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La línea que separa la ficción de la realidad por David_Dragon

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Notas del capitulo:

Nuevo capitulo

Laura llegó a su departamento, el cual seguía siendo un caos absoluto. Los recuerdos de su trabajo y sus misiones pasadas parecían haber dejado su marca indeleble en el lugar. Antonio, su hermano, la acompañó en su regreso a casa. Estaba dispuesto a ofrecer su ayuda para ordenar el desastre que era su apartamento, aunque después de ver un poco mejor el lugar y notar que el día ya había sido un día totalmente agotador acabo resignarse.

"Mañana te ayudaré a ordenar un poco, ahora solo quiero marcharme a casa, ver a Eliza y dormir, ha sido un día largo y muy caótico" Laura asintió y agradeció a su hermano por su apoyo y por estar siempre allí para ella, lo abrazó brevemente antes de despedirlo en la puerta.

“Saluda a Eliza de mi parte”

“Seguro, nos vemos mañana hermana”

“Si nos vemos mañana” Laura cerró la puerta de su hogar.

 Cuando se quedó sola en su departamento, sintió una mezcla de emociones. A pesar de su agotamiento, sabía que tenía que enfrentar el caos que había en su hogar.

Mientras observaba la sala desordenada, Laura suspiró con pesar sabía que tenía trabajo por delante y más si María iba a volver a pisar ese lugar su orgullo no podía permitir que María viera el desastre en el que se había convertido su vida desde que se retiró del trabajo policial y desde que ambas se habían separado, cajas de comida rápida por doquier, cajas de archivos, ropa y bolsas con basura, si un completo desastre de vida.

Laura comenzó a recoger algunos de los papeles esparcidos por el suelo a medida que lo hacía, su mente divagaba, pensó en María y no pudo evitar empezar a recordar los buenos momentos que habían compartido, pero también los desafíos y las dificultades que habían enfrentado sobre todo después de sus últimos trabajos mientras aún era miembro del cuerpo policial.

El apartamento era básicamente un reflejo del estado actual de su mente, desordenado, caótico y lleno de cosas sin resolver, Laura sabía que tenía que ordenar su vida antes de poder intentar recuperar lo que había perdido con María, no podía permitir que sus errores pasados la atormentara más de lo que ya lo hacían.

Después de varias horas de trabajo, el apartamento comenzó a parecer un poco más habitable. Laura se sentó en el sofá, agotada pero satisfecha por el progreso que había logrado, pero aún no había terminado, aún quedaba un lugar al cual hace días no entraba y al cual realmente no quería entrar y ese lugar era su propia oficina.

Tomando valor Laura entró en su oficina, que era otro caos en sí mismo, los papeles estaban amontonados, los archivos estaban dispersos y todo parecía estar fuera de lugar, sabía que tenía mucho trabajo por hacer, pero antes de sumergirse en la organización de su oficina, decidió tomar un breve descanso y se sentó en su escritorio, mientras hojeaba un periódico que había estado tirado en su escritorio, su mirada se detuvo en un titular que la hizo congelarse: "Explosión en fábrica abandonada deja muertos"

Laura sintió cómo la sangre se le helaba en las venas mientras miraba el titular, no podía evitarlo, los recuerdos comenzaron a inundar su mente, como un torrente incontrolable, no quería recordar, no quería revivir esos momentos de terror, la prensa no tenía idea de lo que realmente había sucedido en esa fábrica, solo sabían que había habido muertes, pero para Laura, ese incidente estaba grabado en su memoria de una manera que ningún titular podría capturar.

Habían pasado dos meses y medio desde aquel evento traumático, solo dos meses y medio desde que su vida había dado un giro inesperado, Laura había visto muchas cosas horribles en su carrera como agente de policía, pero esa explosión en la fábrica abandonada había sido la que la había desmoronado por completo, aun odiaba recordarlo, detestaba la sensación que se apoderaba de ella cada vez que pensaba en ello.

Los recuerdos inundaron su mente, los gritos de los heridos y moribundos, el olor acre del humo y la destrucción, la sensación de estar atrapada mientras el edificio se derrumbaba a su alrededor. Lo peor de todo eran las caras de sus compañeros, los rostros que nunca podría olvidar, los que habían perdido la vida en ese terrible evento.

Laura luchó por mantenerse entera y no caer en un ataque de pánico mientras los recuerdos seguían llegando, como una pesadilla que nunca terminaba, su corazón latía descontroladamente, y podía sentir cómo su cuerpo temblaba involuntariamente, trató de regularizar su respiración, pero le resultaba difícil, su mente se había convertido en un campo de batalla donde luchaba contra sus propios demonios internos.

Finalmente, después de unos minutos que le parecieron una eternidad, Laura logró calmarse lo suficiente como para levantarse de su silla, sabía que tenía que enfrentar esos recuerdos en algún momento, pero no quería hacerlo en ese momento, no quería estar sola con sus pensamientos en ese lugar oscuro y silencioso.

Decidió que necesitaba un respiro, salió de su oficina y se dirigió a la cocina, donde se preparó una taza de té, el calor reconfortante del líquido la hizo sentir un poco mejor, se preguntó si algún día podría hablar con alguien sobre lo que había experimentado en la fábrica, pero la idea de revivir esos momentos la aterraba. Prefería mantenerlo enterrado en lo más profundo de su mente, incluso cuando estaba en sus sesiones de terapia ella realmente no pudo hablar correctamente con el psicólogo sin caer en constantes ataques de pánico.

Una vez que Laura se calmó, decidió que sería mejor dejar que Antonio se encargara de ordenar su oficina, sabía que no estaba lista para enfrentar los recuerdos que acechaban en los rincones de su mente, especialmente el diario que había guardado de lo que sucedió ese fatídico día, Laura había acumulado información de los periódicos, buscando pistas y detalles sobre el incidente, pero cada vez que intentaba adentrarse en esos recuerdos, su mente la atormentaba y la paralizaba, trato muchas veces de intentar volver a ese caso pero le era imposible, su mente no le dejaba pensar como ella quería y no podía ver los diarios o los archivos de aquel caso sin ponerse a temblar o tener deseos de vomitar.

Recordaba claramente los días oscuros en los que se aferraba a cada recorte de periódico, desesperada por encontrar respuestas, por entender lo que había sucedido, sin embargo, cada intento de revivir esos momentos la sumía en una agonía insoportable, había sido una lucha constante contra su propia psique, una batalla que había perdido en más de una ocasión y que todavía se veía incapaz de ganar.

Durante ese tiempo, ni siquiera María se atrevió a preguntar sobre los eventos de ese día, sabía que Laura estaba pasando por un momento terrible, y aunque quería entender lo que había sucedido, entendió que preguntar sobre ello podría ser perjudicial para su relación, Los compañeros de Laura, por otro lado, tenían curiosidad, querían saber lo que había ocurrido para poder archivar la información de la única testigo superviviente, pero Laura nunca pudo relatar los hechos de manera coherente sin entrar en una crisis de pánico.

Debido a su estado de salud mental, le ofrecieron a Laura vacaciones pagadas hasta que se recuperara ella acepto casi de inmediato pero pocos días después Laura presento su renuncia, fue una decisión sorprendente para muchos, ya que ella era conocida por su dedicación al trabajo y su compromiso con la policía. Sin embargo, Laura entendía que necesitaba tiempo para sanar, para superar los horrores que había presenciado y para encontrar una forma de lidiar con sus recuerdos.

Durante esos dos meses de rehabilitación, Laura había logrado acercarse a la estación de policía sin sentir un inmenso temor, sin embargo, la idea de regresar a su trabajo anterior aún le resultaba difícil, Había construido un muro a su alrededor, una barrera que la protegía de los recuerdos traumáticos, sin embargo estar fuera del trabajo también era una tortura, por lo que se hizo detective para distraer su mente, el tiempo había ayudado, pero sabía que enfrentar nuevamente la vida que había dejado atrás sería un desafío monumental.

Además, esos primeros días después de la desgracia también fue complicado para su relación con María, a pesar del amor que sentían una por la otra, la tensión y el estrés comenzaron a deteriorar su relación, Laura recordaba las discusiones constantes, las palabras hirientes que se decían mutuamente cuando la presión de sus emociones incontrolables las superaba, a veces, incluso dudaba de su capacidad para ser una buena pareja.

Finalmente, después de una de esas discusiones, Laura tomó una decisión drástica y alejó a María de su vida, la idea de que María estuviera involucrada en algo parecido a lo que había vivido ese día la aterraba más que cualquier otra cosa, temía que la exposición constante a la violencia y al peligro afectara la vida de María de la misma manera que la suya, aunque Laura nunca compartió los detalles de lo que realmente había sucedido ese día, su decisión de alejar a María fue un intento de protegerla, incluso si eso significaba sacrificar su propia felicidad.

El suspiro de Laura resonó en su silencioso apartamento, como un eco de su tormento interno, las palabras salieron de sus labios, aunque no había nadie más allí para escucharlas, hablaba consigo misma, pero también sabía que esas palabras estaban destinadas a alguien más, a esa persona que había permanecido en su corazón incluso cuando todo parecía derrumbarse.

"Te lo dije... finalmente te lo dije…", murmuró Laura, recordando el momento en que finalmente había confesado sus razones para alejar a María de su vida, recordaba la expresión de sorpresa en el rostro de María, pero también la determinación en sus ojos, María había decidido esperar, apoyarla, amarla a pesar de las heridas emocionales que Laura le había infligido, era una muestra del amor inquebrantable que sentía por Laura.

"Sigues amando a esta idiota que te alejó y te lastimó...", continuó Laura, hablando en voz alta mientras se sumía en sus pensamientos, sabía que, a pesar de todo, María la amaba, era una certeza que Laura llevaba en su corazón una verdad que hubiera deseado no existiera ya que hubiera deseado ser odiada por aquella mujer que era la persona que más amaba, pero al final María seguía amándola incluso ahora.

Laura sonrió mientras recordaba todas las cualidades que la habían enamorado de María, la chica era testaruda y determinada, imprudente, pero también tenía un corazón generoso y comprensivo prueba de ello es que incluso con todo lo mal que ella la había tratado y el cómo habían acabado María la había perdonado, el cansancio finalmente la alcanzo y Laura se marchó a su habitación donde se puso el pijama y se durmió rápidamente.

Notas finales:

Espero que les haya gustado


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