Menma Uzumaki posó sus furiosos ojos azul en Charasasuke Uchiha, un mujeriego bueno para nada que no dejaba de parlotear y obsequiar lindas rosas rojas a un grupito de lindas chicas que gritaban emocionadas y hasta se pelea van por la atención del joven Uchiha.
Esta actitud del hijo más joven de capitán de la policía militar, no era nueva, desde que entró en la adolescencia ya era bastante coqueto con las mujeres, hacía halagos a su belleza y las hacía sentir especiales por eso muchas caían en Australia encantos.
El don Juan y sus koneko, como Chara le gustaba llamarlas, estaban ubicados al final de la calle principal de Konoha al lado del parque Senju. Menma los podía vislumbrar desde el Ichiraku ramen perfectamente. Chasqueó la lengua y frunció el ceño, ya estaba harto de este sentimiento denominado como celos.
—Ese idiota.—siseó sin aguantarse más sus pensamientos negativos contra el Uchiha, jurando que esta era la última noche que le pasaría por este enojo.
Entretanto los demás comensales solo podían observar como una aura oscura y maligna llena de hostilidad y ansia asesina rodeaba al hijo unigénito de Yondaime Hokage.
Unas horas más tarde, luego de despedir a la última de sus koneko, Charasasuke se dispuso a regresar a casa, había sido un día bastante productivo le encantaba convivir con sus admiradoras, conversar con ellas y recibir sus cariñitos.
Caminó con paso ligero y sumamente relajado, como ya pasaba de la medianoche habían menos transeúntes en las vialidades, un escenario vacío siempre le agradaba pues implicaba podría llegar más rápido a casa y además dar menos a explicaciones a sus familiares lejanos y no tan lejanos que habitaban en el barrio Uchiha.
Paso al lado de un callejón sin salida sin percatarse que una sombra lo acechaba desde el fondo de la vialidad.
De pronto el Uchiha fue atacado por múltiples clones de sombra enmascarados ya vestidos con ropas negras, ocultando perfectamente la identidad del ninja original, que intentaron inmovilizarlo con diversas maneras: arrojándose kunais y shuriken, sumado a movimientos de taijutsu.
Pese a que su objetivo ejecutó acciones defensivos, rechazando todas las armas shinobi al utilizar un simple kunai, y de evasión, efectuando todo tipo movimientos físicos, su objetivo era escapar de aquellos que enemigos. En el primer ápice, salió corriendo al próximo techo más cercano, no obstante ahí lo esperaban más adversarios para emboscarlo.
Sin más opción, Chara estuvo a punto de activar su Sharingan cuando explotó una bomba de humo que afectó su visión dejándolo imposibilitado para ver más allá de su nariz. Lo siguiente que sintió fue que los clones se le abalanzaban encima, llevándolo consigo hasta el interior del callejón tal como una comadreja arrastra a una presa a su madriguera.
La dos viviendas que cerraban la vía pública estaban deshabitadas, por lo tanto nadie había escuchado todo el escándalo. Charasasuke perdió levemente el conocimiento debido a la caída que tuvo, aparentemente los clones le sirvieron para amortiguar el golpe, lo primero que vio fue a Menma Uzumaki que lo estaba acorralando contra la pared, sujetandole las muñecas con fuerza y determinación. Juzgando por la ropa que traía y los movimientos que ejecutó al atacarlo, no había dudas, él lo hecho, lo conocía demasiado para entender todas sus habilidades en taijutsu y ninjitsu.
—¡Eras tú quien me atacó ¿Qué demonios te pasa, estúpido?!—acusó el Uchiha con una rabia bien marcada, no se explica por qué su mejor amigo lo asaltó con la ferocidad de un enemigo declarado.
Menma ni se inmutó, sólo grito una sola palabra: "liberación" para que todos sus clones se esfumaran y también sus ropas recuperarán su aspecto original, había ejecutado dos jutsu uno de multiplicación y otro de transformación.
—Escucha idiota, puedes jugar con las mujeres todo lo que quieras—exclamó con suma seriedad y con cierto tono de voz intimidan te, apretó aún más los agarres con los cuales sometía a sus víctima y agregó:—Pero no me provoques te lo advierto, no actues tan orgulloso presumiendo frente a mis narices tus conquistas.
Chara quedó atónito ¿Qué mosca le había picado al peliteñido ese? Tal vez el tinte negro con el cual cambió su color de cabello de rubio a negro le afecto el cerebro. Menma Uzumaki jamás se había interesado en las féminas, aunque sí tenía a varias chicas atrás de él, no creía que fuera de esos hombres que media si nivel de hombría en aspectos como el número de pretendientes. Su intuición le recomendó que tentara a la suerte, "jugar con el león" podría ayudarle a resolver este cambio repentino de personalidad.
—Oh~ ¿Qué harás sino lo hago lo que dices?—desafió sonriendo de oreja a oreja, con ese aire de grandeza que sólo un Don Juan podría mostrar—Sabes que no voy a cambiar mi manera de actuar por que un Kitsune-Chan como tú se siente menos por no tener pegue con las mujeres—recalcó con saña, llevando su cuerpo hacia adelante, mostrando con ese comportamiento que no tenía miedo a sus amenazas.
—Haré esto—susurró, aprovechando que el azabache acortó la distancia entre sus espacios personales, lo beso a la fuerza.
El primer beso fue apenas una presión de labios, pues el Uchiha hizo un muro con sus dientes para evitar que fuera más profundo el gesto. Sin darse por vencido, Menma volvió a intentarlo, lamiendo primero los labios del otro hasta irritarlo, para enseguida volver a unir sus bocas, recibiendo únicamente otro rechazo y un mordisco fuerte en su labio inferior que lo hizo retroceder y liberar a Chara.
—¡Maldito!—bramó furioso, había probado el sabor metálico de su propia sangre, aquella mordida me cortó la delicada piel—Todas las veces que me rechaces, o coqueties frente a mí, te castigar, tú eres mío, me debes fidelidad—amenazó conteniendo es escozor de su herida con la mano.
—¿Perdón? ¡Yo no te debo nada Menma Uzumaki!—replicó, alejándose del Uzumaki y poniéndose en una posición defensiva.
—¿No me debes nada? Que descaro, ¡Conoces lo hay en mi corazón!—refutó señalando con el dedo al sin vergüenza, si debía exponerlo para que entendiera que no le iba a ver la cara, lo haría—Te lo advierto no juegues conmigo, Uchiha.
Si existía algo que ponía furioso a Charasasuke Uchiha era que lo acusaran falsamente y sin pruebas. Nunca creyó que Menma le haría esto, pero la verdad ya se encontraba harto de esta situación, y su paciencia se esfumó junto se aproximaba la madrugada y si no se reportaba pronto, su padre le entregaría un sermón sobre la disciplina que debe tener un Uchiha.
—Haré lo que quiera, yo soy libre y repito no te debo nada—sentenció Chara dándole la espalda ya huyendo del lugar, tomando la dirección hasta el parque Senju.
La persecución fue inmediata mientras el Uzumaki berreaba lanzando insultos y lanzando frases como que: "Todavía no habían terminado de hablar" o "No huyas cobarde", el Uchiha le quedó claro que esto no tendría fin sino aclaraban est malentendido. Así se dispuso a guiar a Menma a un claro dentro del bosque que conectaba al parque con una zona deshabitada de Konoha.
Sin perder tiempo, Menma lanzó una lluvia de kunais en dirección del portador del Sharingan, estaba cabreado y estaba determinado por que iba a obligar a Chara a jurar que no tendría ese comportamiento de conquistador de nuevo. No podría aguantar más estos sentimientos de celos y de amor no correspondido.
—Si deseas combatir estaré encantado en ser tu oponente, Menma—incitó el Uchiha, luego de esquivar majestuosamente todas las armas blancas gracias a la línea sucesoria de su clan.
Dio una pirueta hacia atrás, y sin perder un segundo más, se quito su chaqueta morada y arrancó los pantalones holgados de color verde oscuro, dejando ver un traje negro ninja ajustado muy típico de los Uchiha para combatir.
No hubo necesidad de ninguna señal o pausa para analizar al oponente, Menma y Charasasuke se fueron a la carga como dos trenes en una colisión inevitable. El combate fue duro y ambos ninjas explotaron todas sus habilidades, procurando inmovilizar y someter al otro, estuvieron de ese modo por aproximadamente media hora hasta que ambos se agotaron y cayeron al suelo. En ese punto, el Uchiha se fue arrastrando hasta donde reposaba el Uzumaki, confiado que su humor se había enfriado.
Y ahí quedaron uno al lado del otro, observándose mutuamente por unos segundos hasta que...
—Escucha, Menma, no sé lo que hay en tu corazón si no me explicas—expuso con calma el portador del Sharingan—No leo mentes ni soy adivino tampoco soy un tarado que cree que con los puños se puede uno comunicar—informó con mucha franqueza, él no creía en esas bobadas, ya que era una persona directa y muy honesta a la hora de manifestar sus ideas y necesidades—Así que, dime ¿Qué está pasando por esa cabeza tuya? Andas tomándote atribuciones que no te corresponden, como decir que soy tuyo.
El Uzumaki desvío la mirada a girar si cabeza en otra dirección, ahora que se hallaba más sereno cayó en la cuenta como había metido la pata con lo que le dijo a su mejor amigo, lo trató como una posesión y le habló como si estuvieran saliendo y lo hubiesen traicionado. No había excusa, debía revelar la verdad, no podía huir, el cansancio de dos peleas continuas le pasaron factura.
—Tú...me gustas—confesó con un rubor en sus mejillas.
—¿Te gustó? Vaya esa no me la esperaba—comentó Chara sorprendido levantando una ceja.
—¡No te burles!
—Aunque ya sabía que te gustaba—afirmó riéndose tanto que se lastimó aún más las heridas de su torso—Simplemente fingí que no tenía idea para no presionarte y darte tiempo a que te sintieras cómodo
Después de escuchar esto, Menma le prestó atención al Uchiha, posando sus ojos azules llenos de asombro en el joven frente a él.
—Esperaste a qué humillará, ¡Malditos seas Charasasuke Uchiha!—maldijo intentando moverse para poder golpearlo, más no tenía ya la fuerza ni para mover un músculo.
—Una confesión romántica no es ninguna humillación, es un halago, aunque para mí que el Jinchuriki del Kyubi pierda el control por que me quiere en secreto y este celoso, es un halago total—declaró soltando otra pequeña carcajada.
—¿Cómo te diste cuenta?—preguntó curioso pero con cierta voz demandante, según el propio Uzumaki había disimulado bastante bien, si se ignoraba este incidente.
—Empezaste a ponerme atención con más frecuencia, al principio pensé que te habías molestado que estuviera saliendo con Sakura—relató con una sonrisa marcada en el rostro como esas que se forman cuando recuerdas el pasado con cariño—Digo ella estuvo atrás de ti durante mucho tiempo. Pero en cuanto finalizamos nuestra relación, persististe en ese mal humor, no creas que no te descubrí que me espiabas, pequeño stalker.
Menma se conmocionó con el sentido de observación del Uchiha, quien lo dijera que un mujeriego tuviera esa capacidad para encubrir sus miradas de reojo y tener la atención de consagrar palabras dulces a las damas.
—Siempre he tenido curiosidad ¿Por qué te teñiste el cabello?—interrogó para suavizar el ambiente, pues se puso tenso e incómodo, la expresiones faciales de Menma iban de la vergüenza al remordimiento.
—Sakura me dijo que te gustaba mucho el cabello oscuro, y como todas las mujeres que te rodeaban poseían esas características, así que pensé que era buena idea—contestó reconociendo esa ocasión en e de trago su orgullo y le preguntó a la ex de su amor secreto maneras de poder conquistarlo.
—¡Jajaja Kitsune-Chan, me extraña que te hayas dejado engañar por Sakura—indicó sin poder creer lo que le narró el hijo del Hokage, no pegaba con su personalidad—siendo que ella ha sido mi única "novia"—enfatizó, interpretando unas comillas con sus dedos—Además el color de su pelo fue rosado, estabas desesperado ehh
—Tsk...¡No te rías, estúpido!
—Hoy conocí un lado sensible que nunca imaginé que tendrías, me gusta.
Aproximadamente a las 2 de la madrugada, pudieron recuperar sus energías y fuerzas, gracias a poder del Kyubi que reanimó a su Jinchuriki al acatar su petición con diligencia.
—Vaya sigo sin creerme que haya ocasionado que el Jinchuriki del Kyubi perdiera el control por primera vez—reflexionó Charasasuke mientras era cargado por Menma, era llevado sobre la espalda de este último—Me siento tan amado.
—Te crees muy gracioso ehh—señaló el Uzumaki refunfuñando, ahora estaba todo cohibido se había expuesto así mismo como un joven con celos incontrolables.
—Prometiste llevarme a casa ehh en no siquiera pienses en soltarme—advirtió, abrazando por el cuello a su lindo Kitsune, recargando su cabeza en su hombro, completamente satisfecho con lo sucedido, mañana cuando amaneciera su relación estaría formalizada eso alejaba cualquier regaño de sus padres pudieran darle.
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