La primera parada era llevar al perro a un refugio, no para que se quedara, pero sí de alertar sobre su pérdida. Era una ley creada gracias a los activistas de los derechos de los animales, en la cual cada animal que sea encontrado y lleva una identificación (en este caso su collar) debe ser notificado a uno de estos lugares.
En algunas ocasiones se les da la posibilidad a los buenos samaritanos que lo encontraron de quedarse con el perro hasta que se encuentre a su dueño; cuando la asistente del refugio dijo esto, a Laura los ojitos le brillaron abrazando a Máximo sin querer dejarlo ir y de Logan, nació un sentimiento cálido de felicidad al ver a su hija sonreír de esa forma.
La chica del refugio vio la expresión de ambos y se sintió enternecida ¿cómo sería tener una familia así? salió de la burbuja que sus clientes habían creado.
—Señor ¿me permitiría su firma por favor?
Al mirar todo lo que tenía que firmar el sentimiento de calidez se le fue al carajo para el pobrecito Logan.
Formato de custodia temporal, formato sobre las condiciones en su hogar, formato de los víveres que debe tener, formato sobre el aseo del cachorro, formatos, formatos y más formatos, e incluso le hicieron pruebas psicométricas y le sacaron sangre. A la mitad del camino pensó, de manera maliciosa, dejar al can y marcharse como alma que lleva al diablo dejando a la chica con todo el papeleo a medio terminar ¿qué rayos estás pensando Logan? Claudicó ¿qué pensaría tu hija si haces algo así? Sin contar con lo estúpido que esa acción se vería para un hombre mayor como él.
Por lo menos con la prueba sangre se pudo enterar que esta muy bien de salud.
—Y con esta firma terminamos, muchas gracias— dice acomodando los papeles en un folder que encima tiene una foto de Máximo.
Si le tomaron una al cachorro y fue la cuestión más difícil del mundo.
—Cualquier asunto que necesiten pueden contactarnos.
Le acerca a Logan una tarjeta de presentación del refugio pero antes de que este la tomara, le da la vuelta mostrando la parte de atrás de la misma con un teléfono escrito a lapicero.
—Y para otras cosas si así lo desea— dice sobando uno de los dedos de Logan mirándolo con expresión coqueta.
No supo que hacer, no que no le llovieran coquetería o movimientos similares en su trabajo, es lo que más había, pero no pensó que alguien lo hiciera tan directamente y mucho menos al frente de su hija. Sin saber cómo obrar, bajo su brazo con la tarjeta en mano y aunque no se lo pidió, Máximo la toma entre sus dientes y la aprieta rasgando una parte de la misma, moviendo su cabeza de un lado a otro con bastante velocidad como si estuviera jugando.
Los adultos se quedaron mirando entre sí estupefactos por la acción, quedándose así por unos minutos hasta que el adulto mayor rompió el silencio agradeciéndole a la encargada y saliendo del lugar con un poco de vergüenza, aunque muy en el fondo se siente aliviado.
La segunda parada fue una tienda de animales "Baby Puppy" según su nombre, esta los recibió con una gran letrero de un cachorro de dálmata con unos enormes ojos y varios brillitos que lo hacían ver "tierno". Logan realizó un gruñido acompañado de una expresión de asco, parecía un extraterrestre pensó, solo le faltaba tener la piel verde para asustar a todos los que intenten entrar al establecimiento. Máximo coincidía con su pensamiento ya que con una de sus patas intenta cubrirse su vista, Laura se ríe negando por la actitud de ambos, a ella sí pensaba que era súper lindo.
Las cosas que decidieron comprar son las siguientes:
1--Comida de perro (la más cara porque sino Laura no le iba hablar a su padre en un mes).
2-- Una vasija para la comida y otra para el agua.
3-- Una correa para sacarlo, pero no toda solamente el extremo que se amarra a la del cuello.
Toda estaba destinado a ser así, hasta que… vio el precio de cada una de las cosas y la enorme suma de dinero al juntarlas todas. Logan miró al encargado de la tienda como diciéndole ¿es en serio? Mientras, que él solo le devuelve una gran sonrisa embaucadora. Bueno, al parecer hoy era el día en que los idiotas actuaban más idiotas, por otro lado, aunque quisiera satisfacer los deseos de su primogénita no podía pagar, por tanto, era eso o no pagar la renta del mes. No hay nada que se pueda hacer.
—Solo deme la comida por favor.
—¡Papi!— dice Laura mirando a su padre casi histérica.
—Amor lo siento pero no me alcanza el dinero para nada más. Cuando, lleguemos a casa puedes ir a pedirle a Dahlia alguna vasija y una cuerda de sobra ¿vale?— dice tomándole una de sus mejillas.
Laura muestra una expresión enfurruñada, diciendo un leve vale mientras entrecruza sus brazos en el pecho. No existe nadie más embaucador que su propia hija.
El encargado parecía extrañado o impresionado por la actitud tan tierna que el hombre mostró hacia su hija, su apariencia parece cualquier cosa menos alguien que demuestre sus sentimientos. Bueno, no hay que juzgar a un libro por su portada y él no era feo a decir verdad.
—Listo señor aquí tiene— le entrega una bolsa con el alimento en su interior— Si necesitan algunos de sus productos no duden en contactarlos.
Arrima la tarjeta de presentación de la tienda, pero, a diferencia con la chica del refugio este muestra el reverso de la misma con un número anotado en ella.
—Llama si necesitas algo guapo— dice guiñándole un ojo al sorprendido padre.
¿Otra vez? ¿Qué les pasa a las personas hoy? ¿Acaso tenía hormonas de caballo encima? Y como si lo llamaran, de nuevo, Máximo toma la tarjeta, pero esta vez Logan actúa rápido y la mueve antes de que la atrape en sus dientes, arrancándole algunos pedazos. El can parece gruñir por no poder lograr su objetivo o es algo que Logan imagina.
La tercera y última parada es en su hogar; un edificio un poco alejado del centro de la ciudad pero cerca de la escuela de Laura. Este consta de 6 pisos: la recepción, la azotea y los 4 pisos sobrantes son los apartamentos de dos en dos, uno al frente del otro.
La dueña del lugar es una señora mayor de unos 60 años con un ímpetu y coraje que puede asustar a cualquier individuo desde el pequeño hasta el grande, aunque eso también se debe a su ascendencia rusa. Su familia llegó al país en tiempos de guerra y a pesar de lo mucho que les costó formar parte de la vida americana, remotamente pudieron establecerse con negocios de arrendamiento, venta de carros, limpieza de autos entre otros. De esta manera así, con sus hijos, Brenda Jakov administra cada uno de estos establecimientos siendo su "bebe" como ella dice, este edificio de apartamentos.
—Ahí viene lo más bueno, la cosa rica del edificio con su preciosa hija— dice Brenda al ver a Logan con Laura en brazos aproximarse a la recepción—¿cómo están tesoros?
—Muy bien corazón de oro gracias por preguntar.
Laura le acerca su mano a la señora Jakov, esta última la entrelaza con la suya dejándole en su palma una bolita de chocolate. Ella se ríe dándole las gracias con un movimiento de cabeza comiéndose el dulce después.
—Esta es la renta corazón, gracias por darme más tiempo para pagar.
Brenda recibe un monto de billetes guardándolos en un sobre que estaba dentro de la carpeta asignada a la familia Howlett.
—No hay problema, yo haría cualquier cosa por este cuerpo hermoso al frente mío y su hermosa hija.
En un desliz Brenda mira por encima del hombro de Logan observando a una criatura blanca olisqueando sus rosales, como acto reflejo, de un cajón saca un rifle Winchester 1873 trapper regalo de su primer esposo el cual apunta hacia el canino.
Logan lo nota y en un movimiento rápido estrella el arma contra el recibidor saliendo de ella una bala que roza el mismo y se entierra finalmente en el piso de la recepción. Laura se suelta de los brazos de su padre corriendo hasta donde estaba Máximo, este último escondiéndose debajo de la mesa del lugar.
—¿¡Qué rayos estás haciendo Brenda!?
—Suéltala Logan. Esas horribles ratas siempre molestando mis flores.
—¿Si te das cuenta que no es una rata?
Forcejean, Brenda intentando apartar el arma del recibidor y Logan reteniéndola en el lugar.
—¿Cuál es la diferencia? monstruos de cuatro patas haciéndole daño a mis bebés.
—¡Yo lo traje sí!— dice soltando el arma y levantando las manos a los lados de su cabeza—¡yo traje al monstruo!
Brenda baja el arma un poco, con expresión atónita.
—¿lo trajiste? Cuerpo hermoso, sabes lo mucho que odio esas cosas.
Antes de que Logan respondiera, se escucha un sollozo cerca de los muebles de la recepción.
—Lo siento señora Jakov— dice Laura tratando de limpiarse las lágrimas—Papi y yo lo trajimos porque estaba solito en la calle y cuando fuimos al... ¿papi cómo se llama eso?
—¿Refugio?
—Si allí, no tenían espacio para otro perro.
Ok eso era una gran mentira.
—Lo siento por las molestias pero ¿puede quedarse aquí por unos días?— termina Laura con los ojos vidriosos y las mejillas rojas.
Brenda mira a Logan con expresión de incredulidad y este le muestra la mirada más seria que podía realizar. Al menos, si no le creía a él puede que le crea a ella porqué, mírenla ¿quién no le creería? A claro, ustedes no la pueden ver.
La señora Jakov realiza un suspiro cansado.
—Quiero mi apartamento sin una sola marca de mierda u orina, tampoco ladridos ni aullidos y que no vuelva acercarse a mis rosales ¿entendido?
—Entendido.
El adulto medio se acerca a la mujer mayor y le da un beso en la mejilla.
De esta manera, todos: adulto medio, niña pequeña y perro joven, tomaron el ascensor subiendo al piso 4 apartamento 2.