Harry no podía dejar de sonreír.Irlanda había ganado, aunque Krum había cogido la snitch. La emoción se palpaba en el ambiente, y aunque el señor Weasley les había preguntado si querían irse ya a dormir.Todos estaban de acuerdo a que sería imposible conciliar el sueño.
Harry, Ron y Hermione se separaron mientras caminaban por la zona verde que apoyaba a Irlanda.Ron había visto una tienda llena de chucherías mientras que Hermione vio un puesto que vendía libros callejeros.Sin darse cuenta Harry se había quedado solo, dio un par de vueltas por el campamento hasta que una conocida voz le llamó:
–¡Eh Harry!
Harry se giró y se encontró cara a cara con Oliver Wood, su antiguo capitán de Quidditch.
–¡Oliver!–exclamó Harry sorprendió–¡Qué bien que estés aquí!
–Si, es emocionante–dijo Oliver, aunque su voz sonaba algo diferente a cómo Harry la recordaba–¡Y hemos ganado! Mira ven, mis padres y yo estábamos celebrándolo pero se acaban de ir un rato a dar un paseo, quiero enseñarte mi tienda.
Harry no tenía nada mejor que hacer así que decidió acompañar a Oliver mientras este le explicaba que había sido fichado por el Puddlemere United. Harry se alegraba mucho, Oliver era un gran jugador de Quidditch, aunque de vez en cuando, se tambaleaba ligeramente, aunque Harry no sabía él porque.
Una vez llegaron a la tienda de Oliver, este invitó a Harry a pasar dentro.Harry se quedó impresionado, si la tienda de los Weasley le parecía ya de por si grande, la de los Woods era inmensa.Oliver tenía hasta su propia habitación separada del resto de la tienda.
–Bueno-dijo Oliver tomando una gran botella de una estantería–vamos a celebrarlo–dijo mostrando una botella en la que se podía leer “Whisky de Fuego”, Harry sabía que esa bebida no podían tomarla los menores de edad, pero había escuchado por palabras de otros magos que era una de las bebidas alcohólicas mas fuertes del Mungo mágico.Harry se fijó en que la botella estaba a medio acabar y en ese momento se le encendió una bombilla. Por eso Oliver hablaba tan raro, y caminaba algo confuso, gran parte del líquido que faltaba en la botella posiblemente estaba ya en sus vasos sanguíneos.
–Lo siento Oliver, pero me parece que hoy no es el día-le respondió Harry cortésmente.
–Vaya, que pena Harry, te ofrecería una cerveza de mantequilla, pero no tenemos–dijo Oliver dando una gran trago a la botella–pero se me ocurren otras maneras de celebrar.
Oliver echó sus brazos al cuello de Harry mientras lo acorralaba contra la pared de la tienda.
–Sabes, el año pasado me lo pase muy bien contigo, y creo recordar que tu también–masculló Oliver rozando su entrepierna contra la de Harry–aunque nunca llegamos al final,¿no te parece que esta es una buena ocasión?
Harry se había quedado impasible ante las palabras de Oliver y todavía estaba procesándolas.No negaba que Oliver le atraía y que le había encantado descubrir su sexualidad junto a él el año pasado, pero no se sentía preparado para entregarse totalmente a Oliver, para Harry su virginidad era un tesoro que realmente guardaba para aquel o aquella que realmente le demostrara que era merecedor de ella.De hecho, con el aliento a alcohol de Oliver, Harry no sentía ninguna excitación y no podía olvidar que Hermione y Ron estaban volviendo, y que mas de dos besos podrían hacerle perder el resto de la noche, así que de manera suave se separó de Oliver y se disculpó:
–La verdad es que no me apetece mucho Oliver, quizás en otra ocasión, ahora me tengo que ir–dijo Harry acercándose a la salida de la tienda.
Sin embargo justo cuando salía Oliver le agarro del brazo y le atrajo hacia sí:
–Vamos Harry, no te resistas, sé que lo quieres igual que yo–masculló Oliver dándole pequeños besos en el cuello.
Harry miró furtivamente a todos lados, aliviado y preocupado a la vez dado que nadie se estaba dando cuenta de su situación, Harry era fuerte, pero Oliver lo tenía muy bien agarrado, y no sabía tratar con gente ebria, apenas había visto a alguna persona borracha por la calle.
–Oliver, por favor, no me siento cómodo con esto, para ya, te lo pido–le dijo Harry intentando zafarse de su agarre.
–Vamos Harry, no te resistas–le dijo Oliver, todavía dando mordiscos en su cuello, pero acercando su mano peligrosamente a el pantalón de Harry.
Harry no sabía como escapar de esta, estaba apunto de gritar con tal de que alguien le salvase de ser prácticamente violado por un muchacho que en ese momento no pensaba bien a causa del whisky de fuego.Por eso, no puedo evitar el pequeño grito que salió de su fragante, cuando la persona que extrañamente mas deseaba que le salvase, los separó bruscamente a él y a Oliver.
-Creo que Potter ha dicho que no le agrada tu presencia, Wood–Cedric había aparecido y había separado a Harry de Oliver con una fuerza descomunal. A pesar de todo, había logrado pronunciar esas palabras en un tono muy calmado y frío.
–¿Y desde cuándo tu presencia le agrada a él? Diggory–Oliver parecía a punto de escupir a Cedric, aunque parece que viendo lo sobrio y fuerte que estaba Cedric, desistió en el intentando.
Harry solo alcanzo a ver como Cedric metía a Oliver en la tienda cuando escucho un grito de Hermione
–¡Harry!–grito está dirigiéndose a toda prisa con Ron en dirección a su amigo–¿Qué ha pasado?–pregunto preocupada
–Es Oliver, estaba borracho, y yo…no supe manejarlo–Harry estaba empezando a sentirse mal, había ido el mismo con Oliver a su tienda, si Cedric no hubiese aparecido…No quería ni imaginarse lo que hubiese pasado
–Yo lo mato–masculló Ron dirigiéndose a la tienda–Te juro que no sale de este campo de íntegramente.
–Relájate, Weasley–Cedric había salido por la puerta de la tienda de campaña–al final Wood estaba tan Ebrio que nada mas le he dado un pequeño empujón, se ha desmayado.
Harry no podía creerlo. Estaba a punto de llorar, Cedric lo había salvado.Sin pensarlo si quiera se abalanzó sobre él y le dio un abrazo.
–Muchas gracias–susurro Harry entre los brazos de Cedric
–No ha sido nada, simplemente pasaba por aquí y vi cómo Wood te toqueteaba–Cedric seguia hablando de manera calmada, pero Harry no pudo evitar fijarse en que una media sonrisa se asomaba por su rostro.
Harry sabía que debía dejarlo de abrazar, pero se dio un segundo para recrearse, se estaba tan bien en el pecho de Cedric, que casi no pudo distinguir un grito lleno de terror que decía:
–¡Mortífagos!