Extra 7:
[La Muñequera 2.0]
Akashi extendió su mano, porque claramente ahora que Furihata se había confesado, definitivamente no había nada que le impidiera entregarle la muñequera que guardaba en su bolso deportivo y que no había sido capaz de entregar.
—Está bien ahora. — El pelirrojo dijo, con una sonrisa deslumbrante, Furihata casi quiso cubrir sus ojos, porque el brillo que desprendía su sonrisa era casi cegador, de reojo vio como todos en su equipo cubrieron sus ojos, su capitán incluso usó a Kiyoshi como escudo bastante eficiente para bloquear tal poder destructivo. Parecía minimizarse al chocar contra la energía positiva de la boba sonrisa de Kiyoshi. Una defensa natural.
El único que parecía no verse afectado era Kuroko y ¿Rakuzan se colocó gafas de sol? ¿Cuándo?
El número doce de Seirin parpadeo un par de veces para acostumbrarse al aura brillante y magnífica de Akashi Seijuro, quería parecer decidido cuando se enfrentó una vez más al Emperador y no como un tipo confundido, lo que claramente era... pero Akashi no tenía por qué saberlo.
Ya había sido demasiado patético hace un momento y ni siquiera sabía porque Akashi Seijuro se acercó, es decir... se disculpó con él por haberlo hecho llorar y luego dijo algo sobre aceptarlo.
¿Tal vez el pelirrojo solo quería ser su amigo?
Akashi arqueo su ceja derecha, Furihata estaba tardando demasiado, ¿por qué dudaba ahora?
Oh, él es tímido.
Akashi recuerda y su sonrisa se vuelve más destellante (y Kiyoshi se ha quedado ciego), los hombros de Furihata están un poco tensos, su mirada, aunque es decidida no puede ocultar el pánico, por supuesto, Furihata querría hacerlo en un lugar más privado y Akashi estaría encantado de darle tal opción, pero tenía que demostrarle a Kuroko y a todos los demás lo especial que era para Furihata.
Esa fue la primera vez desde que nació, incluso para Bokushi, que sintió la irrefrenable sensación de celos.
¿Quién podría haberlo adivinado? Qué Akashi Seijuro se sentiría de tal manera, por un chico, por Furihata Kouki de todos ellos. Pero tal y como dijo Mibuchi: ¡El amor es un complejo vórtice de sentimientos que nadie, ni siquiera tú podrías entender!
—Furihata-kun... ¿No tienes algo para mí?
¿Él lo tiene?
Furihata quiere decir no, y aunque está consciente de que este Akashi es un Akashi diferente del que casi apuñaló a Kagami, aún está presente el miedo que sintió aquella vez, así que en su lugar él asiente y cuando ve la aprobación en los ojos del capitán de Rakuzan casi suelta un suspiro de alivio, sin embargo, ahora está en más problemas porque no sabe qué es lo que "tiene" para Akashi.
En su pánico interno, Furihata ya se ha arrancado varios mechones de cabello y ha envejecido por lo menos cincuenta años.
¡Genial puedo tener los asientos para la tercera edad en el metro!
—... Muñequera...
¿Eh?
Furihata parpadeo un par de veces, ¿Qué acaba de decir el Emperador?
Él no estaba poniendo atención, ¡Disculpa! ¡Allá arriba! ¿Puedes retroceder el tiempo algunos segundos? y si no es abusar de tu confianza ¿Puedes explicarle a Furihata lo que pasa?
—...
¡Por supuesto, no!
Furihata quiere llorar.
¡Espera! ¿Él dijo muñequera?
En modo automático Furihata movió su mano hacia su bolso deportivo, hace unos días los chicos y él pensaron en el detalle de la muñequera para Kuroko, hacerle saber que de alguna manera todos los primeros años estaban juntos... y él ciertamente vio como Akashi los observo cuando entregó la muñequera a Kuroko... ¿A eso se refiere?
Akashi sonrió satisfecho cuando Furihata metió su mano dentro del bolso y sacó un par de muñequeras en colores que combinaban perfectamente: Rojo y café. ¡E incluso tenían bordadas las letras S y K!
Ciertamente eran mucho más especiales, cuando Akashi tomó una de las muñequeras escucho un "Tks" que coincidentemente se escuchaba mucho como Mayuzumi. No obstante, el pelirrojo lo ignoro.
Furihata tenía un par de muñequeras que habían sido un obsequio de su hermano, más bien fue el despecho, porque su hermano había conseguido una novia recientemente y había estado muy entusiasta tanto que incluso mando a bordar la S de Shiho y K de Kouta en las muñequeras porque quería estar a juego con su novia cuando la niña se presentara en sus juegos de futbol, pero no duraron demasiado como para poder entregarlas. Así que, en lugar de botarlas, se las dio a Furihata y Furihata las había olvidado, hasta hoy...
¡Voy a besarte Kouta-nii!
Furihata sonrió cuando Akashi sonrió.
¿Eso era lo que quería? ¿Pero cómo sabía que las llevaba con él? ¿Era una especie de código para ser amigos? ¡¿Era una rara costumbre de niños ricos?! ¡NO IMPORTA! Akashi es feliz y Furihata es feliz de no tener un par de tijeras cerca.
—Las usaremos así. — Akashi le regreso una de las muñequeras y se quedó con la otra, sino supiera que Akashi no sabe el significado detrás de ellas, su rostro se volvería igual o más rojo que el cabello de Akashi.
Pero una vez más solo asintió.
¡Cielo santo, qué raro es ser amigo de Akashi!
Más que amigos, piensa Furihata mientras sujeta con fuerza la tela roja y café, si él fuera una chica, casi parecerían novios. Quizás fue coincidencia, pero la S y la K, también podrían leerse como Seijuro y Kouki.
Y Akashi le dio el último golpe cuando le mostró con una sonrisa como lucía aquella tela alrededor de su muñeca.
—Perfecto.
La cara de Furihata explotó en varios tonos de rojo.
Mayuzumi intentó decir algo antes de que toda esa confusión siguiera, porque ¿qué demonios son todas esas malditas coincidencias?, o esa fue su intención hasta que vio una de sus amadas novelas ligeras en manos de Nebuya por órdenes de Mibuchi Reo a punto de ser destruida.
—No interfieras en el amor, Chi-chan.
Al diablo, después de la graduación ya no es su problema.
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En la laptop de Seijuro, el video se sigue reproduciendo.