- Si actúas como un niño, te tratarán como un niño.
Naruto dejó de columpiarse al escuchar esa voz desde atrás, pero no dijo nada por el miedo que tenía. Por un momento cerró los ojos y sintió que alguien le lanzaría otro balde de agua, ya no podría soportar esas humillaciones, rompería en llanto.
- Sasuke Uchiha, aunque supongo que ya me conoces. Acabemos esto rápido y vayámonos, no pienso pasar 5 días aquí contigo.
- S-sí.
- Bien, tú harás las flores, la fuente y los adornos. Y yo me columpiaré.
- De acuerdo -Dijo el rubio asintiendo y comenzando a caminar para empezar su trabajo.
- Espera -Le detuvo el azabache tomando su muñeca, a lo que al momento sintieron un choque entre ellos-.
- ¿Sentiste eso? -Preguntó el rubio curioso.
- No -Mintió el azabache, pero en realidad había sentido algo que nunca antes había conocido.
- Ah, perdón...
- Bueno, lo de antes era una broma. ¿Acostumbras a seguir todas las órdenes que te dan?
- No, es que…
- No me interesa. Te ayudaré a cortar las flores, tú haz todo lo demás.
- Sí -Dijo agachando la mirada y yendo por todo el material de limpieza.
- ¿Cómo puedes soportarlo?
- ¿Q-qué?
- Ser tan patético. Ni siquiera puedes levantar la mirada; debes odiarte a ti mismo por ser como eres. Yo me odiaría si fuera tú.
Dijo el azabache volteando con indiferencia la mirada mientras se dirigía a cortar unas cuantas flores maltratadas.
El rubio no cruzó más palabras, en realidad la presencia de aquel Uchiha lo hacía sentir mal consigo mismo; como si Sasuke fuera un gran edificio y él fuera apenas una pequeña hormiga, por lo que se mantenía alejado.
- Necesito agua, muero de sed.
- ¿Quieres que vaya por ella?
- ¿Te traerás algo a ti?
- No, no tengo sed.
- ¿Entonces por qué irías? De verdad que eres un caso serio.
- Lo siento.
- ¿Puedo preguntarte algo?
- ¿Sí?
Levantó la mirada; siendo que era unos 7 cm más pequeño que Sasuke. Por un momento sintió nervios por la pregunta, Sasuke Uchiha estaba interesado en algo de él y eso le emocionaba en el fondo.
-
Tu hermano Deidara, ¿por qué eres tan diferente a él? Él brilla a donde llega y tú oscureces todo a donde vas.
-
No… lo sé.
El rubio, agachando la mirada de nuevo se decepcionó completamente. Por un momento pensé que el azabache tendría un interés en él, pero ahora veía que solo sentía disgusto por su presencia.
El timbre sonó en ese momento y les indicó que por fin podrían salir de la escuela. A lo que Naruto aprovechó para salir corriendo sin responder la tan humillante pregunta que le había hecho el azabache.
~ La presencia de ese chico, tiene algo. Me resultan tan… molesta.
Pensaba hasta que llegaron por él y se dirigió al carro con sus amigos.
- ¿Ahora eres amigo de topo?
- Cállate.
- Qué bajo caíste.
- Deja de molestar, te recuerdo que solo somos novios por negocios, pero realmente me pareces detestable. Así que no me hables a menos que sea absolutamente necesario.
Dijo Sasuke mientras volteaba a ver por el espejo lateral del auto, viendo cómo el rubio salía de la escuela y caminaba solo hacia su casa. Viéndolo desde ahí, vino a su mente un recuerdo de cuando eran niños, algo que había olvidado hace mucho.
Flashback
Un niño se encontraba sentado en la banqueta, esperando a que llegaran por él, pero nadie llegaba. Sus padres, atentos a sus negocios, le prestaban la mayor parte de atención a su trabajo y a veces no recordaban ir por sus hijos. Sin embargo, Deidara era ya más grande y regresaba a casa con sus amigos, pero Naruto era más pequeño y muy tímido.
-
¿No vinieron por ti? -Le preguntó un pequeño azabache sentándose a su lado.
-
N-no… quizá pronto lleguen. -Contestó nervioso, pues Sasuke siempre le había gustado.
-
Tampoco vinieron por mí; aunque me he acostumbrado, siempre se olvidan de mí y se centran en mi grandioso hermano Itachi.
-
Yo también tengo un hermano, él es genial.
-
Ojalá tuviera un hermano como el tuyo, el mío apenas si sale del trabajo que le da mi padre.
Pronto un claxón sonó; habían llegado por Naruto sus padres. Bajaron y le abrazaron los dos por la culpa que sentían al haberlo dejado tanto tiempo esperando. Y así, subieron los tres al carro, despidiéndose Naruto de Sasuke.
Fin del Flashback
~ Ahora lo recuerdo, me parece insoportable que estés rodeado de tanto amor…
Y así pasaron los días que estuvieron trabajando juntos, pero apenas si hablaban para cosas solo necesarias, o para dirigirle algún comentario negativo a Naruto.
Era el último día de labores, por lo que presentaron el lugar y al ser aprobado, salieron volando del lugar. Sasuke apresuró el paso y Naruto caminó un poco más lento quedando atrás.
-
Oye, Sasuke.
-
¿Qué?
-
Los chicos y yo iremos a celebrar haber acabado esa basura de encargo. ¿A qué hora paso por ti?
-
Tengo planes, así que no molestes, Karin.
-
Vamos, solo un rato. O le tendré que decir a mi padre que no estás tratándome como le dijiste.
-
No me vengas a amenazar; al diablo tú y la empresa de tu padre. Yo no soy tu juguete, pero iré esta vez si prometes dejar de molestarme una semana entera.
-
Como digas -Contestó Karin mientras volteaba a ver al rubio-. Quizá una última broma de fin de año no iría tan mal…
-
Mientras no me molestes, haz lo que te dé la gana.
La pelirroja se dirigió a Naruto y le sonrió hipócritamente.
-
Primo, creo que me pasé de la raya, ¿qué dices si salimos a comer? O incluso solo Sasuke y tú; sé que es mi novio pero últimamente solo peleamos y quizá no esté funcionando. Y la forma en que lo ves, sé que sientes algo verdadero por él, creo que te mereces al menos intentarlo.
-
¿En serio, Karin…? Yo nunca debí haber hecho lo que hice, discúlpame.
-
No te preocupes, sé que tus intenciones eran buenas. Así que, ¿qué te parece si se ven a las 8?
-
S-sí… ¿Sasuke está de acuerdo?
-
¿Bromeas? Él me lo pidió. Vamos, creo que también él te debe una disculpa.
Naruto sonrió a la chica dulcemente, cayendo redondito en la hipocresía de Karin, dirigiéndose a casa rápidamente para alistarse para la reunión. Tan lindo como siempre, intentó cambiar un poco su look y arreglarse para ir guapo a aquella cita. Poco le importaba ya lo de hace unos días y que Sasuke no hubiera hecho nada para ayudarle, ahora solo pensaba en que saldría a una cita con su amor platónico.
Como siempre, llegó tarde corriendo al estacionamiento, para esperar al Uchiha. Y pronto vio llegar a un Sasuke, aunque no al que esperaba…
Un lindo y gordo cerdo estaba frente a él, con un moño en su cuello y un cartel colgando que decía: “Sasuke Uchiha”. Pronto, de un auto cercano, comenzó a sonar una canción romántica y de atrás alguien lanzó unos cuantos pétalos de rosas.
- ¿Qué pasó, topito? ¿Te decepcionaste?
Naru apenas pudo reaccionar al ver eso y ver que alrededor de 5 cámaras de celular lo estaban grabando y tomando fotos.
- ¿En serio creíste que tendrías una oportunidad con Sasuke?
- Sasuke no haría esto, no sería tan mala per…
Pero detuvo sus palabras al ver a Sasuke desde lejos, quien había llegado apenas al estacionamiento y presenciaba la escena sin decir nada.
- En serio que eres imbécil. ¿Qué no entendiste lo que te dije? Un topo como tú nunca debe salir de su madriguera o un zorro lo comerá al instante.
Naruto no sabía qué hacer, apenas si podía moverse y pasaban muchas cosas por su mente. Para él, Sasuke no podría hacer eso, no podría haberle causado tanto daño. Al instante, Karin sacó una bolsa de harina, la cual la roció para luego lanzarle un puño de confetti y pegarle una fotito de Sasuke y Karin en su pecho.
-
Felicidades, te graduaste de topo a comadreja.
Naruto estaba apunto de retirarse cuando vio a Sasuke caminar en dirección a la escena; por un momento, su corazón se alegró y una pequeña sonrisa surgió, pensó que Sasuke podría venir a rescatarlo. Pensó…
-
Maldita sea, Karin -Dijo despegando la foto del pecho de Naruto-. No quiero que un niño raro lleve mi foto con él.
-
Tienes razón, podría tocarse viéndote -Contestó Karin comenzando una carcajada.
Sasuke le dirigió a Naruto la mirada por unos 3 segundos y se dio la vuelta para irse; no sin antes decirle algo.
-
Si te sientes una basura, te tratarán como una basura.
Subió a su carro y se marchó de la escena.
Al escuchar eso Naruto, sus últimas esperanzas, su ilusión y su confianza en que las personas son buenas en el fondo, se esfumó por un momento.
~ Nunca olvidaré esto. Maldito seas…
-
Sasuke Uchiha.
- No reaccionarás de ninguna forma, ¿verdad? Entiende que solo quiso jugar un poco contigo –Dijo Karin acercándose mientras le comenzaba a dar palmadas un poco duras en su cabeza- ¿Entiendes?
Alzó la mano, dispuesta a pegarle más fuertemente, pero al instante una mano la detuvo al momento.
-
No vuelvas a tocarme, ¿entendiste? -Naruto se levantó viendo fijamente a Karin, quien se asustó mucho al ver el rostro del rubio; parecía otra persona.
Pronto, cortando la tensa escena, bajaron de un carro un rubio y un pelinegro quienes fueron a ayudar a Naruto.
- No vuelvas a tocar a mi hermano y no creas que esto quedará así. El que nuestra familia tenga educación, no significa que no sepamos defendernos.
El novio de Deidara, Obito, ayudó a Naruto a ir al auto. Dei los siguió y lo llevaron a casa, donde el chico inmediatamente corrió a su cuarto para romper en llanto.
- No puedo creer que tu primo haya planeado eso.
- Bueno, Sasuke puede llegar a ser un completo imbécil, aunque sí me sorprende que haya hecho eso.
- Debo reanimar a mi hermanito, él no merece nada de esto.
- Bueno…
- ¿Qué? –Dijo volteando a ver a Obito.
- Tu hermano es un poco… retraído.
- ¿Qué dijiste? –Se levantó rápidamente.
- No lo tomes a mal, Dei, pero Naruto no tiene vida social más allá que su grupo de amigos. Y a decir verdad, es el grupo de amigos más raros que he conocido, no salen ni a fiestas.
- ¿Qué dices? ¿Entonces crees que mi hermano merece humillaciones por ser más tímido que otros?
- No, pero… ¿qué esperaba al confesarle a Sasuke que le gustaba? Tu hermano no podría igualarse a él.
Un aura, digna de un hijo de Kushina Uzumaki, se levantó sobre Deidara. Tomó a Obito del cuello de su camisa y lo acercó bruscamente.
- Escúchame bien, imbécil. He soportado muchas cosas de ti, esa actitud engreída y déspota de los Uchiha que me parece realmente estúpida y por supuesto, tu constante desprecio hacia los demás. ¡Pero no voy a soportar que hables de mi hermano! Él está muy por arriba de alguien tan basura como tu primo y tú. Así que lárgate.
- Maldita sea, Deidara, casi rompes mi camisa. Vendré mañana, cuando cambies tu humor.
- Ni siquiera pienses en regresar, terminamos.
- ¿Me terminarás por algo tan simple como eso?
- No es simple, Obito. Si piensas así de mi hermano, si yo fuera igual que él… seguramente pensarías lo mismo de mí. Yo no pienso estar con alguien tan superficial y engreído como tú. Lárgate.
- No pienso soportar estas humillaciones, pronto vendrás llorando.
Obito salió azotando la puerta y Deidara quedó llorando en el salón de su casa.
- Malditos Uchiha. Pero me vengaré de esto, nadie toca a mi hermanito. Se arrodillarán ante él.