Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eres mi Alma Gemela por Shirahoshi_Akira

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los personajes  pertenecen a Masashi Kishimoto Sensei.
Itachi x Deidara
 

Mi alma gemela

Pasaron cinco años desde la operación, gracias a Tsunade y su equipo todo salió bien, lo más duro ya había pasado; faltaron tratamientos y dejar el hospital fue imposible, sin embargo, Itachi estaba fuera de peligro.

Dicen que los doctores no deben dar falsas esperanzas a sus pacientes pero a veces, solo a veces es necesario alentarlos a continuar.

Apreciar el tiempo se volvió un hábito y sobre todo disfrutar de nuestra vida; al estar juntos parecía que nada había cambiado.

Durante esos cinco años en el hospital, nunca más volvimos a separarnos; la historia de nosotros continuó escribiéndose.

Le hacía compañía; le leía en voz alta los textos que le faltaban por terminar. Me recostaba a veces en su pecho  y entre sus piernas, a un costado de su cama o sentado en una silla, pero siempre cerca.
 
Itachi también me acompañaba mientras dibujaba; posaba para mí o simplemente me veía trabajar.

Disfrutaba mucho de alimentarlo, se había vuelto una de mis cosas favoritas, picarle fruta o verduras en formas de animales; y hasta llevarle agua, tanto así que Itachi me reclamaba –no soy un niño, puedo hacerlo solo– a lo que solo me reía y le contestaba –lo sé, pero quiero hacerlo.

No siempre era fácil, no todos los días eran buenos; los tratamientos le consumían mucha energía y solo dormía la mayor parte del tiempo. A pesar de ello me quedaba a cuidarlo; verlo descansar me calmaba, tomarle la mano era suficiente para mí.

Otros días se levantaba de mal humor y no quería recibir a nadie, golpeaba algunas cosas y se notaba fastidiado; era tanto el dolor que sentía que prefería estar solo para no lastimarnos, era consciente de sus acciones más no era algo que pudiera evitar.

Aun con ello yo permanecía;  me quedaba cerca de la puerta esperando que nos llamara; cuando lo hacía, aparecía sin dudarlo.

Con el paso de los años, si bien todo resultaba cansado, era mejor que estar separados o que algo hubiera salido mal; con solo verlo mi energía se reiniciaba.

Itachi muchas veces me cuestionó –¿Por qué haces esto?– de la nada, con voz pausada y mostrando arrepentimiento.

La primera vez que lo mencionó, me tomó por sorpresa, después de tanto, pensé que era claro para los dos; pero era él quien estaba en el hospital, quien permanecía la mayor parte del día en esa cama sin poder hacer otra cosa; imaginaba su sentir: ser una carga para alguien, sobre todo para él quien había sido mi más grande apoyo.

Pero logré encontrar la respuesta a ésa pregunta –te dije que lo haría, te esperaría, no importa el tiempo que pase– cuando escuchaba ésas palabras su semblante cambiaba, sus ojos se llenaban de confianza y una media sonrisa se hacía presente.

En ésos días su cabello pelinegro fue recortado, su perdida consecuencia del tratamiento y el hecho de tenerlo largo, causaba que perdiera vitaminas.

Aproveché esa ocasión para cortar el mío también. Sin pensarlo mucho fui a verlo acompañado de nuestros hermanos; ellos habían tratado de persuadirme sin lograrlo.

Cuando me vió su primera reacción fue levantar una ceja, dirigió su mirada a Sasuke y a Naruto para confirmar si estaba viendo bien; y ellos solo pudieron asentir; con una gran sonrisa me acerqué a él para preguntar –¿Y bien, qué te parece?–. Un poco desencajado mencionó –no me gusta– al verlo cruzar los brazos, parecía enojado, por lo que le reclamé –¡Ahhh! Tú puedes recortar el tuyo y yo no– con dos pestañeos Itachi pareció comprender y suspirando mencionó –me gustaba tu cabello rubio, era hermoso– lo entendía pero tenía mis razones –Ya crecerá Itachi, ¿no es así?– me miró girando su rostro y confirmó  –Sí, crecerá– lo besé y comencé a posar para él; Naruto y Sasuke solo desviaban la mirada, tenían un par de hermanos que en ocasiones eran difíciles de entender.
 
Naruto y Sasuke iban a verlo también; los cuatro nos divertíamos correteando en la habitación, con juegos de mesa o algunos videojuegos, escuchando música y cantando; otras veces solo permanecíamos a su lado, era agradable vernos reunidos. Me gustaba verlo con su familia, y me ponía feliz que yo formara parte de ella también.

A veces lo visitaban nuestros amigos, siendo un alivio para mí contar con Sasori y Kisame, ambos eran muy responsables; y podía confiar en que cuidarían de Itachi.

Itachi me pidió un día hablar a solas con Sasori, no lo entendí, después de todo ya no había problemas entre nosotros, así que los dejé en la habitación.

Cuando Sasori terminó, platicamos; pronto mi curiosidad me hizo preguntarle que hablaron allá dentro.

Él se rió porque siempre parecía muy interesado cuando Itachi estaba involucrado; al principio no quería decirme, pero notándome inseguro me comentó –él está bien, está feliz, solo me pidió un favor– pensaba que favor podría ser, hasta que continuó –quiere que cuide de ti… porque ahora él no puede hacerlo como quisiera.

Estaba absorto, qué significaba aquello, estaba a punto de buscar a Itachi, pero Sasori me lo impidió –no es lo que crees, él te ama, solo me pidió que como amigo te cuidara, no quiere que te descuides, es todo–; mi respiración volvió a la normalidad, era típico de Itachi, siempre buscaba cuidarme y protegerme, aun ahora.

Pain y Konan en ocasiones traían apuntes para Itachi, como no quería descuidar la escuela cuando pudo estudiar más le pidió el favor a sus amigos; Kakuzu y Hidan no tardaban mucho con él y se enfocaban más en hacerme molestar, pero nunca faltaban a sus visitas; Tobi y Zetsu pasaban por ratos, a veces trayendo flores o plantas para mejorar el ambiente.

Solo con permiso especial de Tsunade podíamos entrar todos, pero no por mucho tiempo;  solo unos minutos bastaban para que comenzaran a exaltarse y hacer ruido, por lo que tenía que regañarlos y evitar que nos corrieran. Lo bueno es que tales escenas hacían que Itachi se relajara.

Nuestros padres tampoco faltaban, llevando entre libros y flores; se quedaban a platicar y se hacían cargo de lo que necesitara Itachi; hecho que lo hacía avergonzarse y  nuestras madres solo decían –A Deidara no le molesta, es para que te mejores– aunque era difícil Mikoto se veía agradecida con la vida por permitirle a su hijo vivir, y Fugaku también se notaba más relajado a pesar del trabajo y confiaba en Kakashi para encargarse. Mi padre le hacía visitas continuas y se volvió muy insistente en saber cómo estaba, se había comprometido mucho con él y con todos nosotros.

Con el tiempo que pasé en el hospital, me di cuenta que tenía aptitudes para ser médico. Naruto se sorprendió con la noticia, sin embargo, como siempre me apoyó. No dejé mi pasión por el arte; continué pintando, dibujando y haciendo esculturas en mi tiempo libre. Entré a la escuela de medicina y pedí comenzar mis prácticas en el hospital de mi padre. Aprovecharía el tiempo al máximo, estando a su lado.

Las noches en ocasiones eran incómodas, el espacio en la cama no era suficiente y prefería su comodidad antes que la mía, aunque a veces me retenía a su lado sin mi consentimiento. Para mí con solo tener un pequeño lugar me conformaba, ya fuera el sillón o una camilla; con tenerlo ahí y escuchar el sonido de las máquinas que registraban su pulso y oír su respiración, era pacífico, verlo dormir se volvió de mis pasatiempos.

Al comenzar a caminar se apoyaba en mi hombro, y despacio avanzaba, con los días las distancias eran más largas; estaba cansado pero notar su mejoría me daba fortaleza. Al final pude volverme su mayor soporte; confiaba en mí, y juntos salíamos adelante.

Pasar el rato en el hospital se volvió parte de mi rutina. Llegué a dejar algunas de mis colchas y almohadas en su cuarto, libros de texto e inclusive cuadernos, hasta ropa aparecía cuando ayudaba con la limpieza. Me había acostumbrado.

Sentía en lo profundo de mi corazón que lo estábamos haciendo bien, que no estaba mal vivir de esta manera.

Me quedaría a su lado  por el resto de mi vida.

-

“Estoy aquí para quedarme, la eternidad comienza esta noche, el por siempre comienza con el resto de nuestras vidas…”
 
Llegó un día inimaginable para mí, nuestros amigos y familiares estaban reunidos una vez más, teníamos justo enfrente de nosotros unas velas y la atmósfera guardaba un absoluto silencio.
 
Un minuto después el ambiente se llenó de aplausos, de gritos, de alegría, porque era un día especial, Itachi estaba cumpliendo años; sus tratamientos habían resultado, todo fue un éxito, para los doctores fue como un milagro, uno posible.
 
Todo salió bien, por fin podíamos celebrar, después de 6 años, cuando las cosas se habían acomodado donde corresponde.
 
Por ése motivo la celebración cobraba otro significado: Dar las gracias, porque Itachi tenía la oportunidad de seguir con nosotros, de disfrutar su vida.
 
Absorto en la escena, sonreía, me sentía llorar, pero las lágrimas ya derramadas eran suficientes, ahora solo quedaba sonreír y gozar de los minutos, días y meses; que quedaban para nosotros.
 
Tenía muchas razones para pensar que nada de esto era verdad, más ya no importaba.
 
Creería en los cuentos de hadas, en la existencia de las almas gemelas, en los deseos de cumpleaños: porque podía recordar que el mío había sido “estar con Itachi para siempre”. Quería creer en todo eso, si me permitía permanecer a su lado, seguirlo, quedarme para siempre en su corazón.
 
Confiaría en Itachi. 

-

“Para siempre en tus ojos, ahí es donde me quedaré…"
 
Había pasado el tiempo para Deidara y para mí, ya no éramos tan jóvenes y lo que se volvió una promesa de que estaríamos juntos por mucho tiempo, se volvió una realidad.

Ahora que vivíamos en el mismo apartamento podíamos estar juntos, quizá no las 24 horas del día, pero lo suficiente para saber que valía la pena.

Deidara formaba parte del equipo de Tsunade, y seguía especializándose. Me gustaba verlo, se esforzaba todos los días, y emocionado me contaba de pacientes que salían de pie saludables del hospital; en otras lo consolaba cuando las malas noticias tenían que llegar.

En mi caso, apenas pude, regresé a mi carrera en literatura, era uno de mis más grandes placeres, y con el tiempo que pasé el hospital no dejó de serlo.

Me dedicaba a escribir en mi tiempo libre y a asistir a clases por las mañanas, estaba ocupado y aun así trataba de tener la cena lista para cuando Deidara llegara, quería retribuir todo lo que él había hecho por mí; no obstante, solo me lo permitió con la condición de que él cocinaría todos los fines de semana.

La cena de los jueves se volvió tradicional en compañía de nuestros hermanos, ya sea en su apartamento o en el nuestro.

No tardaron mucho y nos dieron la noticia de que eran novios, por lo que tomados de las manos o con besos se demostraban lo mucho que se querían; yo sonreía con las imágenes pero Deidara seguía siendo sobreprotector con Naruto, creo que como Uchiha había causado un trauma en la adolescencia de Deidara. Verlos me recordaba a nosotros.

Una de esas noches aproveché para devolverle algo a Deidara que había perdido.

Me animé a dárselo después de todos estos años.

Decidido le mostré en la palma de mi mano un anillo azul, un regalo que simbolizaba una promesa hecha años atrás.

Cuando lo miró se quedó sorprendido, confirmaba con su pregunta algo que era obvio a la vista –¿Tú lo tenías?– su mirada confundida me hicieron explicarle –Sasuke me lo entregó una semana después de que regresaste por mí– al ver que se ponía ansioso; acaricié su mejilla, tratando de ser sincero –La verdad es que en ése momento, no quería atarte a mí y lo conservé.

Era cierto, me sentía mal por ver a Deidara sufrir, bastante era tener que ver a mi familia pasar por ello, pero aun así no quería soltarlo; tenía que decirle –Tampoco tuve el valor de alejarte de mi lado, te quería, te amaba– tomé el anillo con mis dedos para colocarlo en su mano –ahora es tu decisión, si todavía quieres estar conmigo– quería que no hubiera arrepentimientos.

A prisa Deidara arrebató el anillo de mi mano y poco a poco lo colocó en su dedo índice manifestando –nunca debí habérmelo quitado– contemplándolo, se animó a seguir –ese día estaba muy nervioso, lo estaba jugueteando entre mis manos y antes de bajar del auto se me cayó… intenté recogerlo; luego Naruto me apresuró y se quedó en algún lugar del fondo.

Sus ojos no me veían directamente, pude concluir que estaba recordando lo ocurrido años atrás, bajando luego un poco la cabeza terminó de decir –ya luego me olvidé de él… me olvidé de todo– el tono bajo que utilizaba, y verlo pensativo por recordar aquellos tiempos, me hizo animarlo –No te olvidaste de mí– después de todo Deidara había regresado; nunca olvidaría el día que apareció en mi habitación y nunca más se fue, aun con las circunstancias se mantuvo a mi lado.

Alzando la cabeza, mirando directo a mis ojos, y con su gran sonrisa me declaró –Claro que no… no podría aunque quisiera– los dos seguimos riendo, ya podíamos hacerlo sin sentirnos mal o abrumados, estábamos bien.

Saqué el otro anillo de color rojo de mi bolsillo, lo coloqué en su lugar y tomé su mano.

Como si pudiéramos leernos la mente, solo pude pensar “estaremos siempre juntos”.

Podría decir que sí, que era feliz, que lo amaba, y que no cambiaría nada de mi vida con tal de estar a su lado; ni siquiera el destino, por más cruel, triste o desafortunado que hubiera sido lo prefería, porque así pude conocer a mi rubio de ojos azules.

Después de todo lo sucedido, Deidara nunca lo volvió a mencionar, aunque ahora muchas de sus pláticas contenían frases como “En nuestra otra vida…”, “Ya tendremos otra oportunidad”, “¿Yo seré el único para ti, verdad?” y muchas más que me incluían y eso me hacía enamorarme cada vez más de él y ahora sabía con total seguridad que Deidara como decía era mi alma gemela.

Notas finales:

Las frases de la canción están señaladas con comillas (“…”) están en español de su traducción en inglés.

Espero que lo hayan disfrutado, siento que quedó un poco nostálgico, sin llegar a triste a mi parecer, tal vez fue porque escuchaba la canción mientras lo escribía.

Igual me pregunto si alguna vez subiré a tiempo la historia por su cumpleaños, pero bueno aquí está terminada. 

Sigamos deseándole a Itachi un Feliz Cumpleaños ~

Shirahoshi ^^
 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).