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Revivir~ por Lez

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Notas del capitulo:

Hola, hola, soy yo de nuevo... Pidiendo disculpas otra vez. 

Se acuerdan que dije que tenía un nuevo empleo, bueno, ese nuevo empleo era también en otra ciudad y fue todo nuevo y pues sigue siendo un poco caótico. 

Eso, espero que estén bien y que se estén cuidando harto, no digo que no salgan o no hagan lo que deben hacer, pero tengan precauciones. Trabajo en un hospital y la verdad no es lindo todo lo que está pasando. ~ 

Bueno sin más lata que darles~ 

Espero lo disfruten, porque se acerca el final~ 

La mañana llegó y los días pasaban, no llegaban más lejos de lo anterior cuando tenían encuentros amorosos y sexuales, pero de a poco el tratamiento de Naruto estaba dando frutos en cuanto a retomar la confianza, creer en que podía ser una persona amada y que también podía amarse a sí mismo. El rubio, pasado poco más de un mes viviendo en la casa de Sasuke, encontró un empleo de medio tiempo en una tienda de mascotas, por lo que sus días no se hacían eternos en la espera del Uchiha.

Ambos jóvenes amantes iniciaban su mañana despertando ambos, mientras el azabache se duchaba y vestía, Uzumaki preparaba el desayuno para ambos no era un experto en comidas, pero hacía lo que se podía y aunque el mayor de ambos no lo admitiera, le encantaba ser mimado con esos pequeños gestos por parte de su novio; comían juntos como si de un matrimonio se tratara y eventualmente Sasuke se tenía que ir a las prácticas hospitalarias, siempre se despedía dos veces, cuando se levantaba de la mesa para ir a lavarse los dientes le daba un beso un poco más profundo, dejando al rubio muchas mañanas con un ligera erección, quizá el joven de intensos ojos negros quería que Naruto necesitara más de él, lo estaba domesticando de alguna u otra manera. Y el segundo beso se lo daba cuando el rubio le iba a despedir en la puerta, siendo éste último ósculo en la frente lleno de cariño y amor.

Allí en la puerta del departamento se separaban y el de ojos color cielo se dirigía a la cama otra vez o encontraría el día eterno, dormía un par de horas más y por su parte el de cabellos oscuros asistía ya ahora casi sólo al hospital con sus prácticas clínicas, era como una jornada laboral, salía tarde; es por ello que el empleo de medio tiempo de Naruto le ayudó mucho, porque así no se sentía tan sólo, se sentía útil y además le gustaba estar allí, poder interactuar con diversas especies.

Cierto día cuando ya se iban a cumplir dos meses de que vivía con Sasuke, después de su trabajo en la tienda de mascotas, pasó a comprar un pastel y una sorpresa para regalarle a Sasuke, quizá no era lujoso, era para lo que el dinero que había ahorrado de su trabajo, le alcanzaba.

Era un viernes por la tarde, ya faltaban poco minutos para las nueve de la noche, Sasuke arribaría pronto de su pesado día de prácticas.  Naruto había dejado el pastel sobre la mesa, con unos pequeños adornos, puso también la pequeña cajita que contenía el regalo, pero todo eso lo hizo cerca de las siete de la tarde, que fue cuando llegó a casa, había cocinado algo fácil para cuando llegara el mayor, unas ensaladas con carne y arroz. Pero todo ya estaba listo y como le sobró tiempo se fue a recostar con la tele encendida para que hubiera un poco de bulla en el ambiente y no sentir la soledad del departamento. Es así como el de cabellos dorados se quedó dormido antes de que el Uchiha llegara.

Ahora ya eran las nueve y siete minutos cuando el mayor entraba por la puerta del departamento, no solía ser ruidoso ni escandaloso en su llegar. Se quitó los zapatos, encendió las luces porque estaba todo apagado, extrañado se preguntaba por qué, ya que Naruto siempre le esperaba casi como un perrito esperando atención.

- Esto es extraño… - Murmuró Sasuke para sí mismo, inspeccionando el lugar, notando que había comida preparada, algo que parecía ser un pastel por la presentación de la caja y una cajita más pequeña, de un tono azul marino aterciopelado. Dejó su mochila en el sillón y tomó la curiosa cajita, abriéndola con cuidado de no romper nada. Fue tal su impresión al ver lo que contenía que sus ojos inevitablemente se llenaron de agua salada. – Éste chico… - Dijo con una sonrisa radiante, algo que era muy poco común en el Uchiha. Tomó uno de los anillos y se lo probó, no quería ir a buscar al menor sin tener la certeza de que su “sorpresa”, saldría perfecta. Y fue así como guardó ambos anillos en la misma cajita y se puso ésta en el bolsillo de su pantalón.

El mayor de ambos caminó al dormitorio, al ver el televisor encendido podía notarse la silueta de Naruto, dormido en la cama, en esa posición que siempre solía estar, de costado con las piernas un poco flectadas casi como posición fetal, con sus manos semi escondidas entre su propio cuello. Le robó una sonrisa ver lo tierno que se podía ver ese revoltoso ser en su cama, pero no lo despertó todavía, sino que pasó al baño primero a lavar bien sus manos y cara, quitando un poco la polución del día y a su vez llevándose un poco el estrés de las prácticas. Terminó en el baño el mayor y caminó hacia el lado de la cama de Naruto y le tocó la mejilla sutilmente, su mano estaba algo fría.

- Hey… - Habló suave el de ojos oscuros, jugando un poco con las hebras de cabello de Naruto. – Despierta, bobo… - Hablaba el mayor, estaba ansioso, aunque Sasuke muy rara vez demostraba sus emociones del todo.

- ¿Uhm? ¿Qué hora es? – Preguntó el rubio, removiéndose un poco, abriendo sus somnolientos ojos y frotándolos con sus manos para lograr enfocar a su chico. – Hey… Hola… - Susurró Naruto, acomodándose en la cama hasta quedar sentado. - ¿Cómo te fue? – Preguntó como era de costumbre, mirando a su amado novio.

- Son… - Miró el azabache su reloj de pulsera y le respondió.- Las nueve y veinte. ¿Estás cansado que te dormiste antes que llegara? – Preguntó sin afán de ofenderlo, simplemente si estaba cansado días anteriores no lo había notado en lo absoluto. – Hola hermoso…- Respondió el mayor, en esos meses ya habían tomado más confianza como pareja en su trato y él realmente amaba hacerle saber a Naruto que era bello y que era el mejor hombre para él. – Me fue bien, lo de siempre, sólo que hoy un paciente se descompensó y casi falleció… Sabes que aunque ya es casi normal, esas cosas son de alto impacto siempre. – Le respondió mientras le ordenaba unas hebras de cabello allí donde permanecía sentado el menor, pasando después su mano por la mejilla del rubio, dejándole suaves caricias.

- Oh, es tarde… ¡AAAHHH! ¡La comida! ¡Debo calentarla! … Me aburrí un poco cuando tuve todo listo, me vine a ver una película y me dormí en medio de ella, de veras~ – Dijo Uzumaki retomando esa energía que sólo él podía tener, suspiró  bajando la mirada, para luego subirla y mirar a su novio, de pie frente a él, se dejaba mimar por esas caricias, era todo tan natural entre ellos, que parecía que su relación siempre fue así, aunque evidentemente no lo fue. – No digas eso… - Murmuró al ser llamado “hermoso” y es que se avergonzaba, aunque también le llenaba de felicidad ese tipo de trato por parte de la persona que más ama. – O-OH, ya veo… ¿Te sientes abrumado por eso, Sasuke? – Naruto subió su mano a su propia mejilla para tomar la mano del azabache y buscar entrelazarlas, lo había extrañado tanto, que realmente ya no imaginaba su vida con el más alto. - ¿Vamos a comer? – Preguntó el rubio acariciando entre sus dos manos la mano del Uchiha, ya que estaba un poco fría.

- Ya, ya… Hahahaha…. Hey, volviste a ser tú… - Murmuró entre risas el mayor de ambos, porque a veces extrañaba esa energía de Naruto, era como que le recargara sólo con ser animoso para hablar. – Sí, pero tranquilo, no tengo tanta hambre, tómalo con calma, bobo. – Le hablaba con esa calma característica del azabache y sonrió con ese sonrojo que causó en el de ojos celestes. Se inclinó y le dejó un beso en la frente. – Es abrumador al comienzo, pero digamos que poco a poco te comienzas a acostumbrar, ahora me siento bien porque es fin de semana y puedo pasarlo con mi novio. – Le dijo el de ojos oscuros y sonrió ladino cuando el menor le invitó a comer. – Antes de comer… - Se deshizo del agarre que tenía el menor en su manos y bajó hasta estar con una rodilla en el suelo y la otra flectada. Con una mano tomó la mano izquierda de su chico y con la otra sacó la pequeña cajita que contenía el juego de anillos.- Encontré algo sobre la mesa… Y aprovecharé el momento… - Advirtió Sasuke mientras miraba con cierto nerviosismo  a Naruto. Como pudo, con una mano abrió la cajita y lo miró directo a los ojos, ahora él miraba al de las marcas en las mejillas, hacia arriba. – Naruto Uzumaki… Novio mío… Amigo de la vida… Rival durante la escuela… Amor platónico… Y ahora mi amor real… El bobo que más amo…Tú… ¿Te casarías conmigo? – Hizo su confesión el mayor de ambos, notando el impacto de sus palabras en el rubio.

La confesión no planeada de Sasuke había salido tan espontáneamente de su boca que ni siquiera estaba pensando en que el matrimonio aún no era legal para personas del mismo sexo. Y es que notar el gesto de su novio de compartir algo tan preciado como un conjunto de argollas de compromiso, le hizo pensar que era mejor tener el compromiso de que eventualmente se casarían, aunque fuera una ceremonia simbólica o por último en otro país.

Toda la conversación previa a la confesión, a esa petición, todo aquello se fue a una laguna por parte del rubio, no había nada más resonando en sus oídos que las últimas palabras que Sasuke dijo, confesando de alguna manera sus sentimientos en una petición tan importante como lo era el matrimonio. Inevitablemente sus ojos celestes se llenaron de lágrimas y es que su vida había sido difícil, no tenía muchas referencias de lo que era convivir con alguien, tener una familia o algo así, lo más parecido a eso lo había vivido con Sasuke y se sentía genial. Su respuesta era obvia, amaba a Sasuke desde hacía años y era un sentimiento que siempre atesoró y que siempre atesoraría aunque en algún momento sus caminos se separaron, o se volvieran a separar, Naruto estaba seguro que lo seguiría amando siempre. Las lágrimas que rodaban por las mejillas del rubio asustaron un poco al mayor de ambos, que también tenía sus ojos cristalizados, realmente deseaba con todo su corazón pasar toda su vida junto a Naruto.

- T-TÚ… Idiota…. ¡Claro que sí! – Dijo entre incontenibles lágrimas el menor de ambos, pero con una radiante sonrisa en sus boca. La felicidad de ese momento era indescriptible, aunque nunca fue llevada a cabo la confesión formal, la petición de ser novios fue por una videollamada y ahora lo sorprendía de ésta manera tan extraña y especial.

Sasuke dejó ambos anillos al costado del cuerpo de Naruto en la cama y se incorporó para abalanzarse sobre el con un abrazo, cayendo ambos acostados, el mayor sobre el cuerpo de su ahora prometido. Tomó un poco de distancia para dejarle muchos cortos besos sobre los labios, estaba feliz y sabía que Naruto también lo estaba. Se casarían. ¿Quién lo diría? Pero parecía que el destino siempre trató de juntarlos, sólo que ellos se tardaron demasiado en descubrirlo.

Entre tantos besos cortos, de pronto el mayor tomó la boca de su novio, ahora besándole intensamente, un beso más apasionado, digno de celebrar el momento por el cual estaban pasando. Sus cuerpos rosando, sus lenguas en un baile suave, sus respiraciones se volvían un poco más densas a medida que ese beso se alargaba e inevitablemente el calor llenaba sus cuerpos, las orejas de Naruto desde la declaración no dejaban de estar rojas, seguramente le ardían pero no era capaz de notarlo con tantas emociones juntas. Quien inició el beso, Sasuke, fue quien le fue dando fin, porque siempre quería más y quería que ese momento fuera especial y no arrebatarlo por la calentura que le producía su chico.

El mayor de ambos se bajó de sobre Naruto dejándole sutiles besos en los labios, finalizando por dejar uno en su frente y susurrando “gracias”, fue así como se recostó al lado de Naruto, para no cargarle su peso encima más tiempo. Estaba demasiado feliz que casi no se acordaba que tenía hambre.

Naruto por su parte sonrió sonrojado, negando ante ese agradecimiento, secando los restos de lágrimas que quedaban en sus ojos, aunque aún quería llorar, no era el momento, sólo tenían que disfrutar lo máximo posible. Se volteó para quedar mirando a su novio en la cama y le dejó unas suaves caricias en la mejilla logrando que el más alto también se girase y le mirara a los ojos.

- Te amo… - Murmuró Naruto, serio pero con un deje de vergüenza, y es que cuando decía la verdad solía estar más serio que en una conversación convencional. Sabía que hasta el momento ninguno de los dos había pronunciado esas palabras, habían sido ambos, reacios a expresar verbalmente lo que sentían por el opuesto, pero en ese momento se sentía preparado para hacérselo saber a su novio. – No te acostumbres a que lo diga… - Susurró al notar la impresión que causó su confesión en los ojos del azabache.

- ¿Có… ¿Cómo que no? – Preguntó Sasuke saliendo se su aturdimiento, nunca pensó que Naruto le diría aquello, sabía que el menor lo amaba, pero se imaginaba lo mucho que le costaba verbalizar su amor en esas dos palabras. Se impresionó tanto que uno un pequeño lapsus de silencio. Con su mano tomó la cintura del rubio y lo acercó aún más a su cuerpo, dejándole un beso en su frente, seguido de otro en su nariz y finalmente un pequeño ósculo en sus labios, tomando la distancia suficiente como para susurrar sobre los labios de aquel con ojos celestes, clavándole sus oscuros ojos en los de su futuro esposo. – Te amo también… No lo olvides nunca. ¿De acuerdo? – No quería sonar que lo decía por compromiso o por mera respuesta, pero se encargaría de que no se interpretara así.

- N-no… No te acostumbres… - Susurró un avergonzado Uzumaki sonriendo un tanto nervioso con el accionar de Sasuke, hasta que recibió la respuesta a sus palabras, tenía clarísimo que si no fuera por amor el Uchiha no le hubiera cuidado tanto, tenía claro que todos esos cuidados, atenciones, mimos y demás se debía todo a lo mucho que Sasuke lo amaba, no había otra explicación, aunque como en su caso, tampoco lo había verbalizado jamás.- No lo olvidaré, de veras~ - Le respondió con una sonrisa brillante, radiante y se abrazó a su ahora comprometido. Aprovechando esos minutos de apego para calmar el zapateo de su corazón contra su pecho y para hacerse a la idea y asimilar todo lo que había ocurrido en esos últimos minutos.

Sasuke cobijó a Naruto en sus brazos dejando besos en su cabeza, que era lo que tenía más cercano. Realmente estaba muy  enamorado del rubio y quería atesorarlo tanto, que no sabía realmente cómo actuar para no asfixiarlo con su forma de ser.

- Realmente te amo tanto, Naruto… - Dijo Sasuke buscando susurrar en la oreja del rubio, dejándolo pasmado sin respirar por un par de segundos, eso había sonado tan lindo y sensual que quería que la cama lo hundiera de lo avergonzado que se sentía, pero no fue todo por parte del más alto.- Mi petición de recién… No es una broma o algo a la ligera… Realmente quiero casarme contigo, porque quiero pasar todos mis días contigo, quiero pasar por lo bueno, lo malo, lo adverso contigo Naruto, y con nadie más que contigo… La verdad gracias a ti me siento una persona un poco mejor… Y lo más importante… Me encana esa calma que logras en mí, me tranquilizas, cuando tengo un día terrible o estoy muy cansado, lo único en lo que pienso es en tenerte así, abrazado, recargando energía… Mejoras todo en mí, hasta mi terrible temperamento. Sin mencionar que eres hermoso y que tienes una personalidad muy extraña que me gusta tanto. – Iba diciendo el alto, parecía que iba a tener que pensar en otras palabras para sus votos de matrimonio, porque estaba diciendo todo antes de casarse.- Y que eres súper sexy… -Terminó de decir para quebrar lo pasmado que estaba su novio, había notado en el abrazo que estaba todo tensionado, seguramente porque no sabía cómo actuar frente a tales situaciones.

Sasuke sabía que Naruto no tenía muchas experiencias de cuidado, de cariño, de compartir o de amor propiamente tal, y él personalmente se encargaría de que ese chico fuera feliz a su lado descubriendo todo aquello. En esos momentos nadie podía quitarles tal felicidad. El mayor de ambos recibió una fuerza que lo empujaba suavemente a apartarse un poco del cuerpo del rubio, a la cual accedió y lo miró, dedicándole una sonrisa.

- I-Idiota… Ya estoy hablando como Hinata con esas cosas que dices, de veras… - Dijo el rubio justificando su tartamudeo que lograba conseguir el alto, por esas declaraciones que jamás se esperó o se imaginó en su vida recibir. A decir verdad nunca esperó recibir tanto de alguien, se había resignado a sólo ser querido por alguien, pero para Sasuke sonaba como si fuera un preciado tesoro que cuidar por siempre. – Sasuke… Yo igual, te amo en serio… Y mi respuesta fue en serio… Realmente me gustaría casarme contigo, de veras… Eres y has sido siempre un apoyo para mí, me has rescatado de mi mismo, me has cuidado y mimado como nadie lo hizo jamás… Me has dado un lugar al cual pertenecer, uno donde me siento aceptado por quien soy… - Confesó sincero mirándole a los ojos, terminó sus palabras con una sonrisa.- Sé lo sexy que soy y lo irresistible que soy para ti. – Dijo suave como broma, pero también sabía que la abstinencia de Sasuke ya era algo casi milagroso. – ¿Qué tal si vamos a comer para luego acostarnos y disfrutar del fin de semana, sin trabajo y sin prácticas? – Terminó por decir el de ojos celestes y se acercó a la boca de su prometido, dejándole un beso en los labios. – Hay pastel… Sé que no eres fanático, pero yo… ¡Hey! ¡Yo tenía un plan! – Dijo recién Uzumaki dándose cuenta de que el azabache lo había cambiado por completo. – No puedo decir que lo arruinaste porque definitivamente esto fue mucho mejor, mil veces mejor de lo que incluso imaginé. – Confesó el de ojos claros.

- No esperé que dijeras eso, torpe… - Murmuró el Uchiha con un sutil sonrojo en sus mejillas.- Sólo me alegra poder ser todo eso para ti y me encantaría ser mucho más que eso… De verdad que me encantaría ser todo para ti. – Dijo un sincero azabache mientras acariciaba la cintura de su prometido.- Bien, vamos a comer que hoy no te voy a dejar dormir. – Dijo como broma, la verdad, ambos bromeaban por el tema de no haber logrado llegar hasta el final en el sexo, pero era parte del tratamiento psicológico de Naruto y la superación de sus traumas. Aunque eventualmente el rubio estaba cada vez más ansioso de poder completar el proceso con su amado. Naruto no respondió nada, tenía todas las intenciones de que esa noche fuera especial y sellarla con llegar a unirse en uno, pero era mejor no decirlo y ver si podía en el momento, no quería causar falsas ilusiones en Sasuke, sabía lo mucho que estaba soportando aquella situación.- Supongo que vamos a tomar el pastel como postre. ¿No? -Sonrió por lo que dijo el más bajito sobre los planes que tenía.- Que bueno que salieron un poco mejor de lo que planeaste. – Le dijo el azabache y le soltó para ayudarlo a ponerse de pie, y también hacer lo mismo.

Ambos notaron que la cajita con los anillos seguía allí, pero curiosamente pensaban en lo mismo, que era mejor esperar volver a la cama y volver a estar románticos para poder terminar con el proceso de ponerse los anillos.

Notas finales:

Como siempre, si llegaste hasta aquí, realmente~ Muchas gracias~ uwu


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