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De citas desastrosas y flores por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Antes que nada, muchas gracias a quienes dejaron comentarios en la primera parte y también en los últimos oneshot que he publicado. No los he respondido (¡prometo que lo haré!), pero saben que siempre los leo con mucho cariño. El día de hoy les traigo esta pequeña idea que se me ocurrió para compensar el cumpleaños de Naruto (que me perdí por estar ocupada) y el SasuNaru Day occidental que se celebra hoy, espero que les guste. No tengo mucho que añadir, así que mejor aquí la dejo antes de que mis sobrinos ocupen mi laptop para hacer sus tareas (es lo malo de tener 2 niños con sus clases de preparatoria en línea) y pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

*Dedicatoria: Para Anya Shimura (en Facebook) quien comentó lo de Gaara y el cactus. Para isuke-10 (en Wattpad) quien me avisó que uno de mis fanfics publicados en Amor Yaoi estaba siendo plagiado en Wattpad (resultaron ser tres) y para todos los que me ayudaron denunciando. Hicimos caer a otro plagiador :)

DE NUEVOS EMPLEADOS, CACTUS Y UN BEBÉ EN CAMINO

 

Quizá cuando otros alfas recibían la noticia de que serían padres reaccionarían con emoción, orgullo desbordante, cargarían a sus parejas y les besarían porque les estaban dando uno de los mejores regalos de sus vidas. Sasuke no hizo nada de eso.

 

Luego de acorralar a Naruto y que éste confirmara que efectivamente estaba esperando un bebé, el alfa se quedó en shock durante un buen rato. De los cinco años que ambos llevaban juntos, desde hacía dos que ya no usaban protección para ver si lograban concebir. Sasuke sabía perfectamente que siendo Naruto beta eso sería algo muy difícil y por eso preferían no tener altas expectativas. Pero saber que lo habían logrado y que un pequeño ser producto de ambos se encontraba en camino hizo que su corazón se estremeciera.

-No sé si Hideki estará emocionado con la idea de un primo, o molesto porque esto reducirá sus posibilidades de casarse contigo un día –fue lo primero que el moreno logró articular

-Bueno, siempre existe la posibilidad de que yo enviude, la vida da muchas vueltas. Aunque no deberías preocuparte por eso ya que ni siquiera estamos casados, teme. Todavía no puedes presumirme como tu esposo.

 

Las siguientes cuatro semanas fueron las más agitadas de sus vidas (al menos lo serían hasta que el bebé naciera). Durante ese tiempo informaron de la noticia a sus familias, quienes se emocionaron con la nueva adición a sus vidas (Hideki efectivamente abrazó y felicitó a Naruto mientras que pateó a su otro tío). Si bien los padres del Uchiha seguían sin aprobar que su hijo alfa estuviera en una relación con un simple beta, pudo más la alteración que les provocó saber que su segundo nieto venía en camino cuando sus progenitores todavía no estaban casados.

-Esos prejuicios a veces pueden provocar cosas buenas –declaró un feliz Itachi a su esposo mientras veía a sus hermanitos siendo abordados con planes de boda, la mayoría cortesía de Fugaku y Mikoto

-Cierto –respondió Shisui-, podrán no tener en la mejor estima a Naruto, como pasó conmigo al principio, pero ellos jamás rechazarían a sus nietos.

 

A petición de los novios se organizó solo una pequeña pero hermosa boda a la cual solo invitaron a sus familiares y amigos más cercanos. Ver al rubio decorar el lugar con sus flores mientras comentaba con ilusión que algún día le contaría todo eso a su hijo fue lo que comenzó a provocar el cambio en su suegra. Mikoto era madre y sabía lo que Naruto estaba sintiendo, así que poco a poco comenzó a acercarse a él y compartir un poco de su experiencia criando niños (nunca se lo dijo a nadie, pero lloró a solas el día que el rubio agradeció todas esas enseñanzas que no podría recibir de su propia madre, ya que ella falleció muy joven).

 

A su esposo Fugaku le costó aún más trabajo relacionarse con su nuevo yerno. El hombre era el típico alfa orgulloso que protegería el linaje de su clan a toda costa. Él había tenido grandes expectativas en sus hijos; creyó en las habilidades de liderazgo de su primogénito aunque fuera omega y estaba seguro que un día tener a un lado a su hermano alfa como un fuerte pilar los ayudaría a ganarse el respeto de todos, se casarían con las parejas más perfectas y acordes para ambos y sus brillantes hijos mantendrían el honor de su familia. Claro, los dos mocosos tenían que rebelarse y romper sus sueños: el primero escapándose con un alfa incompleto y el otro enamorándose de un simple beta. Estaba decidido a tratar que sus nietos no cometieran los mismos fallos y como sabía de estos pensamientos, Sasuke le insistió para que acudiera a la florería de Naruto y observara con sus propios ojos cómo era realmente el de ojos claros.

 

Lo que Fugaku no esperaba fue que el rubio resultara alguien tan torpe y despreocupado. Sí, el atendía su negocio diligentemente, casi siempre le dedicaba sonrisas a su clientes y a los que no era porque lo molestaban y no dudaba en ponerlos en su lugar, sin embargo lo que encendió las alarmas de Fugaku fue verlo enfrentarse a enormes y fuertes alfas aún estando embarazado, cargar cajas y otras cosas pesadas como si nada y de vez en cuando tropezarse por no prestar atención.

 

Precisamente en una ocasión mientras Naruto barría afuera de la tienda se resbaló, por lo que Fugaku llegó corriendo para sujetarlo al mismo tiempo que Sasuke (quien se encontraba ayudando dentro del local en esos momentos) salió también a toda prisa.

-¡Hola, señor! –saludó Naruto como si nada mientras todavía estaba en brazos del mayor- No lo esperábamos. ¿Quiere algo de té?

Sasuke ayudó a su esposo a incorporarse y este ingresó a la florería para encender la tetera. Fugaku siguió observándolo con desconcierto hasta que un profundo suspiro de su hijo le llamó la atención.

-Sí, así es él normalmente.

-¡Está embarazado!

-Créeme, padre, soy muy consciente de eso. ¿Ahora ves por qué estoy tan alterado y nervioso con la idea del embarazo?

Fugaku miró a través de la ventana al alegre beta preparando té y luego regresó la mirada sobre Sasuke, quien lucía algo ojeroso. Como Naruto siguiera así, el pobre hombre sufriría un infarto antes de que el bebé viniera al mundo.

 

Naruto ya tenía tres meses de embarazo, por lo que el patriarca Uchiha se volvió muy protector con él e insistió que necesitaba ayuda para el trabajo pesado en la florería. Sasuke estaba totalmente de acuerdo, pero convencer a su orgulloso compañero iba a ser una odisea. Así que el ojinegro empleó sus dos ases bajo la manga:  una llamada de la abuela del rubio ordenándole que no hiciera sobreesfuerzos debido a su condición y un sensato y lógico Itachi quien se sentó frente a su cuñado para exponerle los pros de tener un ayudante. Incluso dijo conocer a alguien adecuado para el puesto.

-Más te vale que no sea alguien que intente interponerse en nuestro matrimonio –advirtió el Uchiha menor

-Créeme, eso no es algo por lo que debas preocuparte, hermano.

 

Entonces “El rincón de las flores” le dio la bienvenida a su nuevo trabajador de medio tiempo: Sabaku no Gaara, un pelirrojo de diecisiete años y, en palabras de Uchiha Fugaku (quien exigió estar presente en la entrevista de trabajo), el omega más serio, callado y con la mirada más aterradora que había conocido. En cambio Sasuke no estaba para nada sorprendido porque Itachi también era omega y era la persona más inteligente que conocía (además de ser quien mandaba en su relación con Shisui), mientras que Naruto era beta y jamás retrocedería para patearle el trasero a alguien sin importar su género (razón por la que le preocupaba tanto que estuviera solo en la tienda y en su condición) o para ayudar a quien pudiera.

 

Resultó que Gaara ya estaba emparejado porque a los quince años conoció a su alfa destinado, Shimura Sai, y se unieron muy rápido a pesar de las protestas de sus familiares y de discutir en ocasiones debido a sus diferentes personalidades.

 

En su primer día de trabajo Gaara trajo consigo un pequeño cactus en una maceta que depositó sobre el mostrador.

-Fue un obsequio de mi compañero por conseguir este trabajo –explicó el chico ante la mirada desconcertada de Sasuke

Antes de que el moreno pudiera cuestionar por qué llevar eso a una florería, un emocionado Naruto tomó la maceta en sus manos y casi la arrulló con cariño.

-¡Me encantan los cactus! Cuando era niño cuidaba varios en casa de mis abuelos. De ahí nació mi amor por las plantas y posteriormente decidí ser florista. Estoy seguro que nos llevaremos de maravilla, Gaara.

 

Y el rubio no se equivocó. A pesar de su hiperactividad y de la seriedad del menor, en realidad congeniaron muy bien y trabajaban como equipo. Si bien Gaara se esforzaba por cuidar a su jefe embarazado y no permitirle hacer actividades que pudieran arriesgar su salud o la del bebé, en ocasiones terminaba siguiéndolo en sus locas ideas. Como cuando Naruto decidió nombrar al cactus Shukaku y convertirlo en la mascota oficial de la tienda, en cada fecha festiva le ponían accesorios (la mayoría cortesía de Shisui y Sai) e incluso mandaron a hacer algunos peluches del cactus a petición de sus clientes frecuentes.

-Les debes disculpas por no tener fe en el éxito de Shukaku –le dijo Itachi a su hermano

-Jamás creí que un simple cactus con gafas de sol y camisa hawaiana sería tan popular en una florería.

 

Curiosamente al pequeño Hideki le caía bien Gaara, sin embargo eso no evitaba que tuviera pequeños “duelos” con él cuando sentía que el pelirrojo tenía demasiada atención de Naruto. Al parecer al niño no le importaba que Gaara fuera un omega ya emparejado, no le hacía feliz que alguien además de Sasuke le quitara al rubio.

-Recuerdas que pronto habrá un bebé que requerirá toda su atención, ¿verdad? –le preguntó su padre alfa

-Claro que sí –respondió-, pero es diferente. El bebé será solo otra parte de Naruto para amar. Ojalá no se parezca tanto al tío Sasuke

-Coincido con eso último –comentó Gaara mientras barría el piso

Sasuke trató de no sentirse ofendido ante semejantes palabras, aunque la escandalosa risa de su esposo no fue de ayuda.

-¡Deberías defender mi honor, usuratonkachi!

-Lo siento, teme, pero no puedo argumentar nada contra su  lógica.

 

A pesar de eso Gaara no dudaba en mantener informado al moreno sobre las actividades y salud del beta. Sabía que el alfa interno de Sasuke estaba sumamente agitado cada vez que dejaba a su preñado compañero, especialmente desde que los síntomas comenzaron a intensificarse. Por suerte tenían aliados respecto a los antojos. En casa Sasuke se encargaba de complacerlo, mientras que en el trabajo Fugaku, quien seguía afirmando no aprobar al rubio, era tan protector que tenía a alguien asignado para llevarle a su yerno cualquier cosa que se le antojara.

-Sai afirma que he subido un par de kilos por todas las golosinas y postres que me compartes –comentó el omega

-¿Te dijo gordo? –interrogó Naruto, sintiéndose ofendido en nombre de su joven empleado

-Al contrario, está encantado porque dice que hay más de mí a lo que aferrarse.

 

El síntoma más arduo con el cual Naruto debía lidiar estaba resultando ser el cambio en su estado de ánimo. Iba de la alegría al llanto y viceversa en un mismo rato. Su marido agradecía que al menos no llegara a la ira, porque suficiente tenían él y Gaara tratando de consolar al beta cuando lloraba conmovido por los motivos de sus clientes para regalar flores.

-¿Está bien? –preguntó una chica mientras pagaba un ramo y veía al florista siendo abrazado por su compañero

-Sí, son solo las hormonas –respondió el chico

-Ay, pobrecito. ¿Escuchó algo triste de un cliente?

-No, en realidad se puso así luego de recibir un pedido de un tipo que olvidó el cumpleaños de su mamá y encargó un enorme arreglo para disculparse.

-Ese idiota no merece tener una madre tan maravillosa –se quejaba el de ojos azules entre sollozos

-Dobe, ni siquiera la conoces como para decir algo así.

-Cállate, o cuando sea grande le diré a nuestro bebé que su papá me trataba mal durante el embarazo.

 

Los meses transcurrieron con el mismo ritmo, sin complicaciones más difíciles. Cuando Naruto ya tuvo que quedarse en casa y guardar reposo, su abuela y el alfa de Gaara se unieron al pelirrojo para encargarse de “El rincón de las flores”. Después de la escuela Hideki iba a su casa para hacerle compañía y cuidarlo mientras su tío salía del trabajo.

-Eres tan buen niño, Hideki –decía el rubio, abrazándolo mientras lloraba conmovido por la devoción de su sobrino-. Golpearé a cualquiera que se atreva a lastimarte.

-Yo también te quiero, Naruto.

 

Desde la cocina la pareja era observada por los padres del pequeño y Sasuke, quien negó con la cabeza mientras servía la cena. Esas escenas se estaban volviendo muy comunes, afortunadamente Hideki era muy paciente con el rubio y felizmente se dejaba abrazar por él.

-Un día vamos a golpearte por tener al amor platónico de nuestro hijo –advirtió Shisui a su cuñado

-Supongo que tendré que aceptarlo sin oponer resistencia.

 

Finalmente la espera terminó y llegó al mundo el pequeño Minato, un regordete bebé que tenía el cabello de su padre alfa, pero los brillantes ojos de su papá beta. Toda la familia lo recibió con mucho gusto y emoción, lo llenaron de regalos y para envidia de la mayoría su favorito resultó ser un peluche del cactus Shukaku, cortesía de Gaara y Sai (el neonato lloraba cada vez que se lo quitaban).

-¿Sabes, Sasuke? –habló Naruto mientras estaba recostado en un sillón y observaba a su hijo siendo arrullado por sus abuelos paternos- Cuando supe de mi embarazo, me preocupó lo que pasaría si él resultaba ser beta como yo. Por supuesto que no tendría nada de malo, pero tenía miedo que tus papás se decepcionaran de nuestro bebé. Ahora veo que era algo totalmente infundado.

-Claro que sí. Lleva la sangre de la persona número uno en sorprender a la gente, así que no tengo dudas de sin importar lo que Minato sea, resultará alguien extraordinario.

El rubio sonrió y se dejó reconfortar por los brazos y el aroma de su esposo. Apenas estaban comenzando con esa nueva etapa en sus vidas, pero confiaba en que todo saldría bien porque tenían muchas personas que los apoyaban y además tanto él como Sasuke se encargarían de cuidar y proteger a Minato con todas sus fuerzas.

-Por cierto, Naruto: feliz cumpleaños.

 

FIN

THE END

OWARI


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