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Tao despertó adolorido y cuando buscó a su lado se encontró con que ninguna de las figuras que había visto anoche estaban en la habitación. Alarmado, se puso de pie como pudo y salió en busca de alguien que pudiera decirle el paradero de su recién nacido.
Estaba por entrar en pánico cuando en el comedor de la estancia encontró a todos los residentes reunidos, limpiando algunos nabos. incluido Yifan, que llevaba al neonato envuelto alrededor de su torso; justo de manera que sus manos quedaban libres para trabajar.
- ¡Tao! -Se alarmó de inmediato el soldado poniéndose de pie de un salto, afianzando al infante contra su pecho para no despertarlo con el movimiento.
- ¡¿Qué haces de pie tan pronto!? -También se escandalizó Baekhyun, corriendo a su lado para llevarlo de regreso a la cama. Pero Tao no se movió.
- No quiero seguir descansando -Se quejó- También quiero ayudarlos.
- No digas tonterías -Lo regañó el castaño- Al menos siéntate.
Baekhyun lo guió hasta una silla vacía y volvió a seguir con su tarea.
- ¿Quieres cargarlo? -le preguntó Yifan acercándose con el bebé en brazos.
Tao aceptó al neonato con entusiasmo, feliz de poderlo cargar en sus brazos y sonrió de oreja a oreja al contemplar su carita. En él sus rasgos se mezclaban perfectamente con los de Sehun y, a pesar de la semblanza con su progenitor, no podía parecerle menos perfecto.
- ¿Y cómo se llama? -Preguntó Chanyeol con curiosidad.
Los otros dos también miraron a Tao interesados por la respuesta.
- Xiuxian -Respondió Tao, acariciando la manita de su bebé.
- ¿Y en coreano? -Se le salió a Baekhyun, arrepintiéndose al segundo de lanzar su pregunta.
- No seas tonto, yobo. Ellos son chinos, ¿porqué su hijo tendría un nombre coreano? -Se apresuró Chanyeol a cubrirlo.
- Jajajajaja… ¡Por un momento me olvidé de eso! ¡Aigoooo...qué tonto soy! -El castaño soltó entre carcajadas- ¡Muy bien! ¡Suficiente trabajo por hoy! -De repente Baekhyun se puso de pie- Hoy es un día que hay que celebrar y eso amerita una comida especial. Además las madres que dan a luz deben comer sopa de algas para recuperarse ¡También prepararé un poco!
- ¡Sí! -Concordó Chanyeol poniéndose de pie también entusiasmado y ambos fueron a la cocina que estaba a unos pasos de ellos.
- Rayos, necesitamos leña para el fuego -Soltó Baekhyun nada más revisar el sitio donde tenían su reserva y encontrarlo vacío- ¿No te dije que trajeras más leña ayer, Chanyeol?
Chanyeol lo miró extrañado.
- Estoy seguro que traje un poco de leña como me pediste -Le dijo mirando de reojo el sitio de reserva y al hacerlo vio a su esposo guiñando su ojo. Al instante comprendió sus intenciones- Es verdad, iba a traerla pero al final lo olvidé.
Yifan se puso de pie.
- No se preocupen, yo traeré un poco.
- ¿En serio? -Baekhyun fingió sorpresa- Porqué no te llevas a Tao contigo, un poco de caminata no le vendría mal y el bebé necesita recibir un baño de sol.
- Está bien, iré con él -Tao se incorporó con cuidado.
- Sí, sí, vayan, vayan… -Baekhyun los apresuró con un gesto de su mano. Y los dos Chinos obedecieron, saliendo de la pequeña casa. Ignorantes del suspiro de alivio dado por los dueños en cuanto cruzaron el umbral.
Caminaron por el bosque a paso lento. Tao cargando a su bebé y Yifan con la madera que recolectaban en brazos.
Todo en el lugar era increíblemente hermoso, repleto de plantas de vibrantes colores, flores y árboles majestuosos. Así como algunos animalitos bastante simpáticos. Tao sonreía a cada paso que daban encontrando nuevas cosas, queriendo plasmar la imagen de ese bosque tan hermoso en su mente.
En cuanto a Yifan, él no podía apartar su mirada de Tao. El sol acariciando su piel, su caminar relajado y la sonrisa resplandeciente en su rostro, como hacía mucho tiempo no aparecía. Amaba verlo feliz, aunque fuera por un instante corto. Esa era la imagen que Yifan quería grabar en lo más profundo de sus recuerdos y preservar para siempre. Su dos seres amados frente a él, Tao y Xiuxian.
- Me encantaría quedarme aquí por siempre. Tener una vida tranquila como la de Baekhyun y Chanyeol -Tao lo sacó de sus pensamientos.
- Lo sé -Yifan sonrió, sin darse cuenta, ante la sola idea de lo mencionado por Tao. Inclinándose para tomar una nueva rama.
Aquello era un sueño imposible y los dos lo sabían.
- Gege, creo que Baekhyun-ge y Chanyeol-ge saben quienes somos -Tao tomó por sorpresa a Yifan, que se incorporó para mirarlo de frente.
- ¿En serio? -Yifan lo pensó un segundo- Es extraño, si ya lo supieran nos habrían delatado ¿No crees?
- Son buenas personas -argumentó Tao- realmente quieren ayudarnos -Su ánimo decayó un poco por lo siguiente que iba a decir- Creo que debemos irnos pronto. No quiero causarles problemas.
- Tienes razón -Concordó el soldado- No podemos quedarnos más tiempo o nos pueden encontrar. Mañana nos iremos.
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En uno de los calabozos de Corea, Xiumin miraba inerte el techo de su celda. Nuevas heridas había sido provocadas esa mañana como intento de hacerlo hablar, pero como siempre sus labios se mantuvieron sellados. No iban a obtener nada de él, nada. Tenía claro en dónde estaba su lealtad y morir protegiendo a su señor era un honor para él. Sólo se lamentaba no poder volverlo a ver, no poder saber jamás si realmente habían logrado escapar.
Como pudo, con sus débiles brazos se incorporó de su posición, sentándose. Con ese simple movimiento, todo su cuerpo se estremeció de dolor. No aguantaría mucho en esa condición.
- Lo siento, príncipe Tao -Se disculpó en silencio aún sabiendo que nadie lo escuchaba- No podré cuidar más de usted.
Cerró sus ojos y lloró en silencio esperando su muerte.
- Yo espero que eso no sea así -La puerta de la celda rechinó al ser abierta y por ella ingresó un hombre al que Xiumin conocía.
- Médico Choi ¿Qué es lo que hace aquí? -le interrogó el sirviente, mientras el más alto sacaba algunos recipientes y vendas de entre sus ropas.
- ¿No es obvio? -le respondió Siwon arrodillándose a su lado, revisando sus heridas- Voy a curar tus heridas y con suerte tal vez puedas reunirte con el príncipe Tao en el futuro.
Por un momento Xiumin se preguntó sin aquella imagen no era una simple alucinación secundaria a la gravedad de sus heridas, aunque todos sus sentidos le decían lo contrario. Pero ¿Porqué Siwon estaba allí? Xiumin había sido catalogado como un traidor y el hecho de que el mayor lo ayudara por mínimo que fuera, sólo extendía su crimen hacia él, convirtiendo al médico también en un criminal.
- ¿Por qué hace esto? Ayudarme sólo le va a traer más problemas.
Siwon se detuvo y miró al más joven un momento, como meditando qué decirle.
- El rey no te hará más daño porque voy a sacarte de aquí -Le confesó el médico reanudando la tarea de vendar uno de los brazos del joven sirviente- Ya lo hice una vez antes ¿Recuerdas?
Xiumin lo miró extrañado, pero se dejó hacer.
- ¿A qué se refiere? -preguntó.
El médico suspiró y mientras continuaba ahora untando ungüentos medicinales en el brazo contrario le contó:
- Probablemente no lo recuerdes porque eras muy joven, pero yo fui quien te sacó de éste mismo palacio cuando eras un niño. Después de eso mi amigo, el emperador Zhoumi, te llevó consigo a China para ponerte a salvo.
- ¿A salvo? ¿De qué? -Los recuerdos de su infancia eran borrosos y se formaban a partir de imágenes fragmentadas.
- Tu madre fue acusada falsamente de haber envenenado al rey anterior. Todo tu clan fue condenado a muerte injustamente, sólo pudimos salvarte a ti.
Esa era la primera vez que alguien mencionaba algo de su antigua vida en Corea, de la que él mismo recordaba muy poco. Y ahora que lo escuchaba, sentía la necesidad de saber la historia completa.
- ¿Quién haría algo así? ¿P-por qué?
Siwon bajó la mirada recordando aquella época de tensión. Cuando todos peleaban con uñas y dientes por el trono Coreano.
- Tu madre era la concubina favorita del rey y tú eras su primogénito, aunque naciste fuera de matrimonio. Todos esperaban que tú fueras nombrado príncipe heredero y sólo era cuestión de tiempo para que sucediera. Pero eso no le convenía a Cho Kyuhyun para el futuro de su hijo próximo a nacer, el actual rey Sehun. Así que aseguró el trono de su hijo asesinando al rey y culpando a tu familia de ello. En ese tiempo yo no tenía ninguna influencia en el palacio, no era más que un aprendiz de médico, así que no pude hacer nada. Por suerte mi amistad con Zhoumi me ayudó a salvarte a tiempo.
- Entonces yo… soy… -No podía creerlo, no podía ser cierto.
Siwon asintió.
- Eres el hermano mayor del rey.
- ¿Y cómo sabe usted todo eso? ¿Por qué debo creerle? -cuestionó Xiumin a la defensiva.
A lo que el médico respondió sin alterarse.
- No tienes que creerme, pero yo tampoco tengo un motivo para mentirte. Si lo deseas puedes averiguar la verdad tú mismo cuando salgas de aquí, tu nombre de nacimiento es Minseok, el de tu madre era SoHee, un vistazo a los registros de la familia real y sabrás que no miento.
No. Xiumin no necesitaba mirar los registros, por más que le diera vueltas, aquella era una historia muy creíble tratándose de la intrigas del palacio. Siempre la ambición lo terminaba arruinando todo. En su caso, logró la exterminación de todo su clan. Todo tenía sentido.
- No lo entiendo -Habló Xiumin incrédulo- ¿De qué sirve que me lo diga ahora? Soy lo único que queda… y no por mucho tiempo. Moriré pronto en este calabozo y nada importará entonces.
- Te lo he contado para que tengas una razón más de sobrevivir, debes hacerlo por tu clan, debes preservar su legado. Si sobrevives puedes vengar la injusticia de su muerte si así lo deseas. Además, tienes una deuda de por vida conmigo, y de verdad necesito que me ayudes esta vez, pero primero debes estar seguro de querer salir de aquí.
Xiumin guardó silencio por unos minutos, pensando en la información recién recibida. De repente tenía una familia de sangre a la que debía vengar, pero…¿Realmente era la venganza el camino que quería?
Mientras el médico continuó atendiendo a sus heridas, dándole tiempo para pensar, Xiumin hizo un esfuerzo en su mente por rememorar a su familia de sangre, pero nada venía a su mente. El recuerdo vívido más antiguo que tenía era el de sus primeros días en el palacio Chino cuando el entonces príncipe Zhoumi lo consolaba con unas palmaditas en la cabeza y una sonrisa amable después de haber abandonado su hogar, antes de eso sólo había fragmentos e imágenes borrosas. Y por más que lo pensara, el clan Huang era la única familia que conocía, siempre lo habían tratado bien, con amabilidad y cariño, le habían permitido recibir educación de la misma manera que a Tao, a pesar de ser para ellos sólo un sirviente y siempre habían procurado su bienestar. Gracias a ellos se había convertido en lo que era ahora, Siwon y Zhoumi no sólo habían salvado su vida, si no que lo habían exentado de convertirse en algo parecido al actual Rey de Corea.
Miró al médico trabajar y no pudo dejar de sentir gratitud. Si era verdad lo que el hombre decía esa era la segunda vez que lo salvaba. Soltó un suspiro y esperó hasta que Siwon hubo terminado por completo para hablar.
- Ha pasado mucho tiempo, no pienso ceder ante algo tan horrible como la venganza -Sentenció- Ahora tengo una nueva familia a la que aprecio y amo. No necesito hundir mi alma por alguien a quien no recuerdo -Por un momento Siwon pensó que se negaría a escapar, pero lo siguiente que dijo Xiumin lo cambió todo- Debo salir de aquí pero no para vengar mi pasado, sino para regresar a dónde pertenezco, a mi hogar. Tao aún me necesita.
Siwon amplió su sonrisa, eso le hacía las cosas mucho más fáciles. Aunque era una lástima que Xiumin no deseara reclamar su derecho de nacimiento. Una persona como él: Leal, bondadoso, responsable y dedicado; sería mucho más adecuada como rey que su hermano menor.
- ¿Está seguro que puede sacarme de aquí? -fue lo siguiente que preguntó Minseok.
Siwon asintió.
- Completamente seguro.
-¿Y cómo se supone que debo ayudarlo si logramos salir?
Siwon sonrió, esa era la parte más fácil de todas.
- Necesito que me acompañes en mi camino para llegar a China.
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- Te ves cansado -Tao colocó a Xiuxian en su pequeña camita y acomodó las cobijas. Mientras, Yifan tomaba su lugar en la silla al lado de la cama de Tao.
- Estoy bien -Afirmó el soldado- He estado en peores situaciones.
Tao no lo dudaba. No siendo su amigo un soldado experimentado, pero aún así no se sentía correcto dormir cómodamente en la cama mientras el mayor vigilaba por la noche.
Caminó hasta su lugar y tomó su almohada, recorriéndola para hacer espacio suficiente para otra persona.
- ¿Por qué no te quedas aquí? -Propuso el noble al tiempo que sus mejillas se iban coloreando de rojo.
Yifan casi se cae de su silla por la sorpresa.
- ¡No es necesario! -Se apresuró a responder.
Pero habiéndose atrevido a decirlo en voz alta, Tao no estaba dispuesto a ceder.
- ¡Es una orden, general! -Soltó aún más rojo que antes y, tratando de cubrir su evidente vergüenza se tiró de lado, dándole la espalda a su guardián.
Sin saber que hacer, Yifan se acercó al lecho y con sumo cuidado se recostó sobre las mantas. Evitando en todo momento el contacto con el menor. La verdad era un alivio el poder descansar por lo menos una noche de manera más cómoda, su espalda sin duda se lo agradecería. Si es que lograba dormir, claro.
Era extraño, el contacto y la cercanía entre ambos era algo que sucedía en su día a día de manera casi inconsciente, sin embargo, en esa precisa situación, ninguno de los dos podía conciliar el sueño debido al pequeño espacio que existía entre sus cuerpos. Demasiado conscientes de la respiración del otro, del calor que despedían, hasta de cualquier movimiento milimétrico.
Yifan cerró sus ojos con fuerza y tragó saliva. Esa sin duda iba a ser una larga noche, pensó comenzando a extrañar su lugar en la silla. Por suerte esa era su última noche allí. Mañana reanudarían su camino.
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El amanecer los encontró completamente dormidos y entrelazados sobre las mantas, de alguna manera extraña Tao se las había arreglado para terminar abrazando al general y éste, de manera inconsciente, había acabado correspondiendo el gesto. Cuando despertaron ambos estaban completamente apenados y ninguno de los dos pudo sostener la mirada del otro por varias horas, hasta que al fin llegó el momento de ir a despedirse de sus anfitriones.
Chanyeol y Baekhyun no se vieron nada felices ante la noticia de su partida, se notaban incluso preocupados, pero ninguno dijo nada para detenerlos. Sabían que debían seguir su camino.
- Cuídense mucho -Les dijo Baekhyun en la puerta de la entrada entregando a Yifan una manta que envolvía un poco de comida para el camino.
- Pueden volver cuando quieran -Se unió Chanyeol.
Tao asintió y con una breve reverencia les dijo.
- Han sido muy amables con nosotros, estamos muy agradecidos -Se incorporó y estiró sus manos hacia ellos- Por favor, tomen esto como muestra de agradecimiento.
Tao les tendió un medallón de oro sólido con un dragón finamente tallado en él, el cuál, por su simple peso y finura, debía ser suficiente como para pagar al menos cuatro casas como la que tenían ahora o incluso mejores. Era demasiado tentador, aún así, Baekhyun alargó sus manos y alejó el medallón de él, rechazándolo.
- Muchas gracias -Dijo con sinceridad- Pero creo que puede serles más útil a ustedes en su viaje.
Tao guardó el medallón, sin poder creer que pudieran existir personas tan bondadosas como ellos. Siempre tendría presente su amabilidad y si el destino se lo permitía, encontraría la manera de retribuírselos, Tao se prometió.
Se despidieron con un último adiós y emprendieron la marcha.
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