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Complementarios por Bel Okumura09

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Notas del capitulo:

Buenas buenas, que tengan una linda lectura.

Capítulo 7

El tono de llamada de Liam era como un taladro en su cráneo, tuvo la intención de nuevamente esperar a que el sonido cesara pero no lo logró, no resistió más y atendió.

—¿Hola? —dijo Josh con un tono que expresaba lo harto que estaba del incesante sonar del aparato.

-Ho-la-                                                                                                      Se escuchó la voz entrecortada de la persona que estaba al otro lado de la línea 

-¿Liam?-                                                                                                    No supo porque preguntó tal cosa, pues sabía que no era él.

—No, él no puede atenderlo en este momento, si me dice su nombre con gusto le avisaré que llamó —contestó amable el de cabellos rojos.

- ....... -                                                                                                      Se hizo un silencio y una gran montaña de sentimientos enfrentados invadía a la persona detrás del teléfono.

-Soy Jake su.... -

Josh no llegó a oír el resto ya que Liam se acercó a él para ver con quién hablaba.

—Ah Liam, toma —le extendió el teléfono— es un tal Jane, quiere hablar contigo.

—¿Jake dijiste? —quiso cerciorarse el rubio.

—Sí, dice que quiere hablar contigo pero no me dijo más.

 

Liam tomó su móvil y lo apoyó en su oreja para oír lo que sea que el castaño quisiera decirle.                                                                                           —Hola —contestó serio y algo frío el rubio.

-Hola Liam, ¿Quién es ése que atendió tu teléfono?-

Y ahí estaban los celos de nuevo

-No te atrevas a decirme que es Stefan porque sé que no es él- 

Su voz empezaba a alzarse.

 

—¡Jake no empieces! ¿Me llamas y solo es para seguir con tus estúpidos celos? —el enojo comenzaba a treparle por el cuerpo a tan temprana hora.

-¿Cómo quieres que me sienta, si cuando te llamo otro hombre contesta tu móvil? Quién sabe dónde diablos estarán o que cosa estarán…-

Liam no lo dejó continuar.

—Si eso es todo lo que tienes para decir, adiós —dijo con total firmeza aunque solo estaba actuando bajo efectos del enojo que sentía al escuchar cómo el castaño seguía con su desconfianza.

-No, espera, no cuelgues. Quiero hablar contigo-

—Lo siento pero hoy no, tengo trabajo atrasado así que estaré ocupado y no hablaremos de esto por teléfono.

-D-de acuerdo-                                                                                           La voz del rubio a través de la línea se oía dura, fría y molesta cosa que hirió mucho al castaño

-Llamame para avisarme cuando puedas, ¿si? Necesitamos hablar…-            Jake esperó que el rubio dijera algo pero no obtuvo respuesta alguna. Todavía pensaba en aquel desconocido que atendió su llamada.

-Te amo Liam-                                                                                            En su voz se podía sentir la tristeza y el arrepentimiento.

—Hablamos en otro momento —dijo nuevamente frío como un témpano.

Inmediatamente después de colgar le dolió más a él que a nadie ser tan duro con Jake. Pero debía poner un alto a esa situación, lo amaba pero convivir con esos celos enfermizos le era imposible, hablaría con él al salir del trabajo y trataría de arreglar la situación. 

 

A todo esto Joshua se encontraba a un lado escuchando y viendo el comportamiento del rubio. Éste tenía puesto solo un pantalón negro y el torso desnudo, dándole la posibilidad nuevamente de apreciar ese cuerpo que se veía de lo más delicioso, pero no reparo tanto en él como hubiese querido porque se quedó fijo mirando la cara de Liam, que ya no sonreía como antes.

—Parece que ese tal Jane te pone de mal humor...

—¿Que? —soltó confuso Liam. Estaba tan inmerso en su problema con Jake que no había reparado en que el chico seguía allí— No es así —volvía a hablar pero no pudo decir nada más al respecto.

Joshua comenzó a cuestionarse quién era ese tal Jake que era capaz de cambiarle el humor de manera tan drástica al dueño de casa. Pero desistió de preguntar, aparentemente no era el mejor momento, además de que nuevamente Liam parecía haber olvidado que estaba allí. 

—¿Puedo ducharme? Me siento incómodo si no me baño —preguntó Joshua cambiando de tema como si nada.

—Sí claro, en mi habitación hay un armario, en el último cajón puedes encontrar las toallas, toma las que necesites —le indicó mientras recogía la toalla que había dejado sobre el sofá para contestar el móvil y comenzaba a secar su cabello— ah, casi lo olvido, en el baño dejé un cepillo de dientes para ti.

—De acuerdo, gracias —respondió el más bajo y se encaminó a la dichosa habitación.

Al entrar vio todo pulcramente ordenado, no había muchas cosas allí, pero a excepción de las revueltas sábanas sobre la cama, lo demás permanecía prolijo.                                                                                                   "Este hombre es realmente meticuloso"                                                     Josh llegó a pensar que Liam era de esas personas adictas al orden y la limpieza, y no estaba muy equivocado.

Encontró el gran armario como le había indicado el rubio y sacó dos toallas para luego salir e ir a la ducha. 

Una vez allí  abrió las llaves de agua y se dejó mojar por completo, su cabello rápidamente se le pegó al cuerpo y el color rojo del mismo se oscureció gracias al agua. Aquella sensación le resultó de lo más placentera.

 

Mientras tanto Liam buscaba en el armario de la entrada un saco decente para presentarse al trabajo. Y se decidió por uno azul oscuro y una camisa blanca. Esta vez no usaría corbata por obvias razones.

 

En el cuarto de baño Josh se hallaba dispuesto a enjuagarse los restos de jabón en su piel.                                                                                               Pasó las manos por sus hombros y pecho, en los cuales podían verse pequeños lunares. 

Su cuerpo no era como el de Liam, el pelirrojo era de complexión más delgada, su abdomen apenas estaba marcado pero sus piernas eran firmes, algo que agradecía al atletismo que tanto practicó de pequeño.                               Siguió pasando sus manos por los lugares en los que aún permanecía el jabón hasta que llegó a su ingle. En ese momento un rubio de ojos color miel y abdomen endemoniadamente sexy vino a su mente.

"No, aquí no"                                                                                             Se decía a sí mismo intentando no pensar en Liam. Pero un incontrolable calor comenzó a subirle por el cuerpo.

"No, por favor, podrías no ser tan..."                                                         Cerró los ojos con fuerza sintiéndose de lo peor por lo que estaba a punto de hacer.

Bajó su mano derecha y comenzó a rozar su ingle, sintiendo cosquillas al tacto.                                                                                                       Bajó aún más hasta llegar a su miembro y lo tomó con fuerza, al instante un gemido salió de su boca. 

Comenzó a masajearlo lentamente disfrutando del calor de su mano, subía y bajaba haciendo presión a lo largo de todo su miembro.                                 El placer que sentía lo volvía loco, tanto que le hizo llevar su cabeza hacia atrás, chocando contra la pared y haciéndolo cerrar los ojos fuertemente. 

Su miembro estaba tan caliente que el agua que corría parecía helada. Aumentó la velocidad y con esta sus gemidos fueron casi incontenibles. En su mente imaginaba que era el rubio quién lo masturbaba, y que con sus ojos color miel llenos de lujuria lo miraba.                                                           No pudo aguantar mucho más y mordiendo su labio inferior en un intento de callar un gemido se corrió en su mano. Aquel intento no fue del todo útil, ya que a pesar de sus esfuerzos un gemido un tanto sonoro se le escapó.

Un poco apenado por aquella acción terminó de ducharse rápidamente.

Se envolvió la toalla en la cadera y salió. 

—¿Pasó algo? —apenas salió del baño encontró a Liam frente a la puerta mirándolo extrañado— oí un... 

—¡¿Eeh?! ¡No, nada! —dijo el joven Josh exaltado— no pasó nada, solo... —tenía que inventar una excusa lo más pronto posible— me resbalé y me golpeé un poco la cabeza, casi termino en el suelo jajaja  —seguramente sonó muy estúpido pero fue lo más decente que pudo inventar. No sabía mentir. 

—¿Te golpeaste muy fuerte? —preguntó mirándolo de arriba a abajo.

—Nono, en absoluto. Estoy bien no te preocupes —respondió avergonzado con un pequeño rubor en sus mejillas— voy a vestirme.                                    Huyó a la habitación dejando a Liam en la puerta del baño.

Una vez dentro se dispuso a secar su cuerpo, se colocó la remera blanca que llevaba el día anterior con sus pantalones negros.                                      Tomó unos calcetines del armario y se calzó sus Converse negras. Con la toalla más pequeña se envolvió el cabello, aunque no lo tuviera tan largo le gustaba hacer eso, le resultaba divertido.

Una vez terminó de vestirse se dirigió a la sala. 

Allí se encontró con el rubio que tenía dos corbatas en la mano. Se quedó un momento observandolo pues parecía estar debatiendo algo internamente.

Cuando Liam comenzó a pasarse una de las corbatas por el cuello fue cuando el pelirrojo notó lo indisimulable.

—¿Qué haces? —preguntó el joven Josh. 

—Ah, pues me pongo la corbata —se sorprendió al escuchar al de ojos negros detrás de él.

—Bueno... No creo que así funcione —lo miró extrañado.

—¿Por qué lo dices? —preguntó el rubio mientras "anudaba" la corbata azul oscuro.

—Porque lo estas haciendo al revés.

Liam se detuvo al escuchar las palabras del más bajo y retiró rápidamente la corbata mal anudada de su cuello.                                                                —Me rindo. Había decidido no usarla pero al final no me gustó, es algo informal. Por ello intenté anudarla sin embargo se me presentó algún que otro inconveniente —comentó con una sonrisa de lado.

—Lo noté —le sonrió de igual forma— te ayudaría a ponertela, pero siendo honesto te ves mejor sin ella.

Joshua sin dudarlo un segundo se le acercó hasta quedar frente a él. Tomó la corbata de la mano de Liam.                                                                      Esos ojos casi felinos del rubio lo observaban y Josh sintió nuevamente unas ganas terribles de tirarselo ahí mismo. Después de todo sería su culpa por mirarlo de esa manera tan hermosa.                                                                            Se acercó más.                                                                                                          Era bastante más bajo que Liam, tanto que sus ojos quedaban a la altura de los labios del rubio.

“No puedes ser tan jodidamente sexy” pensó Joshua.

Se aproximó hasta quedar muy cerca. 

—Si desabrochamos estos dos estaría mucho mejor —e hizo lo propio con los primeros botones de la camisa— el look informal te sienta bien, aunque no te guste —le sonrió y se sentó en el sofá alejándose completamente del rubio.

—Gracias. Bueno, es hora de que me vaya al trabajo, ¿te quedaras aquí?

—No, saldré a buscar empleo, ¿Conoces algún ciber café o algún lugar para hacer impresiones por aquí? 

—No estoy seguro, creo que no hay ningún sitio cerca de aquí, pero si quieres cuando regrese del estudio traeré mi portátil para que lo utilices, por aquí también ha de haber una vieja impresora, si es que mi madre no se la llevó. 

—No Liam, no quiero causarte más molestias así que descuida, de todas maneras debo ir porque necesito imprimir unas copias de mi curriculum hoy mismo.

—De acuerdo, solía haber un ciber café a siete o diez cuadras de aquí, no sé si aún existe —dijo mientras agarraba su maletín y las llaves que estaban sobre la mesa— Volveré a las seis de la tarde del estudio, antes no podré, así que cuando salgas tendrás que esperar a que yo regrese para entrar a la casa, porque la puerta no se abre desde afuera.

—Bien, entonces tendré que calcular el tiempo que me tomará… Creo que mejor salgo enseguida. Debo encontrar un lugar para imprimir y luego buscar lugares para presentarme. Sí, será mejor que salga ahora —agregó— sólo tomaré unas cosas de la habitación y vuelvo, ¿Podemos ir juntos? No sé bien en qué zona se supone que estamos.

—El estudio queda en la dirección opuesta, pero si quieres que te ayudo a encontrarlo.

—Si es así, no, voy a estar bien, no te molestes lo buscaré yo mismo. 

—Bien, entonces ve a buscar lo que te falta así nos vamos.

En un instante Joshua estaba de vuelta.

Ambos se dirigieron a la puerta y salieron de la casa.

 

El día estaba hermoso, no hacía mucho calor, más bien estaba fresco y corría viento.                                                                                                    Liam cerró la puerta con llave y miró a Joshua: —Nos vemos mas tarde Josh —guardó las llaves en su maletín.

—Adiós Liam —se le acercó y depositó un beso en su mejilla.

A lo que el rubio solo sonrió. Era la segunda vez que Joshua hacía eso, pero por extraño que parezca no le molestaba, naturalmente no solía agradarle el contacto con gente extraña. De hecho las únicas personas a las que permitía acercarse de esa manera eran, su madre, sus hermanas y su novio Jake. Con los demás, intentaba ser amable pero mantenía el contacto físico al mínimo. No le gustaba, la personalidad fría y calculadora que adoptó con su profesión de abogado lo había convertido en una especie de témpano humano que no le permitía aceptar ni dar cariño a gente desconocida.                                   Pero con Joshua parecía ser diferente, en cierto modo su fragilidad le recordaba a sus hermanitas y quizá solo por ello su contacto no le era incómodo. 

Sin embargo no era él único que se sentía de manera particular.                  Josh comenzaba a sentirse de una forma que nunca había experimentado antes. Ver la sonrisa de Liam lo complacía, ese rubio tenía algo, no sabía qué, pero había algo en él que lo hacía sentirse protegido. 

"Claro que sí, pues fue él quien me salvó de hacer una idiotez"                 Pensó Joshua para darle una razón a ese sentimiento de protección que sentía cuando el de ojos miel estaba cerca.

 

Caminó por siete cuadras y por fin encontró el dichoso ciber café.

Entró y vio al chico que atendía el lugar, preguntó si tenía disponible alguna computadora y ante la afirmación del sujeto se dirigió hacia ella.

Por otro lado Liam no decidía el transporte que utilizaría para llegar al trabajo. Barajaba entre la posibilidad de ir en taxi, como hacía siempre que Jake se llevaba el auto, o ir en  bus. Le divertía la idea de viajar en el transporte público, habían pasado años desde que no pisaba uno, y recordaba disfrutar el sentarse junto a la ventana y sentir la brisa matutina en el rostro. 

Resolvió ir en autobús.                                                                            Subió al que lo llevaría al estudio, y en aproximadamente veinticinco minutos llegó a su trabajo.

Ingresó al estudio y se sorprendió al ver a unos de sus compañeros abogados en la recepción en lugar de ver al joven Dominic.

—Buenos días Liam —dijo uno de sus colegas, un señor de unos 40 años y barba.

—Buenos días Alan —respondió amable el rubio.

—Dominic no me dejó nada para ti hoy, dijo que tienes todas las carpetas en tu oficina.

—Así es pero, ¿Sucedió algo con él? Es raro que no esté aquí a esta hora —comentó a la vez que verificaba la hora en su reloj de pulsera. 

—Tuvo que rendir un examen en la universidad y como no le aceptaron la petición de postergación, tuvo que hacerlo hoy en la mañana. Por unas horas seré recepcionista —le sonrió el señor.

—De acuerdo, bien, pasaré a mi oficina. Y como dijo se dirigió a su oficina. 

En la puerta podía verse la chapa dorada que rezaba "Liam F. Evans". Una sonrisa llena de orgullo se dibujaba en sus labios cada vez que observaba esa placa, al recordar todo el esfuerzo que había hecho para conseguir que su nombre estuviera allí.  

Ingreso a la locación y abrió las ventanas para dejar ingresar algo de aire fresco. Acomodó la pila enorme de carpetas que había sobre su escritorio  y decidió el orden en que iba a trabajarlas.                                                      No dejaría que nada lo distrajera, sin importar qué, finalizaría su trabajo ese mismo día. 

Media hora más tarde, se encontraba mirando su móvil, recordando la llamada de Jake hace unas horas. Sabía que debía hablar con él.

 

Mientras tanto Josh ya había sacado varias copias de su hoja de vida para entregarlas en diferentes lugares, quizá tenía suerte y lo llamaban para emplearlo.                                                                                            Aunque sentía algo preocupación por su situación académica, pues no tenía el secundario oficialmente finalizado, a pesar de ello intentaba mantenerse optimista. Tenía experiencia en puestos de administración, eso debía ser una gran ventaja, quiso suponer.

Repartió varios en la administración de centros de salud, en hoteles, etc.          Y sin darse cuenta ya eran las cuatro de la tarde, sintió su estómago crujir así que optó por descansar un poco y comprarse un sándwich.

Se encaminó a la plaza que había a unos metros de donde estaba y se sentó en una de las bancas frente a los juegos de niños. Mientras comía su sándwich, observaba cómo los niños jugaban en la plaza, unos subían a los juegos y otro grupo jugaba con un balón de fútbol.                                                           Los miraba con ternura, esos pequeños le recordaban a su hermano. Ambos solían jugar en la plaza por horas hasta que su padre los llamaba para tomar la merienda. 

¿En qué momento todo eso había cambiado? ¿Cómo es que de un día para otro su mundo había cambiado tanto?                                                                   Y lo recordó.

—Cuando él murió —dijo en un susurro. 

Pero algo, más bien alguien lo sacó de sus pensamientos. Era uno de los niños que jugaba con el balón.

—Lo siento señor, ¿Puede alcanzarme el balón por favor? —le pidió un pequeño niño sonriente, señalando con su manita el balón que estaba debajo del banco donde Josh estaba sentado.

—Si claro —le respondió sonriendo de igual forma. Y le devolvió el balón.

—Gracias —tomó el balón y se fue a seguir jugando con los que Josh creyó eran sus amiguitos.

 

Estudio de Abogados Melo 16:40

 

"¿Puedes venir cuando termine mi horario en el estudio?"                      Escribió y envió el mensaje.

Desde que abrió la primera carpeta Jake no dejó de revolotear en su mente. Al instante recibió la respuesta.

"Sí claro, estaré allí a las 18hs, te amo. No puedo estar sin ti un día más"      Al leerlo el corazón de Liam comenzó a latir descontroladamente.

"Yo también te amo Jake"

Nuevamente su móvil sonó al recibir la respuesta del castaño

"Prepararé tu postre favorito, pero con algunas modificaciones, no acepto preguntas sobre ello"

Rió al ver la respuesta.

"Seguro lo harás reducido en grasas, le quitarás lo más sabroso. Nos vemos cuando salga, Aún no termino con mi trabajo"

"Esta bien, te veré luego. Te amo mucho" 

Y ahora sí pudo retomar su trabajo un poco más tranquilo. Definitivamente Jake era una debilidad para él.

O era lo que Liam pensaba en aquel momento. 

 

Ya terminado su sándwich Joshua volvió a caminar por las calles. En su incansable búsqueda se topó con un hotel, no era muy grande pero si era lujoso. Lo dudó un momento pero luego ingresó y se acercó a la recepción encontrándose con una mujer de unos treinta y algo.

—Buenas tardes ¿En que puedo ayudarlo? —le preguntó amable la mujer, quien estaba vestida muy formalmente, con una camisa blanca y chaqueta azul marino.

—Buenas tardes, quería dejarle mi curriculum por si necesitan un nuevo recepcionista, es este —y le extendió el papel, solo era una hoja porque aún era joven y no tenía mucha experiencia.

—Oh de acuerdo —le respondió tomando la hoja —mira, voy a serle muy sincera joven, es muy difícil que contraten a alguien que recién empieza ¿Sabe... -—le decía mientras miraba el papel, y se detuvo al ver lo que en este rezaba— pero... —alejó la vista del currículum y miró a Josh— ¿Joshua De Priota? —preguntó.

—Sí, ese es mi nombre.

—Dame un segundo —dijo y se alejó con la hoja para luego descolgar un teléfono y llamar a quien sabe quién.

Luego de unos minutos volvió con Josh.

—Bien, llame a los lugares en los que ha trabajado antes y me han dado buenas referencias de usted, tiene bastante experiencia para ser tan joven —le devolvió la hoja— mire, para esta semana ya esta arreglada mi licencia, de modo que como eres el que más experiencia tiene, hablaré con la supervisora para que te tenga en cuenta cuando me vaya ¿Si?

—Se lo agradecería inmensamente —dijo feliz y a la vez un poco incrédulo, no creía que podía conseguir empleo tan rápido.

—No es nada, hablaré con ella y le diré que eres conocido mío, así será más fácil que te contraten.

—Muchas gracias, de veras se lo agradezco, señorita —Joshua no cabía en sí mismo de la felicidad. Gente desconocida seguía haciéndole favores inmensos, comenzaba a creer que no todo era tan malo en la vida. 

—Despreocupate, no es nada —dijo haciendo un ademán con las manos— Eso sí, debes venir mañana para que te hagan la entrevista y luego unos exámenes médicos muy básicos, despues ellos te dirán cómo proceder.

—De acuerdo, estaré aquí mañana. ¿A qué hora?

—A las 10 de la mañana, se puntual y ven bien presentado.

Al oír eso no tardó en ver su ropa. Estaba con ropa casual, lo sabía, pero era porque no tenía otra cosa... O bueno sí tenía, pero debía ir a buscarla. Aunque las posibilidades de que ya no existieran eran bastante altas.                           —Por supuesto, a las 10 estaré aquí. En serio no tiene idea de cuanto se lo agradezco. Que tenga un buen día.

Así se despidió y al salir del hotel una sonrisa enorme se formó en su cara.

¡Consiguió trabajo! 

Pero lo que Josh no sabía era que detrás de la llamada que hizo la mujer recepcionista estaba su hermano mayor.                                                Decidió dar un paseo para festejar. Cuando Liam esté de vuelta del trabajo le contaría la buena noticia, irían de compras al supermercado y le ayudaría a pagar los víveres, porque ya casi tenia empleo.

Estaba feliz.

 

Ya se hacían las seis de la tarde y Jake estaba camino al estudio.

Por otro lado Josh se dirigió a casa de Liam para esperar a que éste vuelva.

 

Luego de que el rubio guardara unos papeles en su maletín,  se dispuso a salir de su oficina. Inmediatamente se encontró con Dominic, que estaba como era habitual en el escritorio del hall principal frente a la PC. 

—Hola Dom —saludó Liam acercándose al escritorio— ¿Cómo te fue en el examen? Te ves bien —comentó el rubio, puesto que era común ver a Dominic más pálido que de costumbre cuando se presentaba a un examen. 

—Que tal Liam, supongo que me ha ido bien, alcancé a hacer todos los puntos así que tengo un poco de confianza.

—Que bien.

—Sí... —el silencio se hizo presente entre ambos pero sólo Dom se sentía incómodo— Liam.

—¿Si? 

—Yo... —se puso nervioso, esos ojos lo ponían nervioso— este... —no podía dejar de mover sus manos mostrando su nerviosismo.

Liam permaneció en silencio, solo mirándolo.

—No crees que tenemos... —por fin las palabras lograron salir de su boca pero el móvil de Liam comenzó a sonar interrumpiendo lo que estaba a punto de decir. 

—Lo siento tengo que contestar —dijo y atendió su teléfono— Hola Jake ¿Llegaste? 

-Sí, ya estoy afuera-

—Ok, ya salgo —y colgó. A continuación se dirigió a Dominic: —Lo siento Dom, tengo que irme, hablamos luego ¿Si? Adiós —finalizó y salió del estudio.

—¿Luego? —alcanzó apenas a susurrar Dominic. Se sentía un completo idiota.  Solo pudo ver como el rubio atravesaba la puerta y cruzaba la calle. Al instante lo comprendió. Allí estaba su automóvil, y Jake se encontraba en el interior esperándolo para irse juntos.

Observó en silencio como Liam se volteaba y caminaba hacia la puerta. Algo dentro de él se oprimía con fuerza y se sentía horriblemente. 

 

Mientras tanto Josh se encontraba en la entrada de la casa de Liam, sentado en uno de los escalones, esperando.

La calle era tranquila, muy pocos autos pasaban y el clima era lindo, pero empezaba a oscurecer.

"Creo que se está tardando". Decía para sus adentros. 

Antes de regresar le había preguntado la hora a un muchacho que pasaba por ahí. Eso había sucedido cerca de las seis y veinte, tocó el timbre por si el rubio ya se encontraba dentro de la casa, pero nadie abrió, por lo que decidió esperar sentado en la entrada.

Ya hacía rato que estaba esperando, calculó una hora, y Liam aún no regresaba.

Se preocupó un poco pero optó por esperar un rato más.

 

Apartamento de Jake 

—¿Quieres tomar algo? —preguntó Jake a su novio. 

—Sí tengo hambre —le respondió, por su tono de voz parecía haber dejado el enojo atrás— hoy el estudio estuvo fatal, creo que el señor Melo va a tener que dimitir algunos casos o deberá llamar a otro abogado para lo comercial, porque si seguimos así será terrible. 

—Sabía que estarías tapado de trabajo, pero no pensé que fuera para tanto, ¿tú crees que el señor Melo querrá contratar a alguien más? Con lo quisquilloso que es… Sabes qué, te prepararé algo especial, deja de pensar en trabajo y relájate, te traeré algo caliente —se dirigió a la cocina— amor ¿Dónde has dejado el café? —le habló desde la cocina.

—Está... —no lo recordaba— allí voy, porque la verdad no recuerdo, creo que se acabó.                                                                                                  Y fue hacia donde su novio se encontraba.. Allí lo encontró subido a un banco buscando entre los muebles de la cocina.

—Bájate, puedes caerte —decía el rubio golpeando levemente la pierna de Jake.

—No me caeré —hizo un puchero y bajó lentamente del banco sosteniéndose de los hombros de Liam, quedando frente a él— quiero besarte —dijo acariciandole la mejilla.

—...—se tomó un momento para apreciar el rostro de Jake, se veía cansado y unas pequeñas ojeras se asomaban debajo de sus espectaculares ojos celestes. Lo amaba, ese sentimiento permanecía intacto, no podía verlo a la cara sin sentir el pecho repleto de amor— Hazlo.

Cerró los ojos y esperó a que los labios de su amado lo rozaran, no podía negar que también estaba deseoso de besar a su amor.                                      Jake no perdió un segundo y besó a Liam con pasión. Realmente lo extrañaba.

Los mordió a para luego lamerlos, sus lenguas no paraban de acariciarse. Primero lento y luego suave. Bajó por el cuello del rubio, dando lamidas largas y haciendo suspirar a su novio. Succionaba con fuerza esa suave piel, volviendolo loco.

Volvió a besarlo en los labios con suavidad, pasó su lengua por toda esa cavidad caliente, Liam ya no tenía aire por lo que se alejó un poco para reponerse, pero Jake parecía no querer dejarlo. Tomó el cuello del rubio para profundizar aún más el beso, atrapó la lengua de éste con los dientes y aprovecho para lamerla lentamente sin soltarla.                                     Acción que hizo que Liam no aguantara más y lo agarrara de las caderas para sentarlo al lado del grifo de agua. Quedando Jake un poco más alto pero en una posición perfecta para enredar las piernas en las caderas de su novio y atraerlo más, haciendo que el contacto de sus entrepiernas sea más profundo y certero.

Se oían suspiros por parte de ambos, el asunto ya se estaba poniendo bastante caliente.

Liam besaba a su novio con locura, mientras movía sus caderas. Jake tampoco perdía el tiempo pues mientras disfrutaba el roce que su amor le brindaba, él lo acariciaba por debajo de la ropa, su espalda, abdomen, todo aquello que sus manos podían abarcar. Le sacó la camisa y pudo tocar su cuerpo con más libertad. 

—Mmmgh Li-Liam.... —comenzaba a respirar con cierta dificultad— vamos a la habitación —no soportaba más los juegos.                                                   Se bajó de donde estaba y sujetó a Liam del brazo conduciendolo a su habitación.

 

~°~

 

Ya había pasado mucho tiempo desde que estaba esperando. Se sentía preocupado por lo que pudiera haberle pasado a Liam.

—Dijo que iría al estudio... ¿Será el mismo de siempre? —se preguntaba, puesto que la idea de ir hacia allí le atravesó por la mente— No está muy lejos de aquí pero… 

Debatía en su mente si debía ir o simplemente esperar a que apareciera. Pero estaba preocupado, temía que al rubio le hubiese sucedido algo, por lo que no tuvo más remedio que ponerse en marcha.                                           Aunque había pasado algo de tiempo aún recordaba la dirección de aquel lugar.                                                                                                   Media hora más tarde se hallaba en una esquina desde la cual lograba divisar el estudio, se acerco aún mas y alcanzó a ver que aún estaban las luces encendidas por lo que se dirigió a la puerta.

Una vez dentro vio a un chico de cabellos negros y le habló

—Buenas tardes, usted sabría decirme si... —se quedó mudo al ver de quien se trataba.

Dominic estaba tan metido en su trabajo que no notó que un extraño había entrado al estudio, se dio cuenta solo cuando lo oyó hablar. Y de igual forma se sorprendió al ver a ese hombre.

—¿Qué haces tú aquí? —preguntó un Dom totalmente sorprendido, tanto que sus ojos celestes casi se salen de sus órbitas.

—Mejor dicho ¿Tú qué haces aquí Dominic? —respondió Josh estupefacto.

 

Notas finales:

Creo que ha sido un capítulo bastante largo.

Pido disculpas por los errores en los espacios que pudieran haber, no lo había notado anteriormente, cuando cargo el texto a mi no me aparecen esos errores pero cuando lo subo quizas ustedes si lo vean algo desprolijo. Siendo sinceros tampoco sé como evitar que suceda eso :c 

En fin, espero les haya gustado. Saludos.

 


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