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La mañana relucía con esplendor en la amplia y elegante residencia donde se encontraba alojado KiBum, misma residencia, que su agencia había alquilado a pedido de Onew, el líder de SHINee; quien así lo solicito para que KiBum y su madre puedan estar más relajados, y no permanezcan en la casa donde había ocurrido lo del padre de KiBum; el mismo JinKi se ofreció a pasar unos días con ellos en dicha residencia, para que KiBum se sintiera un poco más seguro.
Pasada las las 7 de la mañana; KiBum se encontraba en la cocina, la barra desayunador y su rostro gacho demostraban que no había sido una buena noche. Escuchó, entonces, como el sonido de la máquina de café tintineaba. Se giró con desgano, dio unos cuantos pasos, tomó una taza negra, y sujetaba la manija de aquel deposito con café; en cuestión de segundos se servía aquel líquido cargado de cafeína, a medida que bostezaba con fuerza, acariciando su rostro con una mano.
Se acomodó en uno de los bancos de la cocina, mezclaba con suavidad el azúcar en su café, y, mientras lo hacía, observaba por la ventana. Sus castaños ojos observaron al fondo del jardín de la casa de sus padres; sonrió de medio lado al ver a una ardilla correr como loca y ser asustada por algo.
Dejando aquella rápida mirada se dispuso a beber; sus labios tocaron la taza caliente de café y sintió alivio ante aquel líquido que posiblemente le daría ánimos de seguir ese día, pues, en cierto punto, había ocurrido algo muy malo, pero él aún tenía que hacer algo que aportar para el nuevo álbum. Ya se habían atrasado con las investigaciones de la policía.
Aclaró su garganta, sujetó su cuaderno y pluma, dejando a un lado la taza, y enseguida enfocó su mente en lo que tanto le gustaba. La creación de rimas era tan natural como el dormir para él. Pero en ese caso no pudo consumar nada que no fueran palabras al azar y sin sentido. Arrugó su entrecejo y decidió dejar el cuaderno a un lado. Tomó la taza de café y miró por la ventana, en donde sus ojos se abrieron en sorpresa al ver varios animales en el jardín, muertos y degollados. Se puso de pie, dio unos pasos atrás, y la taza en su mano cayó al suelo, rompiéndose y esparciendo todo el líquido negro en el piso de la cocina.
KiBum caminó unos pasos más atrás. No sabía qué era, pero una fuerte presencia lo estaba aterrando…
Su espalda fue sujeta por alguien, cosa que lo hizo detenerse. Ladeó su rostro con prisa, y entonces aquel que le había sujetado le habló.
-Cielos, Bummie. ¿Estás bien?-
-Ji-JinKi... -
-¿Si? ¿Qué tienes? Estás todo pálido-
KiBum se sintió un poco avergonzado: él jamás había padecido de miedo, pero desde lo ocurrido con su padre y los sueños horribles que sufría, lo hacían asustarse de más. Ante lo dicho por su líder y ahora compañero de vivienda, el menor ladeó su rostro para ver por la ventana, y lo que descubrió lo confundió más. De lo que había visto antes no quedaba más que la misma ardilla corriendo de un lado a otro. Se llevó las manos al rostro y masajeó sus párpados. Entonces, disimulando, respondió a su compañero.
- Es que no he dormido bien-
-Me imagino… Deberías descansar un poco- habló, acercándose al castaño, quien ya tomaba una toalla desechable y se agachaba a limpiar los restos de café en el piso.
-No puedo dormir, debo continuar para aportar algo para lo del nuevo álbum.
-Sí, es verdad. Pero sabes que considerando lo que sucedió eso no es necesario; tu solo deberías descansar un poco-
-Ya he descansado lo suficiente- Mintió.
La verdad era que no había pegado un ojo en toda la santa noche, porque, cada vez que se relajaba, aquel extraño sueño resurgía.
-Y además quiero hacerlo, a ver si así logro distraerme. Bueno, ya está limpio- tiró las hojas de papel al basurero- Creo que ya tengo letra - Habló con más tranquilidad y animado. Se acercó al líder y le dio un pequeño empujón con su hombro de forma cariñosa y enseguida le dijo- ¡Quita esa cara de preocupación, Key está bien!-
-Eso me alegra…-
-¡Nos vemos más al rato!-
-¡Ok!
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Mientras eso ocurría en la residencia, en la oscura casa del vocalista principal del grupo, otro era el ambiente.
Silencio total, oscuridad por completo, puesto que todas las ventanas estaban cubiertas de las cortinas más gruesas que existieran. El reloj marcaba los segundos, y ese eco se esparcía por todo el lugar. En la estancia no se veía ningún alma, sólo los objetos materiales más lujosos que Kim Jonghyun pudiera tener; además de una decoración lo más futurista del mundo y aquellas figuras de acción que reposaban sin vida en la repisa de la sala.
La casa tenía unas gradas de metal que colgaban por unos alambres de cobre grueso y platinado que apenas relucían por la poca luz que entraba de la puerta; más arriba, en la segunda planta, un pasillo alfombrado llevaba a las habitaciones, las cuales eran tres, y, al final, una puerta entreabierta mostraba una luz tenue y amarillenta. Se alcanzaba a escuchar el sonido de una gota deslizándose sobre el agua, como cuando una tubería no está bien reparada y tiene una fuga; aquel pequeño y oscilante goteo se mezclaba con el tic tac del reloj. Dentro del cuarto del baño se apreciaba el retrete reluciente y limpio, y al lado una tina enorme de porcelana en la cual Jonghyun reposaba con el agua cubriendo todo su cuerpo y los costados de su rostro, sólo dejando al aire su nariz y su boca roja, que a este punto se tornaba morada por el frío. Mantenía cerrados sus ojos y, cuando por fin se sintió helado, los abrió con lentitud. Notaba como su boca se movía temblorosa y sus manos y cuerpo se negaban a moverse.
-He vivido mucho tiempo como humano...- Elevó perezosamente su brazo izquierdo para ver su tatuaje– Me he mezclado perfectamente y acercado lo más que pude a mi protegido...- Arrugó su entrecejo de manera dolida- Me aterra que todo este tiempo a su lado, yo...- Sintió una punzada en su espalda- El ritual... sólo espero que todo salga bien. No me perdonaría si algo le ocurre a KiBum cuando yo esté…
Un presentimiento se formó en su pecho, que lo hizo levantarse con rapidez.
-Están moviéndose de nuevo, su presencia se hace más fuerte... Bummie…- Siseó, saliendo desnudo de aquella tina y tomando una toalla para colocarla en su cintura.
Partió a su habitación, en donde sujetó el celular, al tiempo que jalaba las enormes cortinas de su ventana y dejaba ver el cielo oscuro y sin vida, lleno de nubes negras y cargadas de agua. Su cuerpo se sintió rígido y helado.
-El viento trae una brisa endemoniada. Esto no me agrada…- Dijo al tiempo que se colocaba una sudadera de color negro, subía el cierre y sujetaba un jean y uno bóxer.
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El teléfono de la sala sonaba con demencia. El líder de SHINee trataba de animar a KiBum y su madre mientras se encontraban reunidos, cuando pronto el sonido de aquel aparato sacó de los recuerdos infantes a la mamá de KiBum; este se puso de pie, aludió que iba a responder. Sujetó con calma el auricular y enseguida respondió:
-¿Diga?
-Bummie- Resonó la voz de Jonghyun tratando de sonar amistoso.
-¡hyung! ¡Qué sorpresa!
-¿Cómo... te encuentras?
-Bien, un poco más animado…-
-Me alegra... Oye, ¿JinKi está ahí?-
-¡Sí, justo a mi lado!
-¿Podrías decirle que necesito hablar con él?-
-¡Claro!- KiBum retiró el auricular de su oído para hablarle al mayor- Jonghyun desea hablarte.
Enseguida, Onew tornó su mirada audaz, se puso de pie y tomó el teléfono inalámbrico, para ir disimuladamente a la cocina.
-¡Acordamos una hora Jonghyun!
-¡No es momento de retrasos! Deberías estar más pendiente de lo que ocurre a tu alrededor, Vitaly. ¡Se están movilizando, ¿no lo sientes?- JinKi entreabrió sus ojos y tornó su mirada carmesí.
-Es lo mismo que sentí hace unas horas, pero esta vez más fuerte- Siseó de manera seria la voz de Onew.
Justo en el instante en que KiBum entraba a la cocina con lentitud, colocó su mano en el pomo de la puerta para abrirla con suavidad y oyó a su líder.
-¡Debemos movilizarnos antes de que algo le pase a KiBum, nos vemos en media hora en donde habíamos quedado!
El menor arrugó su entrecejo. No siguió su paso a la cocina, dejó la taza de café en una pequeña mesa que se encontraba a un lado de la puerta, y yendo a la sala notó como Onew salía de la cocina, mientras hablaba de manera apresurada.
-Lo siento mucho Bummie, y señora Kim; algo se presentó... Regresaré más tarde.
-Ve con cuidado JinKi- Se despidió amable la madre de KiBum
Este analizaba a su líder, quien, ante lo dicho por su madre, sujetó las llaves de su auto y salió lo más rápido posible. KiBum enseguida expuso:
-Yo necesito salir un momento…
-¿Seguro, hijo?-
-¡Sí! Necesito distraerme-
Salió casi pisándole los talones a Onew. Por fin, en el parqueo de la residencia, pudo notar como JinKi partía lo más aprisa posible y él no se quedó atrás: subió a su auto y se colocó el cinturón.
–Hyun, ¿qué está sucediendo? ¿Qué quisiste decirle a Jonghyun?
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No muy lejos de ahí…
- ¡¿Lo has visto, Solan?!
-Sí.
-No sé tú, hermano, pero yo creo que ese tal Onew tiene algo raro…
-No eres la única que lo notó... Podría ser que esa fue la presencia que sentimos en el cementerio- los ojos de Solan se agudizaron- Encárgate de KiBum, yo averiguaré a dónde va ese entrometido.
-Je, je, je- Arim notó partir a su hermano y se relamió los labios a lo que decía- Que curioso… Dejarme ese paquetito, Solan...- Su sonrisa se agrandó placenteramente- Vamos a jugar un rato con el Príncipe escarlata. ¡Ja, ja, ja!- La mujer desapareció entre la oscuridad de las sombras de los árboles y partió enseguida tras su presa.
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Museo antiguo de cera…
Ya estaba en lo más alto de aquel edificio de 10 plantas. Entre muñecos viejos hechos de cera, observaba el tétrico panorama, las nubes grises que cubrían toda la ciudad. Presintió la presencia de JinKi y Vitaly, agacho su rostro por entre el enorme ventanal y pudo notar como entraban al edificio. Se giró sin siquiera darse cuenta que tras de JinKi otro vehículo se había aparcado: era KiBum, quien iba siguiendo a su líder.
Jonghyun se acomodó entre los enormes trozos de piedra que adornaban aquel piso, ya que ese piso en especial estaba dedicado a la antigua Grecia. Analizaba el lugar al tiempo que bebía agua de una botella. Sus ojos apreciaron que toda la habitación estaba ahumada, pues esa había sido la razón por la que clausuraron el lugar: un incendió por poco y acaba con todo.
Pronto escuchó como los pasos del que tanto esperaba se aproximaban a la puerta. Elevó su rostro y lo vio entrar. Se puso de pie, arrojo la botella, mientras hablaba:
-¡Ya era hora que aparecieras, Vitaly!
-Esa no es manera de hablarle a un arcángel- Jonghyun sonrió.
-¿Se te olvida que soy un guardián y un idol?
-¡Ja, ja, ja creído! Deja las bromas y vamos a liberarte de ese sello.
JinKi apenas pudo moverse unos pasos, cuando, frente a ambos, un humo negro y con olor a azufre se esparcía.
-¿Pero qué…?
-¡Así que por fin di con el paradero del nuevo guardián!- De entre aquel humo se asomó una gabardina negra y reluciente, y, de entre ésta, Solan, quien mantenía un rostro serio- Estuve buscándote por años y ya que te tengo… no permitiré que vivas más Kim Jonghyun- El mencionado arrugó sus cejas y apretó sus puños.
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Mientras, abajo, en la entrada del edificio, KiBum por fin pasaba la escabrosa estancia, y subía al segundo piso, en donde se encontraba una variedad macabra de muñecas antiguas de cera y que mantenían sus ropas y algunos cabellos chamuscados por el incendió. Algunas estaban desmembradas y a otras les hacían falta partes. El rapero acomodó el gorro de su enorme suéter negro, entonces siguió caminando hasta llegar a la salida que llevaba a las gradas y que le haría subir y buscar a JinKi y a Jonghyun; esa era la idea.
Pero, para sorpresa su sorpresa, cuando cruzó por primera vez aquella salida, pudo notar que una vez más volvía a la misma sala. Caminó de nuevo, y por segunda vez dio al mismo lugar.
-¡¿Pero qué rayos pasa aquí?!- Se cuestionó, continuando su caminata- Esto no puede ser… ¿En dónde demonios está la salida?
Se detuvo a mitad de la habitación, giró su cuerpo a la puerta de la entrada y se condujo a ésta. El alivio llegó cuando pasó el pasillo. Pero lo peor fue cuando llegó al final de éste, pues de nuevo estaba en el mismo lugar atestado de muñecas.
-No puede ser…- Siseó molesto- ¡Oigan, si esta es una broma de ustedes dos, es de mal gusto¡ ¡Cuando los agarre verán, hyungs!
No hubo respuesta más que el silencio. KiBum analizaba de arriba abajo el lugar, observaba a las muñecas con cierta desconfianza. Cuando de repente, sintió que algo se movió tras de él. Se ladeó con prisa, pero sólo logró ver cómo una muñeca se iba de lado en una repisa.
Sonrió de medio lado y acercándose a aquella muñeca le habló:
-Me diste un susto- retiró su mano de su bolsillo y, con lentitud, la acercó a la muñeca, la cual movió los ojos con agilidad, cosa que lo hizo apartar su mano. Pestañó varias veces, pero ante lo ocurrido sujetó la muñeca y de un solo golpe la lanzó al piso- Muñecas, vaya pérdida de tiempo y dinero.
Se dio la vuelta para buscar la salida, pero, para su sorpresa, aquella ya no estaba. Todo se encontraba lleno de repisas de muñecas.
-¡¿Que rayos está pasando aquí?!
Se preguntó al tiempo que sintió como algo sujetaba sus piernas. Agachó el rostro, y lo último que vio fue como 10 muñecos que jaloneaban sus pantalones y sus piernas para hacerlo caer de cara al piso, y en el transcurso, varias más se le lanzaban enzima. Cuando estuvo en el piso, sintió que aquellas muñecas dejaban de moverse; elevó su rostro para ver a la que antes había lanzado al piso y se acercaba de manera siniestra y automática a él, a la vez que decía palabras como si fuera el sonido de una grabación:
-Los humanos no aprecian lo hermoso.
Dicho aquello KiBum fue golpeado en el rostro, dejándolo completamente noqueado.
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Miradas penetrantes y endemoniadas se lanzaban tanto Jonghyun como Solan, quien había ya tornado sus ojos dorados. El clima se había vuelto pesado en aquel lugar. Los segundos parecían minutos, había una sed de muerte en el aire, y esto tuvo que cortarlo Jonghyun. El vocalista apuñó las manos y entonces cuestionó:
-Permíteme hacerte una pregunta…
-¡Tan educados como siempre, a pesar de la vida de lujos que has llevado por todos estos años, Jonghyun!- Solan agitó su gabardina, se acomodó recostándose en la pared y cruzándose de brazos- Hazla.
-Jonghyun...- Intentó cortar Vitaly, quien al aparecer se liberó, apoderándose del cuerpo de Onew.
-No, Vitaly, ni se te ocurra. No voy a escapar- Habló el por ese entonces peliblanco dirigiendo sus ojos a los rojos del arcángel, para finalmente ladear su rostro y ver al demonio que tenía al frente- Dime una cosa... ¿Tú mataste al señor Kim?
Una sonrisa se dibujó bajo los mechones negros azabaches de Solan. Aquellos cabellos cubrían un poco sus mejillas y parte de su frente, pero permanecían lisos y brillantes. Ante aquella sonrisa, Jonghyun arrugó con fuerza el entrecejo, se alistó tomando una pose erguida y elevó sus puños al nivel de su cintura.
-¡HABLA!- Gritó para hacer que Solan se apartada de la pared y soltara sus brazos al tiempo que caminaba.
-¡¿Que harás al respecto?!-
-¡En este mismo momento, te mataré!- Se movilizo con agilidad y decisión.
-¡Jonghyun!- Vociferó Vitaly y no había acabado de gritar cuando el aludido caía al piso de rodillas, con un enorme dolor en la boca de su estómago. Vitaly rebuscó con sus ojos a Solan, pero, para su sorpresa, éste se encontraba tras de él.
-Es un inútil si no ha sido liberado su sello, ¿no es así, Vitaly?- Siseó el pelinegro, lanzando un golpe, el cual Vitaly pudo esquivar con dificultad, para acercase a Jonghyun y sujetarlo al tiempo que le hablaba.
-¡No te confíes, en este momento eres un simple humano! ¡Debemos escapar!
-¡Eso lo veo muy difícil, Vitaly!- Expuso Solan frente a ambos.
Los ojos de Vitaly analizaron el rostro de Solan; en él había sed de muerte. De pronto sintió que la atmósfera se tornaba pesada e insoportable.
-¡Un campo satánico!
-Así es... Esto no puede ser. Apenas tenemos unos meses en esta ciudad y se nos puso muy fácil todo- Hablaba Solan con una sonrisa de satisfacción.
-¡¿A qué te refieres?!- Cuestionó con dificultad Vitaly, al tiempo que caía de rodillas con Jonghyun apoyado en su hombro.
-¡A que ahora tengo al Guardián y al protegido en este mismo lugar, ja!- Esto lo escuchó Jonghyun ya un poco recuperado; elevó su rostro y cuestionó:
-¡¿Que has dicho?!
Solan elevó su mano, de la cual salió una nube negra que olía a demonios. En el centro se formó un pequeño reflejo. Vitaly y Jonghyun se vieron en este tétrico espejo, y luego aquel cambio a dorado y se difuminó en rojo con pequeños destellos claros, mostrando al que se encontraba al otro lado: se trataba de KiBum, quien permanecía boca arriba en el piso del edificio, sujeto de manos y piernas, parecía estar inconsciente.
-¡KiBum! –Hablaron ambos totalmente sorprendidos.
-Al parecer los ha seguido y eso fue lo que lo puso en esa situación...- Solan chasqueó los dedos y la imagen desapareció, reflejando a los otros dos- No se preocupen, mi hermana lo tratara bien, en todo caso... Hay que preparar su vientre, ¿no?
-¡¡¡MALDITO!!!- Jonghyun intentó ponerse en pie, pero fue detenido por Vitaly.
-¡Jonghyun, encárgate de liberar tu sello!
-¡¿Pero y KiBum?!- Vitaly arrugó su entrecejo.
-¡Si lo haces rápido podrás salvarlo!
-¡¿Y el círculo?!
-¡Ya está hecho!- Vitaly juntó sus manos, cerró sus ojos con fuerza, y rezó con suavidad.
-¡¿Qué demonios estás haciendo, ángel estúpido?!- Solan quiso acercarse, pero una barrera se elevó a su derecha.
-¡¡¡Jonghyun, ve al círculo!!!
-¡Pero si entro, tú quedarás desprotegido!
-¡Ese no es tu problema!
Dejó su pose, y poniéndose de pie, Jonghyun observó como de entre las ropas de Onew se asomaban dos bultos, los cuales rasgaron sus ropas con ímpetu. El peliblanco tragó grueso; enseguida pudo ver el rostro más furioso de aquel arcángel, el cual observaba con furia a Solan.
-¡Ahora mismo vas a saber lo que es un Arcángel!- Solan sonrió de medio lado.
-Yo tengo ventaja, estúpido. No podrás moverte con facilidad, todo el edificio está maldito.
-¡No hay poder que pueda contener a un enviado de Dios!
Las alas de Vitaly se estiraron con fuerza. Solan se enfureció, sus ojos se volvieron más dorados y entonces todo comenzó. Ambos ya se abatían en una pelea de bien y mal, mientras Jonghyun entraba al círculo. Se había despojado de su sudadera negra, y en su espalda un tatuaje de alas surgía y brillaba con intensidad. Cerró sus ojos y entreabriendo sus labios.
-¡Otórgame la gracia con la que fui concebido, toma todo lo que hay dentro de mí y sácalo!-
Aquello último se escuchó a doble voz y con un suave eco que sonó como la canción más melodiosa de todas las que haya entonado su garganta.
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Despertaba aturdido y totalmente adolorido. Un pequeño hilo de sangre se presentó en su ceja; intentó mover una de sus manos para posarla en aquel lugar que sangraba, pero para su sorpresa su mano no podía moverla. Se dio cuenta que algo la sujetaba, y al abrir con enorme impresión sus ojos castaños, pudo notar que sus manos estaban sujetas a unas cuerdas que lo mantenían unos muñecos que sonreían endemoniadamente; sus piernas también estaban sujetas. Intentó soltarse a costa de pequeños cortes en sus manos.
Analizó todo lo que había pasado, por lo menos su ropa aún seguía intacta. Entonces hablo por lo bajo.
-¡Esto debe ser otro maldito sueño!
-No es un sueño, mi querido príncipe.
Escuchó la voz tenebrosa y aguda de una mujer, la cual hizo eco, un eco tremendamente horrendo que perturbó su mente. Entonces escuchó, además de los ecos, las voces en grabación de los muñecos los cuales decían:
-Perfora su vientre, prepáralo para nuestro amo y señor, desnúdalo- Aquella última palabra fue celebrada por el sin fin de muñecos que soltaron risas diabólicas.
KiBum se movilizaba con dificultad, su fuerza lo llevó a soltar una de sus piernas y enseguida se logró liberar de una de sus manos, a costa de una enorme cortada. Las manos plásticas de los muñecos intentaban sujetarle de nuevo, pero esparciendo golpes y con un rostro enfurecido, el vocal arrojaba todo a un lado. Se vio por fin liberado, y más aliviado por unos instantes, ya que cuando estuvo a punto de ponerse de pie, una risa endemoniada se escuchó; aquella risa macabra hizo detener todos sus movimientos.
Ladeó su rostro y con los ojos afilados distinguió que de entre las sombras y el montón de repisas recubiertas de muñecos aparecía una mujer con un largo vestido negro, solamente adornado con finos listones rojos que relucían tan malignamente; su cabello caía por sus hombros y su rostro pálido mostraba una mueca endemoniada.
Arim había aparecido por fin; dio tres pasos más al frente, y tomando una pose sensual, dejó asomada su pierna, abriéndose una rajadura en el vestido negro.
-¡¿Quién eres?!
La cuestionada sonrió de medio lado. Enseguida tornó sus ojos dorados y, elevando su mano con delicadeza y elegancia, hizo que el cuerpo del menor quedara inmóvil y pesado.
-¡Ags!- De estar con una rodilla flexionada y la otra en el piso, pasó a caer de espaldas; intentaba elevar sus manos pero le fue imposible - ¡¿QUE ESTÁ PASANDO?!
-Es igual que en tu sueño, ¿no es así, príncipe escarlata?- Al escuchar la voz aguda y lo que había dicho aquella mujer, los ojos de KiBum se abrieron en asombro.
-¡¿Qué demonios?! ¿¡Quién eres?! ¡¿Acaso una fanática loca?!
-¡JA, JA, JA, JA!- La mujer rió descarriada, su risa retumbó por todo el lugar.
Con prisa se encontró al lado del menor, quien se sobresaltó por la rapidez en la que se había movido aquella mujer. Ésta estaba ya recostada a su lado, con un codo en el piso y su palma sosteniendo su cabeza.
-Qué inofensivo y tierno muchacho... De todos los descendientes de la maldita familia Kim, eres el más guapo…- Su mano libre, la cual reposaba en su cintura, pasó a acariciar el pecho de Key, quien se sobresaltó.
-¡¡¡NO ME TOQUES, ENFERMA!!!
-¡Oh! Qué humor tienes...
La mujer, entonces, siguió acariciándolo. De pronto apartó su mano huesuda y enguantada para mostrar sus dedos negros al frente del rostro, pálido del chico, el cual notó como garras rompían aquellos guantes, y aquellas se acercaban a su pecho, y en cuestión de segundos rasgaban sus ropas, su chaqueta, su camiseta y hasta incluso su centro. Pronto su pecho quedó desnudo. Los ojos dorados analizaban aquel palido pecho, los pectorales, sus tetillas rosáceas y, en el centro, una caja torácica que invitaba a besarla con saciedad.
Arim agachó más la mirada para notar el ombligo de KiBum, el cual a este punto decía un improperio de insultos.
-¡¡¡Suéltame ya, perra malnacida, sabrás de mis abogados!!!
-Mira nada más…- Siseó Arim, acariciando la parte baja del ombligo- No cabe duda que eres un hombre hecho y derecho. Quisiera ver todo lo que tienes bajo esa molesta ropa...- Su mano desgarró con prisa el jeans y el bóxer del vocal, logrando por fin mostrar su miembro dormido.
-¡¡¡¿¿¿QUÉ INTENTAS???!!!- Arim se incorporó, sus orbes se abrieron llenos de lujuria.
-Ah, pero qué hermoso cuerpo y qué buen miembro traes KiBum. Mi padre ha elegido bien…
-¡¡¡Voy a golpearte aunque seas mujer, cuando salga de esta!!!- Gruñó muy enfadado el menor- ¡¡¡Suéltame de una vez!!! ¿¡Que acaso no lo entiendes?! ¡¡¡Lo que haces es un delito, te fundirás en la cárcel si sigues con esto!!!
-Tu voz me está hartando- Espetó Arim chasqueando sus dedos y causando que varios de los muñecos sujetaran una mordaza y la colocaran a la fuerza en la boca del rapero.
Arim se puso de pie por fin, se irguió frente a Key y lo observo.
-Antes de preparar tu vientre, jugaremos un rato…
Su cinta roja se liberó. Arim tomó su vestido negro y lo dejó caer por sobre sus hombros, dejando a evidencia su cuerpo: unos senos redondos y puntudos que causaban la locura a cualquiera, una cintura estrecha, pero un cuerpo bien formado, un vientre plano como una mesa, unas piernas torneadas y sensuales. KiBum arrugó sus cejas en enfado. Intentó retirar su mordaza, pero no pudo más que lastimarse la comisura de la boca. Observó como aquella mujer llevaba su mano a uno de sus senos y decía:
-¿No se te antoja? -Se relamió los labios- Ahhh… Sólo de verte así me excitas mucho, mi príncipe escarlata...
KiBum intentó mover pero no lo logró. Apretó sus ojos llorosos con la sola idea de querer despertar de aquella pesadilla, cuando de pronto sintió que su cuerpo se elevaba del piso. Arim lo había elevado a una distancia segura. Entonces cuando ya estuvo a una altura deseada, Arim separó sus piernas y dijo:
-Voy a decirte quién soy...- Su mano se condujo al miembro dormido del menor - Mi nombre es Arim, hijo e hija de Lucifer...- KiBum arrugó el entrecejo. Sintió como aquella mano ya hacía presión en la punta de su pene. Ante eso no le importó más nada, se las arregló para partir su mordaza y gritó.
-¡¡¡ESTÁS LOCA, ERES UNA DEMENTE!!!
-¡Esas son palabras de alguien vencido! ¡Ahora mismo voy a mostrarte de lo que estoy echa!
-¡¿Que... qué rayos eres?!
-Te lo he dicho- Siseó con voz ronca y seca-. ¡Soy el y la hija de Lucifer... y antes de prepararte serás mío!
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La lucha era perversa, Vitaly se las veía dificultosamente contra el poder de Solan, el cual afilaba su espada negra contra la blanca de Vitaly, quien apretaba su entrecejo y atacaba de nuevo a cuenta. Solan se apartó y entonces sintió lo que su hermana estaba haciendo. Elevó su mano para lanzar un ataque negro a su enemigo, el cual Vitaly no pudo esquivar y cayó un poco adolorido al piso de rodillas. Sus alas parecían estar muy maltratadas y heridas, ladeó su rostro al círculo en donde Jonghyun trabajaba con rapidez.
-¡Date prisa!
-¡¿Arim, qué demonios estás haciendo?! ¡Deja de jugar con él, y perfora su vientre de una maldita vez!
-¡ESO JAMÁS LO PERMITIREMOS!- Siseó Vitaly, lanzándose al ataque-¡JONGHYUN, DATE PRISA O KIBUM...!-
El aludido apretó más sus ojos y elevó con fuerza su voz y sus rezos.
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En tanto Arim...
-¡¡¡PARA, NO, DETENTE!!! ¡¡ARRG!! ¡¡¡ALGUIEN, AYÚDEME!!!
Sus gritos no fueron en vano. Aquella suplica llegó a oídos de Jonghyun, quien, en medio del círculo, se detuvo, agrandó los ojos y ladeó su rostro. Dentro de su cabeza pudo ver la escena; tenía que ayudarlo, pero no podía moverse desde donde estaba. Pocos de sus poderes habían sido liberados, sólo tenía dos de seis alas y, si hacía algo, el ritual se cancelaría. No tuvo más opción que concentrarse y crear un conjuro de sellado. Con su voz melodiosa y fuerte, por fin, gritó…
…
KiBum no lograba poner control a su cabeza, cuando pronto escuchó es voz… la voz de Jonghyun la cual retumbaba en aquella habitación haciendo eco y haciéndose cada vez más fuerte, diciendo:
- Singing hallelluya~ You got me singing hallelluya~ Singing hallelluya~ You got me singing hallelluya- Key se sorprendió.
-Jonghyun…
-¡Ese maldito!
Arim sufrió una quemadura, causando que se apartara pronto del cuerpo de KiBum, quien, ante la interrupción, logró movilizar su cuerpo y notar en donde estaba la salida. Pero antes de poder hacer algo, la enorme mano de Arim sujetaba su frente.
-Una barrera… Ese maldito Guardián...
KiBum una vez más no pudo moverse. Con pánico pudo notar la verdadera forma de Arim, un demonio enorme, alto y de alas negras como de murciélago, con enormes cuernos y garras afiladas.
-Eso no es problema. Dejaré el platillo principal para otra ocasión. Ahora lo que necesito es esto- Elevó su mano derecha y de ella apareció un trozo de metal enmohecido con un color carmesí. KiBum lo observó de manera confusa- Debes preguntarte qué es esto…- Aquella pieza fue movilizada justo en la parte baja del ombligo del líder. Enseguida Arim expuso
-Esta es una de las siete piezas de la lanza de Languirus, la lanza que traspasó el corazón de Jesús en la hora de su muerte, y es la que está siendo utilizada por mi padre para crear vida en donde Dios no puede.
KiBum se sentía mareado, su cuerpo no le respondía, sólo escuchaba a lo lejos la voz de JongHyun y la explicación de Arim, la cual solamente movilizo su mano elevándola y bajándola con fuerza para apuñalar con sus dedos el vientre del menor.
Aquel golpe lo pudieron sentir Vitaly y Jonghyun; este último deshizo el círculo gritando:
-¡¡¡KIBUM!!!
-Creo que esta vez han perdido. El primer paso está hecho… Vitaly, dejaremos esta pelea para otro momento- Solan desapareció-
-Jonghyun.
Ambos, sin importarles nada, corrieron en dirección en donde estaba el menor. Por fin lograron llegar al segundo piso, donde todo estaba en normalidad, las muñecas en su puesto, y de Arim no había señal, más que solo los restos de sangre que del bajo vientre de Key. Jonghyun logró llegar a su lado, se agachó con prisa y enseguida sujetó su rostro. Pudo ver como en el rostro de su amigo se tornaba palido.
-¡KiBum, responde, Bommie!
-¿Jo-Jong… qué está pasando?- Siseó con poca fuerza el menor, sintiendo un dolor agudo en su vientre.
El vocalista agachó su mirada y Vitaly hizo lo mismo. Notaron como una marca negra en forma de pentagrama y un círculo se formaba en la herida que cicatrizó con prisa.
-La marca maldita…
-No puede ser, le fallé…- Jonghyun sintió a Key desvanecerse en sus brazos. Vitaly depositó una mano en el hombro del vocalista:
-No todo está perdido. Aún hay esperanzas- Jonghyun aferró el cuerpo de su amigo con fuerza a su pecho- tenemos que irnos.
-Entiendo…
Se pusieron de pie. Colocaron sobre Key una manta de las que cubría algunos muebles del antiguo edificio y salieron de aquel que fue el primer lugar de encuentro...
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