Pasó un año desde la batalla contra Hades. Athena pidió misericordia para sus caballeros y Zeus accedió a darles una vida nueva por mostrarse tan fieles a su hija.
-Athena, tus santos han mostrado verdadera bondad y fidelidad. Por lo tanto reviviré a los dorados y al antiguo patriarca.- dijo Zeus mirando a su hija-. Hablaré con Asclepio para que sean resucitados, pero te pido que tengas paciencia, no será una tarea fácil.
-Padre, muchas gracias - dijo Athena abrazando a Zeus.
~ SANTUARIO DE ATHENA. ~
Todos en el santuario se encontraban de un lado a otro, algunos cargaban, otros ayudaban a la restauración y remodelación de las casas, dadas las múltiples batallas, no era un lugar habitable para todos y debía estar todo listo para el regreso de sus guardianes.
Habían pasado 2 meses desde su vista al Olimpo y Athena comenzaba a creer que ellos no volverían. Invirtió lo suficiente para que la reconstrucción de los 12 templos fuera lo más pronto posible.
Se encontraba en la sala patriarcal caminando de un lado a otro, pero dando la espalda a las grandes puertas y éstas abrieron de par en par, dejando ver a 13 figuras que en cuanto sintieron la presencia de su diosa se arrodillaron ante ella. Athena volteó y corrió hasta ellos para abrazarlos y darles la bienvenida. Sin embargo, aún faltaba alguien y que ese hombre no estuviera ahí la preocupó y desconcertó.
- Mis queridos caballeros, mi padre, Zeus, les ha dado una nueva oportunidad de vivir, ahora que las guerras cesaron, todo cambiará.- los observó y continuó-. Sin embargo, no bajaremos la guardia ni un minuto, continuarán con sus entrenamientos y sus deberes como caballeros, han pasado la mayor parte de su vida entrenándose para las diversas guerras que hemos enfrentado y ahora que reina la paz, tendrán más tiempo para ustedes mismos. Vayan a sus templos, han sido reconstruidos y remodelados para ustedes, descansen que mañana será un nuevo día.
Luego de esas palabras y un emotivo reencuentro, los guerreros fueron abandonando el salón patriarcal. Agradeciendo a los dioses y sobre todo a la señorita Athena por traerlos de vuelta. Sin embargo, un caballero no abandonó el recinto y ese fue Géminis, se acercó con cautela a su diosa y cuando ésta se percató de que aún estaba se acercó a él.
- ¿Estás bien?, ¿Te preocupa algo, Saga?
-En realidad, señorita Athena, sí, todos volvimos a la vida, inclusive el patriarca Shion, pero... ¿Qué hay de mi hermano? Él también luchó con nosotros, arriesgó su vida para obtener la victoria, ¿Por qué él no está aquí?
Athena lo miró extrañada, ella tenía el mismo pensamiento-. Saga, no debes preocuparte, yo misma hablaré con mi padre y así sabremos que ha pasado con Kanon, por ahora descansa, te lo mereces al igual que todos tus compañeros.- le acarició la mejilla y le sonrió con dulzura.
~ Olimpo ~
Los tres dioses mayores se encontraban charlando.
-Ahora que resucitaste a los caballeros de Athena, supongo que no está por demás que nuestros guerreros también vuelvan a la vida, finalmente los tratados de paz se hicieron y revivir a los santos dorados lo pactó.- decía Poseidón
-Me parece una excelente idea, es lo justo, por los menos puedo traer de vuelta a mis jueces, tienen trabajo en el inframundo.
Zeus se masajeaba las sienes-. Está bien, pero ustedes conocen el precio, una vida por otra, no podemos darnos el lujo de ir en contra de la naturaleza de las cosas.
Ambos dioses sonrieron. Hades se sentía agotado, así que decidió despedirse e irse inmediatamente de ahí. Zeus observaba a un muy pensativo Poseidón quien miraba por un gran ventanal.
-¿Qué te preocupa, Poseidón?
-¿Qué clase de juicio le hicieron a Kanon de Dragón Marino?
-¿A qué viene esa pregunta? Él estaba bajo tu mando y aún así te traicionó.
-Lo sé, pero también me fue muy útil y a decir verdad no solo a mi, te recuerdo que a ti también te hizo favores, aún así ha aceptado su castigo, te pido que lo liberes, si es necesario que te dé mil almas por la suya, estoy dispuesto a pagar el precio, aún tenemos asuntos de los cuales ocuparnos.
-Bien, será liberado de su castigo, pero... Deberás ser tú quién lo saque de ahí, después de que tu mismo le apliques el castigo al que está sometido, si haces eso, es todo tuyo, pero si no aplicas su castigo, él regresará pero al santuario de Athena.
-Bien, lo haré. Que descanses, hermano.- dijo mientras de retiraba, necesitaba armarse de valor, lo que seguía, no era para nada bueno.