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Unas horas después...
No muy lejos de lo ocurrido, se escuchó el eco de una fuerte bofetada resonando entre las paredes de una de las más enormes iglesias de la ciudad.
Arim caía de rodillas en el piso; sus cabellos se deslizaron por sus hombros y con furia llevó su mano derecha para acariciar su mejilla. De manera molesta se puso de pie gritando con gravedad.
-¡¿Qué demonios te pasa Solan?!!- La voz de aquella mujer se tornó doble y muy siniestra. El aludido arrojó su entrecejo, y de sus ojos salió un destello dorado lleno de sed de muerte. Enseguida Arim fue tomada del cuello.
-¡Eso es lo que yo quisiera saber!!!- Le estrujó el cuello- ¡¿Qué intentabas hacer con él?!!-
-¡Suéltame, animal!!!- La mujer se liberó y se acomodó sus ropas. Enseguida agudizó sus ojos.
-¡Sabías que no debías confiarme esa tarea, soy un demonio lujurioso, HERMANITO!
-¡Lo sé! ¡Pero se suponía que ese hombre es el que llevará a nuestro hermano y que será poseído por nuestro padre, no por ti!- Espetó con demando el demonio, aumentando su enfado y gritando de nuevo- ¡Ya deja de jugar, Arim, deja esa maldita pose tuya! ¡Nuestro padre vendrá en menos de dos días y se suponía que debíamos conseguirle un cuerpo!- Arim sonrió.
-Ya trabajé en ello- Sonrió más.
-No vas a darle un cuerpo de mujer a nuestro padre- Arim rodó los ojos.
-¡No, estúpido! Es uno mejor... Y muy famoso, por cierto…- En ese momento, Solan se acercó para darle un fuerte golpe en el pecho, asesinando por completo el cuerpo de aquella mujer.
-¡SI VAS A AYUDAR, DEJARÁS DE TENER ESE MALDITO CUERPO!!!- Del despojos y la sangre de aquella mujer se elevó una sombra oscura con dos enormes alas como de murciélagos, ojos dorados, y un olor a azufre insoportable, con sus manos llenas de garras afiladas.
-¡Eres un maldito!!!- se escuchó la voz grave y masculina de aquella temible sombra- ¡Ese era mi cuerpo favorito!-
-¡Eso me tiene sin cuidado! ¡Será mejor que te apoderes de un cuerpo que muestre respeto a mi padre!- Solan guardó silencio al escuchar el sonido de objetos cayéndose; enseguida arrugó el entrecejo- Y aquí viene uno que será perfecto- Ambos giraron sus ojos hasta encontrarse con un joven Sacerdote de aquella iglesia. Al parecer se había quedado oculto y fue testigo de lo ocurrido.
-¡Bestias, no permitiré que su plan se lleve a cabo!- Al escuchar la voz segura de aquel joven cristiano, Arim se abalanzó sobre él.
-¿Estás seguro de eso?- El sacerdote tembló ante aquella enorme bestia- Yo creo que no...- Siseó como cuando una serpiente susurra antes de devorar a su presa. Sólo pudo escucharse el grito ahogado del joven.
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Por otro lado, en la residencia de Kim Jonghyun…
Se encontraban sentados en una mesa de cuatro puestos. Una luz tenue los iluminaba sus preocupados rostros, el vocalista suspiraba hondamente al tiempo que ladeaba su rostro al sofá que estaba en su sala. Ahí podía ver a un KiBum bastante relajado y dormido, siendo cubierto por aquella pálida sábana que ya se había deslizado por su pecho, y ahora sólo cubría de su cintura hacia abajo.
-Jonghyun, ni siquiera lo pienses…- El aludido se desenfocó de manera automática.
-¿De qué hablas, Vitaly?- El cuestionado suavizó su mirada, depositando la taza de café en la mesa.
-En todos los siglos que llevo protegiendo, he podido descifrar esa mirada- El vocalista arrugó el entrecejo- Esa mirada llena de pasión y de amor-
-Te estás equivocando. Yo sólo...- no había podido terminar aquella oración.
-Jonghyun, te estás involucrando de manera sentimental. Sabes que eso no está permitido... Llevas varios años protegiendo a los descendientes del Clan Kim, y ahora...-
-Y ahora no va a ser diferente, Vitaly...- Cortó de manera severa- Él sólo es mi protegido. Si lo veo así, es porque me preocupa- El vocalista agachó su rostro- Ha pasado mucho desde que lo conocí, han muerto muchos y ha sufrido demasiado por mi culpa-
-¡Tú sabes que eso no es cierto!- Vitaly aclaró su garganta- Ya casi amanece y mi tiempo poseyendo este cuerpo está por terminar. Deberé asistir a una reunión celestial para saber cómo puedo reanudar el ritual de tu sello- Jonghyun enseguida cuestionó.
-¿Cuántas alas pudiste liberar?-
-Sólo dos- Respondió con decepción el arcángel.
-Es muy poco- Siseó cabizbajo- Debo tener las 6 alas antes de que se termine el año- Vitaly suspiró hondo.
-Es ahora cuando debes estar más pendiente de KiBum. Es seguro que con la marca es más fácil localizarlo, y de seguro él vendrá por tu protegido; tenlo por seguro- Jonghyun arrugó más su entrecejo- Bien, debo irme. Yo excusará a KiBum con su madre, te lo encargo-
-¡Espera, Vitaly! ¿Qué haré cuando despierte?-
-Sólo dile la verdad-
El Arcángel partió de aquella casa, dejando solos a KiBum y su Guardián, el cual al estar solo llevó una de sus manos a su cuello, y masajeó con precisión justo donde Solan lo había golpeado. Luego de pensarlo mucho se puso de pie, llegó hasta el sofá en donde su protegido parecía tranquilo, sumergido en sus sueños. Se agachó para poder cubrir un poco más su cuerpo, ya que en un movimiento la sábana había bajado de manera peligrosa, y Jonghyun podía ver su vientre marcado. Luego de varios segundos, por fin tuvo el valor de sujetar aquella sábana, y, cuando la subía, una mano sujetó la suya.
-¿Qué... haces?- Siseó el menor con gravedad, sus ojos mostraban cansancio.
-KiBum, qué bueno que...- No pudo continuar ya que el aludido lo empujó.
-¡ALÉJATE!!!- Cuando ya pudo apartarlo, se incorporó sentándose en el sofá. Llevó una mano a su frente y masajeó su cien; estaba aturdido, mareado y adolorido. Las marcas en sus muñecas mostraban el maltrato al cual había sido sometido. Jonghyun tragó grueso; su amigo no se veía nada bien, se notaba confundido, enfadado y, sobre todo, muy desconfiado.
-Bummie- El peliblanco intentó acercarse, pero enseguida el menor le gritó de manera colérica.
-¡YA TE DIJE QUE NO TE ACERQUES!!!-
Se puso de pie a pesar de estar débil y mareado. Jonghyun no sabía qué hacer. Notó cómo KiBum sujetaba la sábana en sus caderas con una mano y con la otra trataba de no caer al piso.
-Esto debe ser una pesadilla, debo estar dormido... Agg- Un desquiciante dolor en su cabeza justo al nivel de su ceja derecha, lo hizo irse de boca. Pero entonces Jonghyun lo sostuvo.
-Amigo, debes descansar…-
El aludido escuchó la voz de Jonghyun muy cerca de su oído; aquella voz era un susurro cariñoso, la voz por la cual él había sido salvado, rescatado de las manos de Arim, de lo que él creía era una pesadilla. Con ayuda del mayor fue llevado al sofá, y a su lado este colocaba almohadas para acomodar mejor a su amigo. Al notar el rostro lleno de preocupación del mayor, KiBum por fin habló.
-¿Qué está pasando, Hyung?- Su voz se escuchó muy necesitada de respuestas.
El cuestionado se quedó estático y observando de manera preocupada a su amigo. Se dio la vuelta, dándole la espalda y tratando de ocultar la verdad.
-No pasa nada, Bummie-
-¡Mientes! Algo está pasando. ¿Quién era esa loca? ¡¿Qué fue todo eso de que yo soy un príncipe escarlata y que el diablo me quiere?! ¿Qué es todo eso, Hyung?- Aquel grito hizo hincapié en los oídos del vocalista. Él jamás había escuchado tan desesperado a KiBum. Entonces suspiró hondo, no tuvo opción más que decirle la verdad.
-Bummie... ¿Recuerdas cómo nos conocimos?- El Cuestionado agachó su rostro. Había olvidado lo que sucedió en el pasado y lo mucho que cambió su vida desde que conoció a ese emprendedor y decidido Jonghyun.
-Lo recuerdo…- Respondió de manera suave- Sí.... Cuando nos acoplamos como grupo… Wow me fascinaba tu voz. Bah… En realidad, me encanta, la forma en la que cantas, haz sido siempre el mejor.
-Y tú no te quedas atrás... ¿Recuerdas lo que dijo Minho la primera vez que nos escuchó, cantando en conjunto?- KiBum sonrió de medio lado; aún podía escuchar aquella pista en su cabeza como si fuera la primera vez.
-Dijo que los dos parecíamos invencibles y que nos combinamos muy bien. Tú tienes la voz y la inteligencia en tus letras y yo...
-Y tú la melodía perfecta…
-Si… Pero… ¿A qué viene todo esto, Hyung?
-A que siempre, desde tus vidas pasadas, yo he respondido a tus llamados, para estar a tu lado, para que yo te proteja- Jonghyun se giró para notar la confusión en el rostro del menor- KiBum, sé que no lograrás creer nada de lo que voy a decirte, pero… ¡Estás en peligro, amigo, y sólo yo puedo cuidar de ti!
-Peligro... ¡¿De qué hablas?!-
-KiBum, soy un Guardián... De hecho soy TU guardián. Soy el guardián del clan Kim- Aquello causó una risa nerviosa en el menor.
-Está bien- Rió burlandose al tiempo que se levantaba - Ya tuve demasiado de esto. Me largo-
-¡Espera, Bummie, es cierto! ¡Todo lo que te digo es verdad!-
-No entiendo por qué dices esas cosas Jonghyun. Te dije que no estabas durmiendo lo suficiente, tanto desgaste te atrofió el cerebro- Se disponía a irse cuando el mayor lo detuvo.
-Espera, tendrás que escucharme. ¿O acaso quieres salir así?- KiBum se sintió derrotado.
-Lo que tengas que decir me lo dirás luego de que me prestes algo de ropa, ¿sí?-
-Sí, como digas...- Ambos subieron a la segunda planta en donde Jonghyun le facilitaría la ropa que el menor pidió.
Luego de ese episodio, todo estuvo normal. El cielo estaba iluminado por el sol mañanero, KiBum y Jonghyun mantenían un ambiente tenso en el comedor. Mientras el peliblanco preparaba un café, el menor analizaba la situación
- ¿Entonces, tu eres algo así como un ángel?- El vocalista asintió- Un ángel, ¿eh?… Bien, déjame decirte una cosa... – Jonghyun puso suma atención- Eres el ángel más extraño que he visto. Generalmente, en los murales siempre hay un niño muy inocente, y pues los otros ángeles son de cabello rubio, y ojos azules… Y tú para nada luces así
-Es así como los pintan en la tierra, pero los Guardianes somos muy distintos a los Ángeles, arcángeles o querubines- el menor sorbió un poco de café
-¡Esto sí es bueno, es la mejor patraña que he escuchado en mi vida! Por poco te creo lo de ser un Ángel, pero de eso a meterte con el linaje de mi familia… ¡Eso no me lo creería nunca!-
-KiBum, no es ninguna patraña. Soy un guardián que ha protegido a tu familia por varios siglos-
-¿Protegernos de qué?-
-Pues...- Era una locura explicarle cómo iba el asunto. Decirle a KiBum que el diablo lo buscaba para que tuviera a su nueva descendencia, seria confirmar la locura que, según KiBum, Jonhyun padecía
- Eso no lo entenderías. Sólo sé que debo protegerte. Tú mismo fuiste testigo de lo que estaban haciéndote en aquel edificio-
-¡NO! ¡ESTOY SEGURO QUE FUE UNA PESADILLA!-
-Bummie, por favor. ¿Acaso crees que esas heridas y una marca en tu vientre serían producto de un sueño? -El menor abrió los ojos sorprendido
-¡¿CUÁL MARCA?!-
Se puso de pie con prisa. Fue al espejo más cercano y elevó su camisa para abrir el cierre del pantalón prestado, y lo que notó no le agrado nada- ¡¿Qué significa esto?!- Observo al vocalista-
¡¿ENTONCES TODO LO QUE HAS DICHO ES CIERTO?!!-
-Como si me llamara Jonghyun y tu KiBum- El menor llegó al frente del peliblanco y sujetando su camisa le gritó molesto:
-¡EXPLICAME! ¡¿QUÉ SIGNIFICA ESTA MARCA?!
-¡Eso no lo sé!- Mintió.
-¡¡¡Si lo sabes, y no me quieres decir!!!-
Jonghyun sufría al ser acusado de esa manera por su amigo, pero no tenía opción, ya que si le contaba el porqué de esa marca, estaba seguro de que el menor lo vetaría de por vida de su casa. Ante el silencio del vocalista, KiBum no tuvo más opción.
-¡Si no me lo dices, entonces tendré que averiguarlo yo mismo!- Se dio la vuelta y fue escaleras arriba. Tras él Jonghyun gritaba:
-¡Bummie, espera! ¿Qué vas a hacer?- mientras subían las gradas, el menor hablaba molesto.
-¡Descubriré si esto es mentira o no!- Jonghyun no entendía nada. Estaba cien por ciento seguro que algo malo iba a hacer. Entraron a su habitación, su paz regresó cuando KiBum tomaba su portátil y tecleaba la clave de usuario. Mientras esperaban a que la computadora cargara su configuración, Jonghyun reclamaba:
-¿Cómo supiste mi clave personal?-
-Fue fácil- Espetó sonriente -Recuerda que por mis venas corre sangre de alto linaje-
-Y yo te recuerdo que esa es mi portátil-
-¡¿A un Guardián le interesan los bienes terrenales?!-
-No, pero ahí guardo mis...- En instantes un álbum de fotos se activó: fotografías de un KiBum distraído, concentrado en su móvil, frente a un gran espejo de la sala de ensayos, durmiendo, y se podía apreciar en cualquier situación. El menor ladeó su rostro con lentitud hacia su compañero de banda, el cual no pudo explicar nada a contrario de lo que KiBum dijera.
-Eso me lo explicarás después- Canceló la presentación, y enseguida entró a uno de los buscadores más conocidos del mercado.
-¿Qué tienes en mente, Bummie?-
-Si todo lo que dices es cierto, es posible que encuentre información de esta marca por la red- Siseó de manera apresurada.
Tecleó con prontitud y activó la cámara de alta resolución de la máquina. Sacó una foto de su marca y la escaneó directamente a la computadora. Pronto la subió al híper espacio y, escribiendo en un programa especial, la buscó por la red.
-¿Tratas de encontrar el significado de esa marca?-
-Si- En esa respuesta, el mayor cerró el portátil de un golpe. KiBum apartó sus manos aprisa y entonces escuchó la voz del mayor:
-¡No voy a permitir que leas eso!-
-¿Por qué no?- KiBum se molestó- ¡Si todo esto es cierto, debo saber lo que me va a pasar, o a qué me estoy enfrentando!-
-Prefiero que no lo sepas-
-Hyung, ya basta. Desde el momento en que tú y yo nos encontramos, he sentido cosas muy raras, hacia ti, hacia todos...- Jonghyun se impresionó.
-¿A qué te refieres, Bummie?-
-Me enamoré de tu voz y debo pensar que eso no es más que sólo el destino... A medida en que pasaba el tiempo, te fui tomando demasiado aprecio, pasaba más tiempo contigo que con cualquier otra persona y eso realmente me molestaba… Te aprecio y confió en ti…
-Bummie…
-Jonhyun, estos últimos meses he estado viendo cosas muy raras, tengo pesadillas, veo animales muertos, una loca me persigue y todo se está volviendo un caos. Déjame saber la verdad… por favor-
-De acuerdo...- Habló derrotado y abriendo la computadora con lentitud. Notaron que la búsqueda había llegado a su fin. KiBum se sorprendió, pues aquel símbolo que estaba impregnado en varios cuerpos y en biblias negras mostraba su significado. Jonghyun agachó su rostro, dejándose caer en la cama - Es la marca maldita de la fertilidad-
El silencio se apoderó en toda la habitación. KiBum agachaba la mirada y entre leía la historia de esa marca. Pronto Jonghyun habló:
- No necesitas leer lo que ahí se encuentra, yo puedo explicártelo...- KiBum cerró el aparato y se giró en la silla. Observó a un Jongyun preocupado y que no le daba la cara.
-Hyung, prométeme que me vas a decir toda la verdad-
-¡Lo haré!- El peliblanco elevó por fin su rostro y agregó- Recuerda que lo que está sucediendo no es tu culpa- El menor asintió-.
Todo comenzó en la antigüedad. Corea era uno de los centros de adoración del mundo... Un japonés, llamado Kenji Nakamura, llegó a este país lleno de riqueza y de poder. Decidió que su casa se forjaría en esta nación tan hermosa y se alió con una mujer llamada Kim Young Mi. Ella se unió a él de manera rápida; ambos estaban muy enamorados y toda la familia disfrutaba de extensa felicidad y de prosperidad, y por supuesto salud. Pero entonces, un hombre llamado BonHwa, maldijo a la familia Kim de manera que todas sus riquezas y lo demás desapareció de manera sorpresiva... Ahí comenzó todo. Después de ser la familia más importante y llegar a ser un clan, los ancianos de la ciudad les ofrecieron una solución a sus problemas...
KiBum estaba muy al pendiente de lo que el mayor le decía, quien se había detenido para observar a su amigo
-La solución a sus problemas era un pequeño que había nacido del amor de Young Mi y de Kenji; era el primogénito del primer clan Kim...- Jonghyun guardó silencio un momento-
Ese niño fue entregado en ofrenda para Lucifer, el cual hizo un pacto con la familia Kim… Se estableció que cada primogénito, en cada generación, sería el amante del diablo y el que gestaría en su vientre al hijo del demonio...
-¡¡¡Mentira!!!
-¿No, pasaron dos generaciones y así nacieron Solan y Arim!
-Ese es el nombre de...- KiBum se quedó de piedra- ¡Estas mintiéndome! ¡Eso no puede ser verdad!
-Es la verdad. Han pasado varios siglos y dos únicos guardianes protegieron al primogénito del clan Kim. Yo soy el segundo de esos dos- KiBum elevó su rostro, observó de manera confusa a su peliblanco amigo:
-¿Qué... ocurrió con el anterior sucesor?
-Él cometió un acto prohibido y por eso fue condenado a desaparecer y regresar a la tierra de manera humana- El menor suspiró.
-Entonces... ¡¿Mi familia esta maldita?!
-Lamentablemente… sí…
El silencio rodeó de nuevo la habitación. El menor no podía creerlo; en verdad la situación era grave muy grave. De pronto, en su desesperación, sintió la mano de su mejor amigo en su hombro, y escuchó lo que este le decía.
-Podrás ser perseguido por todos los demonios del mundo Bummie, pero debes recordar que no estás solo, que yo estaré siempre a tu lado para protegerte y resguardarte de todo mal...
-Eso me alegra... Pero eso no cambia la maldición que hay en mi familia.
-Sí, así es- Jonghyun sujetó sus manos- Pero estamos trabajando para que esa maldición no se lleve a cabo... ¿Sabes?- KiBum escuchó con atención- Tú eres el ultimo Kim que esta maldito.
-¿A qué te refieres?- Varias preguntas se encerraban en su cabeza y una más fuerte le llegó de golpe- ¿Por qué nadie me dijo nada de esto?- KiBum reconoció la mirada de Jonghyun, aquellos ojos ocultaban una verdad peor a la que ya había dictado- ¡¿Por qué nadie me dijo nada, Hyung?!
El aludido apartó sus manos de las del chico, y poniéndose de pie, de espaldas a él, habló:
-Porque ellos no son tus padres, Bummie- Aquello cayó como balde de agua sobre el pobre de KiBum. Se puso de pie, giró a Jonghyun:
-¿¡De qué rayos hablas!?
-Tu familia pensó que si te alejaban del Clan y los daban en adopción, el problema se acabaría, decidieron que sería mejor... Bummie se acomodó en la cama, llevó una mano a su cabeza:
-Pero.... ¿Y todos mis recuerdos? No entiendo nada…
-Ellos aceptaron cuidarte y hacerse llamar tus padres. Toda la familia que conoces no es más que una farsa.
Dejó de sentirse confuso, suspiró hondo y observo a al mayor:
-Si esto es verdad, quiero que me digas, ¿qué quisiste decir con que soy el último del clan Kim?
-Quise decir que todo contrato tiene su tiempo de caducidad y el de los Kim llega a su fin contigo- El menor suspiró.
-¡¿Por qué llega a su fin conmigo?!
-Porque tú eres el ultimo Kim de la profecía que queda en el mundo…
Otro golpe más había sido dado en su pecho. Ahora no sólo estaba más confundido: estaba completamente aturdido por todo lo dicho. Antes, su vida era tranquila, normal. De cierto modo, él creía que todo a su alrededor estaba bien, hasta que todo se rompió en pedazos al fallecer su padre.