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Melodías a nuestro nombre (ShiIta) por zeldaxlove1997

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Bufa por enésima vez, alcanzando las sábanas para cubrir mejor su cuerpo desnudo, llevaba un buen rato despierto y la luz del sol aún no se asomaba lógicamente por eran las 4:30 de la madrugada y no había podido conciliar el sueño ni por un segundo, lo que más le desesperaba era que su insomnio se debía a un asunto que ni siquiera tenía que incumbirle puesto que no estaba involucrado o tan siquiera pintara en el, pero la pequeña relación a sus problemas pasados eran los que lo tenían revoloteando hora tras hora. 

Frunce el entrecejo mientras su mano derecha cubre una parte de su rostro, cerrando los ojos unos segundos para intentar espabilar y dejar el tema de una buena vez para volver a intentar conciliar el sueño aunque sea un par de horas hasta que amaneciera. Y al parecer sus quejas fueron un poco menos discretas de lo que creyó al sentir unos suaves brazos rodearle la cintura a la par que la barbilla de su acompañante se recargaba en su hombro descubierto no sin antes dejar un dulce beso en la zona. 

- ¿Qué sucede? - 

El rubio voltea levemente hacia su pareja y suelta un suspiro cansino, tampoco quería molestarlo en plena noche solo por algo que no tendría por qué inquietarle, pero la verdad que solo con ver esos apacibles ojos que le irradiaba una paz interna genuina no podía evitar sentirse seguro y comprendido. 

- Siento haberte despertado - susurra volviendo la vista a la ventana - 

El otro le pasa el pelo al otro lado del hombro para tener libre acceso a la piel desnuda de su novio mientras da otros dos suaves besos en el sitio 

- Ya no importa, ahora quiero saber que te sucede - pregunta apacible - 

Este se muerde el labio inferior unos segundos antes de soltar 

- Es Itachi... - mira la luz de la luna que se cuela por las cortinas de la habitación - Está ocultando algo que no debería... bueno - se rasca tras la nuca - más bien siento que no debe de ocultarlo y más porque eso daña a otra persona - 

Escucha un bufido tras su nuca a la vez que las manos que rodean su cintura le acarician con los dedos con gentileza 

- Siento si sueno bastante crudo pero no te involucres en eso Dei, no son asuntos tuyos - 

Deidara exhala con pesadez, sabía que algo así le respondería el pelirrojo y no es que esperara más pero de cierta forma tenía toda la razón

- Lo sé, pero hace unos días Itachi me pidió ayuda en el asunto y no supe qué aconsejarle más que hiciera lo que creyera correcto, pero creo que pensé absurdamente en que sería honesto y lo confesaría a la persona que está dañando pero no lo veo decidido a eso, más bien quiere continuar con la mentira y eso me parece jodidamente mal ¿es tonto que eso me moleste? - 

- No es tonto, pero tampoco puedes resolverle los problemas a tu amigo, él tiene que pensar por su cuenta lo que es correcto - 

El rubio hace una mueca no muy convencido con la solución de su pareja, la verdad que quería ayudar a su amigo, era como su manera de agradecerle por las veces que estuvo a su lado en los momentos más difíciles de su vida. 

- Ita tiene a Hiro pero ese pequeño es hijo de Shisui - murmura - me pongo en su lugar, relacionado con nuestro problema pasado... -

El pelirrojo aprieta un poco el agarre, tensando todo el cuerpo, aún quedaba ligeros vestigios de aquel tiempo en el que no podía ni mirar a su pareja a los ojos sin que el crudo recuerdo de su traición le provocará voltear la vista a otro lado. 

- Deidara hasta ahí - ordenó con voz seria, no quería que su bella noche acabará mal - 

- Y si ese fuera nuestro caso - pero el otro insistió - si yo hubiera tenido a mi bebé ¿habría estado bien ocultarlo? - 

Sasori cerró los ojos unos segundos antes de resoplar y volver la vista al menor 

- No, no hubiese sido bueno - responde con sinceridad - 

Aquello causó una leve sonrisa en el rubio que se voltea lentamente hasta quedar sentado frente al pelirrojo, rodeando el cuello ajeno con los brazos para acercarlo a su rostro 

- Entonces creo que debo decirle eso mismo a Itachi - 

Sasori asiente, rodeando el cuerpo de Deidara con sus brazos hasta recostarlo en la cama nuevamente, llenándose de besos hasta quedar envueltos entre las sábanas lo que restaba de noche. 

 

 

 

 

 

El menor ríe cubriéndose la cara con ambas manos para evitar que el agua de jabón le cayera en los ojos, devolviendo el ataque en cuanto siente que los movimientos contrarios paran, aventando un buen charco de agua contra el cuerpo ajeno, muriendo a carcajadas por las expresiones del pelilargo. 

- ¡Oh no, el capitán Hiro ataca de nuevo! - exclamó Itachi, cubriendo dramáticamente la cara en cuanto el menor sigue lanzando el agua de aquella diminuta tina - ¡Traigan refuerzos! - 

Era poco el tiempo que podía disfrutar a lado de su niño y era por eso que cuando existían esos pequeños momentos los aprovechaba al máximo, Hiro se notaba visiblemente más alegre que en muchas ocasiones cuando Itachi tenía tiempo de estar con él, sonreía mucho e incluso bailoteaba de un lado a otro cuando éste le anunciaba que no tendría que quedarse hasta tarde estudiando o en el peor de los casos tener que irse de nueva cuenta a su trabajo. 

Cómo justo ahora que no tuvo clases y su pequeño entraba al kinder hasta las 10:00 am, tenían tiempo suficiente para estar un rato juntos hasta el momento en que tendría que dejarlo en la escuela. La ayuda que le brindó su tío en la consulta fue de gran utilidad pues pudo comprarle unos jeans y unas cuantas playeras más a su pequeño que cada día crecía más y más, las prendas que guardaba en su armario pronto dejarían de entrarle y no permitiría que su niño vistiera mal por nada del mundo, por Hiro haría cualquier cosa. 

Luego de un rato de estar jugando el mayor tomó la toalla de los estantes y sale de la tina para dirigirse a la habitación donde dejó la batita y las sandalias de su hijo, para luego regresar al cuarto de baño para alistarlo 

- Bien, Hiro es hora de salir de ahí - extiende los brazos para que el menor entienda la señal - 

El niño forma un puchero y niega rotundamente, agarrando uno de los juguetes de goma que dejó en la tina

- Venga cariño, te vas a enfriar y puedes enfermar - habla dulcemente, acariciando los cabellos desordenados - 

Este vuelve a negar, agachando la mirada. Itachi piensa unos segundos antes de apretar con cariño una de las mejillas regordetas del menor 

- Vamos, si te alistas rápido te prometo que saliendo de la escuela te compro dulces ¿vale? - eso pareció convencerlo pues de inmediato formó una gran sonrisa y asintiendo, extendiendo los bracitos para que el mayor lo tomara y llevará a vestir - 

Una vez alistado bajan al comedor para preparar el desayuno, Madara se encontraba sentado tomándose su típica taza de café de todas las mañanas. En cuanto les ve entrar arquea una ceja y se fija en su reloj de muñeca.

- ¿No irás hoy a la escuela? - cuestiona al pelilargo que pasa de largo a la despensa para sacar una caja de cereal y leche del refrigerador - 

- Hoy no tuve clases, cancelaron porque hubo una protesta cerca de la zona - explica con tranquilidad, vertiendo el desayuno del menor en un tazón que deja en la mesa - 

- Ya veo - sorbe de su café - pero no vayas a pensar ni por un segundo que el hecho de no ir a clases te quita de no hacer nada el día de hoy, quiero que limpies la casa, el fin de semana pasado tuve mucho trabajo y no pude hacer nada - 

Itachi forma una media sonrisa, sabía que su tío odiaba a la gente floja y el desorden por lo que no le era raro escucharle quejarse a menudo de todo, tenía un carácter duro pero sabía que muy dentro era una buena persona, de otra forma lo habría echado de su casa en cuanto se enteró de su embarazo. 

- Claro, lo haré no te preocupes - responde aguantando una carcajada - 

El mayor voltea a verle con seriedad

- No te pases de listo conmigo, muchacho. Estoy siendo muy amable contigo, tal vez debería empezar a ser más estricto contigo - 

Esta vez no puede aguantar la risa y termina carcajeandose ante la mirada de ultratumba del mayor. 

- Si, tal vez debería - logra decir en cuanto se recupera - 

Madara frunce el entrecejo, terminando lo que sobraba del café 

- Si tanto tiempo tienes para reírte de mí imagino que lo tendrás también para fregar los pisos y acomodar las cosas del sótano - 

Itachi entreabre la boca sorprendido e indignado

- ¡Pero son muchísimas cosas en el sótano! - 

- Lo sé - respondió acomodándose el saco y tomando las llaves del auto -

- Tío lo siento, enserio lo siento, era una broma - se muerde el labio inferior con nervio - 

- Aja y te la he devuelto - forma una apenas perceptible media sonrisa antes de salir del lugar -

Itachi suspiró dejándose caer en la silla del comedor, volviendo la vista a su pequeño que lo observaba confundido

- Parece que no fue un buen día para bromear con el tío ¿verdad, mi pequeño? - alborotó los cabellos negros - 

 

 

 

 

 

Seca por enésima vez las gotas de sudor en la frente, no hacía calor ni nada por el estilo, era quizá el hecho de que vestía un saco fino o simplemente el que llevara un ramo de rosas en la mano lo que lo traía con los nervios de punta, escondiendo el detalle tras su espalda en cuando veía a alguna persona pasar cerca de él, volteando hacia los lados con nerviosismo, ganándose más de una mirada extrañada de los alumnos que pasaban por ahí. Y no era de extrañarse pues ver a un tipo que les doblaba la altura y que además también de edad no era común o algo de todos los días en aquel colegio de niños ricos. 

Mira por encima de toda la bola de alumnos, esperando encontrar la cabellera azul de la menor, sin éxito de momento pues apenas había tocado la campana de salida, solo esperaba que la chica no se hubiese quedado a estudiar en la biblioteca de otra forma tendría que esperar más tiempo y las rosas seguramente se marchitarán. 

Camina hasta adentrarse a las jardineras para esperarla cuando a lo lejos ve la dulce sonrisa de Konan saliendo de clases. Traga saliva con dureza y se prepara mentalmente, acomodando bien el saco e intentando controlar sus nervios, caminando a paso lento con el ramo de rosas en mano. 

Pero cierto chico de cabellos anaranjados le hacen detenerse de golpe en cuanto le mira acercarse a la peliazul para abrazarla con cariño a lo cual la otra ríe divertida, aceptando el gesto 

No es capaz de describir en ese momento la sensación que aquello le genero, era algo que nunca antes había experimentado, su pecho se oprimía con dolor, su expresión había cambiado a una de ¿tristeza? 

Observa a Konan que parecía absorta de su presencia, charlando alegremente con el pelinaranja de su edad. Forma una mueca entristecida, mirando el ramo de rosas que aún sostenía, sintiéndose un completo perdedor al pensar que quizá por un momento alguien se podría fijar en él. Era lógico, ese chico se veía de la misma edad que ella, guapo, joven, normal... todo eso que no era y que jamás sería. 

Agacha la mirada con cierta vergüenza al ver a los pocos alumnos que se paseaban y de vez en cuando le miraban extrañados. 

Da media vuelta para salir de ahí antes de que la menor cayera en cuenta de su presencia y terminara de sentirse humillado, después de todo quizá solo mal entendió las cosas, Konan era una chica dulce y muy tierna, el su profesor. no tendría porque estarse presentando en su colegio para entregarle un ramo de rosas ¿que pensarían los padres de ella al enterarse que el tipo al que contrataron como tutor personal de su hijo intentaba coquetear con ella? seguramente lo matarían a palos por aprovecharse de una menor de edad, además de que no tenía absolutamente nada bueno que ofrecerle, ni siquiera tenía coche para llevarla algún sitio bonito o un lugar  donde invitarla a cenar. 

Se golpea mentalmente, era tiempo de comenzar a pensar en lo ridículo que era seguir intentando encontrar un buen amor para él, puede que quizá ni siquiera existiera.

- Kisame-san - la dulce voz detrás suyo le devuelven a la realidad, volteando alarmado hacía la voz - 

- K-Konan - ¡malditos nervios! - 

Esconde como puede el ramo de rosas tras la espalda, sonrojándose hasta las orejas al verse descubierto 

- ¿Qué hace aquí? - pregunta confundida - ¿necesita hablar con mis padres? - 

- No, yo solo... - piensa unos segundos alguna excusa - venía a entregarte unos libros que podrían serte de mucha ayuda para tus exámenes finales - 

En mala hora esto le sucedía.. 

- Ya ¿y donde están? - sonríe - 

- ¿Eh? - 

- Los libros, dijiste que traías unos libros para mí - 

Se golpea mentalmente, no pudo inventar algo mejor que no fuera eso.

- Eh.. creo que los he olvidado en casa - se rasca tras la nuca, muerto totalmente de vergüenza - 

- Mmh.. ya veo, entonces lo veo el fin de semana - despide con su radiante expresión que le aceleran el corazón al peliazul - 

- Sí... - 

- ¿Son para tu novia? - 

Kisame le mira confundido, no es hasta que cae en cuenta de que aún sujetaba el ramo de rosas rojas

- ¿Vas a verla ahora? - 

- Eh... no - voltea hacia los lados con pena y las mejillas encendidas- 

- Oh - forma una expresión incomprensible - 

La menor hace ameno de continuar su camino sino hasta que la mano del peliazul le detienen suavemente 

- En realidad - se rasca tras la nuca, tragándose los nervios que explotan dentro de sí - son para ti - extiende el gran ramo de rosas hacía la chica que observa asombrada, sin saber qué decir - pero creo que es atrevido de mi parte darte esto cuando... tu bueno... estás saliendo con alguien- 

- ¿Que? - arque una ceja - ¿de qué hablas? no estoy saliendo con nadie - 

- Pero hace rato tu ...- señala las aulas donde le vio - 

- Yahiko es solo un amigo - ríe divertida - 

Aquello pareció aliviar al mayor que quiso reírse de su propia estupidez al concluir algo que no era.

- Vaya - se pasa una mano por el rostro - yo pensé que.. - 

- Me gustas Kisame - responde sincera, regalando una bella sonrisa - me gustas mucho - 

Y eso fue más que suficiente para acelerar con fuerza el corazón del mayor que le devuelve el gesto apenado

- Konan - con las manos temblando fuertemente acaricia el rostro suave de la chica que cierra los ojos ante el tacto - estoy enamorado de ti - confiesa acunando la cara sonrojada, acercando su rostro al contrario hasta rozar las narices - 

Con un brillo en la mirada y ambos corazones latiendo a todo lo que da finalizan la confesión en un dulce y tierno beso. 

 

 

 

 

Escucha el tercer ¿o quizá cuarto? bostezo del menor a su lado, no había sido fácil convencerle de ir con ella sin explicar siquiera a dónde se dirigían, Shisui no era de esas personas que amaran las sorpresas, así que no se cansaba de intentar sacar información de la rubia para que le explicara qué estaba sucediendo. Aquella mañana Temari le llamó desde muy temprano citando a las 12:00 del medio día para que fueran a un sitio que no quiso explicarle cómo era. 

- ¿Falta mucho? - vuelve a bostezar mirando hacía el frente intentando distraerse con el paisaje pero solo veía tiendas de abarrotes o uno que otro restaurante - estoy algo cansado y mañana tengo entrevista con los de MBN - 

- No será tardado - responde cortante, centrándose en llegar a su destino - 

Shisui cierra los ojos cansado, recargando la cabeza en el respaldo, anoche estuvo escribiendo nueva música y lo único que le apetecía era tomar una siesta de unas cuantas horas para recuperar energía 

- Si tu lo dices - murmuró adormilado - 

Temari frunce los labios con pena, acercando la mano libre a la del menor que estaban recargadas en sus rodillas 

- Shisui ¿sabes que te apreció mucho, verdad? - 

Este entreabre los ojos para observar a la rubia que seguía con la mirada fija en la carretera

- Si, me lo has dicho antes - sonríe con diversión, pensando que se trataba de alguna broma - y yo te apreció a ti también - 

Pero la mirada seria de la rubia no le daban buena espina

- De acuerdo - 

- ¿Hay algo que vaya mal? - cuestiona enderezandose en su lugar - no es normal en ti actuar de esa forma, ¿te has peleado con tus hermanos acaso? - 

- No - 

- Escucha su perdiste los derechos de alguna de mis canciones dímelo, no te digo que no sea importante pero si fuiste.. - 

- No es eso - le corta abrupta, sujetado con mayor fuerza el volante - 

Shisui guarda silencio unos segundos, algo extraño sucedía con su manager y era incapaz de saber que con exactitud, desde ese día se comportó bastante diferente y por más que le dio vueltas al asunto no pudo averiguar que pasaba por la mente de Temari. 

- ¿Entonces qué es? - modera su tono a uno más serio - 

- Ahora lo sabrás - aprieta los labios - 

- No estoy entendiendo nada - dice ya un poco más angustiado - ¿a donde vamos, Temari? - 

- Ya te lo dije, pronto lo sabrás - repite lo mismo que hace unas cuantas horas, aparcando el coche frente a un parque - 

- Odio las sorpresas, me ponen de nervios - frunce el entrecejo inconforme - ¿porque no puedo saberlo ahora mismo? ¿tan grave es? - 

Temari suelta un suspiro, cerrando los ojos unos segundos como si se mentalizara para decir algo que quizá no le agradaría al menor, incluso noto un temblor en los dedos de sus manos, no quiso mencionar que aquello ya comenzaba a darle mala espina y que deseaba regresar ya mismo a casa. 

- Shisui yo nunca te lastimaría de ninguna forma - fija sus orbes esmeraldas en los rojos que se veían preocupados - hay cosas que como tu amiga tengo que hacer para evitar que otras personas te dañen - toma la mano del menor entre las suyas y las acaricia en un gesto casi maternal - pero no puedo ser siempre el colchón de rescate a tus problemas, ya eres un adulto y debo dejarte actuar como tu corazón te lo indique, no puedo seguir involucrada en tu vida privada y pretender que hago lo mejor para ti, me estaría convirtiendo como tus padres - se le escapa un pequeño sollozo que no pasó desapercibido por el otro - 

- Temari... ¿porque me dices todas estas cosas? - pregunta entrando en ansiedad - 

- Debo dejarte tomar decisiones importantes como estas para que tu mismo tengas tu fortaleza sin tener que depender de nadie para lograrlo - un nudo en la garganta de la rubia le detienen por unos segundos antes de proseguir - y en verdad lamento no haber sido honesta contigo desde un inicio - esto último lo susurró bajando la mirada, incapaz de seguir observando los orbes carmesí que contenían una confusión inmensa -

- No entiendo a lo que te refieres... - 

Temari limpia con rapidez la lágrima que se desliza por su mejilla, espabilando para recuperar la compostura 

- Solo observa allá y lo sabrás - señala un porton negro al otro lado de donde estaban estacionados - 

Shisui da una última mirada extrañada a la rubia antes de dirigir la vista lentamente a donde señala la mujer 

La respiración se le corta y el corazón se le detiene por unos segundos en cuanto sus orbes carmesí enfocan la larga cabellera negra que estaba plantada frente al sitio que señaló la rubia. Aprieta los puños con fuerza y ahoga un grito lleno de furia y melancolía, conteniendo el deseo de apretar el mango de la puerta hasta tronarlo, chirriando los dientes con fiereza y sintiendo un calor furico correrle las venas. 

Los vagos recuerdos del pasado le llegan como balde de agua fría, las hirientes palabras, la rudeza con las que fueron pronunciadas y el rostro burlón que lo humilló hasta hacerlo pedazos al día de hoy, la razón de su insomnio y mal aspecto de aquellos momentos, la dura depresión que lo carcomía por meses y casi lo mata de tristeza. 

Voltea con ojos furiosos y con un brillo melancólico hacía la rubia que seguía con la mirada abajo

- ¿Porque... - pronuncia con fuerza - me has traído aquí? - suelta una dura exhalación - 

- Traté de decírtelo... - 

- No quiero estar aquí, vámonos - 

- Es importante que mires - intenta tranquilizar - 

- ¿Qué mire que? - esta vez su voz sale en un tono enfurecido, mirando con recelo a su amiga - Al tipo que se encargó de dañarme hasta el alma y al que no le importó un carajo dejarme echo mierda - la vena en su cuello estaba a punto de reventar- 

- Tú no comprendes... - 

- No, lo que yo comprendo es que me trajiste aquí sabiendo lo que eso me iba a generar - su respiración era cada vez más acelerada - 

- Shisui debes mirar - súplica avergonzada - 

 - ¿Para que? - 

- ¡Solo hazlo! - 

Aún con la furia recorriendo su sistema nervioso, voltea nuevamente hacia el portón y es ahí cuando todo rastro de emoción de paraliza, su cuerpo es incapaz de responder a nada, es como si todo a su alrededor se silenciará y oscureciera para enfocarse única y exclusivamente en aquel pequeño ser que corría a los brazos del pelilargo pero algo que no pasó desapercibido para Shisui fueron esos brillantes ojos carmesí. 

Durante varios minutos se mantiene un silencio sepulcral, ya no hay gritos, ya no hay reclamos, solo la desesperante espera a la reacción del mayor que seguía clavado en el infante. Temari se encontraba nerviosa y triste por haber tenido que ocultar aquello hasta ahora y que de no ser por los consejos de su hermanito puede que nunca se lo hubiese confesado al ojirojo. Se sentía terrible, como la peor persona del mundo, le había fallado a la persona que más confiaba en ella. 

Una dura exhalación de parte del mayor y la rubia voltea hacia él esperando por su respuesta

- Vamonos - 

La rubia abre la boca con confusión, mirando de reojo el portón negro donde se estaban despidiendo el pelilargo y el infante 

- Pero Shisui... - 

- He dicho - entorna los ojos carmesí que casi le atraviesan como cuchillos la mirada esmeralda - vamonos - 

Temari traga saliva sin reconocer a la persona que le hablaba, este no era su Shisui amigable y comprensivo que conocía, pero no estaba en condiciones de quejarse, no después de haber ocultado algo así. 

Enciende el coche y lo pone en marcha, sin atreverse ni por un segundo durante el trayecto a mirar a la cara al pelinegro que en todo momento se mantuvo en silencio. 

Tenía mucho que explicar ahora. 

Notas finales:

¡Hola, amores! 

Ya extrañaba mucho venir actualizar algo de los fics, muchas gracias por su paciencia y comprensión, como algunos sabrán me hicieron una cirugía hace unas semanas y tuve que guardar reposo pero ahora me encuentro bastante bien y con mucha energía para venir a actualizar las obras

Agradezco todo el amor que me dejan en los comentarios, el apoyo que he estado recibiendo en estos últimos meses ha sido grandioso y me siento bendecida de tenerlas conmigo <3 

Espero que disfruten el capítulo y nos vemos en el siguiente

Besos <3

JoJo


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