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Alma, corazón y vida. (Boku no Hero Academia, Kiribaku/bakushima) por Sioa Shun

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Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina. Jueves 2 de Abril del 2020.

 

Alma, corazón y vida.

Capítulo 2: Convivencia y rutina.

by Sioa Shun Uchiha-san 

 

Saltó de la cama y salió casi propulsada de la habitación importando poco estar vistiendo sólo unas bragas y su brasier, en mitad de la noche había sentido calor por haberse dormido vestida y medio dormida se había sacado todas sus prendas. 

 

Sus reflejos de heroína pudieron más que su mente dormida al escuchar un grito y el sonido de una explosión desde el otro lado del departamento y  antes de notarlo ya estaba entrando atropelladamente en la cocina. -¡Katsuki! ¿Qué pasó? - Preguntó casi con la voz en cuello pero se detuvo en seco ante la escena frente a ella frunciendo el ceño. 

 

-¡¿Te parece gracioso, pelos de mierda?! ¡¿Quieres morir?! - Parpadeó incrédulo por lo que estaba observando, Kirishima tenía activado su endurecimiento en sus brazos y su rostro mientras entre carcajadas alegres recibía otra explosión sobre sus brazos. 

 

-Vamos, Bakugo, solo fue una broma. - Insistió el pelirrojo entre risas, manteniéndose firme para resistir las explociones. 

 

-¡Una puta mierda es tu broma!- Gritó molesto a punto de descargar otra explosión esta vez sobre el rostro de su amigo. 

 

-¡¿Pero que carajos concha mierda les pasa a ustedes dos?!- Gritó exaltada atrayendo la atención de los dos hombres mientras los miraba boquiabierta, sin ser consciente de que había utilizado su natal español para hablarles. El rostro de ambos hombres adquirió un fuerte tono de rojo mientras la recorrían con la mirada. 

 

-¡¿Qué rayos así así, Ripper?! ¡Ve a cambiarte, estupida! - Gritó Bakugo desviando la mirada, Kirishima por su parte cubrió sus ojos con ambas manos. 

 

-¿Pero qué es lo que les pasa ustedes?- Preguntó ella acercándose a paso rápido con el ceño notoriamente fruncido. -¡Casi me matan de un infarto! ¡Escuché explosiones! - Se justificó sin entender el porqué de la reacción de esos dos que evitaban mirarla, iba a matarlos, no llevaba ni un día viviendo ahí y ya quería matarlos ¿qué clase de forma de despertar había sido esa? Había creído que estaban bajo ataque o algo similar y solo estaban jugando como dos críos. 

 

-¡Ripper, con un demonio, estás desnuda! - El grito de Ground Zero la hizo detenerse en su avance y fijarse en su propia indumentaria, había despertado tan alarmada que no había reparado en su apariencia, haciendo que ahora su rostro compitiera en tonalidad con su cabello mientras atinaba a cubrirse los pechos con ambos brazos antes de girarse sobre sus talones y huir del lugar aún más rápido de lo que había llegado, dejando a sus temporales compañeros de piso solos de nuevo. 

-Ya se fue, pelos de mierda, quítate las manos de la cara. - Gruñó molesto el rubio tomando un maldito repasador para limpiar el estropicio de café que había quedado sobre el suelo junto a la rota taza después de haber tomado un sorbo y descubrir que estaba asquerosamente salado. 

 

-¡Uff! Cielos, había olvidado que ella estaba aquí. - Murmuró Red Riot descubriendo su rostro aun abochornado mientras rascaba su nuca. -Creo que la asustamos. 

 

-¿De quíen la maldita culpa, pelos de mierda?- Gritó arrojando el repasador a la cara. -¡Limpia tu!  

 

-Si, si, ya voy. - Aceptó resignado atrapando el trapo en el aire para hacerse cargo de limpiar el desastre mientras el rubio aun molesto se disponía a prepararse un nuevo café. -No hacía falta reaccionar así, solo era una broma, Bakugo. 

 

-Solo a vos se te ocurre ponerle sal a mi café, en serio tienes pelos por cerebro.  - Gruñó molesto, resoplando al ver a Kirishima aun risueño por su estúpida ocurrencia, solo al pelos de mierda se le podía ocurrir hacerle bromas a él de todas las personas. 

 

Mientras tanto la pelirrojo se apresuró a vestirse con un cómodo jean y una remera de tirantes de color blanca que dejaba ver las cicatrices en sus brazos y la que tenía en el centro de su pecho, tomando de entre sus cosas un bolso de mediano tamaño para regresar a la cocina luego de pasar por el baño para asearse aun con aire bastante molesto. 

 

-Ah, Nerea-San, lo sentimos mucho. - Se disculpó Kirishima apenas ver a la mujer entrar con el bolso colgando de su hombro, haciendo una pronunciada reverencia. 

 

-¡No te disculpes por mi, pelos de mierda!- Se escuchó al rubio protestar con agresividad aun de espaldas a ellos. 

 

-Ey, Bakugo, tu fuiste el de las explosiones. - Se quejó el pelirrojo soltando un suspiro resignado.  

 

-Podrían haberme advertido que probablemente me despertaría con explosiones. - Protestó la mujer dejando el bolso sobre la barra desayunadora. -Son las diez y medía de la mañana. -Recalcó con el ceño fruncido. 

 

-Es mi puta casa, vete a dormir bajo un puente si te molesta el ruido maldita destripado. -Contestó Bakugo haciendo que la mujer frunciera aún más el ceño alzando después su puño cerrado a excepción de su dedo medio que se erguía insultante hacia el menor. 

 

-Sé considerado con tu visita, Katsuki. - Le reclamó molesta. 

 

-En verdad lo siento, Nerea-san, había olvidado que estabas aquí.- Admitió el pelirrojo rascando su nuca con cierto nerviosismo. -Lamento que hayas despertado de esa forma. 

 

-Ya no importa. - Negó con su cabeza intentando deshacerse el mal humor que la acechaba, aunque sabía que no iba a poder hacer tal cosa hasta que al menos no hubiera desayunado. -¿Cómo es que tienen tanta energía después del turno nocturno? ¿A qué hora llegaron? 

 

Red Riot rió un poco y se acercó a la mesada para recuperar su café sentándose frente a la mujer con una esplendorosa sonrisa. -Terminamos a las tres de la mañana, fue un patrullaje muy tranquilo, sin incidentes aparte de un intento de atraco a una tienda. - Explicó con calma. -¿Quieres un café? - Ofreció mientras la veía sacar extrañado un termo de su bolso, dos pequeños tuppers y una especie de recipiente pequeño, parecido a un vaso que contenía un sorbete. 

 

-No gracias, desayuno con mate. - Contestó ella mirando la cocina hasta dar con una pava eléctrica que estaba a unos metros de Katsuki, cerca de la cocina. -Con permiso, voy a calentar agua. - Medio gruñó en un tono que intentaba ser amable pero que destilaba su hastío. 

 

Kirishima arqueó una ceja mientras veía a la mujer disponerse a calentar agua sin abandonar su gesto malhumorado y a su rubio amigo sirviendo el café con el rostro más arrugado que una pasa seca. La escena le parecía cómica, claramente estaba viviendo con dos bombas de tiempo, otro en su lugar temería por su vida, pero él ya había sobrevivido a Ground Zero desde los quince años, difícilmente podía asustarlo algo así. 

 

-¿En serio trajiste esa porquería? - Preguntó el rubio mirando de reojo a su amiga y señalando con su cabeza en dirección a la mesada. 

 

-¿Crees que puedo sobrevivir sin esa “porquería”? - Contestó ella con el mismo tono de fastidio pero luego le sonrió un poco. -¿Me acompañas? 

 

-¿No ves que estoy haciendo café, estupida? - Contestó él a lo que ella rodó los ojos, lindas iban a ser sus semanas si tenía que lidiar con Katsuki todas las mañanas. 

 

-Vamos, lo haré amargo.- Insistió ella y el tipo solo gruñó dejando la cafetera encendida mientras se giraba sobre sus pasos para regresar a la barra, tomando los palillos de mala gana para robarse un pedazo del omelette que había preparado hacía unos minutos. 

 

Nerea regresó al desayunador minutos después con la pava con el agua caliente bajo la curiosa mirada de Kirishima y tomó el termo para llenarlo con ella. 

 

-Oye, Nerea-san ¿Qué es eso? - Preguntó curioso viendo como su nueva compañera volcaba una especia de mezcla de hierbas verdes dentro del vaso, dejando de lado el sorbete, para luego tapar la boca del recipiente con su mano y agitarlo un poco. 

 

-Es mate ¿Quieres probar, Eijiro? - Ofreció mientras sacudía su mano contra su pantalón y procedía a sentarse tomando el termo para servir un poco de agua en un costado especifico del recipiente y tomar el sorbete tapando con su pulgar el orificio por el que se bebe y enterrarlo en la parte húmeda del hierbajo.  

 

-¿Qué es?- Preguntó curioso mientras se incorporaba un poco en su silla para ver mejor el preparado de esa cosa. 

 

Bakugo sonrió ladino y apoyó su codo en la barra para luego descansar su rostro en su mano, girando después para ver a su amigo.  -Una mierda adictiva que los argentinos toman hasta cuando estan cagando. - Contestó burlista. 

 

-Bueno, si, básicamente - Admitió la mujer ahogando una risa por la descripción hecha por el rubio mientras servía un poco más de agua en el mate y llevaba la bombilla a su boca, dando una succión prolongada hasta que se escuchó un ruidito agudo y volvió a servir. -Es una infusión tradicional de latinoamérica, en Argentina no es el único lugar donde se bebe. - Explicó mirando al pelirrojo. -Pero es cierto que tomamos esto todo el tiempo, para desayunar, a media mañana, en la tarde, en la noche, mientras trabajas, estudias, lo que sea.- Comentó pasandole el mate al rubio. 

 

-Pues me gustaría probar pero ¿Tienes otro…? - Enmudeció a mitad de su preguntar al ver al rubio recibir el dichoso mate para llevar sus labios a la punta del sorbete y dar una larga succión. Su rostro se coloreó por unos segundos ¿Qué? ¿Có--Cómo? ¿Porque Bakugo acababa de hacer eso? ¿Un beso indirecto? ¿En serio? Las risas de la mujer lo obligaron a girar su cabeza a ella mientras ella recibía de nueva cuenta el mate y volvía a servir agua en él. 

 

-El mate se comparte.- Explicó divertida ante la expresión del pelirrojo. -¿Seguro que quieres probar? Katsuki y yo tomamos amargo, es bastante fuerte, por lo general la primera vez que lo tomas te parece desagradable pero luego te acostumbras. - Comentó encogiéndose de hombros.

 

-Apuesto que no aguantas el amargo, pelos de mierda. - Metió cizaña el rubio mientras sonreía ladino. -¿O es que te da asco compartilo? Ya veo así que eres marica. -Continuó empujando los límites mientras veía al pelirrojo fruncir el ceño. -Seguro está demasiado caliente para vos. 

 

-¡Dame! ¡Quiero probar!- Casi saltó de su lugar el pelirrojo mirando a la mujer mientras estiraba su mano a ella. 

 

-Con calma, Eijiro, está caliente si tomas muy rapido te vas a quemar hasta el esxofago si no estas acostumbrado. - Comentó ella arqueando una ceja divertida ante el infantil reto impuesto entre esos dos, rodando los ojos entretenida, en serio parecían dos críos por su forma de tratarse. -Y una cosa, no limpies la bombilla.- Pidió señalando la especie de sorbete que sobresalía del mate para que el chico entendiera lo que decía. -Es de mala educación hacerlo, en lo personal me molesta bastante la gente que hace eso. 

 

-Esta bien. - Aceptó tomando el vaso con gesto curioso antes de apoyar la bombilla entre sus labios sorprendiendose al sentir el metal tibio controlando el leve sonrojo al pensar que Bakugo acaba de apoyar sus labios allí, de una u otra forma era un beso indirecto con él, era infantil de su parte pensar así pero es que no podía evitarlo y armándose de valentía como el hombre que era dio una succión ¡MIERDA! ¡Quemaba! no queriendo ni pensar tragó rápidamente apartando el mate de su boca mientras la abría y se abanicaba con una mano ¿Amargo? ¿Amargo? ¡Amargo era el cacao natural! ¡Esa cosa era del diablo! ¡Del diablo! 

 

Los otros dos comenzaron a reírse a carcajadas para nada discreta mientras el pelirrojo repetía. -Quema, quema, quema, quema…

 

-¡Te dije que bebieras despacio!- Comentó entre carcajadas la pelirrojo mientras tomaba el mate y se servía para sí misma uno. -No te gustó ¿Cierto, Eijiro? - Se mofó divertida. 

 

Bakugo por su parte lo señaló con un dedo acusador. -Marica… -Se mofó con diversión. -Te lo mereces por lo del café. 

 

-Bien, me lo merezco. -Se quejó sintiendo aún su lengua, garganta y pecho totalmente ardidos por la bebida. -¿En serio toman esa cosa todo el tiempo? 

 

-Si, todo el tiempo, Katsuki dice que somos adictos y en realidad tengo que darle la razón.- Admitió ella encogiéndose de hombros mientras le alcanzaba de nuevo el mate al rubio. -Digamos que entre los argentinos está esa división de los que toman mate y los que no, para los que lo hacemos los que no lo hacen casi que ni son argentinos.- Se burló divertida. -Hay muchas formas de tomar, dulce, amargo, con miel, con menta, con otras hierbas, con café, con leche, frío, con naranja, Katsuki aprendió a tomar mate porque lo volví loco mientras trabajamos juntos y terminó por acostumbrarse. 

 

-Estan locos.- Comentó Kirishima rascando su nuca y volviendo a tomar su café para quitarse el mal gusto de la boca. -Por cierto, Nerea-san, Bakugo me dijo que viniste por una entrevista de trabajo ¿Para qué agencia? - Preguntó curioso. 

 

-La de Best Jeanist.- Comentó con orgullo y una gran sonrisa en el rostro. -Es una oportunidad increíble, está entre las mejores agencias del mundo, aun estoy sorprendida de que me hayan contactado.

 

Bakugo apretó los dientes. -¿Vas a trabajar para ese insufrible?- Preguntó frunciendo el ceño. -Vas a volverte loca en una semana. 

 

Kirishima comenzó a reírse a carcajadas tan escandalosas que la pelirroja quedó desconcertada mirando a uno y a otro con la duda plantada en el rostro. -¿Qué es tan divertido? 

 

-Bakugo tuvo que hacer sus prácticas con Best Jeanist-san en su primer año del colegio. - Comentó Kirishima totalmente tentado al recordar la ridiculo que se veía el rubio con el peinado que el héroe lo había obligado a usar.  

 

-¿En serio?- Consultó mirando al rubio con sorpresa. -¿Qué hacía un monstruo como tu con alguien tan bien portado como Best Jeanist? 

 

-El imbécil tenía la ridícula idea de reformarme. - Recordó mientras chasqueaba la lengua pateando con fuerza la pierna de su amigo para que dejara de reírse de él por ese viejo recuerdo. 

 

-Asique ni el gran Best Jeanist pudo contigo.- Se mofó ella entre risas. -Bueno, antes de apostar cuánto duró en la agencia hay que ver si logro entrar. - Comentó pensativa. 

 

-Seguro lo logras Nerea-san, sé positiva. - La animó Kirishima con una gran sonrisa mientras terminaba su café y comía del omelette hecho por el rubio. -Puedo preguntar ¿Por qué decidiste viajar al otro lado del mundo por un trabajo? - Consultó curioso. 

 

-Bueno, siempre fue uno de mis sueños trabajar en el exterior, además cualquiera en mi lugar aceptaría sin pensar una oportunidad como esta, no a cualquiera lo llaman de la cuarta mejor agencia de heroes del mundo. 

 

-¿Y qué piensa de esto el imbécil de tu prometido? Si no mal recuerdo te tenía con una cadena muy corta. - Se mofó el rubio ignorando la queja del pelirrojo por su poca delicadeza para hacer preguntas. 

 

-¿Estás comprometida, Nerea-san? Debe ser dificil estar lejos de tu pareja. - Comentó Kirishima rascando levemente su mejilla. 

 

-Ya no estoy comprometida. -  Contestó con una sonrisa forzada haciendo que ambos hombres la miraran con diferentes grados de sorpresa, Eijiro se notaba algo avergonzado por haber preguntado algo indebido pero Bakugo tenía su ceño aún más fruncido si eso era posible. 

 

-¿Qué pasó?-  Inquirió tajante mientras le devolvía el mate. 

 

-Que tenías razón.- Contestó ella con su mirada entristecida. -Es un imbécil. 

 

-Tardaste demasiado en darte cuenta, Ripper. - Acusó Bakugo arqueando una ceja.

 

-Si, ciertamente, demasiado.- Aceptó ella dejando caer sus hombros con desgano. -Aun no puedo creerlo ¿Sabes? Creí, en serio creí que yo era la única. 

 

-¿Te engañó?- Preguntó molestó Red Riot. -¡Pero que poco hombre!

 

Riendo con amargura la mujer asintió con su cabeza. -Ciertamente, pero la culpa es mía por haber confiado ciegamente en su cara de buen tipo, lo peor es que nunca me hubiera enterado de todo esto de no ser por la prensa amarillista. Son unos buitres, pero les estare agradecida por haberme abierto los ojos, mientras yo lo esperaba en casa el desgraciado se rebolcaba con medio país, no fue una, no claro que no podía engañarme con una él… él… ¡Ahhrg! El hijo de remil puta madre me tenía que engañar con más de las que podía contar! ¡Y yo como una reverenda tarada creyendo que él estaba trabajando! ¡Si, como no! ¡Garchando con medio planeta, estaba! ¡¿Quién pingo me manda a enamorarme de alguien así?! ¡El gusto en el culo tengo! ¡Ahora soy la pelotuda que le rasca el puto culo a Dios con los cuernos! ¡Ahhhh! ¡Desgraciado cara de verga! - Despotricó  molesta tomando un mate que luego dejó sobre la mesada con excesiva fuerza haciendo resonar el golpe. -¡Ah! Perdón, tenía que desahogarme y los insultos en japones que conozco no llegan a describir a ese inservible.  

 

-Tranquila Nerea-san. - Pidió el pelirrojo arqueando una ceja, no había entendido absolutamente nada desde el momento en que la mujer había comenzado a hablar en español pero el tono agresivo en cada palabra remarcada dejaba claro que lo que fuera que estuviera diciendo no eran precisamente halagos para su ex. -Tengo una idea, Bakugo y yo vamos a ir a entrenar a un gimnasio para heroes que está cerca de aquí ¿quieres venir? 

 

-¡Claro! - Contestó enérgica ante el ofrecimiento y miró al rubio. -Patearle el trasero a Katsuki siempre es relajante. - Comentó estirándose en su asiento.

 

-¿Quién va a patearle el trasero a quien, Ripper? - Ladró girándose a mirarla con una sonrisa torcida mientras apretaba su mano en un puño. -Vas a morder el polvo. 

 

-.-.-.-.- 

 

Luego de que Nerea pudiera hacer una membresía por un mes en el gimnasio tras presentar su pasaporte y su licencia de héroe, los tres se habían ingresado al lugar encontrándose con varios hombres y mujeres que estaban enfocados en sus rutinas de ejercicios en diferentes tipos de máquinas. 

 

-Ven, Ripper.- La llamó Bakugo mientras pasaba esa sección para ir directo a una puerta al final del salón,  ella lo siguió curiosa caminando junto a Kirishima unos pasos tras el explosivo rubio. 

 

-¿A donde estamos yendo? - Cuestionó bajito. 

 

-A la arena de duelos.- Explicó sonriente y amable. -Así será más divertido, por cierto, Nerea-san ¿Cual es tu quirk?- Consultó arqueando una ceja. -Ahora que lo pienso no sé  tu nombre de héroe tampoco. - Dijo con ademán pensativo. 

 

-Ah, mi nombre de héroe es Corazón. - Contestó, sonriendo divertida al verlo inclinar la cabeza y se dispuso apresurada a traducirle. -Kokoro, eso significa. - Le aclaró con calma. 

 

-¡Ah! Es un nombre… un poco extraño.- Admitió ladeando su cabeza mientras rascaba un poco su nuca. -Pero se escucha bien, suena lindo en español ¿Y cuál es tu quirk? - Volvió a consultar mientras entraba junto a ella al arena de duelos, un salón amplio de suelo compacto como de tierra, pudieron ver como varios héroes se encontraban luchando cuerpo cuerpo o utilizando sus quirks en diferentes áreas, espaciados unos de otros para no causar molestias a sus colegas. 

 

-Bueno, en breve vas a descubrirlo, no quiero arruinar la sorpresa. - Contestó ella guiñandole un ojo. 

 

-¡Oye, Ripper! ¿Qué haces estúpida? ¡Ven aquí a que te mate de una jodida vez! - El grito de Bakugo los obligó a desviar su mirada a él y la pelirroja se apresuró a trotar la poca distancia que la separaba de su amigo. 

 

-¡Eso ya lo veremos!- Contestó ella mientras se estiraba un poco adoptando después una pose defensiva y sonrió. -No te atrevas a tomarme a la ligera Katsuki. - Lo desafió. 

 

-Voy a romperte los huesos. - Contestó él lamiendo sus labios a la expectativa del combate, sintiendo la adrenalina comenzar a subir  por su cuerpo. 

 

-¡Ey, Bakugo! ¡Tu puedes! ¡Vencela!- Gritó Red Riot apretando sus puños con emoción, animando a su amigo. 

 

-¡Muere!-  Gritó mientras se abalanzaba sobre ella usando las explosiones de su mano izquierda como propulsor mientras lanzaba un directo a la cara de la mujer con la derecha. 

 

Agachándose justo a tiempo para evitar el impacto apoyó sus manos en el suelo para lanzar una patada a la mandíbula de su contrincante obligándolo a retroceder aterrizando de pie en el suelo a unos metros de ella  dándole a penas unos segundos para reaccionar mientras volvía a embestirla, dejando un enorme cráter en el suelo gracias a la explosión que había impactado contra él mientras la mujer se alejaba con un salto mortal hacia atrás cubriendo sus ojos de los escombros y el humo producido por el ataque. 

 

-¡¿No qué ibas a patear mi trasero, estupida?! ¡Muere! - Exclamó saltando en medio de la humareda para atacar de frente. 

 

Un par de combates a su alrededor se habían tenido para observar a Ground Zero, sus entrenamientos eran siempre un espectáculo digno de ver, en especial cuando su protagonista era Deku, Shouto o Red Riot, además era inevitable que aquellos combates terminaran por interrumpir a los demás pues las magnitudes de los quirk de esos héroes terminaban por volver la arena una zona de guerra de la que era mejor escapar antes de terminar involucrado en la pelea. 

 

-¡Intenta matarme si puedes, Katsuki! - Se escuchó la respuesta de la mujer mientras los demás héroes en la arena se acercaban a Kirishima a una distancia prudencial del combate para poder observar, había levantado la curiosidad de todos que el héroe número cinco del país estuviera entrenado con una desconocida. 

 

-¡Kirishima-kun! - Llamó uno de los héroes en medio el sonido de una explosión acercándose para apoyar su mano en el hombro del pelirrojo con una sonrisa desbordante de su rostro, deteniendo el trote. -¿Con quién está peleando Kacchan? - Consultó alegre, acababa de llegar y se había encontrado con el tumulto de gente observando un combate del cual ahora mismo no podía distinguir nada por el negro humo que dejó una de las explosiones. 

 

-¡Deku! ¡Qué bueno verte, viejo!- Saludó alegremente dándole una palmada en su espalda. -Hacía tiempo no te veía por aquí, Bakugo está entrenado con una amiga. - Dijo señalando la escena. 

 

-¿Una amiga? - Preguntó fijando sus ojos en la masacre de fuego y escombro frente a él. 

 

-¡¿Qué haces, estúpida?! ¡Muerete de una vez!- Se escuchó el grito al mismo tiempo que se veía a la mujer de largos cabellos rojos corriendo fuera de la zona minada para sorpresa de varios curiosos que no esperaban que el contrincante del héroe explosivo fuera una mujer, sus ropas deportivas estaban chamuscadas y su rostro estaba sucio de tierra con varios rasguños repartidos por su cuerpo gracias a los escombros que habían llegado a golpearla.

 

-¡Con algo como esto no vas a matarme, Katsuki! - Gritó girando su cuerpo justo a tiempo al sentir a Bakugo saltando tras ella, esta vez la colisión era inevitable, estaba demasiado cerca del cuerpo de su adversario como para evitar la explocion. 

 

-¡Te tengo, Ripper! - Saboreo él su victoria mientras las chispas brotaban de su mano derecha haciendo que los espectadores ahogaran una exclamación de horror. 

 

-No tan rápido, Katsuki. - Contestó ella alzando su mano derecha para apoyarla en el hombro del brazo que estaba por hacerla explotar y ante el asombro y el horror de todos sus dedos parecieron brillar con un extraño color platinado mientras atravesaba la carne cortando el aire la ahogada maldición del rubio mientras ambos se apartaban al mismo tiempo quedando en extremos diferentes de la arena y para horror de todos, la pelirroja tenía en mano, el brazo derecho de su contrincante  que se agitaba con fuerza como la cola serenada de una lagartija mientras era arrojado por detrás de ella con fuerza mandandolo lo más lejos posible de la zona de combate. - ¡Te atrapé! - Jadeó ella por el esfuerzo, chasqueando la lengua frustrada, no había podido hacer lo que pretendía pero al menos ahora tenía un obstáculo menos en su camino, las manos de Ground Zero eran un peligro.

 

-¡Voy a matarte, Ripper!- Gritó colérico el héroe ante la atónita mirada del público. 

 

-¡Detengan la pelea!- Gritó uno de los espectadores tras salir del shock inicial, observando como el brazo cercenado del héroe número cinco de japón se sacudía en el suelo a varios metros de ellos. -¡Esa mujer está loca! 

 

Kirishima estaba boquiabierto y sin pensarlo comenzó a correr hacia la arena. -¡Bakugo!- Gritó horrorizado pero la voz de su amigo lo interrimpio. 

 

-¡No te metas cabello de mierda! ¡Estoy perfectamente!-  Gritó mientras separaba sus piernas preparándose para un nuevo ataque. -¡Aun tengo un brazo con el que hacerte pedazos, Ripper!- Exclamó hacia la mujer extendiendo su palma a ella para dejar salir una poderosa exploción. 

 

-¡Ay, la puta madre! - Exclamó ella arrojándose al suelo para intentar evitar el daño pero la onda expansiva la había lanzado varios metros haciendo que todo su cuerpo chirriara de dolor. 

 

Deku se aproximó al congelado pelirrojo y apoyó una mano en su hombro al verlo contrariado por que esos dos continuarán peleando en aquellas condiciones y también alzó su mano para pedir calma al resto de los héroes que pedían por frenar esa pelea, Ground Zero había perdido un brazo eso no era poca cosa pero había algo que llamaba su atención. -Tranquilos todos, si Kacchan dice que está bien dejemos que continúen. - Exclamó atrayendo a Red Riot a la zona segura. 

 

-¡Deku! ¡Perdió un maldito brazo va a …! - Fue interrumpido por un gesto del tercer mejor héroe del país y lo miró desconcertado. 

 

-Kirishima-kun, tranquilo, Kacchan no está sangrando. - Señaló el obvio detalle que parecía no haber sido percibido por ninguno de los presentes. -Debe ser el quirk de ella, es interesante, me pregunto cómo funcionará. - Dijo pensativo llevando una mano a su barbilla mientras veía la pelea soltando un suspiro resignado al notar que ahora mismo la pobre mujer estaba haciendo todo lo humanamente posible por esquivar las explosiones del rubio arrojaba sobre ella sin descanso, saliendo cada vez más golpeada y agotada de en medio de la humareda. 

 

Kirishima volvió sus ojos a la pelea de nuevo, Deku tenía razón el brazo de Bakugo seguía agitándose en el suelo a unos metros mientras su dueño saltaba de nueva cuenta sobre la heroína que para esa altura ya estaba arrastrándose en el suelo después de la última explosión que la había dejado totalmente aturdida. -¡Te tengo! - Exclamó aplastandola boca arriba en el suelo apoyando un pie sobre su pecho para no permitir que se moviera mientras extendía su brazo amenazante frente al rostro de la derrotada mujer. 

 

Jadeando por aire e ignorando los rasguños de su rostro que estaban haciendo que rastros leves de sangre le nublaran la vista ella le sonrió desafiante. - ¡Aún no…! - Escupió negándose a perder. 

 

-¿Aún tienes energía, Ripper? - Preguntó él divertido pero su rostro se torno serio. -¡Demonios! - Alcanzó a exclamar tirando su cuerpo hacia atrás al ver la sonrisa de ella, pero fue demasiado tarde, la mujer usó uno de sus brazos para darle un fuerte codazo en su rodilla para desestabilizarlo y se arrojó sobre él, usando una mano para inmovilizar la la peligrosa extremidad del rubio, y lo arrojó al suelo boca abajo, torciendo su brazo hacia arriba mientras su mano derecha ante el asombro de todos volvía atravesar la carne de su contrincante, por el centro de su espalda, soltando una especie de resplandor plateado por unos instantes y cuando ella retiró su mano en esta, para horror de todos se encontraba el corazón del héroe, palpitante y envuelto en una especie de burbuja platinada mientras ella presionaba su rodilla sobre la espalda baja del hombre para mantenerlo reducido. 

 

-Parece que volví a robarme tu corazón, Katusiki. - Comentó ella divertida aunque jadeando con mucha dificultad y posó sus ojos en el órgano que sostenía con una sonrisa más suave. -Oh, está aún más rojo que la última vez que lo ví… - Comentó risueña al escuchar los insultos y gruñidos que venían del hombre que tenía su rostro aplastado contra el suelo. -Te gané de nuevo. - Se burló. 

 

-Tuviste suerte esta vez, destripadora de mierda. - Contestó menos agresivamente pero con el ceño totalmente fruncido al tener que admitir su derrota. 

 

Ella dejó salir una sonora carcajada mientras volvía a apoyar su la mano que sostenía el órgano del rubio y nuevamente surgió el resplandor y ella volvió a sacar su mano ahora vacía mientras su cuerpo se tambaleaba un poco soltando al rubio mientras se dejaba caer agotada sobre el suelo jadeando y llevando sus manos a su cabeza. -Ah, ah, rayos…- Murmuró ahogadamente. -Declaramos un empate mejor. - Pidió mientras trataba de controlar las náuseas y el hormigueo en todo su cuerpo que poco y nada le reaccionaba. -No puedo moverme. 

 

Bakugo se levantó observándola en el suelo y soltó una risa burlista. -Qué poco aguante. - La acusó. -¡Ey! ¡Levántate! ¡Tienes que ponerme el brazo!- Gritó dándole un puntapié suave en un costado. 

 

La pelirroja rodó en el suelo, acostadose boca abajo. -Déjame morir tranquila… - Jadeó cerrando sus ojos agotada. 

 

-¡Ripper mi maldito brazo!- Gritó furioso tomandola por la remera para sacudirla deteniéndose al sentir un endurecido brazo que lo tomaba por el centro del pecho para alejarlo. 

 

-¡Bakugo, basta! ¡La vas a matar!- Pidió Kirishima soltando al rubio en cuanto lo vio más calmado. 

 

Deku se acercó también, ignorando que el resto de los presentes aún procesaban horrorizados el combate que acababan de presenciar. -¿Kacchan? ¿Estas bien?- Preguntó apoyando una mano en su hombro izquierdo al otro lado de Kirishima. 

 

-¡Por supuesto que si, estúpido Deku! - Contestó girándose a mirarlo. -¿Qué haces aquí, nerd? 

 

-Vine a entrenar y me encontré con esto, buena pelea. - Lo halagó con una sonrisa alegre. 

 

-Tsk. - Rodando los ojos se alejó para ir a buscar su maldito brazo del otro lado de la arena de duelo. 

 

La pelirroja se sentó en el suelo aun mareada y con cada músculo de su cuerpo adolorido. -Eijiro.- Llamó al pelirrojo alzando una mano a él. -Ayúdame a levantarme.-Pidió un poco más repuesta al menos ahora respiraba con más normalidad. 

 

-¡Ah! ¡Si, si! ¡Ya voy!- Con calma se acercó y le tendió su mano tirando de ella una vez que ella lo agarró y ayudando a mantenerla en pie algo divertido al verla tan mareada. -¿Estás bien, Nerea-san? 

 

 -Este bruto de Katsuki, está bien que le dije que se lo tomara enserio pero es un animal.-  Jadeó llevándose una mano a la cabeza, se había golpeado demasiadas veces contra el suelo y le dolía un infierno sin mencionar la forma en que pintaban sus oídos por el ruido de las explosiones que de paso habían dañado bastante su equilibrio. -Había olvidado que nuestras diferencias físicas eran tan grandes. - Jadeó ahogando una queja de dolor mientras llevaba su mano libre a su costado más golpeado. 

 

-Si, bueno, se emociona mucho con una buena pelea. - Lo justificó el pelirrojo avergonzado. -¿Estás bien? Creo que necesitas atención médica. 

 

-Estoy bien, solo son unos cuantos golpes pero nada más. - Lo tranquilizó ella reparando en la mirada brillante del hombre de cabellos verdes que estaba parado junto a Kirishima. -Ah…¿Hola? ¿Puedo ayudarte en algo? 

 

-¡Eso fue impresionante!- Contestó el hombre sin reprimir en lo más mínimo su asombro. -¿Qué clase de quirk tienes? ¿Cómo funciona? Ah, lo siento, perdón, que mal educado de mi parte ¡Soy Midoriya Izuku! ¡Un gusto conocerla! 

 

La mujer parpadeó un tanto descolocada, miró por detrás del joven inclinado frente a ella las miradas de horror de los otros héroes y devolvió sus ojos al peliverde. Extraño, simplemente extraño, normales eran aquellos que la miraban como si ella fuera la peor clase de criminal, esa era la reacción que su quirk despertaba en el común denominador de las personas, no la extraña fascinación mezclada con admiración con que la veía el joven de mejillas pecosas. -Ah, un gusto, Herrera Nerea. - Se presento haciendo una leve inclinación de su cuerpo. 

 

-¡Estupida! ¡Mi brazo! - Escuchó la exclamación del rubio reaccionando justo a tiempo para atrapar la extremidad que había sido arrojada en su dirección. 

 

-¡Si, si! ¡Ya te escuché! ¡Ven aquí, no puedo moverme por tu culpa! - Se quejó parándose por su cuenta, dejando de apoyar su peso en Red Riot para acortar la poca distancia que había entre ella y Bakugo y volvió a encajar el brazo en su lugar pasando sus dedos de la mano izquierda por la coyuntura haciendo brillar una especie de hilos plateados junto a una extraña luz para luego retroceder un paso. -¿Listo? 

 

El rubio movió su brazo un poco, estirandolo antes de lanzar un par de puñetazos al aire y luego poner su palma boca arriba haciendo algunas explosiones controladas. -Perfecto. ¡Pelos de mierda es tu turno! - Exclamó mientras se alejaba un poco. 

 

-¡Ya voy! - Exclamó felizmente el pelirrojo para ir tras su amigo tras comprobar incrédulo que nuevamente Bakugo estaba en una pieza perfectamente funcional, no sabía exactamente qué había hecho Nerea con Bakugo, o cómo funcionaba su quirk pero él estaba bien así que no había de qué preocuparse. 

 

-Heruera-san ¿Puede moverse?- Preguntó Deku acercándose a ella para hacerle de soporte. 

 

-Ni queriendo. - Contestó ella pasando un brazo tras los hombros de su colega para dejarse ser conducida hasta un banco justo detrás del leve tumulto de héroes que la miraba con diferentes niveles de horror, algo a la que honestamente ya estaba acostumbrada. -Gracias por la ayuda. - Murmuró tras sentarse en el banco soltando un suspiro bajo volviendo a sonreír agradecer al ver que el hombre sacaba de un bolso del suelo una toalla y una botella de agua para ofrecersela. -Ah, muchas gracias Izuku. 

 

-¿Izuku? - Preguntó el hombre desconcertado al ser llamado por su nombre. 

 

-Ah, lo siente  ¿Prefieres que te llame Midoriya? - Preguntó ella mientras limpiaba su rostro de la tierra y la sangre de con la toalla desviando su mirada al escuchar una carcajada seguida de una explosión y sonrió al ver a Katsuki atacando aún más brutalmente que a ella al pelirrojo que tenía ahora todo su cuerpo endurecido devolviendo puñetazos y patadas que destrozaban el suelo donde impactaban. -Wow, impresionante. - Comentó sorprendida, parpadeando ante la brutalidad del combate y la forma en que ambos parecían disfrutar del duelo. 

 

-Si, creo que me sentiría más cómodo si me llama Midoriya, Heruera-san, aunque si quiere puede llamarme Deku.- Aceptó el héroe mientras desviaba su mirada al combate de los otros dos asintiendo ante las palabras de la latina. -Si, esos dos son realmente impresionantes. 

 

-Esa clase de quirk es increíble.-  Admitió la argentina observando con atención la forma en que las explosiones Katsuki y el endurecimientos de Eijiro parecían complementarse, permitiendo que el combate no solo fuera igualado sino que les permitía a ambos perfeccionarse mutuamente. -Son muy compatibles. 

 

-Si, siempre lo han sido, desde la escuela. - Admitió el de cabellos verdes sentándose junto a ella. -¿Se encuentra mejor? 

 

-Si, gracias, lo siento arruine tu toalla.- Comentó girándose a sonreirle enseñando el trozo de tela totalmente sucio. -¿Ibas a la escuela con ellos? - Preguntó curiosa. 

 

-Si, nos egresamos juntos de la UA. - Explicó con calma. -Y no te preocupes por eso, puedes quedartela, es solo una toalla. - La tranquilizó él algo nervioso. 

 

-Eres extraño, Deku. - Comentó ella divertida volviendo a poner sus ojos en los otros dos hombres que combatían ya bañados en sudor y tierra. -¿No tenías algunas preguntas que hacerme? 

 

-Ah, sí ¿Cómo funciona tu quirk? Nunca había visto algo así. - Comentó impresionado nuevamente con esa mirada brillante que descolocó a la mujer. 

 

-Ah, bueno, mi individualidad se llama surgery, puedo manipular la anatomía humana, separar los tejidos sin ocasionar ningún daño lo que me permite separar extremidades y órganos del cuerpo de una persona sin dañarlo ni interrumpir sus funciones biológicas.- Explicó a grandes rasgos quedando pálida al ver que el chico se apresuró a sacar un cuaderno de su bolso y escribía apresuradamente mientras la miraba con extraña emoción. 

 

-¡¡Eso es increíble!! ¿Cómo funciona? Digo ¿Tiene un limite de tiempo? ¿De órganos o extremidades que puede retirar? ¿Cómo lo unifica? Supongo que sí puede separar el tejido también puede volver a unirlo como hizo con el brazo de Kacchan pero eso suena demasiado bien tiene que haber un límite de alguna clase o… - La pelirroja sintió una gota de frío sudor bajar por el borde de su rostro al ver que el hombre comenzaba a murmurar para sí mismo tan rápido y bajo que no entendía una sola palabra de lo que decía. -¡Ah! - La exclamación casi la hizo saltar en su lugar por haber sido tan repentina inclinándose un poco hacia atrás al notar que los intensos verdes ojos del chico se clavaban en ella. -¿Cómo es su nombre de héroe, Heruera-san? 

 

-Eh...  En serio eres extraño. - Comentó con un leve tic nervioso en una de sus cejas. -Corazón, mi nombre es Corazón. - Explicó y vió que el chico volvía a anotar en el cuaderno. -Y si, mi individualidad es bastante complicada de utilizar, por supuesto que hay varios límites para ella.- Contestó encogiéndose de hombros. 

 

-¿Cuales? - Preguntó insistente y la mujer suspiró apoyando el codo en su rodilla y su mano sobre su palma mientras lo miraba un tanto divertida. 

 

-No es muy inteligente e mi parte compartir mis límites y posibles debilidades con alguien que no conozco ¿No crees?  

 

-¡Ah! ¡Si! ¡Lo siento! ¡Lo siento! - Se disculpó repetidas veces con una sonrisa algo nerviosa. -No pretendía ofenderla, solo es curiosidad. 

 

-Entiendo porque Katsuki te llama nerd. - Comentó divertida, sonriéndole. -¿No venías a entrenar, Deku? 

 

-¡Ah! ¡Es verdad! Iré a unirse a Kacchan y Kirishima-kun. - Contestó recayendo en ese pequeño detalle para luego apresurarse a la arena de combate irrumpiendo en medio de la pelea de los otros dos para agredir al rubio que aceptó el desafío de dos contra uno gustoso. 

 

Ella por su parte se miró a sí misma y con calma comenzó  a pasar sus dedos sobre los raspones y quemaduras leves que le había provocando el entrenamiento, cerrando las heridas y sanando al menos un poco su piel aunque el dolor seguía allí. 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Salió del gimnasio con pasos algo torpes y sonrió al ver parado a unos metros de la puerta al rubio acercándose a él y estirado su mano en su dirección para pedir un cigarrillo con un gesto al notar que su amigo estaba fumando y no demoró mucho en entregarle la cajetilla para que sacara uno. -Fue un buen entrenamiento, Katsuki.

 

-Limpie el suelo con tu cara, Ripper. - Contestó él con una sonrisa ladina mientras la veía encenderse el vicio para dar una larga calada. 

 

-No lo niego, odio admitirlo pero tu capacidad física es un poco más de lo que puedo manejar. - Se quejó ella con fastidio retirando el filtro de su boca para sacudir la ceniza. -Pero estamos a mano, volví a robarme tu corazón, Kat-su-ki… - Se mofó ella separando juguetona las sílabas de su nombre. -Tiene un color carmesí mucho más vivo que la última vez… 

 

-Tsk, cállate. - Se quejó con sus mejillas apenas sonrojadas, desviando su mirada mientras llevaba el cigarrillo a sus labios de nuevo. 

 

-¿Por qué? - Preguntó ella entonces mirándolo entre divertida y preocupada. 

 

-No preguntes idioteces. - La censuró mirándola de reojo. 

 

-Vamos Kat. - Insistió con tono juguetón. -Sigue siendo por él ¿Cierto? ¿Por qué aún no te confiesas? 

 

-Te dije que no preguntaras idioteces.- Contestó cortante mientras continuaba fumando. -Él pelos de mierda esta por salir, ni se te ocurra mencionarlo. 

 

-Ah, en serio no te entiendo. - Comentó ella alzando su mano para volver a dar una calada a su vicio. -No sé cómo lo haces… 

 

-¿Qué cosa? - Preguntó mientras apoyaba su peso en una de sus piernas, con su mano izquierda posada en su cadera formando un asa mientras usaba la derecha para fumar. 

 

-¡Esto! Vivir con él, verlo todos los días, tenerlo ahí en tu cara todo el tiempo y fingir que no lo amas. - Contestó ella con más frustración que enojo. -En serio ¿Por qué eres tan masoquista? 

 

-¡Bakugo! ¡Nerea-san!- El grito alegre del pelirrojo los hizo girarse y fue la mujer quien alzó su mano al pelirrojo que trataba en su dirección mientras Ground Zero se alejaba de ellos con andar pausado y silencioso. -¿Vamos a almorzar? ¿Qué dicen? Hay un buen lugar cerca de aquí, Nerea-san, es el favorito de Bakugo, seguro te gusta. - Comentó alegremente. 

 

-¿De verdad? Entonces vamos, me muero de hambre. - Contestó ella con una sonrisa. 

 

-¡Caminen extras!- Escucharon el grito e Bakugo a unos metros delante de ellos y ambos rieron acelerando su paso para alcanzarlo e ir los tres juntos rumbo al restaurante que Red Riot había mencionado.  

 

Antes de notarlo los tres estaban en el restaurante esperando su orden. -¿Cuando tienes la entrevista de trabajo, Nerea-san? - Consultó alegremente Kirishima. 

 

-Mañana a las dos de la tarde. - Comentó algo nerviosa. -Espero que todo salga bien, me encantaría poder quedarme a trabajar aquí. - Comentó soltando un suspiro mientras apoyaba su codo en la mesa y su mejilla en su mano. -Aunque bueno tendré que hacer muchos trámites para poder establecer mi licencia de héroe aquí en japón y todo lo demás. 

 

-No te preocupes la agencia es la que se encarga de esas cosas por lo general. - Comentó sonriendo el pelirrojo. -Ahora solo concentrate en pasar esa entrevista. - Comentó estirando su mano a ella, sonriendo al ver que ella aceptaba el amistoso apretón con fuerza. 

 

-¡Eso haré!- Juró con convicción escuchando a Bakugo chasquear la lengua junto a ellos. 

 

-Tsk, son unos ruidosos. - Comentó con fastidio. -¿Cuánto planea demorar la comida? Tengo que ir a trabajar. 

 

Ante eso la mujer lo miró curiosa. -¿A qué hora comienza tu turno? No debimos entretenernos tanto en la arena. 

 

-A las cuatro de la tarde. - Contestó él con fastidio rascando su cabeza con una mano. - Volveré cerca de las doce de la noche si las cosas están tan jodidamente aburridas como ayer. 

 

-Yo tengo turno a las ocho, igual que ayer.- Comentó mirando a la chica. -Asique luego de almorzar ¿Me acompañas a hacerte una copia de la llave? Nuestros horarios son muy complicados y tenemos que aprovechar a hacer esto ahora que tenemos tiempo, no quisiera que te quedaras encerrada mientras no estamos, Nerea-san. 

 

-Ah, claro, amos Eijiro, así de paso me muestras un poco la ciudad.- Pidió alegremente agradeciendo a la mesera que se había acercado con una bandeja dejando frente a ellos su comida con un gesto amable. 

 

-¡Claro! ¡Hay mucho que ver!- Comentó con algarabía Kirishima.

-¡Ya dejen de joder y comán!- Protestó el rubio mientras rodaba los ojos. -Aun tengo que volver al departamento antes de ir a la agencia.

 

-Ay que gruñón.- Se burló la argentina sacando su lengua riendo al recibir a cambio un insulto.  

 

Tras almorzar se despidieron de Bakugo que solo alzó una mano a ellos con gesto despreocupado mientras regresaba sus pasos al departamento. 

 

Kirishima y Herrera por su parte tomaron el tren para ir rumbo al centro, sentados uno junto al otro en un silencio cómodo hasta que la pelirroja notó que su actual compañero de piso intentaba iniciar una conversación. 

 

-Ya, Eijiro, solo pregunta.- Comentó ella divertida. 

 

-Perdón Nerea-san solo tenía curiosidad ¿Cómo fue que Bakugo y tu llegaron a ser tan buenos amigos?- Preguntó curioso. -Él no es precisamente del tipo extrovertido. 

 

-Bueno…- Hizo una leve mueca con sus labios y lo pensó un momento. -Es un poco complicado de explicar, principalmente porque las circunstancias en las que nos conocimos son confidenciales. - Comentó haciendo una leve mueca. -Hay mucho que no puedo contarte. 

 

-Lo supuse, Bakugo me dijo que habían clasificado la misión en la que estuvo en Argentina asique no le pregunté más al respecto. - Contestó algo frustrado al no conseguir una respuesta concreta. 

 

-Bueno, sin faltar a mi boto de silencio puedo contarte que no fue sencillo al principio.- Comentó ella con calma.  -Katsuki me cayó realmente mal cuando llegó con sus aires de superioridad, insultandome al saber que yo sería su compañera, principio creí que era maldito misógino. - Comentó arrugando un poco su nariz en gesto de disgusto. -Pero luego me calme al ver que no era personal, él nos despreciaba a todos por igual. 

 

Kirishima explotó en carcajadas por esa aseveración y llevo sus manos a su estómago. -Si, bueno, él es así, pero tampoco es tan malo no es que realmente desprecie a todo el mundo. 

 

-Si, eso lo supe después cuando noté que él conocía bien nuestras habilidades, y en realidad no estaba subestimando a nadie, conocía bien nuestras capacidades luego de trabajar juntos por un tiempo.- Comentó ella con calma. -Entonces pensé que sus insultos y su forma brusca era solo su forma de ser “amistoso”.- Comentó haciendo comillas con sus dedos causando de nuevo la risa del pelirrojo. -Asique decidí no juzgarlo tan duramente y me acerqué a él. 

 

-E intentó alejarte a patadas.- Confirmó su sospecha el pelirrojo riendo al ver que ella asentía. 

 

-Si, pero no soy tan fácil de intimidar.- Comentó ella divertida. -No es que le tuviera lastima ni nada así, admiraba su fuerza, la admiro de hecho, un quirk como el que tiene es sencillamente increíble y llevado de la mano con ese cerebro que parece que no usa pero que sí tiene es una combinación imparable, digamos que Bakugo me pareció mi tipo de persona, alguien frontal y directo, no va a fingir simpatía solo por modales y pensé que quizás se sentía demasiado solo en un país distinto al suyo y tan terriblemente diferente culturalmente hablando asi que basicamente lo atosigue hasta que se dio cuenta que gritarme no iba a servir de nada y nos hicimos amigos. 

 

-Entiendo, si la fuerza de Bakugo es increíble y es tan masculino, es difícil no seguirlo cuando te das cuenta de que no es en realidad un mal tipo. -Comentó con convicción con sus ojos brillando de admiración por el rubio. 

 

-¿Masculino…?- Preguntó ella por la extraña palabra que el chico había usado para describir al otro héroe y finalmente asintió. -Ahora que lo mencionas es verdad, Katsuki es muy masculino…- Admitió antes de estallar en divertidas carcajadas. 

 

-¿Qué es lo divertido, Nerea-san? - Consultó arqueando una ceja al verla reírse de esa manera. 

 

-Bueno, recordé a una amiga. - Comentó ella ahogando su carcajada. -A ver dejame pensar como se dice esto en japonés. - Dijo haciendo un gesto pensativo y luego de ordenar sus ideas se giró a ver al pelirrojo. -Ella suele decir una cosa, que los hombres pueden dividirse en comunes, feos, horribles y que luego tienes a los tipos lindos, de cara bonita y rasgos delicados, atractivos, sexys y después tenes a ese tipo que no sabes decir si es atractivo, sexy o lindo y por lo general esa dice que esos… esos son los hombres que sudan testosterona. - Comentó entre risa ahogadas ante la estupidez que estaba diciendo en honor a su amiga y la expresión entre confundida y risueña del pelirrojo. -Creo que Katsuki entra en ese último rango, el hijo de puta aparte de nitroglicerina suda testosterona ¿Crees que pueda agregar eso en su ficha de individualidad? - Preguntó divertida al ver que el hombre finalmente estallaba en carcajadas y ella hizo exactamente lo mismo. 

 

-¡Rayos! ¡Qué buena manera de describirlo!- Comentó intentado respirar entre sus risas. -¿No tienes vergüenza de decir algo así, Nerea-san? 

 

-Pff, vergüenza hay que tener de robar, no decirle a un tipo que está bueno cuando lo está. - Contestó ella entre risas alegres mirando al pelirrojo con divertido ojo crítico achicando sus ojos como si de esa forma pudiera verlo mejor. 

 

-¿Qué? ¿Por qué me miras así?- Preguntó arqueando una ceja con sus risas más calmadas pero sin perder la sonrisa. 

 

-Estoy pensando si tú entrarías en la categoría de sexy o lindo. - Comentó divertida. -Mmmh, creo que te voy a poner en el mismo saco que Katsuki, después de verlos entrenar hoy definitivamente ustedes dos transpiran testosterona y punto.- Alegó estallando nuevamente en carcajadas al ver que el rostro del héroe mutaba a obscur rojo bermellón. 

-En serio no tienes vergüenza. - Contestó él entre divertido e incómodo. -Ah, la siguiente es nuestra parada ¿Vamos? 

 

-Ya te dije, vergüenza da robar.- Contestó levantándose de su asiento para aproximarse junto al otro a la puerta. -Además no es malo hacerle cumplidos a tus amigos o conocidos, a todos nos gusta que nos alaguen de vez en cuando. 

 

-Si, bueno, en eso tienes razón.- Aceptó él descendiendo del tren en cuanto este había detenido totalmente su marcha y las puertas se habían abierto.  

 

-¿Y tu y Katsuki? Deku mencionó que ustedes tres se egresarón juntos de la UA. - Comentó sonriente. 

 

-Si, estudiamos juntos.- Contestó con gesto relajado mientras metía las manos en sus bolsillos caminando junto a la chica por las concurridas calles. -Pues no fue muy diferente de lo que vos me contactes, aunque Bakugo era más problemático de adolescente, ahora está mucho más tranquilo. 

 

-¡Madre mía! ¿Era peor?- Preguntó desconcertada parpadeando varias veces por la sorpresa. 

 

-Si, mucho peor.- Admitió entre risas. -Pero siempre fue buen hombre, con fuertes convicciones, muy apasionado y decidido, además de que su fuerza es admirable.- Comentó con una sonrisa. 

 

-A Katsuki le deben estar ardiendo las orejas de una manera.- Comentó entre risitas divertidas. 

 

-¿Ardiendo las orejas?- Preguntó girando su cabeza a ella con duda. 

 

-Si, si no recuerdo mal ustedes dicen que cuando estornudas sin razón es porque alguien está hablando de ti.- Comentó a lo que el otro asintió. -Bueno, en Argentina cuando hablas mucho de alguien que no está presente se dice que a esa persona le van a empezar a arder las orejas. 

 

-Ah, entiendo.- Dijo pensativo imaginando al rubio con sus orejas enrojecidas y al rubio de mal humor por el inexplicable ardor.  

 

-Sabes, me alegra por fin haberte conocido.- Comentó de forma relajada mientras miraba atento la ciudad, fascinada con las diferentes viviendas y los pintorescos ciudadanos. 

 

-¿En serio? ¿Por qué?- Preguntó él mirándola curioso. 

 

-Por qué aparte de sus padres, eres de la única persona de la que Katsuki me habló mientras convivimos. - Explicó con una sonrisa. -Aunque también mencionó a los extras “cara de idiota”, “ojos de mapache” y “el bastardo de la cinta”- Comentó entre risas. -Pero me hablaba más de “el pelos de mierda”- Comentó mirando de reojo como el rostro el otro héroe volvía a cubrirse de carmín. 

 

-Ya veo, espero que no haya dicho nada malo. - Comentó soltando una risa un tanto nerviosa. 

 

-No, de hecho, solo comentó cosas buenas de ti, quitando un par de insultos de adorno para cubrir que es un blandito.- Se mofó ocasionando de nuevo las risas del pelirrojo a su lado. 

 

-Qué bueno que no nos está escuchando. 

 

-¿Me crees suicida? - Preguntó ella divertida. -Prefiero que no me haga volar en mil pedazos. 

 

-Ven, Nerea, es por aquí.- Comentó el pelirrojo desviándose por una callejuela para ir a hacer la dichosa copia de la llave y ella sonrió al notar que el honorífico “san” finalmente había desaparecido de los labios de Red Riot, menos mal, le parecían bastante molesto ser tratada con tanto respeto. 

 

Continuaron hablando por el resto del trayecto de cosas más triviales, como los gustos de música de Kirishima y ella se permitió curiosear un poco más sobre el grupo de chicos que había conocido el día anterior para luego dejarse guiar por lugares turísticos y diversos edificios del centro, disfrutando del paseo que Kirishima le ofrecía como bienvenida a Japón. 

 

-.-.-.-.-.-.- Continuará. 

 

Notas finales:

Notas finales de Sioa:  Bueno, poco y nada de interés ha despertado esta historia pero aun así seguiré escribiendo porque realmente tengo ganas de hacerlo. A quien se hayan arriesgado a leer este trabajo le doy las gracias por gastar su tiempo en disfrutar de este relato. 

 

Solo quiero aclarar un par de cosas, este es un slow burn, probablemente de unos quince capítulos o tal vez más con bastante acción y comedia asique les pido ser paciente aquellos que crean que el romance entre Bakugo y kirishima tarda en aparecer, lo bueno se hace desear así que esperen un poquito más. 

 

 Espero que les haya gustado este capítulo y que les haya servido al menos de un poco de entretenimiento a aquellos que como yo estan metidos entre cuatro paredes olvidando lentamente de qué color es el cielo (?) (¿Por qué tan exagerada? )

 

Me despido hasta el próximo capítulo con abrazo enorme. 

Sioa Shun Uchiha-san. 

 


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