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Beyond por Izuspp

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La vida definitivamente se volvió en extremo difícil para Levi. Estar sin Erwin, se sentía como si le hubiesen arrancado una parte de sí mismo, que jamás podría recuperar ni reemplazar. El vacío que había dejado en su existencia, era profundo y doloroso. Levi siempre había sido una persona sentimental, aunque no fuese expresivo, vivía sus emociones muy intensamente. De manera que, el sufrimiento que sentía por la pérdida de Erwin, era como fuego que quemaba sus entrañas.

Veía una y otra vez los muchos videos que su novio le había enviado, torturándose a sí mismo, con la visión de la perfecta sonrisa de Erwin, que fue lo suficientemente tonto como para perder. Al escuchar su varonil voz, diciéndole cosas dulces, divertidas o simplemente explicándole con alegría lo que hacía; Levi se reprochaba incansablemente el hecho de haber sido tan terco e irracional. Siempre dio por un hecho que Erwin se quedaría a su lado, no importaba qué y jamás consideró que lo fuese a dejar a pesar de los malos tratos.

Levi se atormentaba pensando en todos los errores que había cometido y en lo mal que había tratado a Erwin. Aunque el rubio también había mentido, Levi era consciente que sus engaños no eran tan graves, comparados con todo lo que él le hizo. Erwin solo intentó hacer tiempo, para demostrarle que el amor podría ayudarle a obviar sus exigencias. Pero él, quería obligar a Erwin a cambiar, quería forzarlo a convertirse en una persona que encajara en sus estándares. Jamás se detuvo a pensar, que era él mismo, quien no era digno de Erwin. Que era él quien tenía que mejorar su actitud y también su trato hacia su pareja.

Los trozos de papel con los mensajes de Erwin, ya se encontraban raídos y arrugados, de tantas veces que los había leído.

El “Te amaré por siempre”, le hacía pensar en el daño que le había hecho a ese hombre. Enamorarlo, ilusionarlo y mentirle de esa manera, para luego discriminarlo y humillarlo por su apariencia.

El “Deseo estar por siempre a tu lado”, le ponía a rememorar las miles de ocasiones en las que se imaginó viviendo con Erwin, yendo en incontables aventuras y envejeciendo a su lado. Situaciones que ahora únicamente eran sueños tontos, que jamás se llegarían a cumplir y que le perseguían día y noche, mortificándolo hasta el cansancio.

Y el “Eres lo mejor que me ha pasado en la vida”, le apenaba de sobremanera. Al pensar que probablemente, era todo lo contrario. Que tal vez, la vida de Erwin hubiese sido mucho mejor, si él no se hubiese cruzado en su camino, hiriéndolo de esa manera. Bien se lo había dicho aquella mujer: Erwin tenía personas de dónde escoger. Posiblemente, Erwin hubiese sido mucho más feliz con cualquier otro, pero tuvo la mala suerte de toparse con el ser más superficial y tosco que pudiese encontrar. Con el más malagradecido e inflexible; quien no supo valorar todas sus cualidades y lo mucho que tenía para ofrecer.

Y así seguía, una a una con todas las frases de amor que Erwin le había dedicado. Podía encontrar la manera de castigarse con todas ellas; sintiéndose más culpable y miserable cada vez. Levi estaba al borde de la locura, no podía comer propiamente y era rara la vez que podía dormir con tranquilidad. Cada segundo de lucidez, era un continuo tormento. Pero él mismo se aseguraba de hundirse más en su sufrimiento, con todas esas acciones e incluso, escuchando canciones que hablaban de desamor y ruptura.

El dolor le desgarraba constantemente, y no sabía cómo podría superar aquella pérdida. Máxime que, en su orgullo, no había tenido el valor de contarle a Hanji lo que había pasado. Casi un mes después de aquella ruptura, la mujer continuaba insistiéndole casi a diario, que invitara a su pareja a cenar en su casa. Seguía preguntándole día a día, cómo iba en su relación, y contándole lo mucho que moría por poder conversar con Erwin largo y tendido.

Levi intentó lo mejor que pudo, esquivarla cuando le era posible, mentirle o contestarle vagamente, para que no siguiera insistiéndole. Pero cada vez se le hacía más difícil soportar esa situación.

— Levi, no sé sea idea mía, pero tengo la impresión de que has perdido algo de peso. Además, te veo muy cansado y ojeroso. ¿Está todo bien?

— Son ideas tuyas. ¿Qué droga te estás metiendo, Hanji? No pasa nada conmigo…

La respuesta de Levi, no fue nada convincente. Pero, aunque le hubiese dado una buena excusa, Hanji sabía que algo andaba mal; su amigo no era el mismo desde hacía bastante tiempo. Había notado un gran cambio, con respecto a cómo se comportaba desde que estaba enamorado. Además, era cierto que la ropa le quedaba ligeramente más holgada, y se veía más pálido de costumbre, sin contar las oscuras ojeras que se habían formado bajo sus ojos, que también, se veían anormalmente hinchados gran parte del tiempo.

No obstante, Hanji sabía que no iba a obtener la verdad. Levi era demasiado orgulloso, y el hecho de que hubiese acudido a ella por ayuda una vez, no significaba que iba a seguirlo haciendo. Además, él no era abierto con sus emociones, y mucho menos, con sus problemas. Así que estaba segura de que no iba a ganar nada si le seguía insistiendo, inclusive, pensaba que podría estarle haciendo daño. De modo, que decidió dejarle algo de espacio, y si en algún momento se sentía listo para compartir su problema con ella como la vez anterior, él mismo la buscaría.

Pero un día, Levi simplemente no se presentó a trabajar. Tampoco se comunicó con la oficina, nadie podía dar razón de él, y a Hanji le preocupó demasiado, ya que no era una conducta usual en él. La mujer jamás había sido invitada al departamento de Levi, a pesar de ser buenos amigos, él era una persona que resguardaba muy bien su privacidad. Así que Hanji no sabía dónde vivía, pero se las arregló para convencer a uno de los empleados que trabajaban en recursos humanos, para que le proporcionara esa información.

Esa tarde, apenas salió de la oficina, Hanji se dirigió rauda hacia la casa de Levi. Tocó el timbre varias veces, sin obtener respuesta. Se comenzó a preocupar bastante, porque aquella situación no era normal, Levi no contestaba a la puerta y tampoco su teléfono celular. Hanji conocía bien a su amigo, y sabía que no era una persona irresponsable, jamás se iría de casa y faltaría a su trabajo sin avisar, así que definitivamente, algo malo tenía que estar pasando.

La mujer acudió a la administración del edificio en el que Levi vivía, y les explicó de su preocupación, solicitándoles que abrieran la puerta del departamento de su amigo. Uno de los oficiales de seguridad, revisó las cintas de las cámaras, confirmando primero que Levi en efecto, había entrado a su departamento la noche anterior, pero no había salido en todo ese día. Por lo que no les cabía duda de que él se encontraba allí.

Se dirigieron a su departamento, y abrieron la puerta. Hanji entró rápidamente, llamando a Levi, nuevamente sin obtener respuesta. Se adentró más en el lugar, llegando a la habitación, en donde encontró a su amigo, tumbado sobre la alfombra. Muy asustada, Hanji le pidió al guarda que llamara una ambulancia, mientras ella lo socorría.


Levi despertó sintiéndose sumamente agotado, a pesar de tener la percepción de que había estado durmiendo por mucho tiempo. La potente luz que traspasaba sus párpados, a pesar de tenerlos cerrados, le lastimaba y aún no recuperaba consciencia totalmente; por lo que tardó un par de minutos, en darse cuenta de que algo había ocurrido.

Con algo de dificultad, abrió sus ojos, y dio unos segundos para que estos se acostumbraran a la claridad y pudiesen enfocar correctamente. Finalmente, vio el blanco techo sobre su cabeza, y la sábana de igual color sobre él. Al notar que de su brazo, estaba pegada una vía que le suministraba el líquido que bajaba de una bolsa; comprendió que se encontraba en un hospital. Intuyendo la situación rápidamente, hizo memoria y no le quedaba duda de qué era lo que le había ocurrido, ni siquiera tenía que pedir una explicación.

Había pasado casi un mes, en el que comía y dormía lo mínimo y a todo eso, se sumaba el constante sufrimiento y preocupación; además de tener que trabajar normalmente y seguir con su vida. Finalmente, había colapsado por agotamiento y falta de alimentación. Lo que no entendía, era cómo había llegado allí, ya que ninguno de sus vecinos era amigo suyo, y no había manera de que se hubiesen enterado de lo que le pasó.

Levi simplemente se quedó allí tumbado, tratando de aprovechar el dolor de su espalda, y el malestar en su cuerpo, para distraerse de la pena de su corazón, que amenazaba por regresar. Estuvo así por un par de horas, hasta que una enfermera se presentó en su habitación.

— ¡Por fin despiertas! En serio te hacía falta un buen descanso, ¿eh?

—¿Co… cómo…? —Levi carraspeó y comenzó a toser, sin ser capaz de hacer su pregunta. La enfermera se acercó a su cama, sirviéndole un vaso de agua y entregándoselo.

— ¿Cómo llegaste aquí? Te trajo una mujer, dijo que era amiga tuya, no recuerdo su nombre, pero fue un poco dramática al pedirnos que por favor te salvásemos la vida. —La enfermera rio levemente.

— ¿Hanji?

— ¡Sí! Creo que su nombre era algo así. Ha estado viniendo a visitarte, llevas tres días en el hospital y no habías despertado en todo este tiempo. No creo que realmente tengamos que explicarte qué te pasó, estoy segura de que estás consciente de que descuidaste tu salud.

— Lo sé.

La mujer procedió a tomar sus signos vitales y revisarlo, diciéndole que ya se encontraba bastante recuperado y que probablemente, pronto le darían de alta. Levi se dio media vuelta, observando el cielo por la ventana de su habitación y preguntándose, cómo había llegado hasta ese extremo. Con ese pensamiento, nuevamente se quedó dormido, hasta que la conocida e irritable voz de Hanji le despertó, unas cuantas horas después.

— ¡Levi, me dijeron que ya estabas despierto! ¡Qué alegría!

— Estaba dormido, hasta que tus alaridos me despertaron.

— ¡Oh! Esa actitud me gusta, si puedes insultar y gruñir, significa que ya pasó el peligro. —Sonriente, la mujer tomó asiento en la silla al lado de su cama, mas luego optó por una expresión más seria— Realmente me preocupaste Levi, si no se me hubiese ocurrido ir a tu departamento, no sé qué hubiera pasado contigo.

— Lo lamento. —Se disculpó realmente apenado— Prometo que haré lo posible por devolverte el favor, de alguna manera.

— ¡No digas tonterías! Para eso somos los amigos. Aunque, hay algo que sí quiero en retribución.

— Escúpelo.

— Quiero que me digas qué pasó. Ya no quiero que me mientas más Levi, no creo merecerlo. ¿Puedes confiar en mí?

— No es que no confíe, es solo que…

— ¿Se trata de Erwin cierto?

— ¿Cómo lo sabes?

— Fácil, solo Erwin puede hacerte salir de carácter de esa manera. Eres muy simple de entender Levi, cambiaste al enamorarte de él y supongo que algo malo ocurrió, ya que volviste a cambiar, pero de manera muy negativa. Incluso llegaste a enfermarte de esta manera. Supongo que, fue algo realmente grave.

Rendido, Levi decidió contarle nuevamente a su amiga todo lo que había pasado. Las palabras le quemaban la lengua y le estrujaban el corazón; al tener que revivir nuevamente todos los acontecimientos de su ruptura con Erwin. Mas no omitió pormenor alguno, ya que su amiga tenía razón. Luego de haberlo apoyado tanto, y de haberlo salvado de morir solo en su departamento, era lo menos que podía hacer.

—Mmm, pues no te voy a negar que es una situación muy grave Levi. —Aceptó con seriedad— Fue muy maduro por parte de Erwin, tomar esa decisión, aunque fuese algo tan difícil. Pero él tuvo toda la razón, fuiste un gran patán. Hubiese sido sumamente tóxico de su parte, quedarse contigo después de haber montado semejante escándalo en su oficina, sumado a todo lo demás.

— No tienes que recalcarlo, creo que he sido lo suficientemente explícito, en admitir que fui una bestia sin corazón y que me arrepiento cada día por ello.

— Dime algo Levi, pero contéstame con la verdad. —Dicho esto, Hanji lo miró directamente a los ojos, mientras posaba su mano sobre el hombro de Levi— ¿En este momento, quisieras regresar con Erwin, aún si él nunca vaya a tener el cuerpo que te gusta?

— No me importa si está tan gordo como una morsa, quiero recuperarlo. —Admitió— Eso es algo que he tenido mucho tiempo para pensar. Fui muy estúpido, al final, ni siquiera me asquea su cuerpo. Una vez que logré quitar todos esos prejuicios de mi cabeza, comprendí que ni siquiera fui lo suficientemente sensato como para intentar acostarme con él. Simplemente me negué, sin siquiera saber si me podría gustar tener intimidad con él o no.

«Mi incomodidad inicial, fue únicamente debido a que estaba muy concentrado, en que me enojaba que Erwin no tuviese el cuerpo que mostró en sus fotografías. Ahora que tuve tiempo para pensarlo con cuidado, me di cuenta de que, si dejo de lado todas las ideas preconcebidas, que tenía con respecto a las personas con sobrepeso, lo único que queda, es la mejor persona que he conocido en mi vida. Me di cuenta de lo mucho que disfrutaba sus besos y sus abrazos, y de lo afortunado que hubiese sido si hubiese podido seguir con él.

Es ridículamente irónico que, después de haber tenido sexo con tantas personas en mi vida, finalmente alguien haya querido “hacerme el amor”. Y yo, como el más engreído, me negué a esa oportunidad.»

— Lo veo y aun así, se me hace difícil de creer. ¡Has madurado, mi pequeño amigo! —Se burló Hanji, cariñosamente— Jamás creí que llegaría el día, en que dejaras tus absurdas exigencias de lado. Entiendo que cada quien tiene sus gustos, pero, siempre tuviste tendencia a exagerar. Al fin aprendiste a ser un poco flexible.

— Tuvo que pasar algo así…

— Lo importante es que aprendiste la lección. Pero si me lo preguntas, creo que todavía tienes oportunidad de recuperar a Erwin. Me parece que es una persona bastante razonable, tal vez si le dices todo esto que me estás diciendo, podría darte otra oportunidad. ¿No lo crees así?

— También me había estado planteando intentarlo, pero tal vez sería egoísta de mi parte.

— Si estás dispuesto a cambiar y enmendar tus errores, estoy segura de que puedes hacer a Erwin muy feliz. Tal vez, en un futuro los dos recuerden esto y se rían de todo el drama que montaron.

Las palabras de Hanji, le dieron el empujón que necesitaba, para tomar la decisión de reconquistar a Erwin. Si se ponía a pensar, ni siquiera se reconocía a sí mismo. Inclusive aquel horrible día en que terminaron, ya le había dicho a Erwin, que no era ningún cobarde.  Así que, tomó la resolución de hacer un nuevo intento para tener al hombre que amaba a su lado.

Luego de ser dado de alta del hospital, Levi estuvo unos cuantos días más incapacitado para ir a la oficina, por lo que aprovechó para tomarse su recuperación muy en serio. No podía presentarse ante Erwin, ojeroso, cansado y desnutrido; así que comenzó a cuidarse como nunca. Comía abundante y saludable, dormía todo lo que podía y procuraba alejar cualquier pensamiento doloroso, con la esperanza de recuperar a su amado.


Una semana más había pasado, y Levi ya había tomado su ritmo de vida normal. Iba a trabajar, ya más relajado y totalmente repuesto. Así que, decidió que no podía dejar pasar más tiempo, para poner su plan en acción. Esperó al fin de semana, pensando en que podría presentarse en casa de Erwin y tratar de convencerlo de hablar con él. Sabía que, si intentaba contactarlo por mensajes o llamarlo por teléfono, habría gran posibilidad de que Erwin no le contestase. Así que creyó que lo mejor que podía hacer, era simplemente tocar a su puerta hasta que le abriera. Aunque no sabía su horario de trabajo, pero realmente no le importaba esperarlo hasta que regresara a casa.

El sábado casi anocheciendo, se dirigió hacia la casa de Erwin. De camino iba repasando lo que tantas veces practicó decirle, pero esta vez, procuraría hacerlo. Había preparado un gran discurso, que estaba seguro haría que Erwin le diese una oportunidad de remediar la situación. Levi estaba a unos metros de llegar a la casa de Erwin, cuando como por obra del destino, vio que un taxi se estacionó justo al frente de esta. Su corazón casi se paraliza, al ver que del vehículo salía el objeto de su afecto; pero casi sufre un verdadero paro, al ver que Erwin no estaba solo.

Como si estuviese en una comedia cliché barata, al ver esa escena, Levi se escondió tras una cerca de arbustos que se encontraba en una casa vecina, así podría observar bien la situación. El hombre que acompañaba a Erwin, era imposiblemente alto. Erwin ya de por sí lo era, pero ese desconocido, le ganaba por bastante. Además, era fornido, y muy apuesto; totalmente el tipo de Levi en otros tiempos. El misterioso hombre se tomó un minuto para pagar el viaje y recibir su cambio, pero lo que ocurrió a continuación, dejó a Levi helado.

Tan pronto como el taxi arrancó, el hombre se acercó a Erwin y lo abrazó por el hombro, y mientras ambos se acercaban al portal de la casa de Erwin, bajó su mano hasta su espalda baja. Gesto que a Levi le pareció sospechosamente atrevido. Jamás vio un par de amigos así de cariñosos. Incluso, cuando llegaron a la puerta, mientras Erwin abría, el hombre se colocó detrás de Erwin y posó su cabeza sobre el hombro de este.

Levi se encontraba como petrificado, mil ideas daban vuelta en su cabeza, mientras veía como ambos rubios se adentraban a la casa de Erwin. Se preguntaba qué había sido todo aquello, pero ninguna de las respuestas que se daba a sí mismo, era alentadora. Le hubiese parecido normal, que Erwin consiguiera otra pareja, sino fuese porque era demasiado pronto. Si acaso había pasado un mes de su ruptura, y Levi estaba seguro de que Erwin, le amaba lo suficiente como para estar sufriendo al menos igual que él. Pero allí se lo encontraba, sonriéndole a otro hombre y dejando que le tocase de esa manera.

¿Cómo era posible que Erwin se hubiese olvidado de él tan fácil y tan rápido? ¿Acaso era mentira que lo amaba? ¿Sería una medida desesperada para olvidarse de él? ¿Era todo un horrible malentendido? Esas, y otras incógnitas, rondaban su cabeza, desesperándolo cada vez más.

Derrotado y confundido, regresó a su casa, tratando de encontrarle una explicación racional a lo que acababa de presenciar. Levi nunca se caracterizó por ser extremadamente positivo, pero por su propio bien y porque realmente confiaba en Erwin, intentó convencerse a sí mismo de que sí había una respuesta para sus preguntas, que no involucraran a Erwin estando con otro hombre que no fuese él. Pensó que tal vez, era un familiar lejano del cual no le había hablado antes. Erwin mencionó ser hijo único, pero jamás dijo que no tenía otros familiares. O muy posiblemente, solo era un amigo cercano, nadie de quien preocuparse realmente. Había personas que eran muy cariñosas por naturaleza, tal vez ese tipo alto era uno de esos. Levi se convenció de que en realidad había muchas opciones, y que de momento, no tenía que precipitarse a sacar conclusiones. Aunque era más fácil decirlo, que hacerlo y la incertidumbre no lo abandonaba.

Levi dejó que pasaran algunos días, antes de poner en marcha su estrategia nuevamente. Esta vez, decidió esperar a Erwin a la salida del trabajo. Como el horario del rubio era muy cambiante, debido a su profesión, Levi tuvo que ir varios días a probar suerte. Se colocaba cerca de la estación, donde no fuese fácilmente divisado por ninguno de los oficiales, ya que podrían alertar a Erwin, si lo reconocieran como el tipo que había hecho un escándalo en su lugar de trabajo.

Intentó ese plan durante algunos días sin éxito. Desde que salía de su oficina, corría hasta la estación y se colocaba en su escondite, donde esperaba por horas por alguna señal de Erwin, pero al parecer, nunca lograba coincidir con él. Hasta que un día, cuando ya estaba considerando en rendirse e intentar contactarlo por otros medios; finalmente el rubio hizo su aparición a las puertas de la estación de policía, pero con una desagradable sorpresa que Levi no se esperaba:

Resultó ser, que Erwin no salía solo de su lugar de trabajo, iba acompañado de aquel hombre alto de la otra vez, quien también portaba el uniforme de policía. Levi al instante concluyó, que se trataba de uno de aquellos hombres que la secretaria de Erwin, le advirtió estaban interesados en él. Levi pensó que lo más probable era que, ese hombre estuvo esperando a que Erwin estuviese soltero de nuevo, para intentar conquistarlo. Para su mala suerte, parecía que lo estaba logrando, ya que justo cuando estaba decidiendo qué hacer ante esa situación, pudo observar cómo el tipo alto, abrazaba a Erwin una vez más, para caminar a su lado de esa manera.

Ya no le cabía duda alguna, ninguna pareja de amigos se comportaba así, y dudaba mucho que fuese su familiar. No había otra explicación, sino que Erwin había comenzado a salir con ese hombre, fuese por la razón que fuese.

No pudiendo soportar aquella escena, y sintiendo como los celos le carcomían hasta el alma; Levi salió de su escondite y corrió hasta donde se encontraban los hombres, que caminaban relajadamente.

— ¡Erwin! —Le llamó para lograr que dejaran de caminar y captar su atención.

Al escuchar que lo llamaban, Erwin paró su marcha inmediatamente, y ambos rubios se voltearon, para encontrar a un Levi, cuya expresión era inteligible. No se sabía a ciencia cierta, si se encontraba enojado, triste, contrariado o todas las anteriores.

— Levi, ¿qué haces aquí? —Interrogó Erwin, sin salir de su sorpresa.

— ¿Es este Levi? —Preguntó el hombre a su lado— Es cierto, es tan bajo como dijiste que era.

— ¿Quién es este? —Interrogó Levi, ignorando lo mejor que pudo el comentario de aquel hombre, que parecía saber quién era él, lo cual le ponía en desventaja.

— Mi nombre es Mike. —Se presentó él solo. A pesar de que ese hombre mostraba un semblante bastante serio, se posicionó detrás de Erwin, asomando su cabeza por su hombro, y abrazándolo por detrás, acariciando descaradamente su barriga— No sé qué es lo que quieres de Erwin, pero estamos ocupados ahora.

— ¡Mike! —Erwin le reprendió, mas no hizo nada por liberarse del agarre, lo cual logró que los celos y la rabia de Levi estallaran. Cuando se dieron cuenta, Levi ya se les había acercado, tomando de la mano a Erwin, halándolo para que este se alejara de su acompañante.

— Tengo que hablar contigo Erwin. —Para su tamaño y complexión, Levi en realidad era bastante fuerte, y había logrado halar a Erwin lo suficiente, como para realmente separarlo de Mike.

— ¡Eh! ¡Quieto allí! — Exclamó Mike, apresurándose a posicionarse esta vez tras Levi, tomándole de ambas manos, logrando que soltara a Erwin y de paso inmovilizándolo. —¿Qué crees que haces?

— ¡Alto! Mike, no hagamos una escena aquí. Además, aún llevamos puestos nuestros uniformes, no podemos dar esa clase de espectáculos frente a los civiles. Levi no es ningún criminal, como para ser tratado de ese modo.

— ¡Suéltame de una vez! ¿Qué no es Erwin tu superior? ¡Obedece!

— De acuerdo, pero estaré vigilándote. —Le advirtió seriamente.

— No será necesario Mike. Si no te molesta, voy a tener que cancelar nuestros planes de hoy. Me parece que, si Levi se tomó la molestia de venir hasta acá, lo mínimo que puedo hacer es escuchar lo que tiene que decirme.

— Llámame después, Erwin.

— Así lo haré. —Erwin le sonrió dulcemente a Mike, lo cual hizo que los nervios de Levi se pusieran de punta— Vamos Levi, hay una cafetería a aquí cerca en donde podemos hablar.

— Lo que tengo que decir, es privado Erwin. Quiero que vayamos a mi departamento. —Sentenció con la mayor seriedad posible.

— Erwin, no creo que sea una buena idea…

— No te preocupes Mike, estaré bien. —Erwin posó una de sus manos en el brazo de Mike, y volvió a sonreírle, para voltearse hacia Levi nuevamente— Está bien Levi, iré contigo.

Dicho esto, Mike le lanzó una última mirada de desconfianza a Levi, y se despidió de Erwin, volviendo a decirle que le llamara apenas terminara su charla con él. Cuando Mike les dejó solos, el mismo Erwin se encargó de parar un taxi, y ambos se embarcaron en un incómodo viaje, en el que ninguno de los dos se dirigió palabra alguna, pero sí se lanzaban miradas de reojo de cuando en cuando.

Llegaron al edificio y subieron de igual forma en silencio. Levi abrió la puerta de su departamento, intentando serenarse y volviendo a repasar todo lo que había pensado. El hecho de que Erwin estuviese comenzando a salir con ese hombre, no significaba que ya no estuviese enamorado de él, en el peor de los casos, Erwin solo lo estaría usando para olvidarlo y no tendría mayores sentimientos por el tal Mike. O eso era de lo que había estado intentando convencerse durante todo el camino, para darse ánimos a continuar con su desesperado plan por recuperar a Erwin.

Levi se tomó su tiempo para hacer pasar a Erwin y que este se pusiera cómodo en el sofá, le ofreció de beber, a lo que Erwin le indicó que únicamente un vaso con agua estaba bien. Mientras Levi fue a la cocina a por el agua, Erwin pudo divisar el frasco con los mensajes que se encontraba sobre una estantería justo frente a donde él se encontraba sentado. El rubio pudo sentir cómo su corazón se sobrecogía, ya que para él, lo más lógico hubiese sido, que Levi tirara aquel regalo. Pero ahí lo tenía, a vista y paciencia de todo el que se sentara en ese sofá, como si fuese un trofeo.

Finalmente, Levi regresó con el vaso de agua en una mano y arrastrando una silla de la cocina, con la otra. Le entregó a Erwin el vaso, para luego colocar la silla frente a él y tomar asiento, no tan cerca como para que fuese incómodo, pero lo suficiente como para que se sintieran en intimidad.

— Y bien, ¿qué necesitabas decirme Levi?

— ¿Quién era él Erwin? ¿Quién es ese Mike?

— ¿En serio te olvidaste de él? Creo haberlo mencionado en muchas ocasiones en nuestras charlas, cuando nos estábamos conociendo.

— ¿Qué? No tengo idea de qué rayos estás… —Como si le hubiese caído la respuesta del cielo, antes de que Erwin pudiese contestarle, Levi finalmente recordó— ¿Quieres decir que él es, ese Mike?

— Así es, Mike Zacharias, con quien estuve a punto de casarme, antes de mi accidente. —Declaró Erwin con seriedad, mirando a Levi fijamente y observando cómo el horror se reflejaba en sus ojos.

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

¡Muchísimas gracias por el apoyo brindado hasta ahora! Ya sé que en este capítulo tal vez caí en clichés muy usados, pero, no se pueden evitar para siempre las ideas trilladas xD

En todo caso, espero que les haya gustado este capítulo y que por favor me acompañen al siguiente, que es el final. Y de ser posible, que me digan sus opiniones y compartan el fic con sus amigos.

Por cierto, aprovecho para recordarles que si no lo han hecho, pueden seguir mi página de Facebook (Izuspp) en donde recientemente subí un par de dibujos sobre este fic.

¡Saludos!


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