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21:02 PM
-No,no... Ésto no combina -
Quién diría que el sereno e imperturbable Levi Ackerman estaría renegando y luchando por decidirse en un conjunto de ropa. Y no es para menos, si el agente Eren Jaeguer lo invitó a un bar. Los dos. Solos.
Vamos a la realidad; no sería la primera vez que vería al menor en tal contexto (tiene ejemplos de hace más de dos mil años) pero lo que cabe destacar es el principal factor que diferencia aquella época de la moderna: ni él, ni Eren son las mismas personas.
El mayor puede reconocer sus propios cambios y progresos. Desde la fisonomía hasta las actitudes. Solía ser muy arisco, es consciente de ello. No entablaba conversación con las personas a su alrededor y se lo catalogaba de temible.
Es verdad; él puede hacerse cargo de tales características y dar cuenta de una renovación en su persona. Siendo honesto consigo mismo, sabe que el contexto actual ayudó mucho. No sería nunca lo mismo batallar por la libertad encerrado en 3 muros, a vivir en una ciudad pacífica con sus necesidades básicas cubiertas.
Así; mientras saca del fondo del armario las camisas impecablemente dobladas para elegir alguna, piensa en Eren, y en que seguramente él pasó por la misma situación al renacer en un mundo tan distinto.
¿Qué cómo llega a tal conclusión? Fácil. Lo estudió durante esas semanas. El chico era más abierto, directo y menos dramático. Ackerman puede adjudicar esos rasgos nuevamente a la cuestión del pasado; pero es por tal razón que ahora comprende las diferencias con sus antiguas personas.
Ciertos aspectos nunca cambiarían al parecer, como le pasa a si mismo con la limpieza y el orden. Dedujo que con Eren sucedía lo mismo al notar su determinación e impulsividad en los entrenamientos.
Por dentro, y muy abajo de su piel, sentía curiosidad ante lo sucedido entre ellos; específicamente los roces físicos de unos días atrás.
¿Serían producto de sus vidas anteriores o un actuar consciente de sus personas actuales?
Pronto lo sabría. De eso estaba seguro.
De tal manera, mientras se decidía por un jean negro y una camisa del mismo color estampada con algunos arabescos plateados, se posicionó frente al espejo de cuerpo entero para examinarse. Lucía bien; de hecho, hacía bastante tiempo que no se vestía tan bien como ahora. El trabajo de afeitarse lo poco de barba que tenía junto al outfit oscuro que llevaba puesto le regalaron una vista magnífica.
Corroboró la hora; todavía le quedaban 10 minutos antes de partir y llegar al horario acordado. Se enfiló al balcón de su departamento a fumar, y pensó en frío las posibilidades que tenía de entablar algo con Eren sin meter los sentimientos de su pasado de por medio; sin dejarse guiar por los recuerdos y los más importante; haciéndose consciente de que lo que llegara a suceder, tendría que ser por obra del nuevo Levi Ackerman.
Los titanes, la guerra, la sangre, los soldados caídos, el amorío con Eren… todo eso no era más que pasado para él. Un pasado hijo de puta y cruel.
Los pocos minutos que faltaban transcurrieron, y cuando salió del edificio con rumbo al auto, se aseguró de dejar los pesares y las vibras negativas en su andar por el asfalto.
Si no pudo ser feliz antes, lo conseguiría ahora. Nada podría detenerlo.
Coronando con ese pensamiento, condujo en calma hasta la dirección marcada en Google Maps a través del celular.
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21:15 PM
-¡Aaahhgg! ¡No sé qué elegir! - comunicó el chico a través de la videollamada enfocando las prendas esparcidas por su cama.
-¿Podés calmarte? Dios, ni que tuvieras 15 años, Eren - contestó el otro observando los pantalones y remeras.
Si para Ackerman fue complicado elegir una muda de ropa, imagínense ustedes el calvario con el que lidia Jaeguer.
-Lo invite a salir y ni siquiera pensé en lo que iba ponerme. Soy un estúpido - dijo mientras daba vuelta la cámara para enfocarse a sí mismo y mirar a su amigo - haceme acordar de pensar antes de actuar, Armin.
-Te lo digo a diario, pero tu cerebro no lo retiene -
Otro punto clave: Armin, aquel muchacho con el que forjó amistad en la vida pasada, se hizo presente en sus años de secundaria. Siendo un chico cohibido, inteligente y nuevo en el instituto, Eren no perdió oportunidad para hacercarsele. Desde allí, siendo apremiados con una juventud alegre y de disfrute, volvieron a forjar aquella amistad que los unió hace mucho años.
Claro, tal relación sólo la rememora Jaeguer, ya que como sucedió en otro caso similar, el mejor amigo del chico reencarnó sin recuerdos.
En ese momento le entró la duda; ¿Por qué solamente el capitán? ¿Habría alguna conexión entre ellos que lo explicara?
Dejó de lado esas incertidumbres para volver al problema actual: la ropa.
-Creo que podrías combinar el pantalón de la punta de la cama con la camisa verde oscuro de allá - indicó con el rostro.
-¡¿El jean azul?! Armin, me queda apretado en los glúteos - informó mientras se lo probaba para mostrarle al rubio.
-Esa es la mejor parte, no va parar de mirarte el culo - bramó.
-¡Armin! -
De respuesta solo escucho la risa del chico.
-Jajajaja pero, ¿no es eso lo que querés? -
-Sí...bueno...no sé- comunicó vistiéndose.
-¿Como dijiste que se llamaba? -
-Levi… Levi Ackerman -
-Tiene un nombre atractivo. Te debe gustar mucho para que estés así de indeciso - se burló Arlert.
No hizo falta que el castaño lo afirmara, la rojez de su nariz y pómulos lo confirmó.
-Eren, ya tengo que volver atender en la cafetería. Mándame mensaje más tarde contando cómo te fue - le dijo ojeando desde atrás a los clientes entrar al local.
-Sí Armin. Perdona, olvido a veces la diferencia de horario. Ya deben estar por llegar todos juntos a la cafetería - se disculpó.
-No hay problema. Vos andá y conquistá ese hombre. Más tarde nos hablamos - finalizó la videollamada.
Cuando terminó de colocarse las prendas que le aconsejó el chico, dio cuenta de que no estaba tan equivocado como creía. Aquel pantalón resaltaba sus piernas bien ejercitadas, y la camisa dejaba entrever su musculatura levemente marcada al igual que el contorno por sus costillas y clavículas.
Sonrió mientras se colocaba el calzado; Armin siempre tenía una respuesta buenísima para todo tipo de situación.
En medio del arreglo del cabello, mientras lo peinaba hacia atras con cepillo y gel, dejó caer algunos mechones revoltosos de su frente. Sólo algunos; Armin también le dijo que en ciertas ocasiones más; es menos. Así aprendió a producirse acorde al momento, y vaya que ahora era un momento particular.
Una cita; la primera cita de ellos en esta nueva vida. Se sintió desprevenido de aquel pensamiento al terminar de recoger sus pertenencias para salir.
¿Estaría Ackerman tan entusiasmado como él; o era el único bobo comportándose de esa manera?
Tales interrogantes quedarían para siempre en la nada, perdiéndose entre demás inseguridades que atacaron su mente en la ida en autobús.
Miró su reflejo en todas las superficies que pudo para cerciorarse de que se veía lindo, atractivo o al menos decente.
En las últimas paradas que le quedaban se aseguró de arrojar todas las presuposiciones por la ventana.
Si se le estaba presentando una oportunidad junto al mayor, lo conllevaría de la manera correcta:
Basándose en la persona agradable y nueva del presente.
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22:08 PM
Dejando el auto estacionado en la acera, la estancia del bar "Planta Alta" podía verse a mitad de cuadra antes de llegar. Una luminiscencia decorativa sobre las mesas y sillas ubicadas en el exterior e interior daban cuenta de un ambiente vintage y cálido. Levi reconoció perfectamente la música transmitida en los pequeños parlantes de las esquinas altas, una canción de Amy Winehouse.
De tal forma ingresó al lugar dejando que las voces y el sonido envolvieran sus pasos. Cuando sacó el teléfono del bolsillo para informarle al menor de su llegada, se encontró con un mensaje no leído de éste.
"✓Eren : ya llegué /22:04/"
Aún parado en el área de entrada, busco con la mirada la presencia del castaño, y no tardó en encontrarlo en un mesa de dos en la esquina contigua a la ventana, ocupado en el celular.
Carajo, se veía guapo en demasía.
Por dos segundos sintió no estar a la altura del mocoso. Éste tenía un aura de juventud envidiable, y la luz golpeando en el iris de aquellos ojos verdosos, lo hizo ver más atractivo de lo que estaba.
Camino hasta llegar con él.
-Hola mocoso - recitó en un tono suave, mientras se quitaba la campera de cuerina para colgarla en el respaldo.
El contrario instantáneamente volvió la vista del teléfono, y su inconsciente prefirió no haberlo hecho.
Eren deseó haber visto mucho antes al mayor en tales condiciones. Por favor, si con aquel porte y esa fragancia masculina pero dulzona no hizo más que atraer toda su atención al sentarse en la silla de madera barnizada.
-...Hola señor - devolvió con una sonrisa, bloqueando el teléfono y dejándolo a un lado.
Se rió, por lo bajo y sintiéndose vencedor al ver lo que causó en el joven al llegar.
-¿Esperaste mucho?-
-Nono. Llegue hace minutos - contestó rápido.
El chico había imaginado los posibles escenarios que tendría al estar con él en el bar, pero no pudo recordarlos mientras lo observaba dejar sobre la mesa sus pertenencias. La única frase que albergó en su ansiedad fue "está demasiado bueno". Y allí mismo entendió que, si así no lo conocería hace mas de dos mil años, igualmente lo vería encantador y le invitaría un trago.
-Le dije al mozo que trajera la carta de bebidas hace un momento. Ya debe estar por… - el menor iba seguir relatando, pero la mirada profunda y fija en su persona lo desconcertó - ¿Señor? ¿Esta todo bien?
El otro posó uno de sus perfiles sobre la palma de la mano.
-Estas muy lindo -
No se puso rojo, directamente se transformó en una cereza de estación.
-No diga eso tan de repente… - pidió rascando los mechones de su nuca. Hasta allí sintió el cuerpo arder.
-¿Me invitas a salir y ahora te pones tímido? - preguntó - hacete cargo de todo lo que vaya a decirte - finalizó con gracia.
Cuando la carta les llegó y buscaron entre las opciones, el menor río solo.
-No tienen Fernet en este lugar; me lo esperaba. Desde que llegué a Singapur no conocí a nadie que lo tomara - comentó.
-Te va poner feliz saber que tengo una botella en casa -
-¡¿De verdad?! ¿Usted toma fernet? - se puso alegre.
-Sí. Es originario de tu país. Me costó bastante conseguirlo, pero es muy bueno - dijo.
Una vez hecho el pedido, comenzaron a conversar.
-Entonces, cuénteme de usted, señor. Tengo mucha curiosidad por saber cómo se convirtió en agente - comentó revolviendo con el sorbete el Campari al fondo del vaso.
El contrario se acomodó las puntas negras del cabello tras una oreja.
-Fue apenas terminé la secundaria. Tenía bien claro que quería convertirme en espía, y después de mucha práctica y esfuerzo lo logré - relató tomando un poco de su bebida - ¿Y vos? ¿Qué te motivó unirte a la AFI? -
Eren tragó duro y largo antes de responder.
-Atentado a la AMIA, ¿Lo conoce? - el contrario afirmó atento con la cabeza - mi madre estuvo ahí. Durante dos semanas estuvo internada. Pudo recuperarse, pero la causa nunca avanzó. Pasaron los años y por más que la Agencia intento identificar a los terroristas, no concretaron nada -
Levi dio señal para continuar.
-Mi mamá paso por una larga recuperación. Hubieron tantos muertos y fue tan trágico, que ni siquiera pudieron encontrar el total de los cuerpos. Desde allí me decidí en entrar a la AFI para buscar a los culpables...aún no pude hacerlo - terminó.
El mayor no supo qué decir con certeza.
-No lo sabía...esas cosas no están registradas en tu currículum. Lo siento mucho - bebió para pasar la noticia.
-No se disculpe. No es algo que me ponga mal; al contrario. Cuando estoy cansado o pierdo el eje, recuerdo el porqué me volví espía, y sigo adelante - compartió feliz.
Para Ackerman fue irracional verlo sonreír tan honestamente al hablar de ello, pero entendió que ese era el espíritu combatiente del joven.
-Mgh… sos de admirar a veces- confesó.
-No más que usted - volvió a sonreírle - a propósito… ¿Cuántos años tiene?
-Veintiocho,¿Es de relevancia eso? - preguntó divertido.
-Bueno… al menos ya no nos separan casi quince años -
El menor no tuvo que decirlo en aquel momento, porque Ackerman se atragantó con el alcohol que pasaba por su garganta y sus ojos se expandieron. Así Eren no pudo evitar reír al verlo intentar calmarse.
Cuando se recompuso habló.
-Tenes razón. Ese es un punto a favor nuestro; son solo 4 años de diferencia - comentó, pero en medio de su hablar escuchó la melodía cambiar por una muy conocida para él - ...al fin. Extrañaba esta música -
El menor también la reconoció.
-Rock de los 90'…- mencionó oyendo más agudo - y si no me equivoco, es Pearl Jam,¿Verdad?
Ackerman volvió el rostro de donde provenía la música para mirarlo ansioso.
-¿Te gusta? -
-¡Por supuesto! Podría afirmar que es mi género de preferencia - dio un sorbo corto a la bebida - ¿Y usted?
-A veces intento sacar algunas canciones, pero los solos son complicados - relató.
El menor sintió un hormigueo extraño en las orejas al escucharlo.
-¡¿Toca la guitarra?! -
-Solo cuando estoy estresado. Me relaja bastante - contó.
Eren se mordió el interior de la mejilla para evitar sonreír ampliamente, y los cosquilleos en el pecho bajo lo pusieron radiante.
Le encantaba. Lo poco que conocía de aquel hombre le encantaba por completo.
-Señor, es una caja de Pandora - comentó para tomar el sorbete con los dientes.
-Puedo decir lo mismo de vos - mencionó para terminar la bebida.
No tardaron en vaciar los vasos, y cuando uno creería que la cosa podría terminar por esa noche, Eren preguntó.
-¿Segunda ronda? -
Una risa grave y corta dio cuenta de su respuesta.
-Segunda ronda - dijo para volver a llamar al mozo.
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04:29 AM
La cuenta llego a seis rondas, una tras otra. De tal manera advirtieron que de seguir en el bar terminarían demasiado borrachos. Siendo aún de noche y aprovechando la vida nocturna de la Ciudad, caminaron por la Avenida principal con destino al río que cruza el puente.
Los faroles violáceos contrastaron con la Luna menguante, y mientras paraban sobre la barandilla a tomar aire por las risas y recomponer su estado de semi-ebriedad, la brisa fresca del agua les relajó los sentidos.
Cuando Levi volvió en sí al terminar de reír por las historias alocadas del chico, también se sintió completo. Se conocía, y sabía que no siempre disfrutaba de la compañía de alguien como sucedía ahora. La vitalidad de Eren era contagiante, y supuso que era aquello lo que más le gustaba. Esa actitud emprendedora y vivaz que lo embriagaba.
Estando por sacar un cigarro del bolsillo, escuchó al menor hablar.
-Señor…¿Por qué solo nosotros? - ante la mirada confusa, aclaró - ¿porqué somos los únicos que tienen memorias?
La pregunta lo dejó perdido, y es que ya se había hecho la misma interrogante tiempo atrás.
Dio vuelta, recostándose sobre la barandilla y dando la espalda al río.
Antes de fumar le contestó.
-Una vez leí, que las almas reencarnan porque les quedó algo pendiente en su vida pasada - caló del filtro para continuar - puede que algo nos haya quedado inconcluso. Es solo una suposición.
Eren no dejo de mirar la corriente oscura mientras lo oía.
-¿Creé en esa teoría? -
-No pensaba en eso hasta que apareciste - confesó terminando el cigarro.
Apoyado sobre sus antebrazos y con el ánimo más que sentimental, lo miró de costado.
-Señor… ¿Estaría mal intentarlo de nuevo? Aunque sea una vez - interrogó expectante.
Ackerman no supo si fue el clima que siempre cambiaba en la Isla o si fueron las palabras del menor, pero los vellos y el mismo corazón se el erizaron bajo la cobija de la campera.
Lo pensó en frío, y entendió que no era necesario pensar nada.
-Eren… hay muchas cosas que no puedo olvidar. No tenés idea qué ocurrió o cómo superamos tu muerte, y lo único que puedo decir sobre eso es que no fue fácil para mí - pauso su hablar para mirarlo y continuar - la última vez que te vi eras otra persona. No eras ni el mocoso que entró a mi escuadrón ni el hombre con el que mantuve una relación -
El chico lo esperaba. Se preparó todo el tiempo para esa respuesta. Era completamente lógico y justo. Que le doliera el pecho y se le llenara de angustia era lo de menos. Pero cuando quiso atender, el contrario volvió hablar.
-Sin embargo… - estiró el brazo para jugar con las hebras sobresalientes de su oreja - podemos dar vuelta la página, e iniciar de cero como lo propusiste ayer -
Hubo un tiempo en el que Eren se acostumbró a la montaña rusa que sentía al estar con él; pero en aquel momento pudo revivirlo, y se dió cuenta que era una sensación alucinante que lo dejaba el doble de vivo; el doble de ansioso.
Se despegó de la baranda para acercarse al mayor, quien no se opuso ante las manos que lo sostuvieron por los hombros. Cuando la brisa sopló más frío, Eren aprovechó para terminar de juntar sus cuerpos, y en medio de la indecisión de si besarlo o no, Levi lo motivó a seguir cuando entrecerró los ojos dejándose encantar, dejando que la esencia y la calidez contraria nublaran su vista. Decidió dejar de ver cuando la nariz de Jaeguer se frotó con suavidad sobre la suya, sintiendo el aliento del chico atraparlo al entreabrir la boca. En otro momento y con otra actitud le hubiera devorado los labios, pero la tensión magnética de aquel beso sin concretarse le produjo descargas nerviosas por todo el cuerpo. Ese juego de acercarse mucho y poco al mismo tiempo lo volvía loco, y cuando el menor se dignó a unir sus bocas, lo disfrutó tanto que no pudo compararlo con nada más. La mano que bajó por su espalda para posarse en la cintura baja y fundir del todo el beso, arrojó la consciencia de Levi en el río. Como siempre le gustó ser el dominante, encerró al chico desde la nuca al posar sus brazos detrás y mordisquear el interior del labio inferior. Eren juraría que la emoción y el goce de aquel contacto le estrujaron el palpitar hasta volverlo arritmico, y fue allí donde permitió que la lengua contraria invadiera su cavidad. Besaba exquisito, lo supo cuando el mayor masajeó debajo de aquel músculo húmedo al tiempo que movía sus labios para besarlo.
Un deleite total.
-Levi… - lo llamó al separarse lo justo y necesario - no es la primera vez que nos besamos en esta vida; pero, ¿Podemos recordarlo como tal?
El gesto aprobatorio debajo de aquellos ojos filosos volvieron a darle una respuesta.
-Sí, mocoso. Éste es nuestro primer beso - concluyó para darle otro con menor intensidad.
Al retomar el camino de vuelta, comentaron la posibilidad de tomar aquel Fernet que el mayor guardaba en su casa. De esa manera, mientras el mayor conducía a una velocidad baja y el chico reproducía música en el estéreo, no tardaron en en llegar.
-Emm… Levi - el contrario lo miró mientras subían en el ascensor - es vergonzoso decirlo, pero no me traje otra muda de ropa y si hacemos algo yo n-
Dejó de hablar al escuchar la carcajada fuerte y sonora de Ackerman.
-Ya cambié, Eren. Sería poco caballero cogerte en la primera cita - comunicó al abrir la puerta - solo vamos a tomar y eso es todo. Mañana tenemos que ir a la oficina -
Una vez dentro, el chico apreció cada objeto y decoración de la casa. El color rojizo, negro y blanco dieron en las características especiales del mayor, y entendió que entrar en su hogar era similar al entrar en su vida. Eso sin mencionar la esencia fuerte del mayor esparcida por los sillones y cortinas. Como lo supuso, se encontraba limpio por donde mirara y ordenado por demás.
-Si necesitas el baño está al final del pasillo. Voy a preparar el trago, vos poné Alice in Chains - ordenó al revolear el control remoto de la radio al joven.
Sonrió contento y emocionado mientras se quitaba la campera para colgarla. Vio al mayor perderse en la cocina, y cuando encendió los parlantes para reproducir el rock, casi salta del vigor que corrió por sus venas.
Una; dos jarras de Fernet pusieron a los muchachos en un estado de total ebriedad.
Decidieron así irse a dormir, y cuando Levi estaba logrando dejar de reírse sin motivo alguno, escuchó al menor hablar con una voz digna de burla.
-No… ~no se te vaya ocurrir abusar de mi mientras duermo - le dijo al mayor entre risas al acostarse a su lado, dándole la espalda - lo voy a denunciar por pedófilo~
-Jajajajajaj - no pudo evitar reír - te estás equivocando de época, mocoso -
Al escucharlo, dejó sonar la última carcajada que aguantaba su garganta, y se durmió con la sensación agradable de la espalda de Levi contra la suya.
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07:42 AM
La resaca no era nunca bien recibida. De hecho, ésta golpea bien duro . Tal hecho lo comprueba Ackerman al despertar.
La punción doliente en su cerebro daba cuenta de su anterior borrachera. Así, mientras observaba la jarra vacía a un lado y su ropa desparramada por el piso, se enderezó sobre la cama. Enseguida notó el cuerpo del chico, quién dormía y hasta le babeaba la almohada. Se asqueó, y cuando quiso tirarlo del colchón por ello, notó unos rayos solares filtrarse por la persiana cerrada de la ventana.
Recalculó la situación hasta dar con la peor noticia: era viernes.
Tomó el celular,y cuando dio cuenta de la hora, saltó de la cama.
-¡Ey! ¡Eren! - llamó mientras sacaba del ropero unos pantalones de vestir limpios. El chico no se inmutó - ¡Ereeeen!
Los llamados insistentes y pesados hicieron que el joven se diera vuelta.
-No griteeee~
-Levanta el orto. Se nos hizo tarde. Van a ser las ocho - comunicó encerrándose en el baño.
A toda prisa y con en tiempo jugándoles en contra, el mayor le prestó una camisa y un pantalón que le quedaban grandes, y con un café rápido emprendieron marcha a la Agencia.
-Si nos preguntan por qué llegamos juntos, contesta que te encontré de camino al trabajo; y que llegar tarde los dos es una coincidencia - comunicó tomando el café y una pastilla para el dolor de cabeza mientras conducía.
El chico asintió al tiempo que carcajeaba.
Cuando se estacionaron a media cuadra del edificio, Eren lo retuvo antes de que se desabrochara el cinturón de seguridad.
-¿Que pasa? - preguntó el mayor al no poder bajar.
Ni se lo pensó, Jaeguer tomó rapidez para devorarle la boca. Antes de que pudiera hacerlo, Ackerman entendió la acción y correspondió con la misma fogosidad; ladeando el rostro y adentrándose al sabor del café sobre el paladar del chico. Dos succiones a la lengua contraria dejan al joven jadeando levemente para romper el contacto.
-Que tenga un buen día, jefe - le mordió el labio para luego bajarse.
Horas más tarde Levi prometió devolverle la burla en cuanto encontrara la oportunidad.
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