Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor Milenario por Heartshaoi

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Yaaaaaaaas

 

Es que no me aguanto en serio, necesito actualizar banda :v

 

jhsdjad Me super emociono, aquí en mi pais ya estamos 5 de mayo ¡Feliz cumpleaños Gon!

 

Capitulo donde te profano un poquito djashdjashj

 

 

¡A leer!

Capítulo 6: Nuestros recuerdos

 

Dispuesto a pasar uno de los mejores días de su vida, había madrugado de la ansiedad que le producía salir con su padre. Eran antes de las 6 cuando hizo una pequeña maleta con accesorios de viaje para que nada faltara. 

-          ¡Ging! ¡¿Estás despierto?! – gritó en la puerta del dormitorio ajeno para despertar a su mayor, el cual seguía roncando con una burbuja en la boca.

Al no escuchar respuesta rodó los ojos ¡Como era posible que siga dormido! Lo había llamado más de 5 veces. Pensó si estuviese bien entrar, no tenia ni idea de como su padre se encontraría.

“Ojalá sea de aquellos que duermen sin nada”

Abrió la puerta lentamente, divisó a los costados el desordenado cuarto. Pasó por encima de papeles y trapos como un sigiloso gato. Llegó a la cama donde su padre dormía y la imagen en sus ojos era un pequeño adelanto de lo que en unas horas vería. El cuerpo semidesnudo de su progenitor le hizo sonrojar, su camisa entreabierta dejaba poco para la imaginación, los pectorales marcados, el vientre totalmente perfecto, el pecho que ascendía y descendía, alguna que otra cicatriz en formas de garra… ¡Ah! Una ligera corriente se presentó en su estómago.

Siguió bajando su vista, y esos pantalones delgados de verano traslucían todas las protuberancias de Ging, en especial aquella montaña entre sus piernas. Gon se llevó una mano a la cara, el calor en sus mejillas le indicó que debía apurarse antes de que hiciera algo indebido.

-          Ging, despierta. Tenemos que salir pronto… - dijo acercándose levemente, sentándose en la cama para moverlo. Al tocarlo sintió el calor que emanaba el otro, sus manos temblaban al pasarlas por sus brazos…

Ging se movió un poco, abrió y cerró los ojos varias veces antes de poder ver a su hijo.  Gon se alejó.

-          Buenos días… ¿No es muy temprano? – dijo sobándose la cara, sin notar como se encontraba.

-          En media hora tenemos que salir para tomar el tren. Te dejaré para que te vistas. ¡No te vuelvas a dormir!

El adulto tenia la vista en la nada, después de escuchar cerrar la puerta miró su cuerpo y se avergonzó, a pesar de que podía mostrar parte de el en otras ocasiones, en ese momento era diferente ¡Estaba dormido y vulnerable! Le estaba dando demasiada confianza a Gon, pensó que quizá debía taparse un poco más…

 

 

Los Freecss salieron de casa con el reloj en la mano, Gon le pidió una carrera a su padre para apresurar el paso y no perder la movilidad.  El viaje se hizo un poco vergonzoso para Gon que no paraba de recordar a su padre durmiente, lo veía conversarle, lo veía sonreírle, y la sensación de presión en la boca de su estomago cada vez era más grande. Su plan había comenzado bien, llevar a su padre a aquellas aguas termales era para sembrar su cercanía, tomar sake, comer, hacer el ritual de romper la sandía, aunque no fuese año nuevo…

-          ¿Qué lees? – le dijo Gon mientras se acercaba un poco más en su asiento doble.

-          Son unas notas antiguas de cuando era joven – le dijo cambiando la página que tenía rápidamente. Gon notó que ocultaba algo, pero le sonrió y fingió no verlo.

El mayor le mostró su agenda de una década anterior, cuando viajaba y era un cazador que nunca descansaba… Imágenes, dibujos a mano, fotografías borrosas, notas apuradas. Gon apreció cada detalle, su padre le sonreía y explicaba cada parte… Realmente era imposible no sentirse enamorado de aquel ser tan genial.

El viaje se volvió muy rápido así, habían descendido del tren en una frase. Ya eran más de las 9 cuando decidieron tomar desayuno en uno de los tantos puestos comerciales. La zona más turística de su ciudad contaba con muchos aperitivos que no dejarían pasar.

-          ¿Por qué quisiste venir a las aguas termales de aquí? – le dijo Ging al acabar su última ración de bocadillos.

Gon lo miró apretando los labios, no era buen inventado excusas – Pues hace mucho que no estoy en aguas calientes y pensé que era perfecto. Supongo que tú tampoco te relajas hace mucho ¿no?

-          Tienes razón – sonrió – Fue una buena idea – finalizó dándole su típica caricia en la cabeza, Gon alzó los hombros sintiéndose más pequeño de lo normal, su padre lo veía desde arriba y le era imposible no olerlo.

¡Se había echado el perfume que tanto guardaba!

-          Hueles muy bien Ging ¿Qué llevas puesto? – tenia que preguntarle, no debía pasar por alto aquel detalle.

Su padre se dispuso a caminar y acomodó su típico gorro – Solo es un perfume que compré hace tiempo, pensé que estaba bien usar un poco hoy – miró a Gon con un ojo, sentirse olfateado por el menor le generó nervios, pensaba en el por qué Gon siempre era tan profundo.

¿Por qué demonios me hueles?

 

-          También noté que te has afeitado, te ves más joven…

¡YA BASTA DE HALAGARME!

 

Ging sintió arderle la cara, no acostumbraba a recibir tantos elogios en menos de dos minutos. Especialmente porque Gon se empeñaba en hacer notar esos cambios muy directamente.

-          Sí, sí… ¿No crees que debamos ir más rápido? Siempre hay muchas personas haciendo cola.

-          Si es por eso no te preocupes ¡Separé el lugar solo para nosotros dos!

Su padre lo miró sorprendido alzando las dos cejas. Un escalofrío le recorrió la espalda, la ultima frase se repetía en su mente.

Solo para nosotros dos”

 

 

Llegaron al establecimiento en silencio conversando trivialidades, Gon le indicó que se acercaría a la reservación para anotarse y dejó a su padre en la zona de equipaje para que le ayudara a guardar sus pertenencias. Se sentía bastante animado, estaba logrando todo lo que quería, tener a su padre para él solo, diciéndole cosas lindas, recibiendo la misma química. O al menos eso creyó hasta que lo escuchó.

-          ¡Gon!

El mencionado volteó, la escena le hizo subir de tono en un parpadeo, apretó fuertemente la mandíbula para no soltar ninguna palabra equivoca.

-          ¡Ahí voy! – dijo fingiendo una sonrisa.

Caminó un poco lento intentando calmarse ¡Pero como podía! Su padre estaba sonriéndole a una mujer que no paraba de acercársele.

-          ¿Quieres un bocadillo casero? – le dijo Ging con cara de baboso – Esta señorita está vendiendo, están bastante buenos.

La mujer sacó un pequeño envoltorio de un típico dulce de chocolate. Ging no paraba de mirarla y aquella mujer le correspondía. Gon estaba apunto de sacarle los ojos.

-          No, gracias. Acabamos de desayunar…

-          De todas formas, gracias – le dijo el ex zodiaco a la dependienta.

-          Eres muy amable por comprarme – dijo la jovencita mientras se acercaba para depositarle un beso en la mejilla – Muchas gracias guapo – diciendo esto se fue dándole un guiño.

La cara de Ging estaba tan colorada que parecía una señal de peligro. Gon se quedó helado con la escena. A penas descuidaba dos minutos a su padre y ya las mujeres se le estaban acercando para enamorarlo. Lo peor era que su señor correspondía, no podía creer que su padre estuviera mirando el movimiento de la falda que se alejaba poco a poco.

-          ¡Ging!

El mayor le dirigió la mirada como si le hubieran despertado de un hermoso sueño – Si sigues mirándola se va gastar…

-          ¡Qué cosas dices! No la estoy mirando… Ya no.

-          Pues vámonos, ya está listo el cuarto.

Gon estaba a una rayita de perder el control, estaba a nada de soltar aquella aura que tanto deseaba ocultar. Pero le era inevitable no sentirse molesto, esa impertinente le había sacado su peor lado. Decidió contar hasta 10, estaba ahí para pasar un buen rato, no para enojarse.

Ging notó la incomodidad de su hijo ¿Qué le pasaba? Se preguntaba por qué de repente dejó de sonreír y ahora lo miraba con el ceño fruncido.

-          ¿Todo bien Gon?

El menor asintió con la cabeza, sin producir sonido, sin mirarle. Ging no era tan estúpido como para no notar esas actitudes, pero lo que menos quería creer en ese momento era la lógica del comportamiento de Gon “¿Acaso está celoso?” pensaba mientras lo veía caminar delante de él a paso largo.  ¿Por qué? ¿Celos de hijo?

La idea le parecía descabellada, pero las actitudes de Gon últimamente le despertaban mucha curiosidad. No quería imaginar imposibles, pero…

-          ¿Por qué ya no dices nada? – tenía que saber, al menos quería escucharlo un poco más.

Gon lamentó su actitud ante la ultima pregunta, estaba dejando notar demasiado sus emociones. Así que se acercó a su padre y lo tomó del brazo – Es que tengo una sorpresa – dijo sonriéndole de oreja a oreja.

Ging olvidó el motivo de sus preguntas, estaban a un paso de la puerta corrediza que daba con el patio trasero, aquel lugar donde se encontraban las fuentes calientes… podían sentirlas detrás del delgado papel de ventana.

-          Entremos ya – Gon jaló del brazo a su padre y lo siguiente que vieron fue un burbujeante jacuzzi natural, rodeado de piedras, de flores, con un pequeño banco cerca y una gran piedra pulida, el piso se terminaba a unos cuantos pasos. Ging no recordaba la ultima vez que se relajaba, al sentirse soltado solo deseó entrar en el agua y olvidar un poco que pronto partiría.

Gon se alegró de haber cambiado de tema, la siguiente escena era lo que más le alteraba, pero no se detuvo, tenía que ser el primero antes que su mayor le gane en desvestirse. Tomó la bata que colgaba de la pared, y sentado en la madera tallada se empezó a desnudar.  Ging se dirigió a él y verlo quitándose los zapatos, la camiseta, el short…  Simplemente no pudo preguntarle más… Apartó su mirada para darle su privacidad.

Pero Gon quería ser observado, quería impregnarse en los recuerdos de Ging, quería que no lo olvidase cuando se vaya, quería que descubriera que no era tan pequeño ya, que ya era un hombre, que lo viese y al menos reciba un halago en sus pensamientos, quería dejarlo mudo, sorprendido… Quería sentir que solo él era dueño de sus ojos en ese momento.

-          ¿No piensas quitarte la ropa? ¡Entrare yo primero entonces! – le dijo para moverlo, Ging parecía un poco tímido ante la idea de desnudarse.

-          Sí… Ya empiezo.

Ver a Gon caminar sin ropa hacia la fuente fue algo extraño, sería su hijo, pero no había pasado con él ni siquiera la décima parte de su vida. Llevaban la misma sangre, pero aún era un extraño con el cual convivía por obligación. Sus ojos se concentraron en aquellas contorneadas piernas que daban grandes zancadas para perderse en el agua, el movimiento de las caderas ajenas le hicieron abrir levemente la boca con asombro. Empezó a quitarse el gorro y por un momento pensó en todas aquellas anécdotas que Gon le había contado, desde que tuvo sexo, hasta que se masturbaba…

Ging se mordió los labios, se sentía un poco sucio al recordar aquello solo por ver su cuerpo. Quizá fue mala idea entrar a aquel lugar, pero ya no había vuelta atrás. Estaba con la mitad del cuerpo desvestido ya, la hebilla de su correa sonaba a la par mientras salían sus pantalones.

Gon en cambio tuvo la mejor vista posible desde el agua. Con su cuerpo medio hundido podía observar cada movimiento del mayor, el calor que tenia en las mejillas había descendido por todo su pecho alojándose en su vientre. El cuerpo de su padre era tan perfecto que se sintió minimizado ante los contundentes músculos bronceados.  Todos los celos que había sentido desaparecieron al verlo caminar en su dirección, logró verle por completo antes que se cubriera con una toalla, un largo suspiro se asomó en sus labios…

-          Ging… Tienes muchas cicatrices… ¿Podrías contarme de algunas?

El adulto entró por completó en el agua y salió lanzando su cabello hacia atrás, escuchó la pregunta y sonrió.

-          Claro, ¿Cuál te llama más la atención?

Gon pasó indiscriminadamente los ojos por todo lo que pudiesen abarcar, sin temor a ser mal visto, podía encubrir sus sucios deseos al fingir que solo buscaba la cicatriz que más le gustaba.

-          Esa, la que tienes en el lado de la costilla derecha – se sentía observado, pero realmente no podía despegarse de aquellos pectorales mojados, brillaban perladamente, lo estaban hipnotizando…

Ging se buscó la marca mencionada, sonrió y se acercó a Gon. El menor sintió que estaba a punto de perder los papeles cuando su padre acortó la distancia a menos de un metro. Solo deseaba que confundiera su rubor con el calor del agua.

-          Esta que vez aquí fue de antes que nacieras, la obtuve en un viaje al nuevo mundo –  el menor lo observó sorprendido, quería escuchar más, aprovechó la complicidad para apoyarse en las piedras tras su espalda, generando que su progenitor se acercara más – Fue un demonio muy poderoso que casi me mata, debería estar muerto, pero me salvé por su piedad…

-          ¿Cómo sobreviviste?

-          Me hizo su prisionero y en un descuido escapé. Estaba seguro que me mataría si me descubría jaja… - la ultima frase de Ging le propició una serie de sensaciones nunca antes experimentadas. La curiosidad se volvía infinita, quería más información de ese demonio.

-          ¿Y por qué te apresó?

Ging alzó los brazos en duda – No lo sé, pero fueron meses bastante duros y a la vez buenos para aprender más, era un ser increíblemente poderoso, si un día regreso quizá me mate esta vez – dijo en tono gracioso para no sonar tan serio con la afirmación final. Gon parpadeo varias veces intentando ver a su padre, pero la imagen de un demonio de piel pálida y ojos rojos le impedían pensar.

-          ¿Y cómo era?

Después de recibir la explicación de su padre se asustó ¿Cómo era posible que el ya supiese como luce aquel sin haberlo sabido? Solo había bastado escuchar un poco para sentirse embriagado de su conocimiento.

-          ¿Se llamaba…?

-          No tenía nombre.

Ging empezó a chapotear el agua, había notado que su hijo estaba demasiado curioso, quería sacarlo de esa burbuja, estaban ahí para divertirse después de todo.

-          ¡Que haces! – le dijo Gon al recibir una gran ola de agua. Su padre mostró su aura y concentraba su nen en sus piernas para intensificar su presión bajo el agua, generando que Gon perdiera el equilibrio.

-          ¡Deberías tener cuidado! – le dijo riéndose al verlo queriendo salir del agua. El adulto detuvo lo que hacía pensando que ya era suficiente broma, pero segundos después perdió de vista a su menor. Estaba riéndose con los ojos cerrados así que no pudo ver donde se escondía, pero era más que obvio que estaba debajo del agua.

-          ¡Qué piensas hacer! ¡Voy a descubrirlo!

Gon estaba más que animado, si su padre quería jugar, él sería su juguete. Se hundió por completo en el agua, y con sigilo avanzó hacia los pies de su padre, jalándolo con fuerza, haciéndolo caer, quitándole la toalla para luego lanzarla fuera del alcance.

-          ¡Ahora quién ríe! – le dijo a su padre al verlo nervioso por andar sin nada, riéndose burlonamente, sin ninguna vergüenza de pararse por completo mostrando cada parte de su intimidad.

-          ¿Quieres jugar sucio verdad? – Ging afiló la mirada, su hijo estaba en frente suyo desnudo sin ningún pudor, y ahora él se encontraba igual, la única prenda que lo mantenía seguro ya no estaba. Su hijo podía ser un pequeño demonio cuando quería…

-          Tú empezaste – dijo Gon volviéndose a hundir en el agua caliente, saberse observado por su padre le ponía la piel de gallina.

-          Pues te reto, quién aguante la respiración más tiempo debajo del agua le hará una hora de masajes al otro.

Gon sonrió ante la inocente propuesta - ¡Pero si gano tendré unos masajes que harán sufrir! ¡No vas a querer perder! – Ging se rio afirmando aquello.

-          ¿Empezamos?

El menor sabía que podía aguantar muchos minutos sin respirar, pero el problema era que ahora su corazón tenía una arritmia leve, aquello le quitaba muchos segundos por no poder concentrarse. Gon perdió a los 5 minutos, había ascendido del agua bastante rápido, cuando su padre le preguntó que le había pasado solo pudo decir que tragó agua sin querer.

Estuvieron un poco rato más, salieron riéndose otra vez, la felicidad que sentía Gon era apabullante, Ging lo observaba sonreír y por un momento vio una luz reflejarse en sus ojos. ¿Cómo era posible que ese bello niño fuese su hijo? Pensaba que tenia todo lo bueno de su difunta madre.

-          ¿Por qué apostaste una hora de masajes si aquí nos lo van a dar? – le preguntó Gon haciéndole salir de su embelesamiento.

-          Para otro día cuando este cansado ¿Vale?

-          Vale – sonrió y notó como su contrario apartaba la mirada. Se preguntaba si aquella reacción era su culpa ¡Quería serlo! – Es hora de comer algo, primero cambiémonos las batas…

-          Sí…

Ging pensaba muchas cosas, se sentía feliz, complacido, satisfecho, pero la idea de que pronto se alejaría no le permitía disfrutar todo como quisiese. Veía a Gon tan feliz con él que lamentó ser un mal padre.

“Él se merece algo mejor”

Esa frase le molestó en todo el almuerzo, se sentía pésimo. Para empezar ni siquiera le tenía la confianza como un familiar y es que quizá… no lo consideraba un familiar más. Le era extraño ver a Gon cada mañana para él, a su servicio en cada momento, no se sentía digno de tan radiante persona. Solo podía intentar hacerlo lo más feliz posible en esos días antes de abandonarlo.

-          ¿En qué piensas? – le dijo Gon sacándolo de su ensimismamiento. Los dos se habían detenido a pescar en la laguna artificial del lugar, el atardecer ya estaba llegando.

-          Solo pensaba en trabajo ¿y tú?

 

Gon estaba algo lejos de su padre, decidió acercarse y sentarse a su costado. Ging lo observó y la luz del atardecer le regaló una hermosa vista, su hijo tenía el rojizo ardiente encima de su dorada piel “Qué lindo” Pensó, y otra vez la sensación de culpabilidad lo inundó.

-          Pensaba en que no quiero que te vayas…

Aquellas palabras dejaron en silencio todo, el mayor contuvo la respiración y cambio su mirada a una más apagada “¿Por qué siempre eres así? ¿Por qué siempre me haces sentir tan mal?”

Era la primera vez que Gon le expresaba su malestar por su pronta partida, directamente, no se andaría con rodeos, no quería que se fuera, después de tantos años, lo necesitaba, quería decírselo, al menos debía confesarle eso ya que, sus sentimientos más profundos seguirían guardados por mucho tiempo más.

-          Realmente me tengo que ir, es más… Ya que tocas el tema, debo decirte algo más – Ging sacó su caña del agua y giró todo su cuerpo para ver a Gon directamente – He conversado otra vez con Cheadle, tengo que partir en dos días, yo… - Gon sintió su pecho hacerse añicos, sus manos que se recostaban en el pasto se apretaron fuertemente, enterró sus uñas sintiendo dolor, pero no tanto dolor como el que reventaba en su corazón.

-          Dijiste que sería una semana…

-          ¡Lo sé! – la culpabilidad le hizo agachar la mirada, su hijo le observaba y la vergüenza de ser tan mal padre no la podía llevar en alto – Lo siento otra vez…

-          Te busqué por casi 3 años sin parar y cuando te encuentro solo piensas en irte – las palabras empezaron a salir sin ningún filtro, le dolía saberse abandonado otra vez, lo amaba y le lastimaba pensar que pasado mañana al amanecer se encuentre solo él - ¿No puede otro cazador hacer ese trabajo?

-          Gon… no. No lo entiendes, es algo personal que solo puedo hacerlo yo, pensé que todo estaba bien… - Ging buscó en la mirada de su hijo un poco de perdón, pero esos ojos cafés empezaron a lucir más oscuros de lo normal ¿Era el anochecer?

 

El menor de los Freecss sintió la rabia apoderarse de él, sentía calor en su cuerpo queriéndole arder cual sangre en llamas, sus ojos se inundaban de lágrimas, ya no podía soportarlo, la combinación de sentimientos no confesados, de palabras no dichas, todo se acumulaba para crear el peor escenario que Ging pudiera ver.

-          Gon… no… - Ging maldijo en sus adentros ¡Merecía un premio al peor padre del año! Ver como las cristalinas lagrimas decoraban el rostro de su hijo le hicieron temblar, en un intento nada planeado había jalado a Gon contra su pecho, apresándolo con ambos brazos, intentado de alguna manera detener ese llanto – No llores por favor… No me hagas esto…

Gon sintió el calor de su mayor apresarle, era el primer abrazo que le daba, no era uno robado por él, era una muestra de afecto de Ging que nunca antes pensó tener. Las lágrimas se detuvieron en poco tiempo, la calidez que sentía era todo lo que necesitaba para amortiguar sus sentimientos, para detener aquella sensación maligna en su interior.

-          Ging – dijo mientras seguía pegando su rostro al pecho ajeno - ¿Podemos quedarnos un rato así?

El mayor no entendió la petición, pero se vio obligado a hacerle caso, no quería verlo mal – Todo el tiempo que quieras – dijo y sintió como las manos ajenas lo apretaban en la espalda, sintió como su rostro se calentó, no era una buena posición, Gon estaba sentado entre sus piernas, respirando cerca de su cuello, sin decir nada…

-          ¿Ya te sientes mejor? – le dijo al pasar un rato, Gon no parecía querer despegarse nunca más.

El corazón del menor latía a mil caballos de fuerza, se había separado sin perder la cercanía para decirle con una sonrisa a medias – Entonces vendrás en mi cumpleaños ¿O fingirás no haber escuchado mi pregunta otra vez?

Ging tragó saliva - ¿Cómo sabes…? Bueno, tendría que dividirme en dos para aquello… - No tenia planes de regresar, pero no podía escapar de la situación diciendo “No” Había descubierto que su hijo lo quería a su lado, lo que más temía se había hecho realidad, Gon se había encariñado con él y ahora le era difícil dejarlo.

-          ¿Entonces es un sí?

-          Sí…

Ging terminó marcando su sentencia con esa respuesta. Gon se separó para no seguirle incomodando, sabía que debía poner límite ante su demostración de afecto, Ah… pero le era imposible no querer seguir embriagándose con el olor de su padre.

Los dos se quedaron apoyando su cuerpo hombro con hombro mientras el anochecer llegaba. El día siguiente les esperaba para retornar a casa y pasar el ultimo día juntos.

El plan de Gon hacia efecto…

 

 ¿Qué podría hacer en un día?

 

 

 

 

 

Notas finales:

Me siento tan cursi jajajaj

 

Ging ctm como haces llorar a Gon olv e_e

 

Ya ya ¿Que les parece?

Siguiente capitulo: Despedida pasajera, tension sexual, inspeccion del cuerpo ajeno, y chistes subidos de tono asjdhajsda

Actualizaré el lunes que viene o martes. Me tomo un pequeño descanso de una semana...

 

-Heart


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).