3 años más tarde...
Taemin se miró en el espejo con una sonrisa amplia ya que después de casi una hora, encontró el outfit perfecto además que solo le quedaban cinco minutos para que llegase a recogerlo su novio con quien iría a celebrar su aniversario.
Eso fue algo que lo alegró porque pensó que después de terminar la universidad su relación con Minho podría terminar, pero no fue así ya que el moreno no pensaba dejarlo además de confesarle que lo amaba por lo cual Taemin aún no se lo decía, aunque estaba seguro que pronto lo haría.
Salió de sus pensamientos al escuchar un claxon a las afueras de su casa por lo que salió de su habitación para bajar las escaleras lo más rápido que pudo y así saludar a Minho quien lo esperaba dentro del auto. Le dio un beso en los labios antes que el moreno arrancara para llevarlos a un restaurante muy bonito.
Después de la comida fueron a caminar al parque para luego volver a subir al auto donde estaban conversando amenamente hasta que Minho tuvo que parar debido a que había cambiado la luz del semáforo.
- ¿Ese no es tu papá? – Taemin volteó y siguió la dirección del dedo de su novio quien apuntaba hacia la otra acera.
No había sabido nada del mayor desde hacía casi tres años por lo que recordó que se suponía que solo estaría fuera por un año y no por el triple, además Taemin nunca supo por qué Jonghyun dejó de llamarlo, aunque al principio se sintió muy mal, pero con el tiempo comenzó a olvidarse del mayor ya que Minho estaba con él todo el tiempo.
Taemin quiso salir del auto para saludarlo, pero antes de hacer algún movimiento vio que el mayor levantó la vista de su celular cuando un hombre más alto que él, de piel blanca y con ojos gatunos se le acercó dándole un beso en los labios.
- Wow, al parecer ya tienes un nuevo papi – escuchó la risa de su novio y lo miró molesto.
Regresó su mirada a la pareja quien aún seguía en el beso por lo que Taemin sintió nauseas de ver al mayor de esa manera, pero tenía derecho de estar con quien quisiera porque era un hombre soltero, aunque ese pensamiento le dio mucho coraje.
- Ya cambió la luz. Avanza.
Taemin estaba más que molesto, sobretodo porque era el día de su aniversario así que trató de concentrarse en él y su novio quien lo llevó a ver una película.
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Jonghyun estaba esperando a que Kibum terminara de pagar las cosas que había comprado en una tienda de antigüedades, además que quería sacar sus maletas del hotel para ir a su casa. Ante esto recordó que Taemin de seguro estaba ahí, aunque creía que era momento que el menor se entere de una vez por todas que tenía pareja; quizás eso lo haría feliz.
- Ya terminé cariño.
Levantó la vista de su celular cuando escuchó la voz de Kibum quien salía con una enorme sonrisa para luego darle un beso por lo que luego se dirigieron al hotel para luego ir a su casa, aunque antes le preguntó a Kibum si estaba bien con eso, a lo que el menor le dijo que sí porque quería conocer a su hijo.
Al llegar a la casa, subieron a dejar las maletas en su habitación y fue a buscar a Taemin pero al no encontrarlo le dijo a Kibum que quizás estaría en su trabajo o haciendo algo por ahí; no quería mencionar que el menor tenía novio porque eso lo ponía de mal humor.
- Estamos solos, ¿qué quieres hacer? – Jonghyun lo miró lascivamente haciendo que Kibum lo mirara de la misma manera.
Ambos se quitaron la ropa lo más rápido posible y Jonghyun cerró la puerta de su habitación sin razón aparente para luego sentarse en la cama pidiéndole a Kibum que se recostara boca abajo en su regazo; el menor lo miró confundido, pero siempre le gustaba las cosas que Jonghyun quería hacerle así que obedeció sintiendo cómo el mayor acariciaba sus nalgas antes de recibir un azote que lo hizo gritar muy fuerte y Jonghyun siguió haciéndolo por algunos minutos.
–Muy bonito, –susurro Jonghyun, inclinándose para besar una de sus nalgas enrojecidas, mientras una mano se dirigió a su entrada y hundió dos dedos en su interior. dejó escapar un pequeño chillido, cuando aquellos dedos lo penetraron, no por el dolor, sino porque todo su cuerpo estaba en sobrecarga de sensaciones en ese momento. –Shh, tranquilo, cariño, tranquilo–le murmuró Jonghyun.
Kibum empujó sus caderas hacia atrás, gritando de nuevo cuando los dedos de Jonghyun se hundieron más profundos. Su culo ardía, el calor se extendió, y cada fibra de su cuerpo gritaba el nombre de Jonghyun. Era abrumador. Se entrego a las manos dl mayor, se estremeció y se empujó hacia atrás mientras Jonghyun empujaba sus dedos, pero aún no era suficiente. Su cuerpo se encontraba tenso, en un doloroso borde donde lo tenía todo, y no tenía nada que ver con los azotes. La sangre de Kibum rugió en sus oídos, así como la tensión se esparcía tan condenadamente rápido como un relámpago por sus venas.
–Para.Para – su voz era alta y salvaje.
De inmediato Jonghyun retiró sus dedos mientras se inclinaba para ver a Kibum, él tiene su rostro cubierto por sus manos. Había ido muy lejos, su corazón latía dolorosamente en su pecho. Llego hasta el rostro de su pareja, él gemía y movía su cabeza violentamente de un lado al otro.
–¿Qué pasa? –pregunto Jonghyun, teniendo una sensación de malestar por la manera en la que había empujado a Kibum, no dándose cuenta que lo estaba llevando demasiado lejos.
–Maldita sea, Jonghyun, no más juegos previos. Dios, fóllame – las palabras tuvieron efecto en el frágil control de Jonghyun. La mano de Kibum acaricio su cuello, luego lo tiro hacia él para un duro beso – Ahora.
Jonghyun gruñó y apartó su boca al asegurarse que Kibum estaba más que bien, y que se estaba muriendo por más. La polla le dolía cuando puso a Kibum en cuatro sobre sus codos, levantando su culo en invitación; Jonghyun tomo el lubricante mientras pensaba en la hermosa vista que tenía, toda esa piel enrojecida por sus nalgadas, y él apenas podía esperar para sentirlo contra sus caderas mientras lo follaba. Se puso el condón para luego lubricar su pene y agarró las caderas de Kibum con mano dura mientras el menor gritaba y temblaba violentamente. Trató de retroceder para empalarse por sí mismo, pero Jonghyun no iba a permitirlo, sus manos apretaron sus caderas con fuerza manteniéndolo inmóvil, mientras se hundía en él con enloquecedora lentitud.
Kibum estaba llorando, las lágrimas humedecían sus mejillas, y sus manos empuñaban las mantas. Jonghyun tuvo el repentino deseo de probarlas - Por favor, Oh, Dios, Jonghyun, por el amor de Dios, acaba de una buena vez.
Jonghyun rió suavemente ante tal demanda, ya que hasta el día de hoy Kibum tenía cosas que aprender cuando se trataba de hacer demandas en la cama. Jonghyun se retiró, tan lento como entró, y Kibum se retorcía tanto como las manos de Jonghyun se lo permitían, gimiendo 'POR FAVOR' una y otra vez. La suplica era un golpe más para el inestable control de Jonghyun, pero se las arregló para mantenerse bajo control. Un gruñido fue la única advertencia que le dio a su amante antes de que golpeara profundamente en él, el empuje lo meció hacia adelante. Kibum gritó, el sonido fue arrancado de su garganta.
Se inclinó sobre Kibum, su lengua recorrió desde su cuello hasta su mejilla, y degusto lo salado y dulce de sus lágrimas.El dulce 'por favor' de Kibum era un hermoso sonido para él, perverso, sucio y dulce, tan distinto a sus lágrimas.
Jonghyun envistió sus caderas con fuerza una vez más, y gimió cuando Kibum se apretó alrededor de él con otro grito. Esta vez fue diferente, sin embargo, el sonido fue alto y desesperado. El cuerpo de Kibum convulsionando bajo su cuerpo, fuertes y roncos sonidos escapaban de su garganta al sentirse cerca de venirse.
Una lenta sonrisa curvó los labios de Jonghyun, y se inclinó para lamer a lo largo de la mandíbula, mordisqueando su oreja. – Ah, Cariño, ahora realmente vas a gritar – clavó los dedos en las caderas de Kibum y empujó con fuerza. Kibum soltó un grito ahogado cuando Jonghyun lo condujo contra su pecho, su cuerpo sensible a cualquier pequeña sensación lo hizo estremecer. - Justo así.
Duro y rápido, una y otra vez mientras los ruegos y lloriqueos de Kibum llenaban desesperados la habitación. Jonghyun lo mantuvo firme cuando parecía que su pareja se alejaría de su cuerpo, tras un par de envestidas más ya no tuvo que preocuparse por eso, ya que Kibum empezó a empujar sus caderas hacia atrás.
–Eso es cariño– Jonghyun dejó el control sobre las caderas de Kibum para bajar sus manos y enlazar ambas con las de su amante, enredando sus dedos sobre los suyos mientras empujaba con fuerza en su interior. Podía sentir el calor del culo abusado de Kibum contra su ingle – Suplícame. Me gusta oírte suplicar - gruñó, sus dientes mordisquearon la garganta del menor. El olor a sexo y desesperación estaban impregnados en el aire mientras se movían juntos en una maraña de extremidades sudorosas y piel resbaladiza.
–Por favor... Jonghyun, a la mierda, por favor. Más, más... por favor más.
Que Kibum pudiera articular tantas palabras fue impresionante para Jonghyun, estremeciéndose por la fuerza de ellas junto con la hambrienta necesidad de probar la piel de su amante.
Él asintió, cada vez se hacía más difícil envolverse alrededor de Kibum por detrás, y fijarlo en la cama, sus caderas moviéndose duro y rápido.
Su peso presionaba a Kibum al colchón, sus tobillos alrededor de las pantorrillas de Kibum para mantener sus piernas abiertas. Las manos de Jonghyun cubrían las de Kibum, su polla lo empalaba una y otra vez, sus pelotas golpeaban contra él.
Jadeaban y se retorcían juntos, Jonghyun volvió su cabeza para tomar el lóbulo de la oreja de Kibum y morderla.–Aún no he terminado contigo, cariño...esto ni siquiera se acerca a lo bueno que se pondrá.– Kibum dejó escapar un gemido y Jonghyun sonrió, lo golpeó una salvaje posesión que atravesaba todo su cuerpo.
– Jonghyun ... Jonghyun ... mierda. –gimió Kibum,– Me gusta como lo haces.
Jonghyun gruñó y el temblor que corrió a través de Kibum le envió a Jonghyun una respuesta dictada con su propio cuerpo. Sus dientes marcaron de nuevo a su amante, primero la oreja, luego su nunca, cada línea de contacto elevando la conciencia, hasta que fue casi demasiado.
Kibum se retorció, volvió su cabeza, y sus labios se encontraron, su lengua se profundizó en su boca.
Jonghyun tragó cada gemido, mientras Kibum le gruñía a cambio. Tomó cada brinco de las caderas de Kibum y le dio duro, respondiéndole con embestidas. Cada movimiento era una súplica, cada contra movimiento un deseo cumplido. Dar y recibir, recibir y dar, así ninguno podía decir que estaba pidiendo lo justo, ya que cada uno conseguía lo que necesitaba.
Jonghyun rodó sobre su espalda y trajo a Kibum con él, apoyo sus pies a la cama y empezó a embestir hacia arriba dentro de él. Kibum volvió a gritar, colgando su cabeza hacia atrás sobre el hombro de Jonghyun. Jonghyun aprovechó el arco expuesto del cuello de Kibum, y volvió su rostro a él, devorando la carne tierna.
El cuerpo de Jonghyun respondió conforme a sus palabras. Sus caderas embistieron con más fuerza, sus brazos apretados alrededor de su amante. Deslizo una mano hacia abajo, riendo maliciosamente cuando Kibum se dio cuenta de sus intenciones. Él cuerpo de Kibum se relajó un poco, cuando los dedos de Jonghyun atendieron su polla. Jonghyun le permitía tener un momento de alivio, dejando que Kibum creyera que no iba a ser asaltado con sensaciones aún más abrumadoras.
Dos dedos se deslizaron más abajo, y sin vacilar se hundieron en Kibum junto con su polla, moviéndolos lo suficientemente profundo para presionar contra su punto sensible.
Kibum se recostó, sus gritos se redujeron a gemidos, sollozando pequeños gemidos cuando Jonghyun le dio tregua a su próstata, aunque sus dedos se quedaron dentro de él, su polla empujaba sin descanso.
Ambos sabían que esto no se acabaría hasta que no quedara nada sin tocar en el interior de Kibum. Los dedos de Jonghyun volvieron a pulsar su punto y Kibum sollozó, su cuerpo retorciéndose. Jonghyun lo tranquilizó con un suave sonido, pero no aflojó la presión, la tensión se anticipaba en ellos con cada respiración irregular.
Jonghyun bajo sus dedos de nuevo, y Kibum maulló, un suave sonido de entrega mientras su amante se derretía contra él, gritando con cada penetración, gimiendo cuando el pulgar de Jonghyun jugó con sus bolas.
–Dime que lo quieres,–gruñó Jonghyun contra su cuello.
Kibum temeroso de decirlo, vaciló. Jonghyun casi podía oír al instinto de conservación decirle a Kibum que se niegue, que sería demasiado, pero Jonghyun sabía que no lo haría. Finalmente, Kibum habló, su voz era un gemido. –Dios, sí.–el triunfo lo invadió.
La mano de Jonghyun se deslizó por el cuerpo de Kibum con la increíble facilidad que otorgaba el sudor que brillaba en su piel suave. Él le dio a la polla de Kibum una dura y larga carrera, que le hizo saltar fuera de su piel, jadeando mientras las manos de Kibum parecían garras en su brazo.
Los dedos de Jonghyun rodeaban con fuerza alrededor de la base de su pene, se emborrachó en la deliciosa y palpable tensión.
Jonghyun no podía esperar más, y empujó los dedos contra la próstata mientras masajeaba su polla con la otra mano. Kibum se estaba volviendo loco en sus brazos, jadeando palabras incoherentes, mezclados con gritos que resonaban en las paredes. Jonghyun pensó que perdería la cabeza, empujando sus caderas hacia arriba más duro y rápido.
Jonghyun lo agarró con fuerza, de lo contrario probablemente se habría alejado de él por la forma en la que se retorcía.
– Aguanta por mí, solo un poco más, cariño, tan bueno...–murmuró Jonghyun, aunque sabía que en algún nivel Kibum no oyó, pero si lo comprendió. Jonghyun estaba seguro que lo hizo. Podía sentir la flexibilidad del cuerpo de su amante por debajo de la presión que lo envolvía, como Kibum se derritió contra él en señal de rendición.
Jonghyun nunca disminuyó el ritmo de su tormento, pero contantemente le murmuraba con una voz tierna, sus labios suaves contra la mejilla de Kibum.
Entonces él no podía pensar en nada más. Se hundió en un primitivo pantano de sensaciones, sumisión y dominación, del mismo modo que se cernía sobre el borde de la locura, aflojó su agarre en la polla de Kibum, con el ultimo atisbo de coherencia que tenía gruñó, algo que pudo haber sido una orden para que se corrieran junto, o no más que un gruñido animal de testosterona pura.
De cualquier manera, funcionó. El grito de Kibum debió haberle desgarrado la garganta, ambos se corrieron duro y desesperados. Se hundieron de nuevo en el colchón, literalmente empapados de sudor, que corría de sus lados hasta sus muslos, el sudor y como se encontraban las sábanas lucían como la escena de un crimen pasional que había sido muy, muy bueno.
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Taemin no quiso pasar la noche con su novio porque aún en su mente aparecía la imagen de Jonghyun con ese hombre besándose y no estaba de humor para hacer el amor con Minho, por lo que se excusó con que al día siguiente tenía que ir temprano a trabajar a la academia recibiendo un asentimiento del cual sabía que no era comprensivo.
Se despidió de su novio para tomar un taxi ya que no quería que lo lleve porque el moreno le insistiría; mientras iba camino a su casa se puso los audífonos escuchando música pensando en si llamar o no al mayor para decirle que se encontraran, aunque estaba seguro que este no le respondería, además que desde hacía cuanto tiempo había llegado a Seúl y no le había dicho nada.
Al bajar del taxi le brindo una sonrisa al señor para luego sacar sus llaves y entrar; se aseguró que la puerta esté con todos los seguros antes de subir a su habitación, pero antes de llegar a la habitación de su padre se dio cuenta que la puerta estaba cerrada.
Frunció el ceño porque esa habitación siempre estaba abierta, así que se acercó para abrirla dándose con la sorpresa que tenía seguro; le puso pausa a lo que estaba escuchando y antes de volver a intentar abrirla escuchó unos gritos que provenían dentro de la habitación.
–Dime que lo quieres
–Dios, si
Taemin sintió una patada en el estómago, así que se alejó de la puerta siguiendo escuchando esos gritos y se fue rápidamente a su habitación para encerrarse en él; se tapó los oídos, pero aun así podía escucharlos. Se metió bajo las sábanas y volvió a colocarse sus audífonos tratando de conciliar el sueño, lo cual no pasó durante toda la noche ya que se sentía impotente y triste al mismo tiempo.
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A la mañana siguiente Taemin bajó lo más temprano posible para no encontrarse con la parejita quien al parecer seguía dormida cuando pasó por la habitación del mayor; se preparó el desayuno lo más rápido posible para irse a trabajar, pero para su mala suerte no encontraba nada nutritivo en su despensa.
- Oh, buenos días – volteó al escuchar una voz que no conocía y lo peor es que el novio de su padre estaba en bóxer usando la camisa del mayor – Tu debes ser Taemin, ¿cierto? Soy Kim Kibum, el novio de tu papá – le estrechó la mano y el menor recordó que debía ser respetuoso.
- Un gusto.
- Eres un chico muy bonito. Tienes una suerte de tener un padre como Jjong – Taemin sentía que la bilis se le venía a la garganta, pero antes de poder decir algo, Jonghyun se apareció abrazando a Kibum por detrás para luego darse cuenta que no estaban solos pero el mayor ni se inmutó.
- Con permiso, voy a cambiarme.
Taemin salió de la cocina escuchando las risas de los mayores, así que corrió escaleras arriba para terminar de alistarse e ir a su trabajo, pero después de varios minutos escuchó la puerta principal; eso le hizo pensar que quizás Minho lo había ido a recoger.
Revisó su celular, pero no tenía ninguna llamada ni mensaje pendiente del moreno por lo que cogió sus cosas para salir, aunque se encontró con Jonghyun quien caminaba hacia la cocina, así que supuso que Kibum ya se había ido.
- No me contaste que tenías novio – Jonghyun lo miró mientras esperaba que terminara de hacerse el café.
- No tengo por qué contarte sobre mi vida privada, Tae – Taemin sintió que esto era el karma o algo así porque él no fue honesto en su momento que digamos.
- ¿Por qué no me has llamado? Dijiste que lo harías todos los días, pero no hemos hablado en casi tres años. Para el colmo vienes a Seúl sin decirme nada. ¿Por qué haces esto? – Jonghyun rió negando con la cabeza mientras ponía su taza de café en la mesita de la cocina.
- Taemin, no tienes por qué reclamarme nada. Un día llamé y Minho contestó el teléfono prácticamente me dio a entender que estaban teniendo sexo y que los había interrumpido – el menor frunció el ceño, pero al mismo tiempo se dio cuenta a lo que iba Jonghyun – ahora, ¿por qué no me llamaste al día siguiente? ¿Por qué tenía que hacerlo yo si querías hablar conmigo?
- Minho nunca me dijo que habías llamado – Taemin recordó que ese día estaba caliente como el infierno y apenas Minho llegó lo llevó a su habitación y cuando estaban empezando sonó el teléfono, pero su novio nunca le dijo que había su padre quien había llamado y él tampoco preguntó. Además, que ni siquiera había recordado que Jonghyun iba a llamarlo - Lo siento, discúlpame por haberme puesto así, pero...
- No te preocupes, más bien con Kibum nos quedaremos por unos días. Esta aun es mi casa.
- Si... no... no hay problema. Entonces, ¿ahora si es definitivo que te quedas en Seúl?
- No – Taemin sintió otro golpe en el estómago – En unos días vuelvo a irme a París, no pienso regresar a vivir a Seúl.
- ¿Por qué? – Jonghyun levantó una ceja y suspiró antes de decirle la verdad que se estaba guardando.
- Porque ya no me necesitas, creo que desde hace unos años que no lo haces, pero siempre he querido estar ahí para ti. Ese día que Minho contestó el teléfono me di cuenta que yo estaba de más en tu vida, que ahora tenías a alguien quien vería por ti. Siempre vamos a ser familia, además ya eres un adulto independiente, no es necesario que esté aquí – suspiró antes de continuar – Todo me está yendo muy bien allá y creo que muy pronto iniciaré una nueva familia con Kibum. Es un buen hombre y me quiere mucho.
Con esto dicho Jonghyun se levantó para salir de la habitación dejando a Taemin con una sensación de vacío y sintiendo que se encontraba en un abismo; no estaba seguro de si se sentía así porque Jonghyun ya no viviría con él o porque pensaba casarse con Kibum.
Se la pasó todo el día pensando en eso cuando estuvo en la academia; necesitaba hablar con alguien y eso lo puso triste porque su mejor amigo ya no se encontraba en la ciudad debido a que obtuvo un trabajo en Japón, pero luego recordó que tenía su número, aunque no sabía si contarle la verdad.