojos para irse directamente a la entrada para calzarse los tacones sonriendo al ver a Eijiro trotando a ella cargando un pequeño bolso y vistiendo un conjunto deportivo.

-¡Vuelvo el un rato, Bakugo!- Se despidió al pasar por la entrada al living y luego se paro junto a ella tomandose unos segundos para calzarse las zapatillas y luego abrirle la puerta para que ella pasara primero.

-¡Gracias, que caballeroso! Katsuki ya podría ir aprendiendo algo bueno de ti al menos. - Comentó los suficientemente alto como para escuchar el grito de "¡Muerete!" que el rubio le dio desde el salón.

-Si, Mitsuki-san opina algo parecido pero Bakugo es… es Bakugo.- Comentó suspirando derrotado mientras se encaminaba junto a ella al ascensor. -Igual eso no es malo, él es super masculino y tiene muchas otras virtudes aunque se exprese un poco brusco, de todos modos es increíble.

-¿Nunca dices nada malo de él?- Preguntó divertida la mujer una vez dentro del aparato que los llevaría a planta baja. -Digo está bien que lo digas, es tu amigo, pero admitelo, Katsuki puede ser un bastardo a veces.- Comentó como quien no quiere la cosa con una sonrisa divertida en sus labios.

El hombre a su costado soltó una carcajada mientras jugaba con una mano en sus cabellos. -Su carácter es algo complicado pero él nunca es un bastardo, él es realmente bueno.

-¿Estamos hablando del mismo Katsuki que no dudo en atacarte en medio del almuerzo con explosiones?- Preguntó divertida mientras bajaban del aparato para salir juntos de edificio.

-Eso es solo un juego, es su muy masculina forma de demostrar afecto.- Aseveró alzando una mano en un puño cerrado con determinación mientras la miraba sonriente volteando su cabeza en su dirección. -Solo es algo tímido, eso es lindo.

Nerea parpadeo un par de veces antes de sonreír ladina. -Ah, así que ¿Katsuki te parece lindo?

-¿Eh?- Preguntó algo descolocado antes de analizar rápidamente lo que había dicho y sentir sus mejillas sonrojarse un poco. -No lo decía en ese sentido, Nerea, y de todos modos si, bueno Bakugo es un hombre atractivo, claro que me doy cuenta de eso pero…- Se interrumpió en su apresurado discurso al escuchar a la chica comenzar a reírse a su costa.

-No aclares que oscureces, Eijiro, claramente no piensas mucho lo que dices.- Comentó ella entre risas y suavemente estiró su brazo para tomarse del de el hombre a su lado como si fuera perfectamente natural. -Pero si, es verdad, Bakugo es atractivo y si es algo tímido en realidad, me hiciste reir al menos ahora no me siento tan nerviosa. - Admitió con un leve suspiro. -No he tenido una entrevista de trabajo desde que entré en la agencia para la que trabajo ahora, admito que estoy un poco asustada.

Kirishima estaba algo sorprendido por la facilidad con que la chica se permitía ser táctil con él, pero asumió que era solo parte de su cultura al ver que ella no parecía para nada incómoda con sostenerlo de esa forma y le sonrió. -Entiendo, igual te lo digo enserio, no te preocupes tanto, seguro todo saldrá bien si ellos te contactaron ya tienes un pie dentro de la agencia, solo sé honesta y todo saldrá bien.

-Ah, gracias.- Suspiró ella con pasividad cerrando sus ojos para disfrutar un poco de la leve brisa que corría esa tarde.

-Por cierto, no quiero ser invasivo pero…- El pelirrojo rasco algo nervioso su mejilla y desvió la mirada. -El otro día comentaste que ya no estas comprometida que terminaste con tu ex porque él te engañó y eso, sé que no soy muy bueno para esas cosas pero lo que quería decir es que bueno… si necesitas hablar o algo…

-¡Gracias!- Lo interrumpió ella al notar que al pelirrojo se le dificultaba un poco expresarse y asintió con su cabeza. -No tienes que preocuparte, Eijiro, esta ruptura si que ha sido dificil para mi pero estoy bien, prefiero concentrarme en mi carrera ahora, aunque en serio aprecio que te preocupes.

-Bueno, eres agradable y creo que podríamos ser amigos ¿no? - Dijo sonriéndole más relajadamente. -Los amigos hablan de ese tipo de cosas, ademas debes sentirte algo sola aquí no conoces a nadie aparte de Bakugo.

Conmovida por la honesto de las intenciones del pelirrojo asintió con su cabeza. -Claro, me gustaría ser tu amiga, y si, admito que es algo complicado estar tan lejos de casa, apenas pasaron unos días y ya extraño a mi madre y mis amigos. - Admitió resignada ya divisando la estación. -Gracias por acompañarme, pero puedes ir al gimnacio ya, no quiero entretenerte demasiado, Eijiro.

-Esta bien, pero avisame si necesitas cualquier cosa. - Comentó alzando su puño a modo de saludo luego de que la mujer lo soltó y sin problemas ella cerró su puño también chocandolo con el de él.

-Por supuesto, te veré más tarde. - Se despidió alejándose en un trote rápido hasta la estación para no perder su tren.

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No podía creer que estaba sentada justo enfrente del mismísimo Best Jeanist, uno de los que fue de mejores héroes del mundo y que ahora estaba retirado pero que seguía al frente de su agencia. Ella había creído que la entrevistaría cualquier administrativo, pero no, estaba ahí, sentada rígida frente al hombre que leía abstraído y en silencio sus cartas de recomendación y su curriculum.

-Nombre de civil: Nerea Herrera.

Nombre de Héroe: Corazón.

Edad: ventiseis años.

Quirk: Surgery. Permite que su usuario controle la anatomía humana, pudiendo cercenar los miembros sin causar hemorragia o impedir las funciones biológicas de extremidades u órganos internos, se activa mediante el tacto de las manos y también puede utilizarse con fines curativos como cerrar heridas, reparando el daño en los tejidos logrando en algunos casos hasta impedir la aparición de cicatrices tras la sanación.

Debilidades: La utilización del quirk requiere contacto directo y conlleva altos riesgos, una mala utilización puede ocasionar daños severos a nivel nervioso o muscular, los órganos o extremidades cercenadas no pueden permanecer separadas del cuerpo de sus dueños por más de una hora o incluso menos dependiendo de qué se trate o moriran las terminaciones nerviosas impidiendo que se puedan volver a unir las partes ocasionando la amputación definitiva o incluso la muerte sobre quien haya recibido el ataque. El usuario de Surgery tampoco puede aplicar libremente el quirk en sí mismo, en otros la amputación es indolora pero en si mismo el usuario siente un dolor insoportable que puede llevar a la inconsciencia o al shock por dolor incluso si lo utiliza con fines sanadores. - Best Jeanist terminó de leer y alzó su vista a la mujer frente a él que se removió un poco en su asiento. -¿Es todo esto correcto?

-Así es, Best Jeanist-san. - Contestó ella con calma. -Además de eso mi quirk me agota mucho mental y físicamente, usarlo de manera prolongada puede llevarme al colapso, y como entenderá mi quirk no beneficia ninguna de mis aptitudes físicas. - Explicó ellas manteniendo como mejor podía un tono amable, profesional y sereno.

El rubio dejó sobre su escritorio los papeles que había estado leyendo y apoyando sus codos en los posabrazos de su silla unió sus dos manos frente a él. -Las cartas de recomendación que ha traído hablan de lo buena que es para trabajar en equipo, su mente táctica que compensa perfectamente su aparente debilidad física y lo ventajoso que es tenerla para situaciones de rescate gracias a sus las cualidades sanadoras que tiene su individualidad, además de que según he leído en su currículum usted es doctora ¿no es así? - Consultó con tono calmado pero severo.

-Así es, soy medico general.- Explicó con tranquilidad. -Para utilizar responsablemente mi individualidad me vi en la necesidad de estudiar paralelamente la carrera de medicina mientras cursaba mi carrera para convertirme en heroína, se requiere de un basto conocimiento de la anatomía humana para evitar ocasionar lesiones irreversibles en la persona en la que uso mi particularidad, un mínimo error puede ser catastrófico. - Aceptó ella asintiendo con su cabeza.

-Lo comprendo, una individualidad como la suya es muy poco común. - Aceptó el hombre. -Sin embargo no hay registro de que haya lastimado a nadie durante sus estudios u desempeñó como héroe profesional, eso es admirable. - Comentó mirándola severo. -Y La he investigado un poco, tengo entendido que usted trabajó varias veces en cooperación con héroes extranjeros, varios de otros países de latinoamérica y ha trabajado con Ground Zero.

La mujer inclinó levemente su cabeza en un gesto leve de disculpas. - Así es, pero todas esas misiones son clasificadas, no puedo hablar de ellas, Best Jeanist-san.

-¿Sabes porque esta agencia la invitó a formar parte de nuestro equipo? - Preguntó seriamente el hombre mientras la miraba.

-No. - Contestó sincera y ante la dura mirada del retirado héroe trago saliva y se corrigió. -No, Best Jeanist-san.

-La agencia para la que trabajas se especializa en control de narcotráfico internacional, y has estado involucrada en la aprehensión de varios villanos importantes en latinoamérica soy capaz de reconocer el potencial que tienes como héroe y la agencia nuestra ahora se está involucrando en casos que están vinculados con tu área de experiencia, sin embargo también veo en ti un reto personal. - El hombre se inclinó levemente hacia adelante y la mujer tragó saliva con aún más nerviosismo mientras sentía su cuerpo tensarse por la mirada que ese sujeto le estaba dando.

-¿Un reto personal, señor?

El hombre se levantó de su lugar y rodeo el escritorio, apoyándose frente a él y cruzando sus brazos estaban casi intimidantemente cerca de su entrevistada mientras la miraba a la cara. -Tu curriculum es impresionante a la altura de los héroes que tenemos en esta agencia, pero tu popularidad como heroína está por los suelos, según lo que investigue de ti la gente teme a tu singularidad y tu actitud seria con la gente que no ha ayudado a que reflotes en tu carrera, alimentando los temores de la gente sobre que posiblemente un día podrías cruzarte a la otra cara de la moneda convirtiéndote en una peligrosa villana. - El rostro de la pelirroja de crispó en una mueca desagradable y el rubio sonrió para sí mismo bajo el alto cuello de jean de su traje. -Contestame una pregunta, Herrera-san ¿Por qué quieres ser una heroína? ¿Qué hizo que te establecieras de este lado de la moneda?

La mujer guardó silencio por varios minutos bajo la atenta mirada del mayor y luego alzó su mirada dorada a él. -Retribución.- Contestó escuetamente en un principio pero luego volvió a inspirar aire profundamente, como si necesitara llenar del todo sus pulmones antes de continuar hablando. -Yo no formo parte del grupo de personas que ha soñado con ser un héroe toda su vida, mis metas eran otras.- Explicó con la voz pausada y clara, manteniendo un tono profesional mientras contestaba a esa íntima interrogante. -Pero el destino me puso en el lugar de una víctima, me hizo vivir esa angustia y me quitó a una persona demaciado importa e irresponsable, es gracias a un héroe que yo estoy aquí sentada frente a usted y viva. - Contestó con una severidad aplastante en sus palabras, encubriendo lo emotiva que la ponían esos recuerdos con seriedad. -Tenía catorce años cuando eso sucedió, cuando la pesadilla terminó tomé la decisión no solo de retribuir al héroe que arriesgó su pellejo para rescatarme a mi a mi madre, sino que no quería dejar que nadie más tuviera que pasar por lo que pasé yo ese día, por eso me esforcé para convertirme en heroína, conozco el dolor de las víctimas y quiero impedir en la medida de mis capacidades que más gente tenga que pasar por ese infierno.

El rubio la miraba con pasiva seriedad y cuando ella terminó de narrar sus motivos soltó un suave suspiro mientras alzaba una mano para acomodar su perfecto cabello. -Entiendo, tus motivos son loables. - Aceptó con calma. -Pero aún estás lejos de ser una buena heroína a pesar de tu eficiencia, tienes mucho que mejorar, más cuando tu reputación a bajado mucho en los últimos meses.- Dijo tomando un control remoto de arriba de su escritorio para apuntar al televisor que estaba a un costado y con extrema vergüenza, Nerea se vio así misma, dentro de la agencia en la que trabajaba su ex prometido gritando mientras pateaba un casillero hasta dejarlo totalmente abollado, se vio a si misma discutiendo con Walter arrojando el anillo a su cabeza y luego se vio amenazando a la reportera, haciéndole luego obscenas señas al camarógrafo que la seguía, luego se vio vestida de civil intentado escapar de un reportero que la seguía haciendo diversa preguntas incómodas mientras él le contestaba con rudeza hasta que finalmente harta le sacó el micrófono de las manos y la imagen se volvió puro movimiento incoherente y gritos mientras ella usaba el micrófono para destrozar la cámara del camarógrafo y luego irse. Mientras las imágenes pasaban ella se iba haciendo cada vez más pequeña en el asiento sintiéndose como una niña regañada, ese último incidente le había valido una suspensión en el trabajo y cubrió su rostro con ambas manos totalmente avergonzada. -Diablos… - Murmuró bajito.

-¡Esas actitudes no serán toleradas aquí!- Dijo finalmente el ex héroe mirando la forma en que la mujer parecía realmente arrepentida por su accionar, cosa que lo llevó a pensar que quizás el problema de actitud de esa joven no era tan grave como el pensaba si al menos se arrepentía de ello. -Tengo entendido que sostiene una relación sentimental con Ground Zero, ese chico es incorregible ni siquiera yo pude enseñarle las maneras del buen héroe pero espero que usted esté dispuesta a aprender.

Tras sus palabras la argentina casi saltó en el asiento alzando la vista al hombre tan feliz como confundida. -Espere ¿Eso quiere decir que estoy contratada? - Preguntó primero lo que más le interesaba.

-Así es, Corazón-san, bienvenida a mi agencia. - Dijo extendiendo frente a ella un contrato. -Solo tiene que llenarlo y luego traerlo, nosotros nos ocuparemos de los trámites para legalizar su licencia aquí y le informaremos cuando esté habilitada para comenzar a trabajar.

Demaciado feliz extendió sus manos para tomar el contrato e hizo una pronunciada reverencia ante el mayor. -Muchas gracias por la oportunidad, Best Jeanist-san, me esforzaré, por favor cuide de mi. - Dijo con todo el respeto y la alegría contenida que tenía para luego incorporarse. -Pero usted mencionó que Ground Zero y yo somos pareja ¿De dónde ha sacado esa idea?- Preguntó confundida y el ex héroe arqueó una ceja apuntando al televisor para cambiar de vídeo luego de tocar varios botones.

La latina miró boquiabierta a la exagera presentadora que con exesivos ademanes narraba la supuesta relación de ella con su amigo y al escuchar el nombre Volcano ser dicho como fuente de la información apretó los puños a los lados fuertemente en torno al contrato que tenía en sus manos, agradecida de que ahora su nuevo jefe apagará el televisor y giró su vista a él. -Disculpe pero todo eso es mentira. -Sé apresuró a agregar. -Ground Zero es un colega y un buen amigo, ni he tenido, ni tengo ni tendré una aventura con él.

-Entendido, Corazón-San. - Aceptó con calma su declaración. -Me alegra saberlo, por ahora no se preocupe estaré esperando que traiga el contrato firmado para antes del viernes y nosotros la contactaremos cuando hayamos terminado los trámites de su licencia, puede retirarse.

-Bien, muchas gracias Best Jeanist-san. - De despidió levantándose de su lugar para salir de la oficina sintiendo que le temblaban las piernas aún de los nervios que había vivido durante la entrevista, estaba furiosa por la estrategia de su ex para hundirla pero estaba al mismo tiempo tan satisfecha de haber conseguido el trabajo que no pensaba ni por asomo dejarse arruinar el ánimo por eso.

Saludo a alguno de los héroes que amablemente la saludaban mientras se encaminaba a la puerta cuando una voz conocida la sorprendió. -¡Nerea! ¿Eres tú? - Se giró ante el llamado parpadeando sorprendida por escuchar su nombre y luego sonrió alegre al ver a la chica que había conocido apenas llegar a la casa de Katsuki.

-¡Si, soy yo! Que bueno volver a verte ¿Mina, cierto? - Consultó no muy segura y la joven de piel rosada le sonrió mientras se acercaba a ella apoyando una mano en su hombro con gesto amistoso.

-Así es ¡Ashido Mina! ¡Que sorpresa verte aquí!. - Comentó mientras acomodaba el bolso que tenía colgando de su hombro derecho.

-Vine a una entrevista de trabajo.- Comentó sonriente y le enseñó los documentos que tenía en su mano levemente. -¡Me contratarón!- Contestó con una sonrisa que desbordaba su cara.

-¡¿EHHH?! ¿En serio? ¡Creí que solo veníamos a visitar a Bakugo, no que venías por trabajo! ¡Ay, seremos compañeras!- Comentó alegremente la de cabellos rosas arrojándose a ella para abrazarse a su cuello y la latina no pudo más que corresponder al abrazo.

-¡Genial! ¡Tenemos que celebrar, Mina! ¿Vas de salida? - Consultó al soltarse finalmente del efusivo abrazo.

-¡Si, si! Ya terminó mi turno.- Contestó mientras volvía a emprender el rumbo a la salida junto a quien sería su nueva compañera de agencia. -Los lunes y martes trabajo de ocho de la mañana a cuatro de la tarde.- Explicó alegremente. -Vivo a unas cuadras de aquí ¿Me acompañas a dejar mis cosas? ¡Hay un neko-cafe aquí cerca que es perfecto para que merendemos juntas!

-¡Claro! ¡No puedo creer que me hayan dado el trabajo! Best Jeanist-san da algo de miedo.- Admitió con gesto divertido.

-Nah, es un gran tipo, aunque es algo estricto.- Entre conversaciones alegres y relajadas ambas mujeres continuaron su camino hasta el departamento de Alien Queen, Narea simplemente estaba feliz de que las cosas hubieran resultado bien, al diablo con Walter, ahora si podía confirmar que podía empezar una excelente vida nueva en japón, y tendría muy buenos amigos al parecer para acompañarla.

-.-.-.-.- Continuará.


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