Capítulo 4
Casa de Dominic 10:30 pm
A pesar de la hora que era no podía conciliar el sueño. Y todo debido a Liam, y la escena que protagonizaron esa noche. Por fin se había confesado, luego de casi un año de amor en secreto lo hizo y se sintió más aliviado por ello, y a la vez, en cierto modo alegre, pues Liam no se había molestado ni nada parecido. Muy diferente a lo que imaginó, el rubio había tomado su confesión de buena manera, o eso es lo que por el momento le demostró.
Al surgir la duda, el miedo volvió a su cuerpo.
"¿Y si sólo lo tomó de esa forma para no lastimarme? Liam es muy amable, es capaz de eso.
¿Y si en realidad está molesto pero no quiere decirlo?
¡Soy un torpe! Seguro piensa que soy un incompetente, como dice Jake, por haber mezclado el trabajo con lo personal. Él es muy profesional con respecto a eso... Debe creer que soy un idiota. Jamás debí haber cruzado esa línea." Dominic se sumía en sus pensamientos negativos y olvidaba que el capítulo nuevo del anime que ama y que tanto había esperado continuaba en marcha y él no le prestaba atención alguna.
Lo pausó y volvió a caer en sus cavilaciones.
"Jake tiene razón, soy un niño, Liam nunca se fijaría en mi" La pantalla de la pc se había apagado y en ella pudo ver reflejado su rostro.
"No soy nada del otro mundo...y nuevamente Jake tiene razón, no tengo oportunidad alguna. En cambio él, él sí merece estar con Liam, su cabello lacio y castaño, su figura esbelta, hasta su voz es linda. Lo único que tengo parecido a él son los ojos, pero no es lo mismo, en mi se ven extraños, como si no fueran parte de mi" Decía mientras se miraba fijo en la pantalla.
Por supuesto el joven sólo decía tonterías pues era realmente lindo, su piel blanca hacia resaltar sus cabellos azabaches que contrastaba espléndidamente con sus ojos azules profundos y sus rasgos juveniles eran encantadores. Solo decía incoherencias por sus inseguridades.
"Quizás si me hago un cambio en el cabello mi mirada cambie... Y me vea mejor" Se levantó como resorte de su silla y miró en su armario. Éste tenía varios estantes donde podían verse diferentes artículos, como desodorantes, perfumes y colonias. Dominic amaba los aromas masculinos, tanto así que era poseedor de una colección bastante importante. Y de vez en cuando, cada vez que la ocasión lo requería los usaba.
Entre todas esas pequeñas botellas se encontraban los productos que utilizaba para cambiarse el color de pelo y para cortarlo.
Pero él no tenía idea alguna de cómo utilizar tales productos, esas cosas estaban allí porque sólo una persona las empleaba. Por lo tanto corrió hacia su móvil y llamó a Stefan.
—Hola ¿Stefan?
-¿Si? ¿Dominic?-
— Así es, soy yo, ¿Cómo estás?
-¿Por qué ocultas tu número? Sabes que no atiendo cuando es así- Dijo el hombre del otro lado de la línea.
—Lo siento olvide programar la llamada, oye ¿Andy está contigo? Necesito su ayuda.
-¿Si quieres hablar con Andrea por qué me llamas a mi?-
—Pues, porque... No te ha dicho ¿verdad?
-¿Que no me ha dicho qué? ¿Qué fue lo que hizo ahora?-
—Creo que será mejor que ella te cuente.
-Habla Dominic-
—Sólo te diré que su móvil, tuvo un pequeño accidente, es todo lo que puedo decir ¿Puedo hablar con ella?
-Esa mocosa, no digas una palabra de lo que me dijiste, se las verá conmigo. Gracias por la información, enseguida te paso-
—Gracias —tuvo la impresión de que su amiga lo mataría.
Se oyó como con un grito llamaba a la chica. Y luego el sonido de las escaleras.
-Hola Dom- respondió la chica.
—Andy te necesito.
-¿Qué sucede?-
—¿Puedo quedarme a dormir en tu casa mañana?
-Sí, claro que sí. Bueno, en realidad debería preguntarle a Stefan. Pero ¿sucedió algo? Suenas desesperado y además es raro que quieras venir tan de repente-
—Necesito un corte nuevo, un cambio ¿Puedes?
-¡Claro que sí!- contestó emocionada la chica -tengo grandes ideas para tu virgen cabello niño, ven cuando desees. Pero antes, ¿esto se debe a algo en especial que no me has contado?¿Por que el cambio mi pequeño Dom?-
—Pues sí y no, no lo sé. Te contaré todo cuando te vea Andy.
-Quieres matarme de intriga maldita sea. De todas formas no importa, yo te pondré mas lindo de lo que eres, confía en mí-
—Bien, avisame que es lo que dice tu hermano.
-Sip, cuando regrese de la tienda le preguntaré y te mando un mensaje-
—Esta bien, lo esperaré.
Colgaron y Dominic volvió a su ordenador, intentando volver a poner atención a su anime.
"Un cambio de look no me vendría mal, y con la gran mano de Andy nada puede salir mal... ¡Ay no! que estupideces digo, mi de cabello no cambiará nada, sólo me veré más freaky de lo que soy".
Y ahí va de nuevo...
"¡Eso también! No solo mi cabello, lo que también debería cambiar es mi pendejez. Dejar el anime sería un buen comienzo, ¡No puedo seguir viendo dibujos con 21 años!”.
Echó una mirada a la biblioteca a su derecha, junto a la mesa de luz. El 45% de los libros que llenaban esas estanterías eran mangas, custodiados por las infaltables figuras de personajes de sus anime favoritos.
“Pero no puedo dejarlos así como así, ustedes llegaron antes que Liam. No puedo dejarlos solo para agradarle a él. Que va, no tiene nada de malo que mire anime, de todas formas no dejaré de hacerlo, ni siquiera por Liam... O bueno, podría pensarlo... Qué estoy diciendo, soy un estúpido, el anime es sagrado, nada ni nadie va a romper nuestro lazo de amor, después de todo los mangas y series son algo así como mi escape. Definitivamente no los dejaré. Enfrentaré a Liam con valor y soportaré todo lo que tenga para decirme".
Segundos después su móvil sonó. Un mensaje de Andy.
"-Mi hermano dice que no podremos, mañana iremos a visitar a nuestra tía. Lo siento pero en cuanto vuelva trae tu hermoso cabello a mi, baby-"
Volvió a la pc, retrocedió el capítulo, que casi entraba al ending, y retomó su amado anime.
Apartamento de Jake 11pm
Las horas pasaban y Liam aún no llegaba, se cansó de cambiar los canales sin motivo aparente y de la nada cayó dormido.
Al parecer toda esta situación le afectó.
Y luego de más o menos una hora y media despertó y miró su móvil esperando ver algún mensaje de su rubio, pero no había nada. Un sentimiento de tristeza y vacío se presentó en él, Pero no iba a quedarse así. Algo debía hacer, tenía que hacer algo para que Liam volviera a sus brazos.
"¿Pero qué es lo que haré? Le prometí no ser tan celoso, pero ¡no puedo evitarlo! Ese imbécil de Dominic lo mira como..., al muy desgraciado le gusta mi novio y parece ser que a él no le afecta, pero a mi sí y no permitiré que me lo quite, me costó mucho conquistar a mi hombre y no lo perderé sin dar pelea" Pensaba Jake. Mientras planeaba mil y una formas de que su novio lo perdone.
"A lo mejor si..." Una idea muy estúpida se le había cruzado por la mente casi tan estúpida como los motivos por los cuales había discutido con Liam.
"Quizás deba pedirle disculpas a Dominic, eso hará que Liam piense que estoy arrepentido y así vuelva a casa... Es estúpido, yo pidiéndole disculpas a un mocoso, es verdaderamente estúpido, pero por Liam lo haré"
El sonido del teléfono lo sacó de sus pensamientos.
—¿Hola? —atendió Jake.
-Hola Jakie, ¿Cómo estás?- Era la madre de Liam.
—Bien señora Evans ¿y usted?
-Muy bien, oye, hoy no viniste a casa como prometiste, Carol y Suri te esperaban ansiosas, y me preocupaste, ¿Estas bien? ¿Ocurrió algo?-
—Lo siento, olvide avisar que no podría ir, pero no es nada, solo no me sentía bien no se preocupe.
-Oh de acuerdo no hay problema cariño, ven cuando gustes. ¿Y cómo está mi hijo?-
—Muy bien señora, ahora no puede atenderla porque está duchándose pero cuando salga le aviso que llamó.
-¡¿Duchándose?! ¡¿A estas horas?! ¡Es muy tarde! Puede pescar un resfriado, ese niño aún no aprende, de todos modos gracias Jakie, que tengas una linda noche, cuida de mi niño y disculpa el horario-
—No hay ningún problema señora y sí, cuidaré a su hijo, que descanse. Ambos colgaron. El castaño miró por un momento el teléfono.
—Es muy tarde, será mejor que vaya otro día a casa de Dominic a "disculparme" —dijo rodando los ojos.
Era obvio que no iría, la llamada y el horario eran la excusa perfecta.
Estación de Subterráneo 12pm
Bajó a la estación, pagó su boleto y se adentró aún más en ese sitio.
No había gente, a diferencia de como lo recordaba todo estaba cambiado, ya no se encontraban los característicos graffitis en las paredes sino que ahora estaban cubiertos por cerámicas blancas, todo sumamente iluminado, el suelo con baldosas grises y bancos que naturalmente estarían todos ocupados, pero como no había nadie allí estaban libres.
Podía asegurar que aquella estación era la típica escenografía de una película futurista, todo estaba tan reluciente y vacío que se sintió en el futuro. Con esa sensación extraña en el cuerpo optó por sentarse y esperar la llegada del transporte. Pero estaba tan distraído observando los cambios de la estación que no notó al joven que también esperaba la llegada del subterráneo.
Éste estaba parado justo en la orilla, demasiado cerca de la oscuridad profunda de las vías.
Un estruendoso sonido asustó al niño, anunciaba la llegada del transporte. Liam se paró. pero se quedó inmóvil.
"Un momento ¿Qué es lo que hace?" pensaba Liam.
—¡¿Pero qué demonios?! —dijo con los ojos como platos al ver el tren acercándose y como ese muchacho cerraba sus ojos con fuerza y estiraba una de sus piernas hacia el vacío.
En una milésima de segundos su cuerpo se paralizó, no sabía qué hacer, mejor dicho sí sabía pero sus músculos no se movían como lo demandaba, su cuerpo no le respondía.