Estaba asustado... no, la palabra correcta es aterrado; en el pasado había sido un infierno, pero siempre pudo superarlo todo porque tenía a su lado a su mejor amigo, su hermano del alma que lo seguía y lo cuidaba con una lealtad y admiración inhumana. Propio de un canino.
No debería estar tan asustado, al fin y al cabo, los perros son iguales a sus dueños, así que en retrospectiva, Máximo encontraría el camino a casa de la misma forma en como él lo hacía cuando se perdía y claro con ayuda de su olfato mucho mejor, aunque bueno ese lugar en sí no era una casa... En fin, lo que sucede es que algo en su interior le instaba a buscarlo, una desesperación por tener a su hermano del alma a su lado cuanto antes sano y salvo.
Maldito el día en que decidió cambiar de celular pensó, aunque claro, era algo que no podía evitar, tras haberlo perdido de manera tan estúpida por quedarse dormido en el metro. Un individuo de manos ágiles y peligrosas se lo había sacado de su mochila abierta, al igual que su billetera. Por alguna razón, sus documentos le fueron devueltos pero se quedó sin teléfono y sin dinero también.
Y es por eso que no confia en los trenes, sin embargo es el unico transporte que puede usar por lo poco que gana y por la practicidad, ese dia estuvo mal, pero darse una dormidita es muy bueno si quiere llegar concentrado a la clase. Era un ganar, ganar para el, claro que no en ese momento.
Entonces surgio la estupidez mas grande que en la vida le ha ocurrido (en verdad no, pero si se pone a decir todas las estupideces que le ha pasado en la vida nunca terminaria y no tiene tiempo para andarse de rodeos, hay que decir las cosas como son) Esto fue lo que paso.
Después de una angustiosa jornada de espera en la oficina de telefonía en la mañana, de dejar a Máximo con su veterinario/cuidador a medio tiempo, ya que no le gustaba dejarlo solo y además, para que le pusiera su número a su collar, y de correr para no llegar de ultimo a las clases de la tarde, regresa en la noche con que Máximo escapó de su cuidador antes de realizar el cambio. Se sentía histérico, enojado, con ganas de golpear a alguien, pero decidió cambiar el chip a una velocidad impresionante y ponerse manos a la obra. No iba a encontrar a Máximo a punto de regaños, insultos y momentos donde la ira era la dueña de su cuerpo, porque al final todavia necesitaba de ese veterinario y haciendolo enojar no conseguiria nada bueno.
De esta manera, Pietro Maximoff alias Peter, con un mapa de los diferentes refugios de la ciudad y en el mismo metro donde perdió su celular, va en busca de su único mejor amigo en el mundo. ¿Será que lo encontrará?
Infortunadamente, no tan rápido como él lo espera.