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CAMINO DE NIEVE por Aria Kimiharu

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Al día siguiente Nina apareció en su casa a punto de llamar a la policía por un caso de secuestro, se le olvido completamente llamarle para visarle que estaba bien.

Después de gritarle por veinte minutos le pidió a su madre permiso de salir, inmediatamente esta dijo que si, le obliga a ponerse ropa deportiva t salir caso corriendo del lugar.

—Espera Nina —pidió mientras intentaba seguir el ritmo.

—¿Cómo que espere? Te llamé muchas veces, estaba tan preocupada, pensé que alfo te habia pasado —recrimino mientras intentaba calmarse —sabias que ayer Jerome se fue al otro continente por lo de la beca, así que si me llamaste era alfo muy urgente estaba a punto de correo cuando no escucho alguna defensa de su amigo —¿Paso algo? —

—Mejor dicho, que no paso —lo pensó un momento —hay que tomarlo con calma, sentémonos —el esto aún estaba húmedo.

—Escucho —

Hablarlo fue más difícil de lo que pensé, teniendo en cuenta que todo el panorma que creyó sabia de repente habia cambiando drásticamente, afortunadamente su amiga no le pregunto nada en lo que terminaba de contar su travesía,

—¿Qué quién qué? —ella por su parte no podía creer que si quiera una persona con el padre de Alex o la madre de este no fueran las personas que siempre pensó que eran.

—De hecho, no parecen malas personas, solo que aún no puedo asegurarlo —para Nina la actitud de su amigo era bastante extraña, si a ella le dijeran ese tipo de cosas, no habría usa en saber la verdad de inmediato, quisiera interrogar a las personas que le cambiaron la vida en in momento.

—¿Piensas hablar con ellos? ¿Tu padre está bien? — pregunto mientras caminaban,

—No lo sé —aún no estaba seguro de que hacer o siquiera si deba hacer algo, por el momento se centraría en la Universidad, faltaba cada vez menos para irse de casa.

Omitió la parte en como perdió su celular, Nina se ofreció a llamar y tal vez la persona que lo encontró lo devuelva, pero Alex le dijo que no era realmente importante, que si en algún momento lo recuperaría así seria.

Su amiga no quedo muy convencida, pero acepto

—¿Quieres que te llevemos al campus? —sabia que tal vez le sería difícil ir con su madre no biológica o algo peor, no sabría cómo llegar al lugar por si cuenta.

—Está bien. Por el momento las cosas siguen igual, no hay nada de qué preocuparse —aunque ella quería creerle, decidió que lo mejor era que el avanzara a su manera.

—Realmente debi contestar el teléfono, por cierto ¿Cuál es el nombre de tu hermano? —esta vez si tenia curiosidad.

—Esa es una buena pregunta—aseguro mientras trataba de disimular que nunca pregunto —De tantas cosas que pasaron realmente no pude preguntar

—Alexander que voy a hacer contigo, está bien que no se hallan visto en años, pero incluso lloraste al verlo —aseguro algo confundida.

—Tal vez le pregunte después a mi madre—aunque no supiera como abordar realmente el tema.

Lo que resto de la mañana se la pasaran o corriendo o haciendo alguna rutina, Alex necesitaba silencio para pensar en aclarar sus emociones, tal vez no anoa sido tan explosivo debido a que todo vino de golpe,

Al volver a casa no tuvo el valor de preguntarle a su madre nada, siguieron la rutina, aunque a veces se notaba un poco de incomodidad, pero sabían lidiar con ella, aunque claro de la manera en que podían.

La noche siguiente estaba viendo el televisor cuando una noticia realmente lo sorprendió, otro incendio, pero esta vez en un hospital, agradece que no fuera el de su padre pero se notaba que el fuego e para suerte de todos había sido detenido.

**Unas horas antes en l Hospital Unión Oriente DH**

Un hombre en urgencias se sentía nervioso, desde hace casi una hora que la enfermera se fue con la muestra de su sangre, sabía que podía ser algo malo pero nunca pensó que tanto, apenas tenía 25 años, su empleo estaba prosperando bien así que no entendía porque de repente esos mareos constantes, además de sentir la necesidad horrible de correr por todos lados.

La enfermera regreso con un doctor.

—Buenas noches Tomas Masen—dijo amablemente mientras leía su expediente—Dime Tomas además de los síntomas de energía y mares constantes ¿Alguna otra cosa que deba saber? —parecía bastante serio. 

—No, solo eso —aseguro

—No te preocupes todo estará bien, te administraremos una solución, descansa un rato y esperemos que te sientas mejor —la enfermera se acercó lentamente con una inyección,

No supo cómo ni porque, pero sintió que algo andaba mal, esa cosa ¿Olía?, si era un olor extraño como si fuera, ni siquiera lo pensó pero de pronto ya estaba corriendo, escucho unas voces detrás que decían que lo atraparan, pero no entendía porque ¿Qué estaba mal?, sentía que en definidita si hacia algún movimiento y se detenga probablemente no volvería a ver el sol.

Las personas intentaba detenerlo, pero simplemente no podían era como si tuviera fuerza sobre humano, vio como la puerta principal se cerraba, el cristal era lo suficientemente duro para portar un choco de auto, lo sabia porque su primo había chocado uno el año pasado, no le importo que se lastimara, si lo hacía entonces no tendría más opción que aceptar su derrota.

Pero no fue así, simplemente escucho el sonido de cristal romperse, eso solo podía indicar una cosa, el vidrio estaba rato y por ende había logrado salir, no sentía algún ti'po de dolor así que se limito a salir corriendo aún más rápido.

Justamente pudo sentir un arma diferente, deleitante suyo Hania una persona, no podía verle la cara debida que tenía una chaqueta, pero por su complexión parecía ser una mujer, no se detuvo simplemente paso junto a ella, encontrándose con un aromo a ¿Fuego? O tal vez a quemad, sin embargo, el olor le dio la sensación de que debía escapar aún más rápido si era posible el doble de rápido.

El hospital más tarde salió en las noticias reportando un incendio en las instalaciones, sin embargo, no hubo muertos registrados, pero algunos pacientes que ya estaban graves en las salas afectadas fueron traslados a otro hospital cercano.

Por su parte el doctor y la enfermera que atendieron a Tomas terminaban de ayudar a kis heridos este le pregunto sin rodeos.

—¿Tienes la sangre? —esta simplemente asintió mientras vendaba la mano de un paciendte co n heridas leves.

—Quizá fue solo una coincidencia, aun así mandas la sangre con el consejo esto ni es normal —escucho su nombre de otra enfermera así que fue corriendo, aunque no había heridos fatales varios no alcanzaron a salir ilesos.

Por el momento solo quedaba esperar. 

 

Notas finales:

Gracias por leer n:n,,,!!!


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